Sintaxis

12. El sustantivo y el grupo nominal

12.5 Nombres cuantificativos y clasificativos. Sus propiedades gramaticales

12.5a Se recordó en el § 12.4c que en la tradición gramatical española se suele entender en sentido amplio el concepto de ‘nombre colectivo’, lo que da cabida a sustantivos como orfeón o familia, y también a otros como centenar o montón. Se piensa hoy que estos últimos no pertenecen en propiedad a la misma clase gramatical que los primeros, ya que su rasgo más característico es el hecho de que se usan en construcciones pseudopartitivas20.2), como en un centenar de invitados o un montón de regalos. El sustantivo orfeón denota, en efecto, un conjunto de individuos, tal como se vio en la sección precedente, mientras que montón permite cuantificar otro conjunto (el de los regalos) y presentarlo como cierta clase de grupo. Así pues, en expresiones como Aquí hay un montón se omite el conjunto de cosas, animales o personas al que se aplica la cuantificación (de problemas, de pulgas, etc.), o bien la materia que lo representa (de arena, de paja, etc.). Se llamarán aquí sustantivos cuantificativos los sustantivos inherentemente relacionales (como montón o kilo) que cuantifican un grupo nominal sin determinante en las construcciones pseudopartitivas. La relación entre un montón y papas en un montón de papas es similar, en efecto, a la que existe entre muchas y papas en muchas papas.

12.5b Los sustantivos cuantificativos pueden dividirse en tres clases:

1. Sustantivos acotadores o parceladores (una brizna de hierba)

2. Sustantivos de medida (un kilo de papas)

3. Sustantivos de grupo (un montón de regalos)

Algunos nombres pueden pertenecer, no obstante, a más de una clase, tal como se explicará en los apartados que siguen. Ciertos gramáticos usan los términos nombres de medida o sustantivos mensurativos para designar la clase gramatical que abarca los tres grupos, lo que requiere de otros términos para diferenciarlos. En la bibliografía escrita en inglés se ha generalizado el término counters (literalmente, ‘contadores’) para los nombres del grupo 1. Existen otras propuestas terminológicas similares a estas.

12.5c Los sustantivos del grupo 1 proporcionan la medida de una materia o una sustancia, pero también de ciertas nociones abstractas que se expresan igualmente con nombres continuos o no contables: un gajo de naranja; una rebanada de pan; un ápice de sensatez; un atisbo de imaginación. Los nombres del grupo 2 representan medidas establecidas en función de algún cómputo estandarizado o regularizado de acuerdo con las propiedades físicas de la magnitud que se evalúa. Su complemento puede ser un nombre no contable (un litro de agua; tres grados de temperatura; cuatro metros de profundidad; dos horas de espera), pero también un nombre contable en plural (un kilo de papas; tres meses de discusiones). Este doble uso se analiza más adelante. Los sustantivos del grupo 3 expresan, como se ha explicado, formas de presentar conjuntos: un grupo de amigos; dos fajos de billetes; una serie de disparates. Los nombres de los tres grupos admiten que se elida, en ciertos contextos, el sustantivo cuantificado, de forma que su contenido se recupera del contexto precedente: Solo tomé una copa (es decir, de vino, de coñac, etc.); Me voy a llevar dos kilos (de papas, de lentejas, etc.); Se reunió con un pequeño grupo (de amigos, de conspiradores, etc.). En el § 12.6 se analizarán más pormenorizadamente cada uno de estos tres grupos.

12.5d En un sentido amplio, los tres grupos mencionados expresan medidas. Contribuye a aproximarlos el hecho de que los nombres no contables en singular expresen contenidos similares a los de los sustantivos contables en plural, tal como se explicó en el § 12.4y. Así, una ráfaga de luz (grupo 1) es una construcción paralela a una brizna de hierba, puesto que presenta cierta unidad de la materia ‘luz’. En cambio, una ráfaga de disparos pertenece al grupo 3, ya que presenta un conjunto de disparos identificados como una ráfaga. Cabe hacer consideraciones semejantes en pares como los siguientes:

un puñado de sal ~ un puñado de hombres; una oleada de entusiasmo ~ una oleada de huelgas; una ración de queso ~ una ración de papas; un montón de arena ~ un montón de disgustos.

