Sintaxis

47 Construcciones condicionales y concesivas

47.4 Condicionales del enunciado y de la enunciación

47.4a En las llamadas condicionales del enunciado, conocidas también como condicionales de contenido, centrales o de «causa–efecto», los hechos denotados en la prótasis y en la apódosis se vinculan causalmente dentro de una misma unidad enunciativa. La prótasis se presenta como la causa hipotética del estado de cosas que se describe en la apódosis, que pasa a interpretarse como su efecto o su consecuencia:

Si llueve, se mojan las calles; Si hay infección, tiene fiebre; Si invierte en nuestra compañía, obtendrá importantes ganancias; Si está triste, llora; Si viene el Rector, presidirá el acto.

En estos casos, la situación que se describe en la apódosis ha de ser posterior a la que expresa la prótasis, aun cuando ambos miembros del período condicional compartan determinado tiempo verbal. Así, aunque en el primer ejemplo de esta serie aparezcan en presente llueve y también mojan, la situación que designa mojan es posterior a la que expresa llueve.

47.4b Las condicionales del enunciado se oponen a las condicionales de la enunciación, que se caracterizan por no establecer una relación causal entre prótasis y apódosis, sino entre la prótasis y cierta información obtenida de la apódosis a través de un verbo de lengua tácito o un razonamiento discursivo. Las condicionales de la enunciación se suelen dividir en dos grupos:

1. Condicionales epistémicas

2. Condicionales ilocutivas

En las llamadas condicionales epistémicas (también denominadas de «efectocausa»), el hablante parte del contenido de la prótasis, que presenta como información fehaciente o sensible, para llegar a la conclusión que se muestra en la apódosis, como en Si este cuadro es del período cubista, lo habrá pintado en París. En este caso, el contenido de la prótasis (‘el ser cubista cierto cuadro’ en el ejemplo propuesto) no expresa una condición para que se dé el de la apódosis (‘el que alguien lo haya pintado en cierto lugar’), sino para poder afirmar lo que esta expresa o para llegar a esa conclusión. Las oraciones causales llamadas tradicionalmente de causa lógica reproducen esta misma propiedad, si bien el concepto ‘causa lógica’ no se considera apropiado en la actualidad por las razones que se explican en el § 46.5b.

47.4c Son también condicionales del grupo 1 períodos como Si su hija ya tiene quince años, Alicia pasó seguramente los cincuenta; Si se flexiona en tiempo y modo, es un verbo, o el que contiene el siguiente texto: Si el discurso de Morel ocurrió en la última noche de la semana, la primera aparición habrá ocurrido en la noche del tercer día (Bioy Casares, Invención). Como puede apreciarse, la prótasis de este texto establece una premisa para que pueda obtenerse la conclusión que se expresa en la apódosis. El concepto de conclusión o de deducción es, de hecho, esencial en la interpretación de estas oraciones. Tal inferencia puede constituir un pensamiento o una reflexión personal no necesariamente verbalizada. Aun así, es oportuno hacer notar que, en opinión de algunos gramáticos, en todas las condicionales que corresponden al plano de la enunciación se omite un verbo realizativo de lengua (afirmo, digo, sostengo, etc.). Desde este punto de vista, las dos subclases de subordinadas de la enunciación que se establecieron en el § 47.4b resultarían innecesarias.

47.4d Muchas condicionales epistémicas presentan los mismos miembros que corresponden a las condicionales del enunciado, pero en la dirección opuesta:

Si las calles están mojadas, debe de haber llovido; Si Antonio está por comprarse ese coche, habrá ganado la lotería; Habrá contraído alguna infección, si tiene fiebre; Si llora, seguramente estará triste.

El proceso inferencial inductivo se pone de manifiesto en la modalización de la apódosis. En efecto, el predicado verbal de esta aparece con mucha frecuencia en perífrasis modales («deber de + infinitivo», «tener que + infinitivo»), o bien construido con un futuro de conjetura (§ 23.14h), con adverbios modales (probablemente, seguramente, con seguridad, etc.) o con otras marcas modalizadoras. Aun así, la modalización de la apódosis no es exclusiva de las oraciones en las que la prótasis denota el efecto de algo, sino que también puede presentarse en las que denotan la causa: Si estaba enojado, seguro que no te habrá hablado; Si hubo huelga, me imagino que no habrá dictado la clase. Estas consideraciones permiten entender que la antigua caracterización de estas formas de relación condicional como una variante particular de las de causalidad estaba, en lo fundamental, bien encaminada.

