Sintaxis

13. El adjetivo y el grupo adjetival

13.10 Adjetivos, determinantes y pronombres (II). Cierto, determinado, semejante, otro, demás

13.10a Todos los elementos encuadrados en el grupo A de la clasificación presentada en el § 13.9a expresan alguna forma de cuantificación. Aun así, no son coincidentes, como se ha explicado, las propiedades adjetivales que ponen de manifiesto, ni tampoco el grado en que se enmarcan en la clase de los cuantificadores, acaso con la excepción de varios, que parece totalmente integrado en ella. Los elementos del grupo B se parecen a los determinantes en que contribuyen a establecer la referencia de los grupos nominales, o bien a dejarla tácita. Así, el adjetivo determinado en Estas cosas se hacen sencillas y comprensibles a determinada edad (Delibes, Camino) no precisa cuál es la edad de la que se habla, pero da a entender que esa identificación se realiza en la conciencia del hablante. El adjetivo determinado alterna la anteposición y la posposición al sustantivo con relativa facilidad, a diferencia de lo que sucede con cierto, con el que comparte varios usos.

13.10b Los adjetivos determinado y cierto se integran en la clase de los determinantes cuando introducen un grupo nominal. Repárese en que no sería posible sustituirlos por algún adjetivo calificativo en {Cierto ~ Determinado} político yerra una y otra vez en sus declaraciones públicas, pero podrían ser sustituidos por el indefinido un. Sin embargo, cierto y determinado mantienen en parte sus propiedades adjetivales cuando siguen a este mismo indefinido:

Como dijera alguna vez Flor, no le vendría mal un cierto grado de paranoia (Belli, Mujer); Detrás de su apariencia de hombre duro y solitario, esconde una cierta ternura (Bayly, Mujer); Manolo, que ha hablado de un determinado ordenador portátil, se vuelve hacia su prima, tras beber un sorbo de café (Salvador Caja, Eje); En el esquema aparece representado un cromosoma y una determinada región del mismo (Quevedo, A., Genes).

13.10c Cierto coincide con los cuantificadores indefinidos en algunos contextos, lo que hace pensar que se asimila a los miembros de esta clase de palabras: Hay {ciertas ~ algunas} conversaciones que conviene no evitar; Existen {ciertas ~ algunas} analogías entre ambas especies de aves; Ella lo seguía a {cierta ~ alguna} distancia. Sin embargo, se diferencia de ellos en que no se combina con los complementos partitivos: {algunos ~ *ciertos} de ellos (propiedad característica de los cuantificadores, como se ha recordado), y también en que no admite el uso pronominal: En cuanto a las novelas que mencionas, solo {algunas ~ *ciertas} son interesantes.

13.10d Se diferencian asimismo cierto y alguno en que el primero no está sujeto a las restricciones contextuales del segundo a las que se alude en los § 20.1k y 20.3. Resultaría, por ejemplo, forzado emplear algún en lugar de cierto en Eso me sucedió cierto día de verano, e imposible hacerlo en A cierta edad no está uno para hacer locuras. Tanto cierto como alguno pueden introducir complementos del verbo haber, como en Hay {ciertas ~ algunas} personas que ayudan a los demás, o en Hay ciertas cosas que le atrasan a uno (Roa Bastos, Vigilia). Sin embargo, el primero no designa grupos particulares de personas o cosas, lo que se pone de manifiesto en las construcciones con verbos de medida, que rechaza: La reunión duró {algunos ~ *ciertos} días.

13.10e Las propiedades mencionadas en el apartado anterior hacen pensar que cierto no es propiamente un cuantificador, sino un determinante indefinido que se utiliza para introducir nuevos referentes discursivos, al igual que el artículo indefinido un(o). Coincide también en esta propiedad con los cuantificadores indefinidos. En el § 15.9 se señala que los grupos nominales encabezados por el artículo indefinido reciben dos lecturas, una específica y otra inespecífica. Así, en Luis quiere casarse con una actriz, el grupo nominal indefinido puede referirse a una actriz particular (lectura específica) o a una actriz cualquiera, que Luis todavía no conoce (lectura inespecífica). Esta segunda lectura no se obtiene con cierta. Los grupos nominales formados con cierto son indefinidos, pero poseen interpretaciones específicas, como algunos de los formados por un(o): Hay una persona en particular que podría ayudarte. Los matices que separan cierto de uno son sutiles. El primero hace más patente el deseo del hablante de mantener oculta la identidad del referente, como en cierto día del mes de mayo, y a veces su propia incapacidad para expresarla o ponerla de manifiesto, como en cierta sensación de culpabilidad.