El uso clásico de punta como nombre de los grupos 1 y 3 ha permanecido más vivo en el español americano que en el europeo:

Verse la cara en un espejo siempre produce una punta de extrañeza (Kociancich, Maravilla); […] todos puestos en sus lugares por su orden, sin haber una punta de confusión (Casas, Apologética); Sí, tiene razón, son una punta de mentirosos (Morales, A., Verdad).

12.5e Algunos de los sustantivos mencionados se usan casi siempre como nombres acotadores o parceladores (una porción de manteca) y, menos frecuentemente, también como nombres de grupo: Hay también una porción de sucesos que podemos imaginar o deducir de ciertos indicios (Dolina, Ángel). Otros de los que se aceptan con igual naturalidad en los grupos 1 y 3 poseen usos más generales como expresiones cuantificativas. Así, no solo se admite una barbaridad de {trabajo ~ trabajos}, sino también oraciones como Nos reímos una barbaridad, donde la expresión subrayada constituye un cuantificador de grado de un predicado verbal (§ 30.4a y ss.), o como Es muy ágil, una barbaridad de ágil (Vargas Llosa, Ciudad), donde cuantifica uno adjetival. Los nombres que se admiten en los grupos nominales cuantificativos que pueden modificar a los verbos están mucho más restringidos que los que cuantifican a los nombres: Nos reímos una barbaridad, un disparate, un montón (también Nos reímos pila, horrores, cantidad, etc., en algunos países).

12.5f Las diferencias de significado que expresan los nombres de los grupos 1 y 3 se obtienen con mayor nitidez en otras ocasiones. En una rodaja de plátano (grupo 1) se presenta un segmento de la materia que designa el nombre plátano. No se usa, en cambio, ro da ja como nombre de grupo (*una rodaja de plátanos). Cuando se introduce un sustantivo del grupo 3, como en un racimo de plátanos (también una camada, una penca o una mano de plátanos en varios países), se agrupan los plátanos en un determinado conjunto que recibe el nombre de racimo.

12.5g Con los nombres cuantificativos (brizna, kilo, montón) se crean grupos nominales cuantificativos (una brizna, dos kilos, un montón). La sintaxis de estos grupos presenta muchos puntos en común con la de los cuantificadores un poco (de) o algo (de). Así, al igual que ellos, suelen estar encabezados por el artículo indefinido un/una (una pizca de ~ un poco de), pero también por un determinante definido si está inducido por un modificador restrictivo, como en La charla duró las dos horas establecidas o Le echó a la carne la pizca de romero que recomendaba la receta. Estas expresiones son análogas a otras que se forman con cuantificadores que no son sustantivos, como en […] intentando levantarse con la poca fuerza que aún tenía (Gamboa, Páginas). También se usan los nombres cuantificativos con determinantes definidos si la medida a la que se hace referencia se identifica de manera deíctica o a través del contexto sintáctico inmediato: Lo de echar esa barbaridad de flores encima del ataúd dicen que no es bueno (Martín Gaite, Irse). Es mucho menos frecuente, pero no imposible, que la identificación se realice únicamente por la remisión al discurso precedente, como sucede en el texto que sigue: El pimiento, ajo y cilantro se unen al maní y al maíz. La porción tiene una coloración pálida hasta la combinación con el achiote (Comercio [Ec.] 28/5/2009).