47.4e El segundo gran grupo en que se suelen dividir las condicionales de la enunciación es el formado por las condicionales ilocutivas o elocutivas. Se ha observado, sin embargo, que el término puede no ser enteramente acertado, ya que el concepto de ilocución se aplica a cualquier acto verbal, de forma que otras condicionales de la enunciación quedarían abarcadas por él. Aquí se empleará, por tanto, con las necesarias reservas. Coinciden estas oraciones con las epistémicas en que no establecen un vínculo causal entre la prótasis y la apódosis. En las condicionales que ahora se analizan, el vínculo se establece entre la prótasis y el hecho de que el hablante afirme o manifieste lo que la apódosis expresa. Así, el que dice Si no estoy equivocado, el tren llegará a las diez en punto no supedita a su ausencia de error la llegada puntual del tren, lo que en sí mismo resulta absurdo. Una paráfrasis aproximada de esta oración podría ser Si no estoy equivocado, manifiesto que el tren llegará a las diez en punto. Nótese que, al negar la prótasis, se obtendría correctamente la cancelación de la inferencia: ‘Si estoy equivocado, dejo de manifestarlo’. Aun así, con la información que aporta la prótasis condicional en el ejemplo propuesto, el hablante mitiga la certeza de lo que afirma, lo que vincula de manera indirecta estas oraciones con las epistémicas.

47.4f Las condicionales ilocutivas presentan algunas variedades. Las llamadas atenuadoras de la aserción aluden a alguna limitación de las condiciones cognitivas o perceptivas en las que el hablante efectúa su aserción: Si no he entendido mal…; Si oigo bien…; Si me apuran un poco… Son particularmente frecuentes en este grupo las prótasis (a menudo negativas) que supeditan lo que se afirma a la capacidad del que habla para retener algo en su memoria:

Si mis recuerdos no me engañan, iba a tratar el problema de los métodos de verificación de una suma (Saer, Lugar); Estoy sentado en una playa que antes —si recuerdo algo de geografía— no bañaba mar alguno (Fuentes, Días); Si la memoria no me falla, Julián Carax ingresó como alumno del colegio de San Gabriel en el año 1914 (Ruiz Zafón, Sombra); Si no recuerdo mal, la última vez que nos vimos nos tuteábamos (Scorza, Tumba); Si mi memoria no mentía, aquella que acababa era la última noche de 1961 (Llamazares, Lluvia); Si no recuerdo mal, anoche interrumpimos la conversación en el asunto de la traída de aguas (Delibes, Guerras),

pero también a su capacidad de discernimiento o su seguridad respecto de la veracidad de lo que comunica:

De la parte desta enramada, si no me engaño, sale un tufo y olor harto más de torreznos asados que de juncos y tomillos (Cervantes, Quijote II); Era, si no estoy equivocado, de tierra de Albacete (Galdós, Prohibido); Si no me equivoco, aún hay otro barco al continente antes de la lluvia (Vázquez Rial, Isla).

La firmeza de la aserción se supedita otras veces a la fiabilidad de las fuentes en las que se basa el hablante:

Todo esto era lógico, y si los datos compulsados no mentían más que en un cincuenta por ciento, podían ser reales (Torrente Ballester, Filomeno); Si los pinceles de Velázquez no mentían, su marido tenía razón al decir que era gallardo, gentil de talle y de rostro encantador y afable (Luján, Espejos); Si mis informes no mienten, pronto don Juan hará oficialmente sus primeras declaraciones públicas reclamando sus derechos a la Corona (Gironella, Hombres).

47.4g Las llamadas condicionales de cortesía constituyen otro subgrupo de las ilocutivas. Expresan el deseo del hablante de mitigar con alguna expresión cortés el efecto que sobre el oyente pudiera producir un acto de habla directivo o inquisitivo. Se forman estas oraciones con prótasis como si no le importa, si no es mucho pedir, si les parece bien a ustedes, si me perdona la molestia, si me permite la indiscreción, si no interrumpo, si me hace usted el favor, si fuera tan amable, si quieres saber mi parecer, como en Si les parece, podemos comenzar o en los siguientes ejemplos:

Si no es molestia, yo también quiero lavar ropa y asearnos (Lebrón, Pancha); Ya es tiempo de que Michèle haga algo de su vida —dice Roland—. Y si quieres mi opinión, está muy enamorada (Cortázar, Armas); Y ustedes, ¿quiénes son y cómo han entrado, si se me permite la intromisión? (Mendoza, Laberinto).