13.10f Además de determinante indefinido, cierto se usa como adjetivo predicativo prenominal. En tal caso se puede combinar con el artículo indefinido. Denota imprecisión o vaguedad, como se observa en Se presentó con un cierto retraso (‘con algo de retraso’) o en Tengo una cierta idea de cómo irán las elecciones (‘una idea aproximada’). De este modo, en Cierta inquietud poderosa nos obliga de nuevo a sentir temor por un instante (Montaño, Cenizas) lo que se oculta al oyente no es la naturaleza de esa inquietud, sino más bien su magnitud o el grado que alcanza. A esta misma pauta pertenecen estos otros ejemplos:

Aprendí a extraer un cierto placer, una satisfacción malsana de mi propia ruina (Grandes, Malena); En el gesto de los héroes de la aventura había advertido un cierto malestar (Navales, Cuentos); De pronto lo abandonó el júbilo inicial y empezó a sentir un cierto asco (Ducoudray, Ojos).

13.10g La pauta «artículo indeterminado + cierto» se registra casi exclusivamente en las formas de singular. Se documentan, no obstante, algunos ejemplos del uso en plural, más frecuentes en la lengua clásica que en la contemporánea:

Déjenmele decir unas ciertas palabras al oído, y verán como no se desmaya (Cervantes, Gitanilla); Un Estado libre necesita unas ciertas garantías frente a esa libertad sin límite de los ciudadanos (Vázquez Montalbán, Galíndez).

13.10h Se usa también «artículo indeterminado + cierto» (acaso por influencia del francés) cuando el hablante conoce la identidad del referente, pero prefiere no transmitirla de forma directa, sea porque lo considera innecesario, sea porque prefiere que quede velada o encubierta:

¿No es un cierto uso de la violencia colectiva el que ha defendido a los grupos del capricho destructivo de los individuos? (Savater, Valor); Un cierto día, según cuentan, un muchacho de por ahí cerca, cuando Baldomira estaba en la iglesia, entró a robar la tienda (López Páez, Herlinda); En realidad, me gustaría obtener el amor de una cierta señorita (Dolina, Ángel); Se había llevado exacta cuenta de los pasajeros que usaban diariamente el subte dentro de una cierta semana (Cortázar, Glenda); Te lanzaste a leerlo con el ingenuo optimismo del que se cree destinado a una cierta misión (Salazar, Selva).

Sin embargo, puede emplearse igualmente sin el artículo:

Cierto día emprendimos un viaje a Toluca (Leyva, Piñata); Su obra quedaría —como cierta Sinfonía célebre— inconclusa (Vargas Llosa, Tía); Hay cierto tipo de delitos internacionales que violan valores fundamentales (Tiempos 2/1/1997).

No se suele producir la alternancia ante los sustantivos no contables: Dice que posee {cierta ~ *una cierta} información confidencial. Como cierto introduce grupos nominales indefinidos de interpretación específica, no alterna con un(o) en las oraciones genéricas, como en Un libro siempre te resulta útil (es decir, ‘alguno, cualquiera de ellos’). Véanse, en relación con este punto, los § 15.8j y ss.

13.10i Es hoy poco usada la construcción «un cierto + nombre propio». Se utiliza en su lugar un tal: Discutió con uno de esos caraqueños que llegaron de la selva, un cierto Arnaldo (Ulive, Dorado); Conoció a un tal Eladio Salamán (Santos Febres, Pez). Cuando aparece pospuesto, cierto significa ‘seguro, veraz’ y muestra un comportamiento plenamente adjetival. Con este significado puede usarse atributivamente y ser modificado por un cuantificador de grado (Es muy cierto que…). El proceso de integración de un adjetivo calificativo en el grupo de los determinantes —completado, como se vio, en varios o bastantes— se halla en un estadio intermedio en el caso de cierto, ya que, como se ha señalado, presenta usos como determinante, pero también adjetivales.

