Sintaxis

45 Construcciones comparativas, superlativas y consecutivas

45.5 Otros aspectos de la comparación de desigualdad en estructuras complejas

45.5a Como se ha explicado, el español permite que el primer término de una comparación de desigualdad coincida con su núcleo. En la oración Lee más revistas que libros, ambos papeles corresponden al sustantivo revistas, mientras que el segundo término de la comparación es el sustantivo libros. Como se verá en el § 45.6c, en estas oraciones no se elige de en el segundo término porque el núcleo (revistas) no coincide con la noción comparada, que ha de ser común a los dos términos (aproximadamente ‘cosas leídas’, en el ejemplo propuesto).

45.5b En las comparaciones de núcleo coincidente con el primer término de la comparación (§ 45.4q) se compara el tamaño de dos conjuntos de cosas, pero también pueden compararse los grados en que se aplican dos propiedades (Era más dispuesto a pedir que propenso a dar) o dos cantidades (La tormenta trajo más barro que agua; Sienten por él más temor que respeto; Actuó con más voluntad que acierto). Como se vio, el núcleo de la comparación de las comparativas de desigualdad aparece cuantificado por más o por menos. Como en estas construcciones el núcleo coincide con el primer término, el segundo, que habrá de ser paralelo a él, se construye sin determinante. Hay que hacer notar que el paralelismo gramatical entre los dos términos de la comparación es muchas veces de sentido, en lugar de estrictamente formal, como muestran los siguientes ejemplos:

La multitud, que es de bravos braceros, cuya vista enternece y conforta, enseña más músculos que alhajas, y más caras honradas que paños sedosos (Vitier, Sol); A decir verdad tiene más propósitos propagandísticos que propósitos prácticos (Prensa [Nic.] 7/5/1997); Comparten sin embargo la convicción clara y justificada de pertenecer a un mismo cuerpo social y político y de tener más intereses comunes que divergencias radicales (Rangel, Tercermundismo); Balance final de mi experiencia vienesa, el que con otras palabras antes consigné: más formación general que producción especializada (Laín Entralgo, Descargo); Con más ánimo experimental que afán de lucro, también Amador invirtió una cantidad en el predestinado animalucho (Savater, Caronte); Hay más plazas que candidatos aptos (Atienza, Justicia).

45.5c El paralelismo entre los términos de comparación examinado en el apartado anterior se extiende sin dificultad a la variante de las comparativas de núcleo coincidente con el primer término de la comparación. Al comparar las oraciones: Trabaja más con CD que con libros y Trabaja con más CD que libros, se obtienen diferencias sintácticas que afectan claramente al sentido. La primera comparativa se diferencia de la segunda en que su núcleo (CD) coincide con el primer término de la comparación. De lo expuesto en los apartados anteriores se deducen con facilidad las diferencias de significado que existen entre esas oraciones. La noción comparada en la primera de ellas es la frecuencia (más ‘más frecuentemente’) con la que se realiza el trabajo del que se habla, mientras que en la segunda es el número de elementos que componen dos conjuntos. En el uso descuidado del idioma se infringe a veces este paralelismo requerido por el sistema gramatical, y se construyen oraciones incorrectas como Parece que ahora sale con más amigas que con amigos, que se recomienda evitar. Como se deduce de las consideraciones expuestas, las dos opciones correctas son Parece que ahora sale con más amigas que amigos y Parece que ahora sale más con amigas que con amigos.

45.5d Los términos de la comparación suelen desempeñar alguna función sintáctica respecto del verbo principal en las oraciones comparativas. Así, en el ejemplo del § 45.2b, El árbol era mucho más alto que la casa, el grupo nominal el árbol es el primer término de la comparación, además del sujeto de esa oración. No obstante, se reconoce generalmente que, cuando la comparación afecta a segmentos cuya función sintáctica no se vincula al verbo principal, sino a otros elementos de la oración, la determinación de los términos de la comparación se hace más compleja. Se trata de oraciones como las siguientes:

Personalmente creo que mi obra tiene más componentes teológicos que moralistas (ABC 26/12/1982); Sé que hay más gente despierta que dormida (Martín Recuerda, Engañao); Está convencido de que libera más fuerzas favorables que adversas (País [Esp.] 10/7/1980); Hay más campos abandonados que ocupados (Nueva Provincia 1/3/1997).