12.5h Se explicó en el § 12.3f que muchos nombres concretos no contables se pueden usar también como contables: Compró {poco pan ~ un pan}. Cuando los sustantivos del grupo 1 cuantifican a estos nombres (una barra de pan) dan lugar a alternancias como las siguientes, entre otras muchas semejantes:

una barra de pan ~ un pan; una barra de tiza ~ una tiza; una brizna de hierba ~ una hierba; un diente de ajo ~ un ajo; un grano de uva ~ una uva; una hoja de papel ~ un papel; un pedazo de algodón ~ un algodón; una tabla (o un tablón) de madera ~ una madera; un trozo de cristal ~ un cristal.

Aunque estas equivalencias son muy numerosas, están restringidas. No equivalen un maíz o un café a un grano de maíz, un grano de café. Tampoco se usa una lechuga con el sentido de ‘una hoja de lechuga’. Es común emplear un turrón por ‘una tableta o pastilla de turrón’ en el español americano, no en el europeo.

12.5i Mientras que unos nombres cuantificativos suelen serlo en todos los contextos en los que se usan, otros pertenecen a esta clase gramatical solo en alguna de sus acepciones. Son cuantificativos siempre o casi siempre litro, montón, pizca, porción, rebanada o trozo, pero pueden serlo o no en función del contexto alud, barbaridad, copa, disparate, hoja o plato. Así, copa es un nombre cuantificativo en beber una copa de coñac, pero no lo es en romper una copa de coñac. En el primer caso, una copa cuantifica a coñac y denota cierta cantidad de este líquido. En este sentido, una copa de coñac sería una respuesta adecuada para la pregunta ¿Cuánto bebiste?

12.5j Comparten esta propiedad del sustantivo copa otros muchos nombres que designan recipientes o contenedores, además de cantidades: tomar una tacita de café; derramar una botella de vodka; beber un vaso de vino, etc. Así pues, una copa (de) modifica optativamente a coñac en beber una copa de coñac (cf. beber coñac) y denota la cantidad bebida. En cambio, en romper una copa de coñac, el sustantivo copa no pertenece al grupo de los sustantivos cuantificativos. Constituye el núcleo del grupo nominal y es modificado por de coñac a la manera de un adjetivo de relación (§ 13.12). La pregunta en este caso sería ¿Qué se rompió? y no ¿Cuánto se rompió? El verbo (beber frente a romper) ayuda en estos ejemplos a diferenciar las dos construcciones, pero no es el factor determinante en todos los casos. Repárese en que se admiten las dos interpretaciones en echar en el contenedor un saco de cemento, ya que es posible ‘echar un saco’ (—¿Qué echaste en el contenedor? —Un saco de cemento), pero también lo es ‘echar cemento’ (—¿Cuánto cemento echaste en el contenedor? —Un saco).

12.5k Algunos nombres cuantificativos no denotan solo cantidades, sino también partes o fragmentos de una entidad que no se presenta necesariamente como nombre continuo o como sustantivo en plural. Se obtienen así construcciones que se asemejan a las partitivas (§ 20.1), en lugar de a las pseudopartitivas: una parte de su herencia; un tramo de la carretera (frente a un tramo de carretera, con nombre cuantificativo). Contrastan, en el mismo sentido, el uso de porción como nombre de grupo (clase 3) en el primero de los dos textos que siguen y el empleo de este sustantivo como nombre partitivo en el segundo, en el que una porción de la tarifa posee una sintaxis similar a una parte del año, un trozo del pastel, un fragmento del libro y otras construcciones semejantes:

¿Qué se harán de ellas dentro de una porción de años? (País [Esp.] 2/10/1984); Reciben una porción de la tarifa por llamadas del exterior (Tiempo [Col.] 1/9/1996).

