baldosado

Se documenta por primera vez, con la acepción 'pavimento hecho con baldosas', en 1798, en las Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España. A partir de este momento, aparece regularmente en los textos, hasta la segunda mitad del siglo XX, momento en el que se espacian los testimonios. Se consigna en 1917 en el Diccionario de la lengua española de Alemany Bolufer, quien opta por una definición sinonímica ("embaldosado") y posteriormente se incluye, en 1927, en el DMILE, donde se considera voz propia de Chile. Santamaría, en su Diccionario de americanismos (1942), lo marca como vulgarismo.

Este sustantivo, raro, se documenta por primera vez, con la acepción 'revestimiento del suelo [de un lugar] con baldosas', en 1827, en un artículo publicado en el Diario Balear (Palma de Mallorca); no parece documentarse más allá del siglo XIX.