Sintaxis

13. El adjetivo y el grupo adjetival

13.13 Posición del adjetivo en el grupo nominal (I). Distinciones fundamentales

13.13a A diferencia de muchas lenguas en las que el adjetivo ocupa una posición fija en el grupo nominal, en español es variable y está en función de diversos factores que se examinarán en esta sección y en las siguientes. La preferencia del latín clásico por las estructuras con núcleo final se manifestaba en la colocación antepuesta del adjetivo, que deja al sustantivo, núcleo del grupo nominal, en última posición: doctus poēta, frequentissĭmus senātus, pulchra puella. En el latín vulgar, en cambio, fue extendiéndose el orden inverso, característico de la tendencia analítica que se generalizará luego en las lenguas románicas. Como las demás, el español se caracteriza por elegir la situación posnominal del adjetivo como posición no marcada.

13.13b Los ejemplos de anteposición del adjetivo en los primeros textos obedecen a propósitos estéticos, como en Fallaron un vergel con una linpia fuente (Cid). No obstante, las tendencias latinizantes y retóricas predominantes a partir del siglo xiv contrariaron en cierta forma el uso espontáneo. Aun siendo en sus orígenes un recurso latinizante, el adjetivo antepuesto se convirtió pronto en un rasgo característico de la lengua literaria, con un valor a menudo semejante al del adjetivo posnominal, hasta el punto de que en los contrastes entre ambos han visto algunos autores uno de los rasgos más expresivos del verso clásico:

Océano mar, que desde el frío Arturo / las antárticas márgenes combates, / así con vientos prósperos dilates / las ondas de tu campo crespo y puro (Lope Vega, Rimas); […] cestillos blancos de purpúreas rosas (Garcilaso, Poesías); […] en crespa tempestad del oro undoso (Quevedo, Poesías).

Aparece asimismo esta alternancia en el verso moderno, igualmente condicionada por el metro y la rima: […] sus grandes ojos de mirar inquieto (Machado, Nuevas canciones).

13.13c Varios rasgos caracterizan como no marcada la posición posnominal del adjetivo calificativo. Es esta, en efecto, la posición en la que se admite mayor número de adjetivos pertenecientes a diferentes clases. Es también la más natural tanto en los registros no formales como en los elevados o literarios, y aquella en la que ciertos adjetivos, como viejo, pobre o bueno, mantienen con mayor naturalidad sus significados rectos. Como se adelantó en las páginas precedentes, suelen ocupar la posición pospuesta los adjetivos restrictivos y la antepuesta los no restrictivos. Los modificadores restrictivos contribuyen, como indica su nombre, a acotar la referencia del grupo nominal del que forman parte, como en los gatos negros (ejemplo mencionado en el § 13.2b), los estudiantes aplicados, la política internacional, los árboles frondosos. Los adjetivos relacionales son también restrictivos, y están limitados a la posición pospuesta dentro del grupo nominal, con las excepciones a las que se refieren los apartados siguientes. Se elige con ellos una de las formas que puede presentar la noción denotada por el sustantivo y se establece una oposición implícita con otras posibles variedades suyas.

13.13d El adjetivo política no solo restringe al sustantivo actividad en la expresión actividad política, sino que permite que se oponga tácitamente a actividad económica, cultural, deportiva, educativa, social, etc., como se explicó en el § 13.12a. Otros ejemplos similares son calle peatonal, clínica dental, coche oficial, cuenta hipotecaria, enfermedad hepática, escalera mecánica, mesa quirúrgica. Los adjetivos llamados descriptivos (§ 13.2i) son también restrictivos y sugieren de igual forma la existencia de clasificaciones objetivas de las entidades de las que se habla. Así, en línea recta el adjetivo recto atribuye al sustantivo una propiedad que lo caracteriza en oposición a otras, como curva o quebrada. Son ejemplos similares, también con adjetivos pospuestos, bandera azul, calle asfaltada, clínica moderna, coche blanco, enfermedad contagiosa, escalera empinada, mesa rectangular. Recuérdese (§ 13.2j) que ello no impide que se usen como epítetos en ciertos contextos particulares.