12.5l Se ha observado repetidas veces que los sustantivos cuantificativos poseen una sintaxis defectiva, en el sentido de que están más restringidos gramaticalmente que los nombres de otras clases. Estos sustantivos suelen admitir sufijos apreciativos (platito, grupito, copita, montonazo), y también ciertos adjetivos que expresan tamaño:

comer un plato grande de frijoles; congregar a un pequeño grupo de amigos; decir un gigantesco cúmulo de mentiras; comerse un pedazo enorme de tarta; beberse una jarra descomunal de cerveza; tardar tres años largos en terminar un trabajo.

La última construcción se analiza en los § 13.8r y 21.3c. No aceptan, sin embargo, otras clases de adjetivos, con las excepciones que se examinan en los apartados siguientes.

12.5m Los nombres del grupo 212.5b) admiten adjetivos de relación si con ellos se forman nuevas unidades de medida: Me costó diez dólares canadienses; Cada tonelada de basura ocupa un metro cúbico. Los de la clase 3 están algo menos restringidos que los de los otros grupos en este sentido. Admiten adjetivos calificativos que denotan uniformidad o variedad, como en un elenco homogéneo de participantes, un variopinto grupo de clientes, pero también algunos que pertenecen a otras clases semánticas, como en una manada de elefantes {enfurecidos ~ enfurecida}.

12.5n Se han sugerido en los estudios sobre la cuantificación varias explicaciones para el hecho de que muchos sustantivos de los grupos 1 y 2 admitan con dificultad adjetivos calificativos, a diferencia de otros sustantivos. Se percibe, en efecto, una notable dificultad para adjetivar nombres como dólar, litro, metro o plato, usados como nombre de medida, es decir, en oraciones como Se comió un plato {grande ~ *amarillo} de pasta. Esta dificultad es consecuencia de la naturaleza inherentemente cuantitativa de esos nombres. Cuando se agregan adjetivos calificativos a los demás sustantivos se restringe o se recorta su extensión. Cabe pensar, sin embargo, que estos nombres carecen por completo de ella, al menos cuando se usan en las construcciones pseudopartitivas, de forma que resulta difícil de interpretar un adjetivo que la recorte. Se aceptan con facilidad los que expresan tamaño porque se interpretan como expresiones cuantificativas, en lugar de como modificadores restrictivos. Los epítetos no poseen función restrictiva, por lo que son admitidos también en esos contextos: prolongarse algo durante diez interminables días; costar dos insignificantes dólares; persistir un tenue hilo de esperanza, etc. Ciertos nombres de grupo que aceptan aparentemente adjetivos calificativos parecen hacerlo porque se reinterpretan como sustantivos colectivos. Desde este punto de vista no son sorprendentes contrastes como Reunió un {grupo ~ *montón} extraordinario de amigos (cf. un numeroso grupo de amigos: § 12.4o). En la sección siguiente se analizarán otras particularidades semánticas de los sustantivos cuantificativos.

12.5ñ Los sustantivos clasificativos (también llamados de clase y cualificativos), como clase, especie, suerte, tipo o variedad, poseen varios puntos en común con los cuantificativos, pero también se diferencian de ellos en algunos rasgos. Al igual que los nombres cuantificativos, aparecen de ordinario en estructuras pseudopartitivas, es decir, toman un grupo preposicional introducido por la preposición de seguido de un nombre o grupo nominal sin determinante. Estos sustantivos aparecen en plural si son nombres contables, y en singular si son no contables:

Es frecuente encontrarnos con un tipo de personas que subestiman sus propias dolencias (Tiempo [Col.] 1/7/1998); “Uva de gato” es el nombre con el que se conoce popularmente no un tipo de uva sino una hierba saxifragácea (Alberti, Adefesio); Pertenezco a una clase de hombres que únicamente pueden estar en la cumbre o en el fondo (Vázquez-Figueroa, Tuareg); La obsesión por tener una figura cada vez más delgada se ha convertido en una clase de tiranía que afecta cada vez más a un mayor número de adolescentes y jóvenes (Rausch, Esclavitud); Otra vez la música y una suerte de luces y delirio (González León, Viejo).

