Sintaxis

45 Construcciones comparativas, superlativas y consecutivas

45.8 La comparación de igualdad (I). Comparativas con tanto y tan

45.8a Las construcciones comparativas de igualdad comparten muchos rasgos con las de superioridad, pero se diferencian de ellas en algunos aspectos. Las opciones que se presentan son las siguientes:

1. Comparativas de igualdad con tan(to)… como…

2. Comparativas de igualdad con el adjetivo mismo

3. Comparativas de igualdad con el adjetivo o adverbio igual

Cabe agregar las variantes del grupo 1 formadas con el relativo cuanto, en lugar de como22.6b, 45.8j y 45.10a).

45.8b Los componentes de las comparativas de igualdad son análogos a los de las de desigualdad. En la oración El árbol es tan alto como la casa se distinguen el primer término de la comparación (el árbol), el segundo término (la casa), el grupo comparativo (tan alto), el núcleo (alto) y el complemento comparativo (como la casa). La noción comparada es, como en la correspondiente comparativa de desigualdad, el grado de altura. También como en esas construcciones, la noción comparada puede aludir al número de individuos que componen dos grupos (Acuden tantos turistas en primavera como en otoño) o a la cantidad que corresponde a alguna magnitud que participa en dos estados de cosas (Supone tanto trabajo corregir una mala traducción como hacerla de nuevo). He aquí otros ejemplos de comparativas de igualdad con tan(to)… como…:

Tan costosos como vanos han sido los esfuerzos de Escipión (Mañach, Sentido); Yo puedo hacer tantas de estas canastitas como usted quiera (Traven, Canasta); Mi madre dijo que nunca había visto en la calle tantos pobres como ahora (Asenjo, Días); Me costó tanto trabajo hablarle como acercar mi brazo al suyo (Cabrera Infante, Habana).

45.8c El primer término de la comparación se omite en la comparación de igualdad en condiciones similares a las que permiten dejarlo tácito en las de desigualdad (§ 45.5g). Así, en Seguía siendo tan arisca como cuando era joven (García Márquez, Amor) se omite el primer término entonces, paralelo a la relativa sin antecedente expreso que sigue a como: cuando era joven. El primer término de la comparación se distingue aquí del núcleo, a diferencia de lo que sucede en Era tan bella como inescrupulosa (Otero, L., Temporada).

45.8d Por la propia naturaleza de su contenido, en las comparativas de igualdad se descarta la expresión de una magnitud diferencial (*El árbol es dos metros tan alto como la casa). En cambio, estas construcciones admiten modificadores adverbiales que expresen aproximación (El árbol es casi tan alto como la casa) u otros de apreciación gradativa (El árbol es, por lo menos, tan alto como la casa; El árbol es, como mucho, tan alto como la casa, etc.). Las comparaciones de desigualdad muestran cierta inestabilidad con los adverbios de aproximación: Alfredo es {casi ~ *prácticamente} más alto que Ramón y no suelen ser compatibles con los demás modificadores evaluativos.

45.8e Al igual que en las comparaciones de desigualdad, el segundo término y la noción comparada resultan fundamentales en las de igualdad para interpretar el primer término. Así, el primer término de la oración Beatriz es tan simpática como Luisa es Beatriz; el de Beatriz es tan simpática como siempre es ahora (tácito); el de Beatriz es tan simpática como inteligente es simpática (comparativa de núcleo coincidente con el primer término; recuérdese el § 45.4q). El segundo término de la comparación de igualdad está ausente a veces en las oraciones en las que tan(to) tiene valor anafórico, con más frecuencia en las negativas, aunque no solo en ellas. A esta pauta corresponden secuencias como Siento haberme enojado tanto; Nunca me había divertido tanto o como las que se citan a continuación:

Basta, no te muevas tanto (Eltit, Vaca); No podía entrar nunca en competencia con un hombre tan extraordinario (Zavala, Ensayo); —Se cansará en vano —he añadido—. Lo que ocurrió aquella madrugada, quedará siempre oculto. —Yo, en tu lugar, no estaría tan seguro (Salisachs, Gangrena).

Los usos demostrativos de tanto se estudian en el § 17.10.

