fuego

Diccionario histórico del español de Canarias

fuego

 

fuego. m.

~ salvaje. (Del port., la tercera acep.). loc. sust. a) Fuego fatuo.

                1-iv-1768 Verau Carta a Viera y Clavijo (p.418): Otros discurren necia y melancolicamente que son volcanes algunos quieren que sean meteoros igneos que llamamos fuegos fatuos, vulgarmente salvajes.

¨Es el único ejemplo anotado. No figura en el tlec. Pero hay una clara relación entre esta primera acepción y la segunda, porque según se ve en el aleican i (294) un informante de La Gomera llamó fuego fato a la luciérnaga. Esto hace pensar que la información de Viera y Clavijo responde a una realidad, y que el 'fuego fatuo' se denominaba popularmente en su época fuego salvaje. Esta identificación ha sobrevivido luego aplicada a la luciérnaga, cuya luz recuerda la del fuego fatuo.

b) Luciérnaga [= insecto coleóptero de cuerpo blando, cuya hembra despide una luz fosforescente de color blanco verdoso (Lampyris noctiluca)].

                1799-1812 (1982) Viera y Clavijo Diccionario (pp.206-207): Gusano luminoso (Lampiris-nocticula). Especie de bicho, llamado «luciérnaga» en castellano, que con particularidad se encuentra en los montes y castaños de la isla de La Palma. Es delgado, colorado y de una pulgada de largo. Allí le dan el nombre de fuego salvaje, a causa de la luz, como de una brasa, que despide de su cuerpo por las noches, nacida sin duda de cierto humor fosfórico, de que suele dejar el rastro por el suelo cuando camina.

                a1887 (1993) Maffiotte Glosario (p.78): Fuego salvaje m. ([La] Palm[a]) Luciérnaga, gusano de luz.

                1959 Alvar Tenerife (p.179): fuego salvaje 'luciérnaga' (Alc[alá]).

¨Esta manera de nombrar a la luciérnaga proviene de la primera acepción, como ya se ha dicho. El aleican i (294 «Luciérnaga») sitúa la expresión en Gran Canaria y Tenerife.

c) Erupción supurante que forma costras en la piel, y especialmente la que aparece en torno a los labios.

                1900 (1993) Arribas A través de las Islas Canarias (p.79): [...] hagan bien de quitar del cuerpo de Rosa (la enferma): mal aire, mal impuesto, hechizo, quebranto, mal de ojo, neglimiento, pasmo, cortamento, orquetilla, fuego salvaje, calores, picadas, tabardillo, resfriados, comezones [...]. Ibídem (p.92): Consultéle al hipócrita brujo que remedio me daba para curarme unos gruesos granos que me habían salido, sin duda del sol, y examinándolos me dijo que era fuego salvaje.

                1924 Millares Léxico de GC (p.75): Fuego salvaje. Curiosa manera de llamar a las pústulas que nacen en torno de los labios y que la gente de antaño pretendía curar con el «barro de la pila» o sea con el que se formaba en la superficie exterior de la piedra de destilar, y en el que arraigaban las matas del culantrillo, ornamento de la pila canaria. 1944 Pérez Vidal Medicina popular (p.48): El fuego salvaje granitos y ardor en las comisuras de los labios se cura tocando la parte afectada con un hierro caliente. 1957 (2001) Navarro Correa Habla Valle Gran Rey (p.67): fuego salvaje.- Ciertas pústulas que salen alrededor de los labios. Suelen curarlas con chispas de pedernal.

¨Figueiredo i registra fogo-selvagem con el significado de «Moléstia cutánea», por lo que parece claro su origen portugués en las islas. En el dialecto canario de Luisiana (Alvar, p.182) se emplea fuego salvaje como «Eccema» y «Luz de San Telmo».

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

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