Morfología

6. La derivación nominal (II). Otros derivados

6.5 Nombres de cualidad, estado y condición (V). Otros sufijos

6.5a El sufijo -itud está presente en un notable número de sustantivos, casi todos latinismos, que expresan cualidad. Como se hizo en las secciones anteriores, esos sustantivos se relacionarán en el análisis sincrónico con sus bases adjetivales españolas, en lugar de con las latinas (por tanto, amplio > amplitud, a pesar del lat. amplitūdo). Pertenecen a ese paradigma acritud, altitud, amplitud, aptitud, beatitud, completitud, esclavitud, exactitud, excelsitud, finitud, laxitud, lentitud, magnitud, plenitud, prontitud, pulcritud, rectitud, verosimilitud. Ya no se usan amaritud (‘amargor’), servitud (‘servidumbre’) ni doctitud (‘cualidad de docto’; sin sustituto). Se documenta solo ocasionalmente certitud, y se emplean en su lugar certeza y certidumbre.

6.5b Cabe añadir a estos derivados el sustantivo longitud (lat. longitūdo, relacionado con el español antiguo longo o luengo), que desde principios del siglo xvi sustituyó a los vocablos que se usaban hasta entonces para designar esa dimensión: longura, longor, longueza y longadura. Puede agregarse también al paradigma de derivados en -itud el sustantivo latitud, si bien se ha perdido en gran parte el vínculo con el significado de lato (‘dilatado, extendido’). La relación con la base es asimismo tenue, pero algo más perceptible, en el caso de similitud (lat. similitūdo), a pesar de que el adjetivo español símil es ya poco usado. El sustantivo solitud (de solo; lat. solitūdo) tiene marcadas connotaciones poéticas, a diferencia de soledad: Pero qué mejor que tener solo la cara, las manos y los pies, sin los espaldares en que gravita el peso del aire, el laberíntico vientre, la solitud del sexo (Asturias, Maladrón). Podría mencionarse en este grupo el sustantivo gratitud, si bien no expresa propiamente ‘cualidad de grato’, sino cierto sentimiento de complacencia. En el mismo sentido, es infrecuente que negritud (calco del francés) se use como equivalente de negrura, en lugar de para designar un conjunto de rasgos culturales, tal como explica el DRAE.

6.5c Los sustantivos derivados en -itud de adjetivos terminados en el diptongo -io suprimen la última vocal y asimilan la -i- a la de -itud, como en ampl(i)(o) + itud > amplitud. El sufijo -itud posee las variantes -ud y -tud, siempre en el análisis sincrónico. La primera se obtiene en algunos adjetivos terminados en -to (finito > finit-ud; decrépito > decrepit-ud; inquieto > inquiet-ud; solícito > solicit-ud), pero no en otros (exacto > exact-itud; beato > beat-itud; lento > lent-itud). Del adjetivo completo se derivan completud y completitud; ambas formas se consideran correctas, pero se prefiere la segunda. La variante -tud está restringida a senectud (lat. senectus, -ūtis), juventud (con alteración de la base léxica joven) y vejentud (‘vejez’), formado a imitación del sustantivo anterior. Se registra vejentud en las áreas centroamericana, antillana, andina y chilena, a veces con sentido irónico: Esto en modo alguno se debe interpretar como síntoma de que uno ha comenzado a entrar en las aguas de la vejentud, sino como señal de que se ha vivido con alguna intensidad la época que nos correspondió (Augier, Prosa).

6.5d El sufijo -dumbre, heredero del latino -tūdo, -ĭnis, ha formado en español una corta serie de nombres de cualidad. Todos son latinismos, pero se asocian en la descripción, como en los demás casos, con sus bases españolas. Este sufijo posee las variantes -idumbre y -edumbre. La primera se reconoce en siervo > servidumbre (latín tardío servitūdo, -ĭnis); cierto > certidumbre (latín tardío certitūdo, -ĭnis), en ambos casos con alternancia /e/ ~ /ie/ en función del acento. La segunda aparece en manso > mansedumbre (lat. mansuetūdo, -ĭnis); recio > reciedumbre, y en podrido > podredumbre, con supresión del segmento -id-. La variante -edumbre corresponde asimismo a los sustantivos desusados gravedumbre (hoy gravedad, y antiguamente también graveza); dulcedumbre (hoy dulzura y dulzor; en otras épocas también dulcera y dulceza); soledumbre (hoy soledad, aunque también solitud). Los dos últimos derivados, usados ocasionalmente en la lengua literaria, siguen vivos en el español de la República Dominicana: Son a fin de cuentas frutas de un paraíso visual que poco a poco enarbolan su dulcedumbre (Listín Diario 22/11/2007). La variante -edumbre ha triunfado sobre -edad en los actuales mansedumbre (antiguo mansedad, y también manseza) y el citado reciedumbre. No existe propiamente una variante -adumbre, ya que en pesad(o) > pesad-dumbre se produce solo la reducción consonántica /dd/ > /d/. Aun así, los hablantes suelen asociar hoy esta voz con el sustantivo pesar, no con el participio pesado. Se ha observado que el hecho de que buena parte de las voces antiguas en -dumbre y sus variantes se documenten en los escritos científicos de la corte de Alfonso x el Sabio podría proporcionar una visión distorsionada sobre la verdadera productividad de este sufijo en la lengua antigua, al menos en lo relativo al español común.

