Sintaxis

12. El sustantivo y el grupo nominal

12.6 Aspectos léxicos y semánticos de los nombres cuantificativos

12.6a Se explicó en la sección anterior cómo se interpreta la forma de cuantificación que realizan los sustantivos que allí se llamaron acotadores o parceladores (grupo 1). La elección del sustantivo apropiado en el paradigma que se forma con los sustantivos de este grupo no es simple, fuera de ciertos nombres que se usan a modo de comodines, como los subrayados en un pedazo de tierra, una porción de tarta, un trozo de hielo, así como en un cacho de pan (en la lengua popular o en la conversacional de muchos países hispanohablantes). Existe en muchos casos cierta relación entre la forma o la consistencia del segmento acotado y la materia de la que se obtiene. Así, grano se usa con arena, maíz, mostaza, sal, trigo, uva, etc. en función de la forma en que se presentan las materias designadas. La forma longitudinal o lineal del segmento que se aísla es el factor que permite elegir otros sustantivos, como barra (de hielo, de pan, de tiza, etc.); hebra (de azafrán, de hilo, de lana, de pelo) o hilo, que se combina sobre todo con nombres que denotan líquidos (de agua, de saliva, de sangre), aunque admite, por extensión, otros usos: hilo de luz, de voz, de esperanza: […] aunque todavía conservan un hilo de esperanza (Mundo [Esp.] 15/2/1996). El sustantivo pizca designa etimológicamente aquella porción de materia que se puede agarrar con los dedos, puesto que pizcar significa ‘pellizcar’. No obstante, se usa hoy con igual naturalidad con nombres concretos y abstractos: una pizca de sal, una pizca de generosidad.

12.6b Los nombres acotadores o parceladores están relativamente restringidos en un buen número de casos:

brizna (de hierba, de polvo, de paja); copo (de nieve, de avena); diente (de ajo); filete (de carne, de pescado); gajo (de limón, de naranja, entre otros cítricos); grano (de maíz, de trigo, de café, de uva, de polen, etc.); lapso (de tiempo); lingote (de oro); mendrugo (de pan); rodaja (de carne, de pescado, de tomate, etc.); terrón (de azúcar, de sal); tramo (de carretera, de camino).

12.6c Se registra cierta variación en los nombres de este grupo. Se usa feta (del it. fetta) en la Argentina y el Uruguay (una feta de jamón, de queso, de mortadela). Este mismo sentido corresponde a lasca en Cuba y otros países antillanos; a lonja en gran parte de América (pero en particular en Chile, la Argentina y en los países de las áreas andina y antillana), y a loncha en Chile, España, Colombia y los países del área andina, entre otros. Se emplea buche con nombres de líquidos en casi todas las áreas hispanohablantes, pero con frecuencia mayor en el español americano que en el europeo: Y ni un buche de agua he pasado por el gaznate (Romero, D., Declaración). Está, en cambio, más restringido hamaca (una hamaca de carne, de yuca), que se usa en algunos países centroamericanos y antillanos. Alternan rueda con rodaja en varios del área caribeña, así como en México, Venezuela, la Argentina, el sur de España y las islas Canarias. Se emplea tuco (‘pedazo’, originalmente ‘trozo de madera’) en Costa Rica, Honduras, Nicaragua y otros países centroamericanos, así como en zonas del Ecuador y de otros países andinos: un tuco de carne, de queso, de pan; se utiliza canto (un canto de carne) en Puerto Rico. Se muestran a continuación algunos de estos usos:

Me palmeó mi mano dos veces, ambas manos sobre su rodilla, mi mano como una lasca de jamón húmeda en el sándwich de su carne amable (Cabrera Infante, Habana); […] mientras se lleva a los labios una lonja de salmón ahumado (Nacional 22/12/1997); […] y con la atención puesta en el examen al trasluz de una loncha de jamón (Chamorro, E., Cruz); […] un brazo fofo, del que colgaba una hamaca de carne casi transparente, de tan blanca y lavada (Vergés, Cenizas); Adornar cada calabaza con una rueda de huevo duro y sobre esta una aceituna (Chávez Martínez, Nutrición); Se puso a comerse un buen tuco de queso (Lyra, Cuentos); Podía […] darle un canto de carne de comer para ver si se calla (Vocero 4/4/2009).

