halada

Diccionario histórico del español de Canarias

halada, jalada

 

halada, jalada. f. Deporte autóctono que consiste en una competición de varias yuntas de bueyes o de vacas que tiran de una corsa, sobre la que se colocan piedras, sacos de tierra, etc. y cuyo peso varía según la categoría de las reses.

                23-i-1866 Jable (El País ii, p.2): Nadie extraña ya aquí lo que puede hacer esta autoridad, porque conocen de lo que es capaz, pues no hace mucho tiempo que en una tirada de bueyes que aquí hubo, ó en una jalada, como se diría por ahí, hacia terrero á fuerza de varapalos, dirigidos a los circunstantes.

                1955 (1995) Álvarez Cruz Retablo isleño (pp.377 y 378): La «jalada». Varias veces se han celebrado en La Laguna estas pruebas, que consisten en el arrastre de descomunales pesos por yuntas de bueyes y de vacas. [...] La «jalada» no es una invención. Es por el contrario, una tradición.

¨Proviene de halar, como las demás acepciones. El nombre habitual hoy es el de arrastre (de ganado). Vid., para más detalles sobre este deporte, el libro de Afonso Marichal.

2. Tunda o paliza.

                c1912 (1947) Moreno Puertos (p.24): Las blasfemias más horrorosas y las expresiones más soeces salían de boca del sobrestante mandador durante la jalada [...]. 1924 Millares Léxico de GC (p.102): Jalada. El canario aspira la h, lo mismo que el andaluz. De modo que aquí «halar» es jalar, pero jalada no es la acción de «halar», sino una paliza o «estupidura» dada con todas las reglas del arte. a1937 (2005) Hernández de las Casas Voces de LP (p.134): Jalada. Castigo: una jalada de palos. 26-ii-1946 (1976) Guerra Cuentos i (p.371): Pollancón todavía y viviendo por Santo Domingo, tuvo Pepillo Monagas un perro que si no lo agarra un día un tal Liberato Mandarrias, matarife él, robándole de un poyete de su casa, en el Pinillo, una libra de carne de puchero, a consecuencia de lo cual le metió una jalada que lo despatarró primero y lo dejó en su lugar descanso después [...]. 26-viii-1946 (1976) Ibídem (p.413): Como ella era consentidora, al mou por miedo a las jaladas que el viejo le metería, Pepe cogió jilo y no volvió. 1952 Pérez Vidal Influencias marineras (p.20): Halada. f. vulg[ar]. Tunda, paliza. a1959 (1990) Acosta Guión Antología («Por una chiregota», pp.97-98): La Niculasa que es un poco súpita,/ y que cuando se suelta de la rienda,/ hay que juyile como a los ceviles/ por mor de la melicia cuando hay guerra,/ saltó al terreno, la agarró del moño,/ ¡ave Mariya!, y le metió una tuesta,/ que si no se la saco la destronca/ de la jalada. ¡Vaya una trijedia!

¨La voz continúa viva en la actualidad. Como se advertirá en la totalidad de los ejemplos de las tres acepciones, lo habitual ha sido la escritura con j, que indica la aspiración de la h.

3. Cantidad considerable.

                a1937 (2005) Hernández de las Casas Voces de LP (p.134): Jalada. Muchas cosas. a1938 Pestana Vocabulario palmero (p.21): Jalada. Lo usan significando gran cantidad. Así dicen: «Le dieron una jalada de palos (= muchos palos)»; «Fuerte jalada de camino me di (= he caminado mucho; vine desde tal parte hasta aquí en tanto tiempo corto para tal caminata)».

¨Tal vez esta acepción sea anterior a la segunda, aunque los ejemplos sean posteriores. Si se analiza, en la cita de Pestana, jalada de palos, parece factible considerar que jalada quedaría luego con todo el contenido semántico explícito en el sintagma.

 

Diccionario Histórico del Español de Canarias © Todos los derechos reservados

ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española 2021
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Con el apoyo de Inditex

Sobre el TDHLE

Rueda de palabras

cerrar

Buscador general de la RAE