baldear

Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936)

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baldear

 

baldear. (De orig. marinero). tr. Echar agua con un balde, generalmente para la limpieza de patios, azoteas, aceras, etc.

                22-i-1867 Jable (El Time, p.2): Los que viven la casa, ignorando lo que pasaba, fueron sorprendidos por las voces de los vecinos que acudieron prontamente, y gracias á la hora y actividad de aquellos en romper la puerta y baldear agua suficiente para que se lograse apagarlo.

                5-vii-1945 Jable (La Provincia, p.2): Se las apaña con los de la casa y los espontáneos. Pegan a baldear y a cacharrear que es un gusto. 1952 Pérez Vidal Influencias marineras (p.14): Baldear. tr. Limpiar el suelo echando agua con baldes. «La criada está baldeando el patio».

¨Como señala Álvarez Nazario Herencia (p.195), «El verbo baldear (pron[unciado] baldiar) tr., de sentido marinero original 'regar las cubiertas de los buques con los baldes a fin de refrescarlas y limpiarlas', amplía su significado en Canarias y en Puerto Rico y otras partes de Hispanoamérica para dar a entender la idea de 'limpiar el suelo echando agua con baldes o cubos'». El drae-01 la registra con una acepción que engloba la canaria y americana, pero deja patente su origen náutico: «Regar con baldes cualquier suelo, en especial las cubiertas de los buques con el fin de refrescarlas». La primera documentación del dcech i (s.v. balde ii) es de 1587, en el libro Instrucción náutica para navegar, de Diego García de Palacio.

2. Acarrear algo en baldes.

                1957 Nácher Guanche (p.154): Su torso desnudo y empapado de sudor brillaba al sol como untado de aceite. Alguna vez, llenando un cubo de agua, se lo largaba por encima para aplacar el calor. En seguida a baldear picón. Con avaricia. Como si tuviera el propósito de acabar la inagotable cantera del cauce.

¨Es una extensión de la primera acepción, no contemplada en la lexicografía canaria porque este uso no parece haber sido ni habitual ni general. En cualquier caso es una posibilidad normal de ampliación del significado de la palabra. El dea i, en su primera edición, recogía esta misma acepción con el ejemplo de Nácher, mientras que en la segunda edición la define como «Recoger o acarrear [algo] en baldes», añadiendo un nuevo ejemplo de 2003: «No todos podemos viajar a Galicia a baldear chapapote».

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

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