12.6d En algunos casos, los mismos sustantivos acotadores o parceladores se usan para cuantificar materias diferentes según las áreas lingüísticas. Se emplea en muchos países tajada con jamón, queso, sandía, etc., pero en Chile y en los del área andina, entre otros, son también comunes expresiones como una tajada de bizcocho, de pastel, de torta o de pan: Una porción equivale a una tajada de pan (Pettron, Dieta). Se utiliza en casi todos los países hispanohablantes una rebanada de pan, pero en muchos (especialmente los centroamericanos y los del área caribeña) son igualmente naturales expresiones como una rebanada de fruta, de salmón, de sandía o de cebolla: Empezaron por tomar objetos muy simples pero orgánicos —un frijol, una rebanada de cebolla, una hoja de lechuga, un chile jalapeño— (Fuentes, Cristóbal). Se usa raja con canela (junto con raya o rama), pero en ciertas áreas se emplea también con sandía, piña y otros sustantivos, a veces en alternancia con tajada. Existen otros muchos casos de variación similares a estos. No es muy frecuente, pero tampoco inusitado, utilizar en sentido traslaticio algunos sustantivos de este grupo:

¡Callen de una vez y dejen que vuelva un grano de calma a esta cocina! (Lázaro, Humo); […] con un tono en el que no se adivinaba ni una brizna de rencor (Bolaño, Llamadas); […] pleitos interesados en sacarle una buena tajada de indemnizaciones por daños infringidos a la salud de los fumadores (Granma Internacional 25/7/1997).

12.6e En el § 12.5j se explicó que los nombres que designan recipientes o contenedores de algo (botella, taza, vaso, etc.) se asimilan a los sustantivos cuantificativos. Pertenecen a este mismo grupo baldado, brazado, cucharada y otros nombres similares que se mencionan en el § 5.9j. Los factores que determinan la elección del nombre acotador o parcelador pueden ser más complejos. La idea de que el segmento acotado designa ‘lo sobrante’ o ‘lo que queda o se deja’ predomina en mendrugo, retazo o migaja, pero también en reguero o en vestigio:

Ya no quedaba ni un vestigio de sangre (Borges, Aleph); Imaginaba que me levantaba y les decía buenas noches aprovechando un resquicio de silencio en las explicaciones (Muñoz Molina, Jinete).

Para expresar que lo que se cuantifica está superpuesto a otra cosa y es ligero o superficial, se emplean barniz, capa, pátina o mano, como en dar a algo una capa (o una mano) de pintura. Algunos nombres de este grupo se utilizan también en usos traslaticios, como en un barniz de cultura, de respetabilidad o de nostalgia:

Hay una pátina de hojas secas sobre el césped (Portal, Pago); Los ojos de Clara se anegaban entonces de un resplandor opaco, un barniz de nostalgia en el que se reflejaban antiguos élitros tornasolados (Montero, Amado); Parecen rodeados de una capa de vulgaridad y de insensibilidad (Quiñones, Ahora).