45.8f La anteposición enfática del segundo término de la comparación de desigualdad, analizada en el § 45.5j, se extiende a las comparativas de igualdad. A esta pauta corresponden secuencias como Las computadoras resultan tan útiles para el trabajo como engorroso se nos hace tener que cambiarlas cada pocos años o los textos siguientes:

Las versiones respecto de las características de ese contrato son tan distintas como distintas son las épocas y los prejuicios ideológicos (Marcos, Fantasma); El más allá no muestra una imagen similar en todos los casos experimentados, sino que es tan diferente como variado es el nivel de conciencia de cada individuo (Szalay, Reencarnación); Esta soledad puede ser tan reconfortante como enriquecedor es el trato con los demás (Gete-Alonso, Tiempo); Te lo he jurado tantas veces como trabajos has tenido (Schmidhuber, María); Su recorrido por las Agencias de Publicidad y otras Islas Imaginarias duró tantos días como idiomas empleó Panurgo para dirigirse a Pantagruel (Paso, F., Palinuro).

45.8g También coinciden las comparativas de igualdad con las de desigualdad en la necesidad de sobrentender subordinadas sustantivas tras un predicado modal. Así, al final del texto siguiente se sobrentiende … que sean: Pero sin la colaboración ciudadana, las medidas no serían tan efectivas como todos deseamos (Tiempo [Col.] 2/1/1989). Recuérdese, en relación con este punto, el § 45.6q.

45.8h Las comparativas de desigualdad pueden constituir grupos sintácticos menores que la oración (investigadores más experimentados que ellos); las de igualdad también aparecen en contextos similares (investigadores tan experimentados como ellos). Pueden ser, además, de término múltiple, en lo que coinciden asimismo con las de superioridad y con las de inferioridad (§ 45.5l): Corre en una hora tanto como los demás en dos. Sin embargo, en las comparativas de desigualdad de término múltiple son raros los adjetivos como segundos términos de la comparación (*El uno es más astuto que el otro inteligente), mientras que las de igualdad no están sujetas a esta restricción (El uno es tan astuto como el otro inteligente). A esta última pauta corresponden los ejemplos siguientes:

Se formaron dos círculos de salutaciones, uno tan convencional como el otro patético. En uno, el doctor y el insurrecto cerraron abrazos y palmatorias. En el otro, los adolescentes reunidos no sabían qué hacer (Lezama, Oppiano); Es un poeta que parece creer que todos los demás son tan canallas como él santo. Fíjese: la gente que es brutal cuando se ensaña... Perdoname si fui bueno... (Dolina, Ángel).

45.8i Las comparaciones de igualdad pueden aportar en el discurso un significado cercano al que expresan las de superioridad. Se da a entender entonces que la primera magnitud considerada se equipara a la segunda, con tendencia a sobrepasarla. Son frecuentes, en efecto, construcciones como Trabaja tanto como él, si no más; Es tan bueno como ella, o tal vez mejor. Los siguientes ejemplos corresponden a esta misma variante de la construcción:

Te aseguro que este jovencito hechicero es tan astuto como el propio Menecmo, si no más (Somoza, Caverna); Su fama era tan estrepitosa como las de Saint-Germain y Cagliostro, si no mayor (Mujica Lainez, Escarabajo); Este hombre que tenía delante, tan grande como él o quizás más y más poderoso, tenía la conciencia de representar a todos los que eran como él (Donoso, Casa).

Resultarían, en efecto, muy raras las correspondientes versiones con menos o peor (Trabaja tanto como él, si no menos; Es tan bueno como ella, o tal vez peor). Ello lleva a pensar a algunos autores que la comparación de igualdad es una noción orientada en sentido positivo, puesto que en muchos contextos no expresa que el primer término se equipara al segundo, sino más bien que lo sobrepasa. En las oraciones negativas correspondientes, la comparación de igualdad se interpreta como comparación de inferioridad. Se dice, pues, No trabaja tanto como él, sino mucho menos, y se considera muy forzada o muy poco natural la variante inversa: *No trabaja tanto como él, sino mucho más, excepto acaso en usos irónicos. Así pues, tanto viene a interpretarse a menudo como ‘igual o más’, y no tanto viene a equivaler a menos.