13.10j Se emplea semejante como adjetivo calificativo (como en dos personalidades semejantes) y también como adjetivo descriptivo o clasificativo (recuérdese el § 13.2i: dos triángulos semejantes). Sin embargo, se asimila en otros casos al demostrativo tal/tales17.10a y ss.) y se utiliza, como él, con valor anafórico. Este uso es común en los contextos que inducen términos de polaridad negativa (§ 48.6), es decir, en entornos negativos e irreales, como en No me vengas ahora con semejantes pretensiones. La interrogación retórica es un inductor negativo (§ 48.6v, w), lo que se pone de manifiesto en oraciones como ¿Quién puede aceptar semejante injusticia? o en: ¿Hay desdicha semejante? ¿Hay resolución tan breve? (Lope Vega, Perro); ¿Qué puede esperarse de un país semejante? (Sábato, Héroes). También son inductores negativos las expresiones que se subrayan con trazo discontinuo en los textos siguientes:

Bueno, no quiero que se piense que un niño de siete años puede hablar un lenguaje semejante (Jodorowsky, Danza); Era inaudito semejante cinismo (Ayala, Historia); Si la mayoría de votos conviene en semejante delirio, poco hay que esperar de las Cortes (Blanco White, Juan Sin tierra).

La pauta «semejante + sustantivo» admite paráfrasis como «un/una + sustantivo + como ese/esa» o «un/una + sustantivo + así»: semejante ofensa ~ una ofensa así.

13.10k El adjetivo cuantificativo tamaño conserva el valor intensivo del grupo adjetival latino tam magnus y admite igualmente paráfrasis con demostrativos: tamaña humillación ~ una humillación como esa:

Quisiera hallarme en términos, fermosa y alta señora, de poder pagar tamaña merced como la que con la vista de vuestra gran fermosura me habedes fecho (Cervantes, Quijote I); Pero, en mi descargo, he de confesar que nunca jamás pudimos imaginar el alcance de tamaña humillación (Aparicio, César); Al oír tamañas blasfemias, la Bernarda se santiguaba (Ruiz Zafón, Sombra); En su cara apareció tamaña sonrisa que me hizo ver cómo gozaba con el incidente (Martínez Salguero, Combate).

Como se comprueba, unos elementos del grupo B están más cerca de los indefinidos, mientras que otros lo están de los demostrativos. En relación con los participios dicho y susodicho, véanse los § 17.3l y 27.8s.

13.10l Se ha observado que la categorización gramatical de la palabra otro (con flexión de género y número: otro/otra/otros/otras) es problemática porque se asimila en parte a los adjetivos, pero tiene propiedades que la identifican como cuantificador o como determinante indefinido. En efecto, la sola presencia de otro permite construir sujetos preverbales, como en Otro problema es el de la periodización (Osorio, Eco). Esta propiedad es característica de los determinantes. A la vez, otro admite usos pronominales (Tengo otro), en los que se remite a algún antecedente. Acepta también complementos partitivos (otro de los asuntos que hemos de ver), propiedad característica de los cuantificadores. Sin embargo, a diferencia de otras palabras integradas del todo en estas clases, otro puede aparecer en el grupo nominal precedido de un determinante, como en los otros invitados, o de un cuantificador (muchas otras veces), además de como atributo en las oraciones copulativas (El problema es otro). Como puede verse, otro presenta propiedades cruzadas que corresponden a varias clases de palabras. No tiene, pues, un lugar claro entre los grupos del § 13.9a. Es típicamente adjetival la propiedad de formar adverbios en -mente. Otramente tuvo cierta vitalidad en la lengua clásica, pero es hoy de escaso uso: Pero entre tu soledad y la mía hay una gran diferencia, otramente importante: a ti te sirve, te es útil y, cuando no la tienes, la buscas (Adoum, Ciudad).

13.10m Se distinguen fundamentalmente dos usos de otro: el sentido de alteridad (también llamado de distinción o de diversidad) y el denominado aditivo. En efecto, en Juan compró otra novela puede querer decirse ‘una distinta de la antes mencionada’ [valor de alteridad], o bien ‘una más’ [valor de adición]. En ciertos contextos, estos dos sentidos son compatibles. El que dice Toma estos tebeos y préstame otros pide que se le entreguen tebeos distintos [valor de alteridad], pero también que se le den más tebeos [valor de adición]. Se retoma esta cuestión más adelante en esta sección, así como en los § 45.4 m y ss.