12.6f Otros sustantivos cuantificativos de este grupo inciden sobre el nombre que expresa la magnitud cuantificada, a la vez que acentúan el hecho de que esta sobreviene de forma impetuosa, intensa o repentina, como en un acceso de locura, un arranque de celos, un arrebato de entusiasmo, un ataque de tos, una bocanada de aire fresco, un chorro de luz, una ráfaga de inspiración y otras muchas expresiones similares. A este grupo corresponden los sustantivos que se subrayan en los textos siguientes:

Cerca de los treinta y cinco aún era un torbellino, una cascada de alegría (Clarín, Regenta); Desde la cavernita habitacional del ratón subía, cuando este se asomaba, una ráfaga de odio (Benedetti, Porvenir); […] en donde también se percibía un caudal de simpatía y de gratitud lectora (Bolaño, 2666); Abrí la puerta, y una bocanada de ansiedad me cegó los pulmones (Zarraluki, Historia); Del núcleo del ser salta un chorro de imágenes (Paz, Arco); Un soplo de voluptuosidad corrió por la sala (Baroja, Hierba); Este hombre me trae una ventolera de aire fresco (Allende, Paula).

La idea de que algo es pequeño o de escasa importancia es la que destacan ápice, atisbo o átomo, entre otros sustantivos:

Ninguno demostró ni un ápice de simpatía (Allende, Ciudad); Lo vi sonreír con un atisbo de malicia (Espinosa, G., Tejedora); […] pero si un átomo de talento tuve, y acaso lo tuviera, […] lo destruyó la vida (Torrente Ballester, Filomeno); […] —replicó Cordelia, con un toque de molestia (Aguilar Camín, Error).

12.6g Como se ha explicado, corresponden a la clase 2 del § 12.5b los nombres que expresan unidades de medida estipuladas o estandarizadas, relativas a la magnitud que se cuantifica: la longitud o la distancia (centímetro, kilómetro, metro, milla, nudo, paso, etc.); el peso (gramo, kilo, libra, tonelada, etc.); el volumen (decilitro, galón, litro, etc.); el precio (dólares, euros, pesos, etc.); el tiempo (año, día, lustro, mes, siglo, etc.). Son también unidades de medida caballo de fuerza, grado, voltio, etc. Algunos de estos nombres admiten dos construcciones: la primera es «unidad de medida + de + nombre de magnitud», como en veinte grados de humedad, diez metros de profundidad, tres toneladas de peso bruto; la segunda es «unidad de medida + de + entidad cuantificada», como en dos kilos de papas, tres litros de aceite, diez metros de tela. La primera opción tiene sentido cuando pueden ser varias las magnitudes cuantificadas (grados de humedad, de temperatura, etc.; metros de altura, de distancia, de espesor, etc.), pero raramente en caso contrario. No se dice, en efecto, *dos años de tiempo, pero sí dos años de espera o … de demora. Resultan tautológicas expresiones como dos mil voltios de luz, cien kilopondios de fuerza o veinte ohmios de resistencia. Para el uso de ciertos adjetivos en lugar del nombre de la dimensión a la que corresponden (dos metros de alto ~ dos metros de altura), véanse los § 13.2ñ y 36.8i-k.

12.6h Los sustantivos del grupo 2 admiten nombres no contables en singular y también contables en plural, lo que da lugar a alternancias como una libra de aceite ~ una libra de clavos; un kilo de azúcar ~ un kilo de frijoles, entre otras muchas semejantes. Se ha observado que los paradigmas de unidades de medida que se forman en algunas de las dimensiones mencionadas son más laxos que los que se admiten en otras. El precio o el coste, por ejemplo, no se miden únicamente en unidades monetarias: Pudo costarme la vida, pero solo me costó un destierro (Torrente Ballester, Filomeno). El tiempo y el espacio se entremezclan en expresiones como la subrayada en el texto siguiente: Pero a poco más de dos años de distancia, el experimento de colaboración panista con un gobierno priísta parece […] (Proceso [Méx.] 2/2/1997). En general, las estructuras pseudopartitivas (§ 20.2) son escasas con los nombres temporales: Siete horas de película suelen ser siete u ocho meses de preparación (ABC 15/6/1989).

12.6i Los sustantivos temporales están entre los que muestran más facilidad para alternar la interpretación en la que designan unidades de medida, como en La reunión duró un día, con la interpretación no cuantificativa, como en La buena noticia llegará un día. Nótese que a un día corresponde el adverbio cuánto en la primera oración y el adverbio cuándo en la segunda. Designa, por tanto, cierto período en el primer caso y cierto punto temporal en el segundo. Los adjetivos calificativos son esperables en la segunda interpretación de estos grupos nominales, pero no en la primera lectura, como se señaló en el § 12.5n.