13.13e Solo los adjetivos graduables suelen admitir variación en el orden. Existe, pues, una relación estrecha entre el hecho de que se dé la alternancia árboles frondosos ~ frondosos árboles y el de que se admita la expresión muy frondosos. Se han observado, no obstante, ciertas excepciones a esta generalización. No se asimilan plenamente a ella algunos adjetivos numerales (el cuarto capítulo ~ el capítulo cuarto: § 21.5l) y tampoco varios de los adjetivos adverbiales mencionados en el § 13.8v: el ganador seguro ~ el seguro ganador; un falso problema ~ un problema falso. La tendencia literaria a anteponer el adjetivo restrictivo queda lexicalizada en ciertas fórmulas fijas en las que no cabe la alternancia. Se usan, pues, solo antepuestos los adjetivos subrayados en las siguientes expresiones:

las Sagradas Escrituras, el libre albedrío (también el libre comercio), la Baja Edad Media; los altos hornos (también los altos estudios, los altos intereses, etc.), la patria potestad, las bellas artes, el itálico modo, etc.

13.13f La generalización introducida en el apartado anterior prevé correctamente que los adjetivos relacionales no acepten la anteposición: actividad política ~ *política actividad; fórmula química ~ *química fórmula. No obstante, en el lenguaje periodístico se anteponen a veces los adjetivos gentilicios cuando forman parte de un grupo nominal que contiene un nombre propio. Este uso posee intensidad variable en las distintas áreas hispanohablantes:

Junto con el bogotano presidente Samper trataron el tema de las obras en dicho departamento (Tiempo [Col.] 18/4/1997); Le visitó en su bufete de la madrileña calle de Bretón de los Herreros (Ekaizer, Vendetta); […] el Museo Nacional de Arte de Cataluña, instalado en el barcelonés Parque de Montjuic (ABC Cultural 24/5/1996); Juan Moreyra nació y pasó su infancia en el porteño barrio de Monserrat (Arenas Luque, Buenos Aires).

El uso antepuesto de estos adjetivos de relación no los convierte necesariamente en adjetivos calificativos, a diferencia del de los examinados en el § 13.12w. No se dice, pues, de Samper en el primer texto que sea un presidente ‘típicamente bogotano’, sino solo que ‘es bogotano’. Además de la preferencia que se observa en el lenguaje literario por situar los adjetivos en posición prenominal, puede intervenir en la anteposición de los adjetivos relacionales el hecho de que el adjetivo pospuesto al nombre propio sugeriría indebidamente en esos casos la existencia de otros individuos que se ajustaran a las características descritas, como en el presidente Samper bogotano, en un contexto en el que no se quiere aludir a otros presidentes. Obsérvese que la anteposición resulta menos natural, fuera de contexto, cuando existen varios referentes posibles que el adjetivo debe diferenciar, como en el escritor vallisoletano Marías y el escritor madrileño Marías (frente a el madrileño escritor Marías y el vallisoletano escritor Marías, que disonarían en esta situación), ya que aquí el gentilicio permite distinguir entre Julián y Javier Marías.

13.13g Es posible que también intervenga en la naturalidad de la construcción el grado de familiaridad que se supone a los lectores potenciales en relación con el referente introducido por el nombre propio, de lo que dependería la necesidad de restringirlo o no mediante un adjetivo. Resulta mucho más natural, en efecto, la expresión El actor noruego Mikkel Gaup que la variante El noruego actor Mikkel Gaup. Como se explica en los § 12.7g, 12.13k y 21.5l, los nombres propios, o los grupos nominales que estos constituyen, admiten adjetivos pospuestos si forman parte de su designación (Napoleón Tercero, Alejandro Magno) o si son epítetos (Júpiter tronante). No los aceptan, en cambio, si son externos a ella (*Eva simpática), ya que se refieren individualmente a ciertas entidades que no requieren ulteriores acotaciones para ser identificadas.