13.10n Cuando expresa alteridad, otro presupone que existe en el contexto discursivo alguna entidad perteneciente a la misma clase denotada por el sustantivo al que acompaña. En esta interpretación, otro comparte sus propiedades referenciales con mismo, propio, distinto o demás13.10w y ss.), que contribuyen igualmente a identificar individuos. Sin embargo, estos adjetivos no han experimentado en el mismo grado que otro la evolución a la categoría de determinante. La pauta «artículo definido + otro» solo es compatible con el valor de alteridad, de forma que el otro (con sus variantes de género y número) contrasta con las expresiones equivalentes con uno (el uno, las unas, etc.):

Acusaron a su autor de las cosas más dispares, los unos de ateísmo, los otros de anglicanismo (Giner, Teoría); Más adelante, aquí y allá, seguían apareciendo errores tan manifiestos como los precedentes, los unos pornográficos, los otros delirantes, pero la mayoría no tan burdos (Cerezales, Escaleras).

Véanse también, en relación con estas construcciones, los § 15.2s y ss. La interpretación de la una como ‘una de ellas’, descrita en el § 21.6p, no se extiende a la otra, ya que esta última expresión es definida, a diferencia de otra de ellas. Aun así, la pauta el otro/la otra se usa cuando el conjunto de entidades del que toma su referencia otro se reduce a dos. Así, en Ahora, con el electroscopio cargado, toca el otro péndulo (Alcázar, Electricidad) se interpreta que en el contexto solo hay dos péndulos.

13.10ñ También se emplea el artículo definido ante otro cuando el hablante entiende que el conjunto de entidades al que se alude es identificable, sea porque ha sido explicitado en el discurso anterior, como en este texto: Todos los otros vehículos mencionados a lo largo de la causa se desplazaron entre el camino y la banquina (Bruno, Reconstrucción), sea porque el conocimiento implícito permite interpretarlo como tal. Así, en el fragmento que sigue se sobrentiende la existencia de un grupo definido de periódicos que el lector puede reconocer fácilmente como aquellos a los que el autor podía tener acceso:

La sola busca del tema diario me había amargado los primeros meses. No me dejaba tiempo para más: perdía horas escudriñando los otros periódicos, tomaba notas de conversaciones privadas, me extraviaba en fantasías que me maltrataban el sueño, hasta que me salió al encuentro la vida real (García Márquez, Vivir).

Como se ve, en este fragmento no se hace ninguna mención previa de un conjunto de periódicos, pero se deduce que la búsqueda de la que se habla se lleva a cabo en ellos. Esta propiedad de otro se percibe también en la interpretación llamada aditiva13.10m). Repárese en que la palabra niños se menciona una sola vez en el texto que sigue, pero el lector debe inferir —para darle sentido— que el pronombre ella se refiere a una niña determinada: Ocúpate un poco de ella, no la dejes sola, preséntale a otros niños (Grandes, Aires).

13.10o En la interpretación aditiva, el indefinido otro aporta la información cuantificativa característica de más. En este uso, otro libro equivale a un libro más, y otros libros, a unos libros más. Otro coincide con los cuantificadores indefinidos alguno, ninguno, mucho, etc. en que admite complementos partitivos. Se trata, de todas formas, de una construcción frecuente en singular, como en los dos primeros textos del grupo siguiente, pero infrecuente en plural, como en los otros dos:

Nos ha regalado el pasado fin de semana con otra de sus ocurrencias ingeniosas (Tiempos 31/10/2000); Max y otro de los oficiales recogían muestras (Obando, Paraíso); […] ni otros de los altos directivos de la Policía Nacional (García Márquez, Noticia); La casa de los espíritus de Bille August y Belleza robada, de Bernardo Bertolucci, son otras de sus películas (País [Esp.] 4/9/1997).

Sin embargo, con otro (y sus variantes) no se construyen respuestas adecuadas a las preguntas formuladas con cuántos. Hace pensar asimismo que la naturaleza de otro no es cuantificativa el que rechace los grupos nominales que modifican a un cuantificador comparativo, como en {varios ~ tres ~ *otros} metros más, además de los complementos de medida, como en Mide {varios ~ tres ~ *otros} metros.