45.8j Como se vio en el § 45.5, las comparativas de núcleo coincidente con el primer término de la comparación suelen formarse con una relativa sin antecedente. No se dice, en efecto, *Trabaja más que puede, sino Trabaja más de lo que puede. Las comparativas de igualdad se diferencian muy marcadamente de las de superioridad en este punto, puesto que se dice Trabaja tanto como puede, y no, en cambio *Trabaja tanto como lo que puede. Contrastan asimismo *Era mejor que parecía y Era tan buena como parecía. Estos hechos han recibido varias interpretaciones. Unos gramáticos entienden que como es aquí un relativo (sea pronominal o adverbial), por lo que desempeña una función sintáctica oracional. De hecho, alterna con cuanto, sobre todo en los registros formales: tantas tareas {cuantas ~ como} podíamos realizar; tanto {cuanto ~ como} ella quiso. Sobre las variantes con cuanto, véanse los § 22.6b y 45.10a. Otros gramáticos entienden, por el contrario, que el antiguo uso pronominal o adverbial de como ya no se reconoce en la lengua actual, en la que como funciona como conjunción comparativa en estos casos.

45.8k La diferencia entre los dos análisis a los que alude el apartado precedente tiene consecuencias sintácticas notables, puesto que en el primero se diría que, en El profesor nos asignaba tantas tareas como podíamos realizar, la forma como constituye el complemento directo del verbo transitivo realizar (por tanto, como habría de analizarse como pronombre, al igual que cuantas), mientras que en el segundo análisis este complemento directo quedaría tácito, de manera similar a como quedaba inexpreso en los verbos que aparecen en los ejemplos de Santa Teresa, Lope de Vega o Corpus Barga mencionados en el § 45.6n. Ambos análisis coinciden, no obstante, en que el segundo término de la comparación debe recuperarse para que sea posible interpretar la oración comparativa. Así, en el último ejemplo considerado se comparan dos conjuntos de tareas y se afirma que contienen los mismos elementos.

45.8l Como se vio en los § 22.10, 31.3c y ss. y 31.4y, la partícula como admite muy diversas interpretaciones. Es un adverbio relativo con antecedente expreso en la manera como actúa (por tanto, como actúa funciona en este caso como subordinada de relativo) o en El modo como esto pasó te contaré más despacio, cuando otra vez nos veamos (Cervantes, Galatea), y sin antecedente expreso en Escribe como habla; Vive como puede (vivir) o en Cada uno hizo su trabajo como le pareció. Desde este punto de vista, las relativas sin antecedente con como se asimilan a las relativas con cuando, como en Llámame cuando puedas (llamarme), o con donde, como en Quédate donde estás. En el § 22.10 se explica que es polémica la naturaleza conjuntiva o adverbial de como en varios tipos de subordinadas de naturaleza modal. Se retomará esta cuestión en el § 45.8n.

45.8m La partícula como forma parte de grupos conjuntivos discontinuos en construcciones como tanto el uno como el otro o tanto en invierno como en verano, que se analizan en el § 31.3. Estos grupos se distinguen claramente de las construcciones comparativas por su forma y por su significado. Así, la expresión copulativa compleja tanto… como… no admite flexión (Acuden tanto turistas europeos como americanos). Con ella se pone de manifiesto que la significación del verbo se aplica a las dos nociones que se coordinan. En la comparación de igualdad, por el contrario, tanto concuerda con el núcleo de la comparación (Acuden tantos turistas europeos como americanos) y se denota la identidad de números, cantidades o grados característica de las oraciones comparativas. La pauta tanto… como… alternaba con así… como… en los esquemas de coordinación copulativa discontinua, como se explica en el § 31.3. Como cabe esperar, la conjunción tanto no se apocopa en la forma tan (tanto viejos como nuevos), mientras que el cuantificador tanto sí lo hace ante adjetivos y adverbios (tan viejos como valiosos).

45.8n Se ha discutido entre los gramáticos si las oraciones que carecen de grupo cuantificativo, como Lorena es como su madre, se han de asimilar o no a las comparaciones de igualdad. En la tradición es habitual responder afirmativamente a la cuestión planteada. Desde este punto de vista, en estas oraciones se suple el adverbio comparativo así, además del verbo de la relativa (es). La partícula como sería, por tanto, un adverbio relativo cuyo antecedente tácito (así, esto es, ‘de tal manera’) aportaría la noción que se compara. Este uso de así es frecuente en la lengua medieval y en la clásica, aunque se considera expletivo en la actual (véanse también los § 22.10d y ss.):

El amor verdadero fuerte es así como la muerte, la su claridat así como fuego e como llamas (Sermón); El que mucho habla es así como la mula que mucho anda, que comúnmente tropieza (Córdoba, Jardín); Quedó […] así como barca que da al través en la arena (Cervantes, Quijote II); E aun cortándolas, son así como castañas estilo pepitas o cuescos en la carnosidad, e tan semejantes a castañas que no les falta sino el sabor (Fernández Oviedo, Indias).