6.5e En los § 5.2 y 5.3 se estudian los usos de -ción y sus variantes en los nombres de acción y efecto. Un número significativo de sustantivos derivados mediante ese sufijo expresan propiedades y estados. Así, el sustantivo decisión denota una acción en tomar una decisión, pero una cualidad en actuar con decisión. Otros derivados similares expresan capacidades o facultades: abstracción, atención, concentración, imaginación, intuición, percepción o movención. El último significa ‘movilidad’ en Colombia: Contribuyen con su trabajo para que […] la calidad de vida de los habitantes sea mejor desde el punto de vista de tránsito, accidentalidad y movención (Concejo Medellín, Proyecto 327). Designan también cualidades o propiedades moderación, ponderación, distinción (de distinguirse) o educación, en construcciones como responder con educación. Como se comprueba, a pesar de que la mayor parte de los derivados que se mencionan poseen bases verbales, en el análisis sincrónico cabría asociar algunos de ellos con bases adjetivales o participiales: educación (‘cualidad de educado’); ponderación (‘cualidad de ponderado’); abstracción (‘cualidad de abstracto o capacidad de abstraer’); decisión (‘cualidad de decidido o capacidad para decidir’), etc. Con todo, esta cuestión es polémica, como se explica en el § 6.5g.

6.5f Se asimilan a los nombres de cualidad muchos de los que indican estados: conmoción (de conmover), conservación, convicción, depresión (de deprimir; véase el § 5.2p), despreocupación, exaltación, excitación, ofuscación, postración, putrefacción (latín tardío putrefactĭo, -ōnis) —más usado que pudrición—, relajación, suspensión, turbación, entre otros muchos. Algunos sustantivos de este grupo admiten paráfrasis pasivas. Así, Se halla en estado de observación significa aproximadamente ‘Se halla en estado de ser observado’. Se extiende esta pauta a adaptación, conservación, elaboración o a gestación. Expresan actitudes o sentimientos atracción (en sentir atracción por alguien), desesperación, desolación, indignación (de indignarse), repulsión (de repeler; recuérdese el § 5.2v), entre otros.

6.5g Se suponen generalmente bases adjetivales en la derivación de algunos sustantivos en -ión o en -ción, como en abyecto > abyección; conciso > concisión (‘cualidad de conciso’); devoto > devoción; discreto > discreción; perfecto > perfección; selecto > selección, etc. En cambio, se discute en la morfología sincrónica si deben corresponder bases verbales o adjetivales a los terminados en -ción o sus variantes que expresan propiedades o estados. En la primera hipótesis se obtienen procesos como confundir > confusión; corromper > corrupción; extenderse > extensión; propender > propensión, y en la segunda, otros como confuso > confusión; corrupto > corrupción; extenso > extensión; propenso > propensión. La etimología no ayuda a decidir sobre la estructura morfológica de estos derivados, ya que son latinismos (lat. confusĭo, extensĭo, propensĭo, etc.). El punto de contacto entre los dos análisis radica en el origen participial de los adjetivos mencionados, de manera que confluyen, en cierta forma, la interpretación de efecto (de base verbal) con la de cualidad (de base adjetival), como sucedía en los casos examinados en el § 5.2o. Nótese, en el mismo sentido, que desolación y moderación son derivados deverbales de desolar y moderar, pero, a la vez, se interpretan como nombres que expresan la cualidad designada por los participios de esos verbos (desolado y moderado, respectivamente). Del mismo modo, organización es la acción y el efecto de organizar, pero también es un nombre de cualidad en oraciones como Nos falta organización.