13.10p No pertenece al español general de hoy la combinación de otro con el artículo indefinido en singular (un otro ~ una otra), a diferencia de lo que sucede en otras muchas lenguas (cat. un altre, ingl. another, fr. un autre, it. un altro, al. ein anderer). Este uso está ampliamente documentado en el español antiguo:

Agora veamos de una otra dotrina sobre el fecho de las batallas (Zorita, Árbol); E acaeció que un otro cavallero del Emperador passava por la misma calle (Siete sabios); Y pidió, por la ley, la mujer de un otro y fuele dada (Mejía, Silva); Calla, padre, que yo os haré a vos una otra [=‘escudilla’], cuando seáis viejo, porque bebáis aparte (Timoneda, Aviso).

En el español contemporáneo estándar de la mayor parte de las áreas lingüísticas se registran ocasionalmente estas combinaciones en varios tipos de textos. Se ha observado que son algo más frecuentes en las áreas rioplatense y andina, pero se atestiguan también en otras:

Para Tizón existe un otro dominio, el dominio epistemológico derivado (Castilla, Psiquiatría 1); Pasando a un otro tipo de circunstancias […] (Aisenson, Cuerpo); Y nos fuimos a un otro local (Viezzer, Hablar); Días antes de su muerte, un otro golpe hirió su corazón (Tiempos 9/3/1997); En fin: la perfecta amenaza, la súplica de apagar la noche y la exigencia de recomenzar un otro día (Melo, Notas); Y una otra vía, esta vez rodeada de un cierto cientificismo, consiste en enseñar “dibujo técnico, perspectiva” (Anzorena, Ver).

Aun así, la variante sin artículo, mayoritaria en el español de hoy, es la opción que se recomienda. Estas muestras de la pauta «artículo indefinido + otro» se distinguen de los usos nominalizados, propios de la lengua literaria, en los que otro pasa a interpretarse como sustantivo: En uno siempre hay un otro que no sabemos quién es (Roa Bastos, Crack).

13.10q En la opción predominante en el español actual, el indefinido otro ha incorporado los rasgos de un, por lo que resulta innecesario. Por el contrario, otro puede ir precedido, en todas las variedades del español, por los cuantificadores algún y ningún: algún otro día, ninguna otra ocasión. Mientras que los grupos nominales encabezados por otro pueden tener interpretación específica o inespecífica, los formados por algún otro tienden a fijar esta última: Maricarla bien podía estar en algún otro sitio (Álvarez Gil, Naufragios). A la noción de alteridad propia de otro, añade algún la de indiferenciación numérica, lo que hace que algún otro sea compatible con la interpretación ‘más de uno’ (Recurrió a algún otro amigo), mientras que otro no es compatible con ella (Recurrió a otro amigo). En esta posición interior del grupo, otro se combina también con el cuantificador de indistinción cualquier (cualquier otro asunto), con el cuantificador evaluativo muchos (muchos otros cuadros) y —menos frecuentemente— también con pocos y demasiados, como en los siguientes ejemplos:

En Venezuela, como en muy pocas otras partes, produjo un hombre sin complejos (Morón, Historia); Había muy pocos otros materiales que pudieran hacerlo (Ruffinelli, Guzmán); Solamente dos grandes empresas latinoamericanas, y muy pocas otras de carácter intermedio, han logrado consolidar su poder (Getino, Mirada); Pero tampoco está tan lejos —figura por figura— de demasiados otros equipos, como debiera ser (Clarín 3/3/1997).

13.10r Otro puede preceder a los numerales cardinales (otras tres veces), y también a los cuantificadores evaluativos: otros muchos días, otras pocas fotos. Se combina, pues, con los mismos cuantificadores que pueden concurrir con los determinantes definidos en el interior del grupo nominal: los tres días, las pocas fotos. Estas propiedades de otros son enteramente esperables en un determinante, a diferencia de las que se muestran en el apartado precedente:

Así pasé otros pocos meses más (Fernández Lizardi, Periquillo); Había otras muchas cabezas espelucadas (Carpentier, Reino); Entre otras muchas cosas que le gustaban menos (García Márquez, Amor); Beuve y otros pocos acertaron (Vargas Llosa, Orgía); Al compás de los goles de Jairo Castillo, Colombia sumó otros tres puntos (Tiempos 5/9/2000).

En esta misma posición, otros puede concurrir con cuantos y tantos, como en los siguientes ejemplos:

Para ellos; para usted; tiene preparadas otras cuantas sorpresas que más adelante se darán a conocer (Tiempo [Col.] 7/4/1997); La figura oblonga a la derecha corresponde a una meseta de capas sucesivas correspondientes a otras tantas épocas de deposición de polvo y escarchas (Sersic, Marte).