12.6j Los sustantivos que expresan unidades de medida y forman grupos cuantificativos argumentales suelen mostrar cierta resistencia a aceptar adjetivos restrictivos. No se suele decir, por ejemplo, La batalla duró un día terrible ni Tardó en llegar dos días lluviosos, aunque sí resultan naturales Se demoró dos largos días o Tardó en llegar dos interminables horas, con adjetivos prenominales que se puedan interpretar como modificadores cuantificativos (§ 12.5n). Además de las mencionadas, se usan otras unidades de medida o de cómputo de carácter circunstancial, en el sentido de que no son técnicas ni están sometidas a subdivisiones establecidas. Están entre ellas las que se subrayan en estos ejemplos: El incidente me costó un disgusto; Gire a la derecha dos semáforos más adelante; cinco cervezas después. Véanse los § 20.2d y 45.2f.

12.6k Los nombres del grupo 312.5b) constituyen una clase muy numerosa. Como sucedía en los del grupo 1, también aquí cabe distinguir una clase de sustantivos que no restringen léxicamente el grupo que cuantifican: cantidad, conjunto, grupo, infinidad, mogollón (propio del registro coloquial de algunas zonas), montón, serie, sinfín, sinnúmero, etc. A estos nombres sobre todo se aplica la doble concordancia de número con el verbo cuando la expresión nominal ejerce la función de sujeto: Un grupo de asistentes se {ausentaron ~ ausentó} de la sala. Se analizan estas alternancias en el § 33.8. Suelen prescindir del artículo indefinido los sustantivos cantidad, infinidad, mogollón (muy coloquial en España) o multitud. El sustantivo cantidad se puede usar sin artículo cuando se interpreta en el sentido de ‘gran cantidad’: Cantidad de cabezas he visto rodar en la redacción de La Prensa por orden de esa bruja cabrona (Bayly, Días). El artículo es, en cambio, necesario cuando el grado de la escala cuantificada no es el más alto (*pequeña cantidad de…). El artículo no se combina por sí solo con este nombre de grupo ni siquiera en la lengua conversacional, lo que da lugar a alternancias como Había cantidad de niños ~ *Había una cantidad de niños. En tales casos se usan adjetivos como cierto, que se asimilan en alguna medida a los determinantes (una cierta cantidad de niños). Los sustantivos infinidad y multitud se emplean como nombres de grupo en singular, como en Se lo dije infinidad de veces; Asistió a multitud de actos. Los sustantivos mar y tira (el segundo, sobre todo en España) están lexicalizados en estructuras pseudopartitivas encabezadas por el artículo definido (la mar de casas, la tira de enemigos). También corresponden al grupo 3 los sustantivos numerales cardinales (decena, docena, centenar, millar, etc.), que se analizan en el § 21.3. Con la excepción de par, se pueden utilizar en plural y sin determinante en las construcciones pseudopartitivas: docenas de aficionados, millares de hombres, etc.

12.6l Son muy numerosos los sustantivos de grupo que están restringidos semánticamente. Destacan entre ellos los que denotan conjuntos de animales: banco (de peces), bandada (de pájaros), enjambre (de abejas, de avispas), piara (de cerdos), recua (de mulas), yunta (de bueyes). Algunos de estos nombres se usan también como colectivos (es decir, sin complemento con de y sin que se haya introducido previamente en el discurso un grupo de animales). Algo menos restringidos están manga (de ganado, de langostas, de termitas, etc.), manada (de elefantes, de hienas, de leones, de lobos, etc.) o rebaño (de bueyes, de carneros, de ovejas, etc.). El primero se extiende en muchos países americanos a los nombres de persona en sentido despectivo, como en […] una manga de vagos, un pueblo de vagos, todo el mundo atrás de la guita (Andrade, Dios), pero en algunos, como la Argentina, se usa también como nombre acotador o parcelador: En ese momento, una manga de viento se robó el sombrero del pedagogo y lo peloteó entre las piernas de los caminantes (Alberto, Eternidad).