6.5h La variante patrimonial -zón se estudia en los § 5.3h y ss. Forman nombres de estado o de cualidad algunos derivados mediante este sufijo. Así, tragazón designa la capacidad de tragar en Pero el hombre no perdona nada constreñido de su apetito, gula, tragazón y deleite (Villalón, Crótalon). Expresan conceptos casi equivalentes hartazón y hartazgo, al igual que dejazón y dejadez. Se usa dejazón en México y parte de Centroamérica: En su aparente dejazón nunca descuidó el futuro (Tizón, H., Cuentos). El concepto de ‘cualidad’ o ‘propiedad’ está otras veces más cerca del de ‘efecto’, como sucedía en los casos examinados en el apartado precedente. Así, cerrazón denota (en uno de sus sentidos) la propiedad de estar algo o alguien cerrado (como en cerrazón mental), pero también el efecto de cerrarse; cargazón, la propiedad de estar algo cargado en exceso, pero también el efecto de cargarse o recargarse: ¡Conque era verdad! El cargazón de nubes se ha venido abajo (Portal, Pago). Existen otros casos similares.

6.5i En el § 5.4 se explica que en el sufijo -miento predomina la interpretación de proceso sobre las demás. Se registran, no obstante, una serie de derivados mediante este sufijo que manifiestan propiedades o estados, como recogimiento, descreimiento, refinamiento, desmerecimiento (‘demérito’). Asimismo, agradecimiento puede ser prácticamente sinónimo de gratitud en uno de sus significados. El DRAE distingue en la entrada abigarramiento entre el sentido ‘acción y efecto de abigarrar’ y el de ‘cualidad de abigarrado’. También aquí están próximas, como se ve, las nociones de ‘efecto’ y de ‘cualidad’. Esta proximidad se percibe también en otros casos, como en amaneramiento (‘efecto de amanerarse’ y ‘cualidad de amanerado’); retraimiento (‘efecto de retraerse’ y ‘cualidad de retraído’), etc.

6.5j Se plantea en la morfología sincrónica el problema de establecer bases adjetivales o participiales para estos derivados en -miento. Las bases adjetivales resultan adecuadas cuando el verbo del que procede el participio es poco usado y este último se usa ya como adjetivo en todos los contextos. Así, es razonable relacionar morfológicamente comedido (en el sentido de ‘prudente’, no en el de ‘servicial’, característico de algunos países americanos) con comedimiento, aun cuando se use ocasionalmente comedirse. Es más discutible en otros muchos casos que la intervención de un participio en la paráfrasis haya de convertir a este en la base de la derivación (siempre en el análisis sincrónico). La cuestión es polémica. En principio, si sustantivos como atrevimiento, abatimiento o marginamiento denotan cualidades, deberían poseer bases adjetivales o participiales, lo que sugiere procesos como atrevido > atrevimiento, pero si denotan efectos, serían de esperar bases verbales (por tanto, atreverse > atrevimiento). La derivación de nombres de cualidad en -miento a partir de participios es compleja morfológicamente. Aun así, al igual que sucede con los derivados en -ción a los que se hizo referencia en los apartados precedentes, en la conciencia lingüística de los hablantes se establecen esas relaciones de forma natural en la mayor parte de estos casos. En algunos de ellos, los hablantes pueden incluso desconocer la base verbal alternativa, como el verbo apocarse (frente al participio apocado) en apocamiento. No existe una postura unánime sobre cuál debe ser considerada como la base de la derivación en estos procesos, considerados sincrónicamente.

6.5k Los sufijos -azgo, -ado y -ato, herederos del latino -atĭcus, forman nombres que designan estado, situación o condición y, especialmente, el oficio, el estatus o la dignidad que corresponde a alguien, como en ejercer el liderazgo, alcanzar el decanato, aspirar al rectorado (a la rectoría en algunos países, en ambos casos, el cargo y el lugar en el que se ejerce). La variante -azgo representa la solución actual de las antiguas formas en -adgo (alguaciladgo, maestradgo, mayoradgo), que recoge el DRAE como arcaísmos. Se documentan algunas alternancias dobles, y hasta triples, entre estos sufijos:

albaceato ~ albaceazgo; alguacilato ~ alguacilazgo; cacicato ~ cacicazgo; deanato ~ deanazgo; diaconato ~ diaconazgo; liderato ~ liderazgo; monacato ~ monacado; presbiterado ~ presbiterazgo ~ presbiterato; priorato ~ priorazgo; trecenato ~ trecenazgo,

y también entre alguno de los sufijos que se mencionan aquí y los analizados en las secciones precedentes: canonicato ~ canonjía; interinato ~ interinidad; notariato ~ notaría; vicariato ~ vicaría, o el ya citado rectorado ~ rectoría.