13.10s La combinación «numeral cardinal + otro» era común en la lengua antigua. Al igual que se registran hoy usos de un otro13.10p), también se atestiguan de dos otros, tres otras, cuatro otros, etc., sobre todo cuando se elide el sustantivo (tres otros Ø) u otros se emplea pronominalmente:

La cámara capta cuatro imágenes suyas bajo distintos ángulos […] y las tres otras son meros reflejos (Paranaguá, Ripstein); Al punto donde se separan esos dos otros con sus empuñaduras en oposición (Benet, Saúl); Los capitalizadores se comprometieron a comprar un avión 737 y a alquilar dos otros para ampliar las rutas internacionales (Tiempos 9/1/1997).

Aunque estas construcciones se documentan ampliamente en la lengua antigua, como en Ésta es la terçera señal d’el muy granada. / Otrosí en el su rregno, tres otras deue auer (López Ayala, Rimado), son hoy minoritarias comparadas con las que muestran el orden inverso (otras tres, otros dos), que se consideran preferibles.

13.10t Es hoy de uso general la pauta «pronombre interrogativo + otro», sobre todo con el pronombre qué, pero también con cuál y quién:

¿Qué otro país civilizado del orbe europeo hubiera podido financiar, respaldar esta quimera […]? (Roa Bastos, Vigilia); […] seguro del lugar donde nos vamos a encontrar, cuál otro podría ser (Fuentes, Cristóbal); Él fue el tipo que llevaste de Montecristi a la hacienda de Trujillo, quién otro iba a ser (Vargas Llosa, Fiesta).

Ya no se atestiguan, en cambio, o son muy raros, los usos de otro tras los cuantificadores algo, nadie y todo, que conoció la lengua antigua:

Por todos otros dolores, / dolençias e enfermedades […] (Santillana, Bías); Por este presente tratado y todas otras querellas y acciones aquí no especificadas […] (Santa Cruz, Crónica Reyes); El a quien deviere algo otro, pídaselo por justicia (Celso, Repertorio); Quienquiera que él sea y vos seáis, lo habéis de tener como por señor y llamarlo ansí, y á nadie otro con tanta razón (Cabrera, Consideraciones).

13.10u Otro admite complementos introducidos por la conjunción que formalmente asimilables a las codas comparativas. Estas construcciones son características de los entornos negativos:

Él no quiere que ame a otra mujer que a ti (Isaacs, María); No ha de entenderse, por tanto, que el saber científico sea algo otro que el saber común (Costa, Fórmula); Por eso, cuando el martes lleguen los Bulls a la Ciudad de la Luz no pasará por su mente otra idea que la de la victoria (ABC 3/10/1997).

De este modo, en el tercero de los textos se obtiene el significado ‘una idea que no sea la de la victoria’ o ‘una distinta de la de la victoria’. Repárese en que distinto y diferente tienen asimismo propiedades comparativas, como se explica en los § 45.1q y 45.7d-l.

13.10v En el español antiguo se registran usos de otro en posición posnominal. Se trata de una propiedad adjetival que se perdió en su evolución de la clase de los adjetivos a la de los determinantes:

Qui fizo al omne o a quoal quiere otra cosa plaga o seynnal otra […] (Vidal Mayor); Cualquiera remedio otro darías sin temor (Rojas, Celestina); Porque una mujer necia y parlera, como lo son de contino las necias, por más bienes otros que tenga, es intolerable negocio (León, Casada); Sacó en poco tiempo cinco o seis mill pesos de oro, y muchos mineros otros que cogían oro allí (Fernández Oviedo, Indias).

Aunque este uso estuvo extendido en la lengua medieval y en la clásica, no ha pervivido en la actualidad.