12.6m En el § 12.6e se recordó que los nombres que designan recipientes o contenedores de algo se usan como sustantivos de medida para diversas magnitudes. Muchos de ellos se emplean también, en usos traslaticios, como nombres de grupo, como en un puñado de manifestantes o un manotón de fotografías (el segundo, sobre todo en el Caribe continental): Acompañan al libro un manotón de fotografías rescatadas quizá del álbum familiar de los médicos (Tiempo [Col.] 12/9/2008).

12.6n Están restringidos semánticamente los complementos de los sustantivos arsenal (de armas, pero también de argumentos, de datos, de pruebas, de razones, de recursos, de tópicos, etc.), mar (de dudas, de contradicciones, de sospechas, etc.), tunda (de azotes, de correazos, de palos, entre otros golpes). Tal como sucedía con los nombres acotadores o parceladores, los criterios para la elección de estos sustantivos son más sutiles otras veces. Ciertos nombres de grupo expresan la idea de que las entidades cuantificadas aparecen concatenadas:

una cadena de despropósitos, un calvario de desgracias, un catálogo de promesas incumplidas, una retahíla de reproches, una ristra de errores, un rosario de desdichas, una sarta de memeces, una secuencia de acontecimientos, una serie de iniciativas, una sucesión de comunicados.

En algunas zonas del área rioplatense se usa seguidilla en el sentido de ‘serie’: La vegetación le produjo una seguidilla de estornudos y los ojos se le pusieron colorados como tomates (Soriano, León).

12.6ñ Algunos sustantivos resaltan el hecho de que el conjunto del que se habla sobreviene repentinamente o se presenta en forma impetuosa o tumultuosa, como se vio en el § 12.6f. Pertenecen a ese grupo alud, aluvión, andanada, avalancha, cascada, oleada, tromba, tumulto, entre otros sustantivos semejantes:

Su habla era abundante, con pretensiones […] de añadir tal cual frase ingeniosa al aluvión de palabras insustanciales que forma el fondo de la conversación (Galdós, León Roch); No darle nunca al adversario tiempo para pensar. Aturdirlo con un alud de impresiones que bloquearan su capacidad de reacción (Pérez-Reverte, Piel); Desencadenó una espantosa avalancha de golpes un poco más arriba, a la altura de los riñones (Grandes, Edades); A las provincias […] llegaba la oleada de rumores (Uslar Pietri, Oficio); […] resto tal vez de pesadilla, durante la cual había aparecido como figura central de una tromba de incoherencias (Güiraldes, Raucho); Todos se viraron hacia la puerta, porque en el pasillo había un tropel de pasos (Vargas Llosa, Fiesta); […] y cada ola golpeando la memoria con un tumulto de recuerdos (Paz, Fuego).

12.6o Con otros similares se expresa que el grupo al que se alude consta de elementos entrelazados, mezclados, desordenados o enredados:

Entre un pueblo y otro está la cuesta, un enredijo de curvas, paredones y desfiladeros (Arreola, Feria); […] entre el batiburrillo de llaves duplicadas, botones huérfanos, pilas gastadas, mecheros sin llama y demás chatarrería (Prada, Animales); […] un entrevero de siluetas más bien remotas ocultas tras la realidad mucho más sustanciosa de su añoranza (Donoso, Casa); Partió tambaleándose hacia Ostia, en un revoltijo de costillares, de cráneos, de armaduras y de cuanto crearon la vanidosa inventiva de los Césares (Mujica Lainez, Escarabajo).