Puede centrarse el problema considerando esta alternancia: Se leen más periódicos deportivos que periódicos de información general ~ Se leen más periódicos deportivos que de información general. La noción comparada es, en ambos casos, ‘número de periódicos’ (no ‘número de periódicos deportivos’). El núcleo es, en cambio, periódicos deportivos, puesto que este es el segmento cuantificado por más. Los términos de comparación de la primera oración son los dos segmentos que aparecen subrayados. Los gramáticos no están enteramente de acuerdo, en cambio, en cuáles son los términos de comparación en la segunda oración. Algunos entienden que el segundo término de la comparación es en ella periódicos de información general, de modo que debe recuperarse el sustantivo periódicos a través de un proceso de elipsis. Así pues, en este primer análisis se obtendría un segundo término fragmentado: Ø de información general. Una variante de este último análisis consiste en suponer que el segmento elidido contiene el verbo, aun cuando no sea usual (ni recomendable) decir Se leen más periódicos deportivos que se leen periódicos de información general.

45.5e La última opción que se acaba de presentar se suele considerar problemática porque exige elidir un segmento al que no corresponde ninguna categoría sintáctica dentro de la oración a la que pertenece. Es decir, la expresión subrayada en Se leen periódicos de información general no representa un segmento sintáctico. Elidir ese segmento sería equivalente —desde una de las interpretaciones— a segmentar la oración en la forma *[Se leen periódicos] [de información general]. Este punto es particularmente polémico, puesto que algunos gramáticos del español sostienen que las expresiones que se pueden elidir en las oraciones comparativas no tienen que representar segmentos sintácticos. Se retoma esta cuestión en los apartados siguientes.

45.5f Otros autores han planteado que la conjunción comparativa que se asimila a las conjunciones coordinantes en estas comparativas, de modo que en el segundo ejemplo se coordina deportivos con de información general. Este segundo análisis admite a su vez dos variantes. En una de ellas cabe decir que el primer término de la comparación es deportivos y el segundo es de información general; en la otra no se reproduce el segmento periódicos de información general en el segundo término de la comparación, pero el contenido que le corresponde se reconstruye o se interpreta a partir de los demás componentes de la estructura comparativa. Sea cual sea la opción que se elija, el problema surge en buena medida porque los términos de la comparación no designan necesariamente las entidades que se comparan, como ya se hizo notar en el § 45.5a. El que dice Conozco mejor París que Roma no está comparando dos ciudades, sino los grados en que las conoce. De igual forma, el que dice Mucha más gente ha leído obras de Lorca que de Galdós no está comparando dos autores, ni tampoco las obras de dos autores, sino dos conjuntos de personas. En diversos marcos teóricos de la gramática contemporánea se debaten algunas variantes formales de los análisis aquí esbozados.

45.5g El desacuerdo entre los gramáticos sobre la necesidad de introducir o no la elipsis en el análisis de las oraciones comparativas es más general. De hecho, no existe consenso acerca de si debe postularse o no un verbo tácito en el segundo término de las demás comparaciones de desigualdad. Las dos opciones son estas:

1. La oración Jorge es más alto que su hermano es el resultado de un proceso de elipsis.

2. La oración Jorge es más alto que su hermano no requiere un proceso de elipsis, sino un proceso interpretativo que construye el significado de la oración comparativa a partir de la aportación de sus elementos integrantes.

Como se ve, el análisis de la elipsis se basa en una concepción laxa de este concepto, puesto que al reponerla se obtienen oraciones agramaticales: *Jorge es más alto que es su hermano; Viajaron mucho más lejos que (*viajamos) nosotros; Ella nada mejor que (*nado) yo, etc. No se han propuesto variantes del análisis 1 en las que se elidan otros segmentos. Un serio inconveniente de proponer una elipsis del segmento subrayado en Jorge es más alto de lo que es su hermano > Jorge es más alto que su hermano sería el de considerar la partícula que como un relativo en la segunda oración, lo que no parece estar justificado. A ello se agrega la dificultad que supone segmentar la expresión de lo que en la forma [de lo] [que], en lugar de en la variante [de] [ lo que].