13.10w El adjetivo demás, que carece de flexión de género y número, posee puntos en común con otro, pero también algunas propiedades que lo distinguen de él. La diferencia más notable entre ambas palabras estriba en que demás no se usa como determinante: Llegaron {otros ~ *demás} invitados. Aparece precedido de un artículo determinado (Llegaron los demás invitados) y posee un significado similar al del adjetivo restantes. Demás se aproxima a otro en cuanto que denota también alteridad, como en Estas facturas y las {otras ~ demás}. Como muestran las paráfrasis con restante, demás se caracteriza por denotar la cantidad o el número que queda o que resta de un conjunto ya introducido en el discurso, aunque no necesariamente en el inmediato. Los sustantivos a los que precede aparecen en plural si son nombres contables:

Examinemos las demás posibilidades (Bunge, Lingüística); Todas las demás mujeres no le importaban, solo esta (Fuentes, Frontera); […] después de la cena y de un interrogatorio exhaustivo por parte de los demás miembros de la familia (Saer, Nubes),

y en singular si son no contables. Este último uso es mucho menos frecuente:

En un poco de leche se disuelve el chocolate, se le agrega la demás leche, se hierve con la canela, hojas de naranjo y anís (Ramos Espinosa, Platillos); Se suplicará al Prelado diocesano el nombramiento de un sacerdote que se encargue de […] suministrar el demás pasto espiritual a los presidiarios (Picó, Día); De ellos tengo en mi poder mil pesos que venían en onzas de oro, pero el resto con el demás dinero ha encontrado embarazo por la malicia del capitán (Goldenberg, Cartas).

13.10x Demás se construye con el artículo determinado, como muestran los ejemplos anteriores, pero también admite los posesivos: A unos metros están mis demás criados, con la vista al suelo (Boullosa, Duerme). Como el resto de los adjetivos, puede ir precedido del artículo lo14.9-10). Lo demás significa, en efecto, ‘lo restante’: Callé lo demás (Mujica Lainez, Ídolos). Se registran, sin embargo, algunos usos de demás sin artículo. En estos casos, demás no alterna con restante, sino con otros, de forma que adquiere propiedades de determinante. Estos usos son hoy más frecuentes, en proporción, en el área caribeña, y se documentan sobre todo cuando el grupo que demás encabeza es término de preposición:

Entré en consulta con demás jefes del Ejército (Britto, Misa); […] retirarse de los tinglados y seguir siendo inspiración para demás boxeadores (Siglo 16/6/1997); Asimismo, se prevé que sostenga una reunión con el Consejo de Seguridad Pública y con demás autoridades de seguridad (Salvador Hoy 19/6/1996).

Se registra también este uso en otras áreas lingüísticas, más frecuentemente en las enumeraciones de elementos que comparten alguna propiedad, como en su esposa, sus hijos y demás familia; la escuela de los niños, la factura del teléfono y demás gastos; los versos de Garcilaso, Lope, fray Luis de León y demás poetas del Siglo de Oro, o en los textos siguientes:

Lo que más me molesta de los ovnis, los fantasmas y demás locuras no es lo fantástico de las ideas que proponen sus seguidores (Gánem, Caminitos); […] por donde saldrán los frutos de la tierra, nuestro café, nuestro maíz, nuestras caraotas, nuestras panelas y demás productos del trabajo continuo y manso de los cuiqueños (Morón, Gallo).

13.10y El adjetivo demás puede emplearse como pronombre (o incidir sobre núcleos nominales tácitos), como en Tomó una moneda y dejó las demás, uso que comparte con otras, pero también con restantes, ya que esta propiedad caracteriza de modo general a los adjetivos. El antecedente que se requiere en estas construcciones no siempre está presente en el discurso inmediato. En los fragmentos que siguen no aparece dentro del mismo período sintáctico que contiene al adjetivo demás:

Al ver que no regresábamos tan pronto, los demás bajaron a los corredores del sótano (Carpentier, Pasos); En el clan la vida transcurría a la vista de los demás (Allende, Zorro); Salió con una carcajada, diciéndose que al otro día se lo iba a contar a las demás mientras tomaba café (Gamboa, Páginas).

Es posible, por otra parte, construir discursos en los que los demás, al igual que los otros, se use sin antecedente, es decir, haciendo referencia de manera imprecisa a las personas que se diferencian del que habla: —¿Le preocupa lo que digan los demás de su trabajo? (Tiempo [Esp.] 8/10/1990).

13.10z Demás no comparte con otros las propiedades de esta voz que la caracterizan como determinante indefinido (otros dos ~ *demás dos, etc.). Tampoco comparte con restante la posición posnominal: los pagos restantes ~ *los pagos demás, a diferencia de lo que se permitía en la lengua antigua: […] quedando la dicha carta en su vigor y fuerça en quanto a las otras cosas demás en ella contenidas (Santa Cruz, Crónica Reyes).

 

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