12.6p Cuantifican grupos de cosas que se presentan ceñidas o atadas los sustantivos atado (también atadillo, en España), hato, haz, ramo (también ramillete) o fajo, entre otros. El último se usa más en la expresión fajo de billetes. Algunos de los restantes desarrollan usos traslaticios, como en […] un haz de voluntades (País [Esp.] 2/6/1985) o […] ese ramillete de mujeres (Gamboa, Páginas). Del sentido original de atado ha derivado el actual (‘caja de cigarrillos’) en muchos países americanos: […] para ir al almacén a comprar un atado de cigarrillos (Arlt, Aguafuertes).

12.6q Muchos sustantivos de grupo expresan la idea de que el conjunto cuantificado es grande. A este extenso paradigma corresponden los siguientes, no usados por igual en todos los países hispanohablantes ni tampoco pertenecientes al mismo registro:

barbaridad, carrada (sobre todo en el área rioplatense), cerro (también cúmulo, montaña, alto, montonera y pila, además del citado montón), chorrera, chorro, disparate, enormidad, infinidad, mogollón, mollejero (sobre todo en el Caribe continental), panda, pandilla, pila, pilón, ponchada, porrada, porretada, porrón, toco, troja, vagón, entre otros.

Se ejemplifican a continuación solo algunos de ellos:

Se pasea por el proscenio con un alto de papeles en las manos (Vargas Llosa, Señorita); […] apuntan a juntar una carrada de votos (Clarín 29/3/2009); Y encuentro que una montonera de años ha pasado desde entonces (Roa Bastos, Moriencia); Tiene una pila de hijos, pero gana muy poquito (Chavarría, Rojo); […] un porvenir político, un carrerón, media vida y quizá un porrón de millones (Mundo [Esp.] 13/1/1994); […] las palabras que venimos pronunciando desde hace una ponchada de años (Asís, Flores); Ya llevo gastada una porretada de pesos (Payró, Pago Chico); […] una “troja” de veteranos que los trillaron hace pilones de años (República [Ur.] 10/2/2000); Tenía a un mollejero de terroristas turcos durmiendo allí (Noticias 21/4/2009); Además, hay un toco de cien mil pesos fuertes (Najenson, Memorias).

Algunos nombres de grupo no restringen semánticamente su complemento, pero inducen en un gran número de casos la valoración de lo que se cuantifica, sea positiva (un plantel de profesionales) o negativa, como panda, pandilla o hatajo, entre otros muchos: Son un hatajo de egoístas y poltrones (Paz, Sombras).

12.6r El empleo de sustantivos no cuantificativos como nombres de grupo está sujeto a procesos variables de gramaticalización o semigramaticalización mediante los que se extrae algún rasgo de su significado primitivo: la sucesión ininterrumpida en el caso de rosario; el ímpetu de lo que sobreviene en alud o avalancha, etc. El sustantivo bosque (que no es propiamente nombre colectivo, como se comprobó en el § 12.4ñ) funciona como nombre de grupo en el texto siguiente: Luego, husmea en un bosque de pantalones grises con la raya muy marcada, hasta detenerse en un zapato impaciente que sube y baja (Martínez, Evita). Este sustantivo no denota aquí un conjunto de árboles ni un terreno plantado de ellos, pero sí expresa la noción de ‘grupo’, a la que añade ciertos rasgos estilísticos, tales como la forma abigarrada en que se presentan los miembros de un conjunto de cosas dispuestas verticalmente (cf. un bosque de brazos, de lanzas, etc.). Se aplican consideraciones similares a expresiones como un enjambre de mirones; una familia de productos de limpieza; una jauría de acreedores; una manada de hinchas furiosos; un racimo de opiniones escogidas, o los contenidos en los textos siguientes:

Un río de pájaros desembocaba en cada fruta (Asturias, Leyendas); […] un regimiento de albañiles, ebanistas, jardineros y criadas que se abocaron a la tarea de remozar aquel desastre (Allende, Retrato).

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
nombre cuantificativo

 

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