45.8ñ Una segunda opción, que parece tener más defensores en la actualidad, consiste en suponer que el uso de como en Lorena es como su madre es conjuntivo en lugar de adverbial. No exigiría, por tanto, la omisión del primer término de la comparación (recuérdese que en las comparativas de desigualdad nunca queda tácito el grupo comparativo). Desde este segundo punto de vista, si la noción comparada no puede quedar tácita en las comparativas de superioridad, tampoco ha de hacerlo en las de igualdad. Los complementos con como se aproximan en esta segunda opción a los que se construyen con los adjetivos parecido o semejante, que aparecen en contextos similares (cf. parecido a…, semejante a…, que se examinan en el § 45.10). Cuando el núcleo de la comparación no está incorporado semánticamente en el cuantificador, la presencia de tan puede resultar potestativa desde el punto de vista gramatical, aunque no lo sea desde el estilístico: una cara (tan) redonda como la luna llena. La estrecha relación entre tan y como impide cualquier otro cuantificador adjetival en estas construcciones (se dice largo como una serpiente, pero no *muy largo como una serpiente) siempre que el complemento comparativo no esté fuera de ese grupo sintáctico (cf. muy largo, como una serpiente). Se retomará esta cuestión en el § 45.11c.

45.8o Se recordó en las secciones anteriores que no se elide en español el verbo de las oraciones de relativo (§ 45.6m). Así, es necesario repetir hicieron en Los alumnos de segundo curso hicieron este año la excursión que hicieron los de primero el año anterior. Las comparaciones de igualdad constituyen una excepción relativamente sistemática en la gramática española: Ella hacía en un día lo que (=‘lo mismo que’) nosotros en una semana (se elide hacíamos); Trabaja como todo el mundo (se elide trabaja). He aquí otros ejemplos similares, en los que se eliden hicieron, hubiera hecho y se equivocan, respectivamente:

Nuestra música afrocubana “clásica” ya está en capullo y espera un Glinka como el que hizo florecer la música rusa, o un Listz o un Brahms, un Dvorak o un Smetana, que hagan en Cuba lo que ellos en Hungría o en Bohemia (Ortiz, Música); Todos hubierais hecho lo mismo que yo en mi puesto (Aparicio, Retratos); A mí me gustaba Agnolin, era de los pocos que me gustaban, aunque se equivocaba como la mayoría de los árbitros (Maradona, Diego).

De manera análoga, no se dice *He leído el libro que tú, pero resulta normal He leído el mismo libro que tú, donde cabe suponer una elisión verbal (véase el § 45.5g para otra posible interpretación gramatical). Como se ha recordado, los límites entre el uso conjuntivo de como y el adverbial son difusos en estas construcciones. Las dos interpretaciones que recibe la secuencia Ricardo trabaja (, ) como todo el mundo, en función de que esté o no presente la coma —y la consiguiente pausa que representa— se analizan en el § 22.10ñ.

45.8p Se llama a veces uso ejemplificativo de como el que pone de manifiesto el valor atributivo que se reconoce a esta partícula cuando introduce algún elemento ilustrativo de la noción que se predica: personas inteligentes como tú; capitales como Roma o París. Cuando estas secuencias se construyen con un cuantificador comparativo pueden admitir dos interpretaciones: la llamada ejemplificativa y la propiamente comparativa. Si se dice Buñuel dirigió películas tan famosas como Viridiana, se estará proponiendo un ejemplo que ilustre la noción ‘películas famosas dirigidas por Buñuel’ (uso ejemplificativo de como). Si se dice, en cambio, Berlanga dirigió películas tan famosas como Viridiana, se estará manifestando que algunas de las películas dirigidas por Berlanga alcanzaron un grado de fama similar al obtenido por Viridiana, dirigida por Buñuel (uso comparativo de como). En sentido estricto, solo esta segunda interpretación corresponde propiamente a la gramática de las comparativas de igualdad: el primer término de la comparación es películas, el segundo es Viridiana, y el núcleo de la comparación es famosas. Sobre las construcciones del tipo un como sombrero (‘algo parecido a un sombrero’), véase el § 15.3o.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
constituyente discontinuo

 

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