La información que contiene la prótasis de estas construcciones puede matizar la que manifiesta la apódosis cuando en esta última se realiza algún acto verbal (§ 42.2). Así, en Si no es mucho pedir, sáquenlo por la parte de atrás (Ruiz Zafón, Sombra), la petición de la que se habla en la prótasis es la que corresponde al imperativo de la apódosis.

47.4h Aunque varias construcciones mencionadas en los apartados anteriores contienen información metalingüística, suelen llamarse específicamente condicionales metalingüísticas las que aportan una restricción que supedita lo que se afirma a que esté presentado o formulado de manera correcta, o al hecho de que sea pertinente en el momento en que se manifiesta. Se forman estas oraciones con prótasis como si se dice así, si está bien escrito, si mi pronunciación es la correcta, si así se llama, etc., como en La disputa, si de eso se trata, no tiene lugar exactamente en ese ámbito; Incluyeron en el equipo a varios checoslovacos, si todavía se los llama así; ¿Quién hablará en primer lugar, si me permiten ustedes la pregunta?, o en los textos siguientes:

Caramba, qué caballero más bien plantado, si se me permite la expresión (Ribera, Sangre); Del polvo a las estrellas es mi slogan, si se me permite el anglicismo (Mendoza, Laberinto); A partir de ahí el juego tuvo otra tonalidad y a pura garra los dos se brindaron un poco más por el espectáculo, si se puede decir así (Nueva Provincia 21/7/1997).

47.4i Forman otro subgrupo de condicionales ilocutivas las llamadas metadiscursivas. Estas prótasis cumplen la función de marcadores de la organización textual, ya que orientan al lector o al oyente sobre las operaciones requeridas para organizar, descifrar, procesar o en general interpretar adecuadamente lo que se afirma. Son frecuentes entre estas prótasis las formadas con expresiones como las siguientes: si tenemos en cuenta lo ya dicho…, si recapitulamos lo expuesto…, si se ordenan los datos…, si se recuerdan las premisas mencionadas…, si se me permite la comparación…, si se revisan los argumentos recogidos… He aquí algunos ejemplos de esta pauta:

La Federación Republicana, si resumimos cuanto llevamos dicho, es en el interior el partido que sostiene los derechos del hombre (Asturias, París); Si se tiene en cuenta lo expuesto, se observará que somos un país muy pequeño (CREA oral, Uruguay); Si se tiene en cuenta lo dicho hasta ahora, se puede conservar hasta un 70 por ciento del ácido ascórbico originalmente contenido en el alimento (Grande Covián, Nutrición).

47.4j Como en otras construcciones análogas (§ 46.5), son frecuentes las alternancias entre las oraciones en las que se omite el verbo de lengua y las que lo contienen: Si se me permite un inocente juego de palabras, yo diría que en algunas partes del mundo, el mundo ha cambiado mucho (Atxaga, Tiempo). Algunos de los gerundios que se asimilan a los tópicos oracionales (§ 27.1l y ss.y 40.2e, j) cumplen un papel discursivo equivalente al desempeñado por estas oraciones, como en Técnicamente hablando, … u otros ejemplos similares.

47.4k Las llamadas condicionales de pertinencia constituyen otro subgrupo de condicionales ilocutivas. Se trata de prótasis, propias de la lengua conversacional, que justifican un acto de habla indirecto (§ 42.2j). La posibilidad de obtenerlo está en función de que se interprete como pertinente discursivamente cada uno de los miembros del período condicional. Así, el que dice, hablando de cierto individuo, Si te vuelve a molestar, ahí enfrente está la comisaría, no quiere decir que el hecho de que alguien vuelva a molestar a otra persona es una condición para que cierto edificio se halle en determinado lugar (relación condicional que carece de coherencia), sino que supedita el contenido de la apódosis al hecho mismo de informar o poner de manifiesto ese contenido. Ello sugiere indirectamente la posibilidad de que el interlocutor lleve a cabo alguna acción que vincule esas dos informaciones (una denuncia, una petición de auxilio, etc.). La negación de la prótasis y la apódosis confirma esta interpretación. Nótese que carecería de sentido la negación de los dos miembros del período en el ejemplo propuesto (es decir, Si no te vuelve a molestar, ahí enfrente no está la comisaría), pero sería coherente concluir que, si esa molestia no se vuelve a producir, la acción misma de presentar esa información carecería de sentido, por lo que la denuncia o el aviso que se sugieren no deberían llevarse a cabo.