13.13h No se ajustan a la pauta anterior las secuencias del tipo «artículo + adjetivo gentilicio + nombre propio». En efecto, mientras que es posible omitir el adjetivo madrileño en el texto ya citado Le visitó en su bufete de la madrileña calle de Bretón de los Herreros, no lo es suprimir el adjetivo limeño en este otro: El tercero [=‘el tercer premio’] fue para el limeño Paúl Beraún (Caretas 5/12/1996). Así pues, la diferencia radica en que, en los grupos nominales como este último, el adjetivo gentilicio se usa como sustantivo, en función del proceso de recategorización al que se aludió en el § 13.7d. A la misma pauta corresponden estos otros ejemplos:

Según trascendió, estarán también los rionegrinos Miguel Pichetto y Carlos Soria, la cordobesa Martha Alarcia, la sanjuanina Carmen Caillet, la santafesina María Cristina Benzi y la porteña Loly Domínguez (Clarín 19/5/1997); Chile se convirtió en el asilo contra la opresión argentina de Rosas. Le abrió las puertas a los grandes maestros, el argentino Sarmiento y el venezolano Andrés Bello (Fuentes, Espejo).

13.13i Si se interpretan como sustantivos los adjetivos mencionados, se obtiene una estructura apositiva relativamente similar a la que corresponde a el presidente Uribe y otras muchas construcciones semejantes que se analizan en los § 12.13f y ss. Aun así, en ciertos casos cabe pensar que se sobrentiende en tales construcciones un sustantivo tácito que se recupera anafóricamente. Este sustantivo se subraya con trazo discontinuo en el siguiente texto:

Ha habido y hay en Latinoamérica admirables intelectuales reflexivos, creadores o ensayistas, como los argentinos Ezequiel Martínez Estrada, H. A. Murena, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, los mexicanos Octavio Paz, Juan Rulfo y Carlos Fuentes, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, el chileno Pablo Neruda, el uruguayo Juan Carlos Onetti, el venezolano Arturo Uslar Pietri, el cubano Alejo Carpentier, los peruanos César Vallejo, Luis Alberto Sánchez y Mario Vargas Llosa, el colombiano Gabriel García Márquez, etc. (Rangel, Salvaje).

En función de la presencia o no del antecedente en la conciencia lingüística del hablante, estas construcciones mostrarán ambigüedad entre la estructura con elipsis —por tanto, los (intelectuales) argentinos Ezequiel Martínez Estrada…— y la estructura apositiva que corresponde a los ejemplos del bloque precedente.

13.13j La presencia de un modificador discriminativo contribuye a identificar un individuo entre otros que reciben la misma denominación. Así pues, los adjetivos fuerzan —junto con los artículos— la recategorización de los nombres propios en nombres comunes. La expresión la Lima colonial sugiere la existencia de otras Limas: Simón de Ayanque, en su descripción de la Lima colonial, va más lejos (Fuentes, Espejo). Como se explicó en los § 12.7l y ss., ese conjunto de entidades es el representado por varias etapas, estadios o facetas de una misma persona o cosa (lógicamente, no simultáneas), como en La novela en la que descubrimos al Cela más agudo, que sugiere la existencia de otros Celas, o La Victoria Ocampo más atractiva es la que escribió “Los Testimonios”, que da a entender que existen otras Victorias Ocampo. El adjetivo posnominal puede tener incluso valor contrastivo en estos contextos, hecho que se aprecia en El Monterrey industrial es el actual, no el que conoció Alfonso Reyes.

13.13k En algunos de sus usos, los adjetivos relacionales antepuestos a los nombres propios se reinterpretan como calificativos, más exactamente como epítetos (§ 13.2e y ss.), por lo que dejan de ser modificadores restrictivos. En esta nueva interpretación no se plantea el problema semántico al que aludió el apartado precedente, ya que los adjetivos pasan a integrarse del todo en la clase de los calificativos y admiten las marcas de grado propias de estos: la (muy) madrileña calle de Alcalá, la (muy) porteña Avenida Corrientes, el colombianísimo cantante Carlos Vives, etc. Recuérdese que en el registro periodístico al que se aludió en el § 13.13f, la anteposición no está relacionada necesariamente con la interpretación de epíteto. De hecho, en un fragmento como […] asesinado el día anterior en la madrileña calle del Camino de la Laguna (País [Esp.] 29/9/1977) se habla de cierta calle que no destaca en particular por su posible madrileñismo.