6.5l Estos dobletes afectan a veces al significado. Así, se usa más liderato que liderazgo para designar el puesto de líder, pero la preferencia es la contraria si se desea aludir a cierta superioridad (sea moral, comercial o de otro tipo). No son tampoco enteramente equivalentes en todas sus acepciones patronato (‘cierta institución’, en uno de sus sentidos) y patronazgo (‘auspicio, patrocinio’), que desarrollan también otros significados en ciertos registros técnicos. Los usos locativos (las ventanas del decanato), colectivos (todo el profesorado) o temporales (durante su papado) de los sustantivos formados con estos sufijos se analizarán en los § 6.12 y 6.13. Aunque parecen tener base adjetiva jovenado (poco usado hoy), fielato (también fielazgo) o celibato, los adjetivos joven, fiel y célibe se usan también como sustantivos.

6.5m Se forman con el sufijo -azgo los siguientes sustantivos, entre otros derivados de base nominal o adjetival:

albaceazgo, alferazgo, alguacilazgo, almirantazgo, arciprestazgo, cacicazgo, celestinazgo, compadrazgo, justiciazgo, liderazgo, madrinazgo, maestrazgo, noviazgo, padrinazgo, patronazgo, prebostazgo, priorazgo, tenientazgo.

Denotan parentesco los poco empleados primazgo (de primo), hermanazgo (de hermano) y tiazgo (de tío). Muchos sustantivos derivados en -azgo son ya voces en desuso, unas veces porque han sido sustituidas por otros sustantivos (consulazgo por consulado, papazgo por papado, etc.), y otras porque las realidades designadas no son actuales o se tiene escasa experiencia con ellas, como en alarifazgo (de alarife) o cadiazgo (de cadí), entre otros muchos sustantivos. Aun así, el sufijo es y ha sido tradicionalmente productivo en la pluma de escritores y periodistas:

Tales fueron los ejercicios preparatorios en que me entretuve en los ocho días precedentes a mi frailazgo (Fernández Lizardi, Periquillo); Al llegar a este punto nos hallábamos a la entrada del camino del Monte, en el vecinazgo de los famosos trogloditas granadinos (Ganivet, España); Al verlo convertido en un regente apoyadísimo comprendieron que en realidad ocupaba el delfinazgo (Diario Yucatán 24/7/1996); En mi opinión, no es el discipulazgo de Brecht y la dirección del ejemplar Teatro lo que caracteriza a Heiner Müller (Mundo [Esp.] 3/1/1996).

6.5n El sufijo -ato da lugar a cierto número de derivados de base nominal o adjetival, entre los que están los siguientes:

amasiato, anonimato, bachillerato, califato o jalifato, cancelariato (de cancelario), cardenalato, celibato, concubinato, decanato, decurionato, diaconato, emirato, generalato, interinato, liderato, mariscalato, monacato, notariato, presbiterato, priorato, sultanato, triunvirato, vicariato, virreinato, visirato.

La mayor parte de ellos expresan, como los derivados en -azgo, condición, estatus o situación, a menudo dentro de alguna jerarquía. Se usa cantonato ‘condición de cantón o pertenencia a él’ en Costa Rica y otros países centroamericanos: Este año, los limonenses no podrán disfrutar las celebraciones conmemorativas del cantonato caribeño (Día [C. Rica] 20/7/2007). Denotan el estado o la situación en que se hallan dos individuos concubinato y amasiato. La segunda, empleada sobre todo en México, y en parte de las áreas centroamericana y rioplatense, proviene de amasio/amasia (‘querido, querida’). Muestran la variante -iato —también analizable como -i-ato, con interfijo (§ 1.5p)— landgraviato (de landgrave), burgraviato (de burgrave), valiato (de valí) y margraviato (de margrave). Abadiato puede derivarse de abad o de abadía. La alternancia /x/ ~ /k/ de monje ~ monacato se debe a la influencia del latín tardío monăchus, de forma similar a como la alternancia /g/ ~ /k/ en clérigo ~ clericato está en función del latín tardío clericātus.

6.5ñ Corresponden a -ado varios sustantivos que designan títulos nobiliarios (condado, ducado, marquesado), así como dignidades eclesiásticas (arzobispado, obispado, papado) y oficios civiles (consulado, funcionariado, profesorado, protectorado, rectorado, secretariado) en construcciones como abandonar el funcionariado, acceder al profesorado, ejercer el papado. Posiblemente por analogía con funcionariado ha surgido interpretariado (no *intepretarado), que se registra en las áreas rioplatense y chilena: […] profesor de la escuela de traducción e interpretariado en Suiza, donde reside (Ciberayllu 9/3/2003). Los nombres de lugar en -ado y -ato se describen en el § 6.13l.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
estado

 

Nueva gramática de la lengua española
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