47.4l Las formas en las que el oyente ha de interpretar la relevancia de la información contenida en las apódosis a las que se refiere el apartado anterior son muy variadas, y requieren, además, que aquel lleve a cabo un proceso de razonamiento en el que valore de manera adecuada la pertinencia de lo que se le comunica. Esto obliga a tener en cuenta otros datos obtenidos del contexto, de la situación y de sus propias necesidades. Están entre ellos las relaciones «parte–todo», gran número de asociaciones de naturaleza enciclopédica (más que propiamente léxica o gramatical) y otras muchas manifestaciones de los procesos racionales:

Si tienes hambre, hoy los restaurantes cierran más temprano; Si tu trabajo trata de Cabrera Infante, en la biblioteca tenemos Tres tristes tigres; Si vas a Madrid, en el Prado han inaugurado una exposición sobre la historia del retrato; Si necesitas dinero, en la esquina hay un cajero automático; Si se te olvidó pasar por la farmacia, en el supermercado venden este jarabe; Si tienes algún rato libre, la película es divertidísima, etc.

La información que se proporciona en la apódosis no tiene por qué afectar a un estado de cosas posterior al que describe la prótasis, pero la acción que sugiere el hablante (una visita, una consulta, una denuncia, etc.) ha de ser, lógicamente, posterior al estado de cosas descrito en la prótasis. El análisis de las inferencias necesarias en todos estos procesos constituye, desde hace años, un capítulo importante de los estudios de pragmática.

47.4m La correlación temporal (§ 24.7 y 24.8) que se da entre los dos miembros del período condicional es más libre en las condicionales epistémicas que en las condicionales de «causa-efect47.4a). La prótasis puede presentar en aquellas un hecho anterior, posterior o simultáneo al de la apódosis, como en los ejemplos siguientes:

Si vino, estará en su oficina; Si las calles están mojadas al amanecer, sin duda llovió durante la noche; Si se quedó sin dinero, no habrá podido ir al cine.

Estas subordinadas condicionales funcionan como modificadoras de algún predicado abstracto que exprese el hecho de que el hablante afirme, deduzca o conjeture que el contenido de la apódosis es verdadero: ‘Si se quedó sin dinero, (intuyo que) no habrá ido al cine’; ‘Si las calles están mojadas al amanecer, (es de suponer que) llovió durante la noche’, etc.

47.4n Algunos autores llaman condicionales de indicio a las que aquí se han llamado epistémicas, en cuanto que la prótasis aporta en ellas datos, pistas o, en general, informaciones que conducen a la conclusión que se establece en la apódosis. Se forma una variante de estas oraciones con el verbo ser en presente (Si X, es que Y), en futuro de conjetura (Si X, será que Y) o en el condicional análogo (Si X, sería que Y), como en estas oraciones:

Pero hombre, pero hermano, si te dieron de comer es que eran buenas personas (Vargas Llosa, Conversación); Si el enfermo no curaba es que se trataba de una enfermedad auténtica y el enfermo era enviado al médico (López Ibor, Bruja); Si no me insultas, será que no lo merezco (Torrente Ballester, Gozos); Y si ahora desafía al otro, será que descubrió algo… (Clarín, Regenta).

Para otros usos de la expresión es que…, véanse los § 40.7a, b. Se asimilan igualmente a las condicionales epistémicas los períodos cuya apódosis se construye con una oración copulativa formada por el verbo ser y una oración causal encabezada por la conjunción porque como atributo, como en Si llamó será porque quiere algo. Estas construcciones se estudian en los § 47.5f y ss. y 40.12f, g. Si bien unos gramáticos agrupan las condicionales epistémicas con otras condicionales de la enunciación en las que se omite un verbo de lengua (§ 34.3u), otros las mantienen en un grupo distinto porque los predicados verbales que se sobrentienden en las epistémicas no son exactamente verbos de lengua ni permiten siempre realizar actos de habla (§ 42.2).