13.13l El sentido que se obtiene en muchos adjetivos relacionales interpretados como epítetos suele ser el que proporciona el adverbio típicamente13.12v). Los adverbios de grado no están siempre presentes en estas construcciones. Así, la expresión la colonial Antigua, que se ajusta a esta pauta, se forma con el nombre propio Antigua y el adjetivo de relación, recategorizado como calificativo, colonial (por tanto, ‘típicamente colonial’). Por el contrario, en la expresión La Antigua colonial interviene el adjetivo colonial (no recategorizado), pero el sustantivo Antigua se reinterpreta sintácticamente en ella como nombre común, lo que sugiere, como en los ejemplos del apartado anterior, la existencia virtual de otras Antiguas: la Antigua prehispánica, la Antigua moderna, etc. Como en otros casos de transferencia de adjetivos relacionales a la clase de los calificativos (§ 13.12q y ss.), los gentilicios que pueden tomar parte en esta construcción son aquellos que designan áreas geográficas que se asocian a rasgos particulares en la conciencia lingüística de los hablantes.

13.13m En la posición prenominal a la que se hace referencia se alojan, como cabe esperar, otros muchos adjetivos calificativos que atribuyen propiedades inherentes de las entidades designadas por los nombres propios, como en la simpática Eva (en contraste con *Eva simpática, mencionado en el § 13.13g), el genial Einstein, la coqueta princesa Beatriz de Sajonia, la astuta Catalina de Médicis y otros ejemplos similares que se examinan en el § 12.7ñ. A esta misma pauta corresponden también los fragmentos siguientes, el primero extraído de una crónica deportiva:

Los corpulentos zagueros, el volante central Bastia, el inteligentísimo Maciel y los atrevidos Milito y Estévez, destacaron sus actuaciones pero apenas por encima de los otros (País [Ur.] 4/10/2001); Para hacer los seriales se necesitaban un guionista —el rey fue Guillermo Sautier Casaseca—, una montadora musical, que era la maravillosa Remedios de la Peña, y una compañía de actores (Díaz, L., Radio).

Existe en estos casos oposición entre el artículo determinado y el indeterminado: la expresión un inteligentísimo Maciel sugiere cierta manifestación episódica de la inteligencia en el individuo del que se habla, mientras que el inteligentísimo Maciel la presenta como cualidad prototípica suya.

13.13n Se explicó en las páginas precedentes que los diccionarios informan sobre los usos calificativos de ciertos adjetivos relacionales. En el § 13.12w se hizo notar que los adjetivos relacionales recategorizados como calificativos admiten la anteposición, como en una cerebral película de suspenso (de suspense en España), o en La caótica, la fría, la cerebral y hechizante revolución atonal tuvo lugar en el lenguaje mismo (Rossi, María), donde cerebral es adjetivo calificativo por oposición a una lesión cerebral (con adjetivo de relación). Recuérdese el § 13.12q. He aquí otros ejemplos de la alternancia entre adjetivos relacionales en posición posnominal y adjetivos relacionales recategorizados como calificativos en posición prenominal:

una obra dramática ~ un dramático final; un acto político ~ una poco política respuesta; un poeta trágico ~ su trágico destino; una sanción económica ~ una muy económica solución; las invasiones bárbaras ~ un bárbaro atentado; la vía férrea ~ su férrea voluntad.

Repárese en que la naturaleza del sustantivo modificado es un factor determinante para que se produzca la anteposición. Las paráfrasis con el adverbio típicamente, mencionadas en el § 13.12w, ayudan a precisar el valor que adquiere el adjetivo antepuesto. No es sorprendente, por tanto, que el adjetivo tradicional rechace la anteposición en la gramática tradicional, y que la acepte con naturalidad en […] la tradicional posición del español ante la muerte (Gómez Serna, Automoribundia).

13.13ñ La elipsis nominal que se analiza en los § 13.6d y 15.7 afecta a los adjetivos posnominales, no a los prenominales. Por ejemplo, la expresión los pesados puede hacer referencia a ciertos muebles. En este caso, el adjetivo se interpreta como restrictivo (los muebles pesados, por oposición a otros), no como epíteto (los pesados muebles). En consecuencia, el sustantivo tácito ha de ocupar en el grupo nominal cierta posición sintáctica posterior al artículo y anterior al grupo sintáctico restrictivo. Otros casos similares son las altas, el corto, la británica, etc. Como se espera de la caracterización anterior, los adjetivos que solo admiten la posición prenominal no se aceptan con elipsis nominal (*los meros, *las presuntas).

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Sobre la NGLE

Índice general

Sintaxis

cerrar

Buscador general de la RAE