45.5h Desde la opción 2 —menos frecuente en la tradición, pero defendida por algunos gramáticos actuales— la información recuperada no se obtiene mediante un proceso de elipsis, sino a través de recursos interpretativos, tales como las nociones presentadas en el § 45.2a, o bien de otras análogas a estas. Desde el punto de vista 1, los procesos de elipsis deben ser obligatorios en las construcciones comparativas mencionadas, y han de tener lugar suponiendo incluso secuencias agramaticales previas a ellos. Desde el 2, es posible construir el significado de estas oraciones a partir de elementos menores que ellas, y asignar paralelamente propiedades y procesos a los términos de la comparación. Así, por ejemplo, si el concepto de ‘noción comparada’ (o sus equivalentes ‘base de la comparación’ y los demás mencionados en el § 45.1i) se define como magnitud común a los dos conjuntos comparados, la repetición de los segmentos sintácticos no será imprescindible para construir el significado de esas expresiones. Desde este punto de vista, más alto que su hermano en Jorge es más alto que su hermano es un grupo adjetival. La estructura del segmento que su hermano («conjunción + grupo nominal») guarda relación con la de sino el martes en oraciones como El cartero no llegó el lunes, sino el martes, en la que no es obvio que se dé un proceso de elipsis. Cabe señalar, en el mismo sentido, que el segmento Bebían cerveza no aparece en la oración Bebían vino, whisky y cerveza, pero su significado se obtiene de ella mediante una inferencia, no necesariamente mediante un proceso de elipsis. Recuérdense los § 31.8f y ss. en relación con un problema muy similar.

45.5i Ninguna de las dos opciones esbozadas en el § 45.5g está libre de problemas. Los análisis que acuden a la elipsis requieren menos unidades sintácticas que los que la evitan, pero, en cambio, exigen borrar segmentos en posiciones sintácticas en las que estos procesos no suelen aplicarse, tal como se ha explicado. Cabe pensar, en este sentido, en los procesos que serían necesarios para obtener oraciones como las citadas Marta había dedicado más horas que su amiga a preparar el examen de Física45.4b) o Mucha más gente ha leído obras de Lorca que de Galdós45.5f). Otro problema del análisis de la elipsis es el hecho de que no limita el paradigma de segmentos omisibles, lo que podría dar lugar a un número de secuencias mucho mayor de las que objetivamente se obtienen. Las opciones del tipo 2 requieren, a su vez, recursos sintácticos e interpretativos mucho más abstractos y de considerable complejidad formal. Como se ha señalado, unos y otros análisis se debaten en diversos foros de la gramática contemporánea.

45.5j Las comparativas cuyo núcleo coincide con el primer término de la comparación admiten que el segundo término pueda estar inserto en una oración. Este elemento aparece forzosamente en posición antepuesta: Se habían contabilizado muchos más candidatos que plazas se habían ofrecido ~ *Se habían contabilizado muchos más candidatos que se habían ofrecido plazas. También resultaría anómalo evitar la anteposición de estrellas en Se me plantó delante con el calañés de medio lado y una chupa con más caireles y cabetes de plata que estrellas hay en el cielo (Valera, Correspondencia) y construir en su lugar la expresión *que hay estrellas en el cielo. La misma estructura presentan estos otros ejemplos:

Sobre este desconocido se han escrito no obstante más libros que granos contiene la arena del desierto (Roa Bastos, Vigilia); Si lo que insinúas es que pagaba sobornos, pues sí, he pagado más sobornos que pelos tienes tú de cintura para abajo (Silva, L., Alquimista); Porque en todo ese tiempo era probable que, por sus obras e inspiración, hubieran perecido más roedores que peruanos nacido (Vargas Llosa, Tía).