47.4ñ En las condicionales del enunciado (o de «causa–efect), la relación entre prótasis y apódosis refleja la secuencia cronológica propia de las relaciones causales, como se ha explicado. La situación que sucede antes, interpretada como causa real o hipotética, aparece en la prótasis, normalmente antepuesta. La consecuencia que se sigue de ella, expresada en la apódosis, corresponde a un momento posterior. Aun así, cuando las dos situaciones descritas representan estados, se obtiene simultaneidad total o parcial. El presente de la prótasis puede combinarse con otro presente o con un futuro, pero se suele rechazar el tiempo pasado porque la situación que se describiría carece de sentido: Si este jarrón se cae, {se rompe ~ se va a romper ~ *se rompió}. Por el contrario, la apódosis de las condicionales epistémicas indica, como se ha explicado, la conclusión a la que el hablante llega a partir del dato empírico que la prótasis le proporciona. No se excluye, pues, la forma cantó en la apódosis (Si las calles están mojadas al amanecer, sin duda llovió durante la noche; Si el jarrón se rompió es que se cayó). Aun así, las marcas de modalización de las que se habló en el § 47.4d ponen con mucha frecuencia de manifiesto el carácter hipotético de la conclusión a la que se llega. La presencia del adverbio entonces es también característica de las condicionales epistémicas.

47.4o La relación más estrecha entre prótasis y apódosis que caracteriza las condicionales del enunciado está limitada a los componentes internos de la oración, lo que las diferencia conjuntamente de las condicionales de la enunciación en todas sus variedades. Las condicionales del enunciado que no constituyen tópicos oracionales pueden ser focalizadas por adverbios cuantificativos, como se vio en el § 47.2s: Se suspenderán las clases solo si hay huelga general de transportes. También pueden aparecer en copulativas enfáticas, como en Es solo si hay huelga general de transportes que se suspenderán las clases (construcción característica del español americano). La variante con la construcción de que galicado (§ 40.12a-e) corresponde al texto siguiente: Me parece que es solo si se abandona el ideal lógico del lenguaje que podría eludirse el dilema del lenguaje como cálculo y el lenguaje como medio universal (Tomasini, Filosofía). Las prótasis condicionales modificadas por solo (sin construcción perifrástica) corresponden a la variante Solo si hay huelga general de transportes se suspenderán las clases. Las condicionales epistémicas y las ilocutivas vinculan un estado de cosas con una inferencia hecha por el hablante, como se ha explicado, por lo que no ponen en relación elementos de un mismo esquema predicativo. Unas y otras rechazan, en consecuencia, las construcciones focalizadoras mencionadas. Resulta muy forzado decir, por tanto, Es si las calles están mojadas al amanecer que sin duda llovió durante la noche.

47.4p Las prótasis de las condicionales del enunciado admiten asimismo la negación correctiva, de la que se habló en el § 47.2k, como en Se suspenderán las clases si hay huelga general de transportes, no si algunos alumnos deciden no acudir a la Universidad. También pueden ser coordinadas (Se suspenderán las clases si hay huelga general de transportes o si se pintan las aulas) o contraponerse mediante el esquema no… sino…, como en No se suspenderán las clases si se pintan las aulas, sino si hay huelga general.

47.4q El efecto focalizador del adverbio de negación no alcanza a los elementos que integran la oración subordinada. Confirma este hecho el que se rechacen en las prótasis condicionales términos de polaridad negativa (§ 48.7-9) cuyo inductor esté fuera de esas oraciones. Tales expresiones negativas se admiten sin dificultad en las subordinadas sustantivas de verbo en subjuntivo, como en No creo que el libro contenga {algo ~ nada} aprovechable, pero se rechazan en las prótasis condicionales: El concierto no sería suspendido si se encontrara {algún ~ *ningún} director suplente. Las prótasis condicionales no caen bajo el ámbito o el alcance de la negación que las precede en las condicionales de la enunciación, sean estas epistémicas o de indicio (No le habrán otorgado el subsidio, si el programa fue suspendido), o bien ilocutivas (El programa no será suspendido, si me han informado correctamente). Las condicionales epistémicas suelen presentar el orden «prótasis–apódosis», mientras que en las ilocutivas suele haber mayor libertad en la colocación de estos componentes. Las condicionales del enunciado pueden anteponerse o posponerse. Se analizarán estas diferencias en el § 47.9.

 

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