Sin embargo, a diferencia de los nombres cuantificativos, los cualificativos aceptan también sustantivos contables en singular, lo que da lugar a contrastes como *un grupo de niño ~ un tipo de niño. Se ejemplifica a continuación esta última pauta:

En 1930 el óptico alemán Schmidt desarrolló un tipo de telescopio que utiliza un espejo esférico con una lente correctora esférica (Maza, Astronomía); Este reto servirá como una especie de examen para los directores de la prefectura (Diario 7/11/2003); Pero Edmundo no era mi hijo, era mi socio, nos unía una clase de promesa (Gopegui, Real).

12.5o En el § 33.8i se explica que estos nombres se asemejan a los cuantificativos en las relaciones de concordancia de número, con algunas diferencias que allí se exponen. No se asimilan, en cambio, a ellos en la de género, ya que casi siempre se impone el del sustantivo modificado al del nombre clasificativo: una especie de disfraz que resultaba {ridículo ~ *ridícula}; ¿Qué clase de disparate es {este ~ *esta}?

12.5p Al igual que los sustantivos cuantificativos, los clasificativos son transparentes a las relaciones «predicado–argumento», en el sentido de que no son ellos los seleccionados por un determinado predicado, sino que lo es más bien el sustantivo sobre el que inciden. Así pues, decir un montón de disparates (con nombre cuantificativo) implica ‘decir disparates’ de manera similar a como pasar una especie de examen (con nombre clasificativo) implica ‘pasar un examen’. También en unos y otros cabe distinguir entre los nombres que no ejercen restricción alguna sobre las entidades cuantificadas (sinfín, montón) o clasificadas (clase, tipo) y los que reducen considerablemente ambos paradigmas, sea en el primer caso (una recua de mulas) o en el segundo (sin ningún género de dudas).

12.5q Comparten asimismo los nombres cuantificativos y los clasificativos la naturaleza indefinida del grupo nominal que constituyen. Cabe agregar que algunos miembros de ambos grupos pueden dejar de pertenecer a ellos en ciertos contextos. En el caso de los cuantificativos se comprobó esta propiedad en los § 12.5i y ss. En el de los clasificativos la ponen de manifiesto los sustantivos subrayados en los textos siguientes:

Los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios de género amblistoma (Cortázar, Final); El albaricoque es el fruto del albaricoquero. El damasco es una variedad de este árbol (Ronald, Frutoterapia).

Así pues, especie se usa en sentido técnico en el primer texto (‘cierto taxón en zoología y biología’), y variedad significa aproximadamente ‘variante’ en el segundo, a diferencia de lo que sucede cuando posee valor clasificativo: El proyecto busca ofrecer un espacio donde los jóvenes de dicha localidad encuentren una variedad de actividades para realizar en su tiempo libre (Tiempo [Col.] 4/9/1997).

12.5r A pesar de todas estas coincidencias, la forma de significar de los sustantivos cuantificativos y los clasificativos es distinta. Los nombres cuantificativos expresan cómo se agrupan las entidades cuantificadas por ellos (un sinfín de mentiras), pero también qué porción de la materia que designan se desea abarcar (una brizna de hierba). Los clasificativos, por el contrario, se interpretan de forma similar a los modificadores restrictivos. Acotan o restringen la denotación del sustantivo sobre el que inciden, pero a la vez lo hacen vagamente, ya que no especifican la naturaleza de la variedad acotada. Esta forma de significar explica que los grupos nominales por ellos constituidos admitan paráfrasis con grupos preposicionales restrictivos, como en sin ninguna clase de consideración ~ sin consideración de ninguna clase o en Mirarla me provoca cierta especie de ternura (Urroz, Plegarias), que podría parafrasearse de modo aproximado como ‘Mirarla me provoca una ternura de cierta especie’.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
estructura partitiva, estructura pseudopartitiva, nombre clasificativo, nombre cuantificativo

 

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