45.5k Cuando se antepone algún segmento distinto del sujeto en el segundo término de estas construcciones, este último permanece por lo general en posición posverbal: Se habían presentado más jóvenes que solicitudes había tramitado la oficina. El texto de Roa Bastos que se citó en el apartado anterior presenta, igualmente, el sujeto en posición posverbal. El resultado de anteponerlo se considera muy forzado (… que granos la arena del desierto contiene), aunque no es inusitado en el verso. Comparten esta característica las comparativas de núcleo coincidente descritas en los apartados anteriores con las oraciones focalizadas que se examinan en el § 40.4j: Eso dice la gente; Ahí vivo yo; Menudo sinvergüenza estás hecho. También coinciden con ellas en que el elemento antepuesto puede quedar fuera de la oración a la que pertenece. Esta propiedad de los elementos focalizados (como en Eso mismo creo yo que había que hacer) se analiza en los § 40.4l y ss. Así pues, no solo se construyen complementos comparativos como … que páginas, o … que páginas ha escrito en toda su vida, sino también otros del tipo… que páginas imaginábamos todos que pudiera haber escrito en toda su vida.

45.5l Suelen llamarse comparativas de término múltiple las que desdoblan los términos de la comparación que contienen, de forma que desempeñan ese papel varios constituyentes sintácticos a la vez. Así, el segundo término de la comparación en Alejandro tenía más libros en el dormitorio que yo en el salón está compuesto por los grupos yo y en el salón, que se corresponden con otros dos grupos sintácticos de la primera parte de esta oración (Alejandro y en el dormitorio, respectivamente). Suele aceptarse que estas construcciones contienen una elipsis de verbo (tenía) o de grupo verbal (tenía libros), que resulta similar a la que se describe en el § 31.8 respecto de las oraciones coordinadas (Uno estudiaba medicina y el otro, ingeniería). He aquí otros ejemplos de esta pauta:

La nueva línea, perdida, aislada de su contexto, no arrojaba más luz en su cerebro que una cerilla en la noche de los océanos (Ayerra, Lucha); Y encima una tiene menos estima por su honra que Chopin por su tisis (García Hortelano, Gramática); Solía decir, abrazado a su amante, que él era más fiel a ella que el Senador al Senado, al cual concurría muy de tarde en tarde (Mujica Lainez, Escarabajo).

45.5m Las comparativas cuyo núcleo coincide con el primer término también admiten este proceso, como en Compraba más discos en un mes que libros en todo el año, o en estos otros ejemplos:

Han dejado más cuentas en los comercios que indecencia por los bares (García Hortelano, Mary Tribune); Mundo de abogados chicaneros, de leyes obedecidas pero jamás cumplidas, manos manchadas de tinta, pirámides de legajos, aves desplumadas para escribir mil legados, ¡más plumas en los tinteros que gansos en las marismas! (Fuentes, Naranjo).

Dado que no se elide el predicado verbal de las oraciones de relativo, como se señala en el § 45.6o, las comparativas cuantitativas examinadas allí no pueden tener término múltiple. No se dice, en efecto, *Compraba más discos en un mes de los que yo en todo el año, sino Compraba más discos en un mes que yo en todo el año.

45.5n Se interpretan idiomáticamente los cuantificadores más y menos en un gran número de locuciones. Así, de más significa ‘de sobra, en demasía’, como en Me diste dinero de más; a lo más o todo lo más alternan con a lo sumo; más o menos lo hace con aproximadamente; al menos y por lo menos expresan ‘un valor mínimo’ (§ 40.5f). En el grupo ser menos que, como en Él no quería ser menos que los demás, se entiende ‘menos importante’, ‘menos favorecido’ u otras nociones análogas; en menos significa ‘en menor grado o medida’, como en No por ello lo estimo en menos. En «no poder menos que + infinitivo» (y en sus variantes «no poder por menos que + infinitivo» y «no poder por menos de + infinitivo») se dice que alguna acción representa lo mínimo que es posible hacer en relación con algo o alguien: No podemos menos que saludar alborozados la declaración del Comité Latinoamericano de la Internacional Socialista celebrado en México en abril de 1979 (Fasano, Derrota). Existen otros muchos casos particulares que se explican en los diccionarios.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
elipsis

 

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