avestruz

Diccionario histórico de la lengua española (2013- )

También en esta página: DH (1933-1936)
avestruz s. (1350-)
avestruz, abestruz, albestruz, alvestruz, auestruz, avestrúz, avestrucito
Etim. Compuesto de ave y estruz.

Se documenta por vez primera, con la acepción 'ave no voladora de la familia de los estrutiónidos de hasta 2,5 metros de altura, originaria de África, de plumaje negro en los machos y gris o pardo en las hembras, cabeza pequeña, cuello y patas muy largos, grandes, muslos desprovistos de plumas y con dos dedos en cada pie', en la traducción anónima de la Historia de Jerusalén abreviada de Jacobo de Vitriaco (p1350). En este testimonio ya están presentes dos rasgos típicos de la caracterización del animal en esta época, que quedarán marcados como rasgos simbólicos (y legendarios) durante mucho tiempo, a saber: su capacidad para comer piedras o hierro candente, así como el hecho de que deja los huevos enterrados en la arena. Esto explica que, dependiendo del elemento privilegiado en cada fuente, las referencias a esta ave estarán marcadas por una connotación ya positiva ya negativa, determinante asimismo para la creación de nuevas acepciones. En los testimonios se destaca también la aparente contradicción que existe entre lo ostentoso de sus plumas y la incapacidad para volar, lo que da lugar a que en algunos textos se emplee la referencia al animal para señalar a escritos literarios de baja calidad o mala factura, a partir de la imagen que ha originado también el significado de los adjetivos avestruzal o avestrucil (véanse). Dado que del avestruz se han aprovechado su carne, sus plumas y su piel, se verifican distintos procesos de sinécdoque que originan varias acepciones; así, como 'grasa de avestruz' se registra por vez primera en 1852, en un anuncio del diario El Heraldo (Madrid) y se localiza posteriormente en distintos reclamos publicitarios de ese siglo. Como 'pluma de avestruz' se atestigua en 1877, en una pieza publicada en La Ilustración Española y Americana (Madrid). Como 'huevo de avestruz' se documenta en un artículo publicado en 1878 en el diario La Época (Madrid). En la acepción de 'Ave no voladora de la familia de los dromaíidos de hasta 2 metros de altura, endémica de Australia, de plumaje de color marrón oscuro, cuello grueso y de piel azulada con plumas, pico negro, alas pequeñas y con tres dedos en cada pie' se documenta por vez primera en la traducción realizada por J. Galvete de Australia (1878) del Conde de Beavoir. Como 'carne de avestruz' se atestigua en 1909, en un artículo publicado en Nuevo Mundo (Madrid). Con la acepción 'piel de avestruz' se registra por vez primera en 1992, en un artículo publicado en La Prensa (Buenos Aires).

 

Con el descubrimiento de América, los cronistas y descubridores emplean la voz para designar al ñandú, hecho explicable dado el parecido entre estas aves; por consiguiente, como 'ave no voladora de la familia de los réidos de hasta 1,5 metros de altura, endémica de Sudamérica, de plumaje marrón grisáceo, cabeza pequeña y pico fuerte, cuello largo, alas grandes, patas largas con muslos provistos de plumas y con tres dedos en cada pie; habita principalmente en llanuras', se atestigua desde 1528, en la Carta de Luis Ramírez á su padre. Puerto de San Salvador, 10 de Julio de 1528. A partir de esta acepción surgen otras por metonimia; así, como 'carne de avestruz' se atestigua en el texto anónimo titulado Viaje que hizo el "San Martín", desde Buenos Aires al Puerto de San Julián, el año de 1752 y del de un indio paraguayo, que desde dicho puerto vino por tierra hasta Buenos Aires (1752-1755). Con la acepción 'piel de avestruz' se registra  por vez primera en una noticia publicada en 1901 en El Heraldo de Madrid.

Generalmente con los modificadores cordillerano, overo, patagónico, petiso o petizo, o el complemento de Magallanes, el vocablo se emplea con el valor 'ave corredora, endémica de Sudamérica, parecida al ñandú, pero de menor tamaño, con plumaje gris parduzco' desde 1832, en el segundo tomo de la Traducción de las Obras completas de Buffon: aumentadas con artículos suplementarios sobre diversos animales no conocidos de Buffon por Cuvier.

Con el valor de 'en la tradición judeocristiana, ángel que se rebela contra Dios, que representa el mal y habita el infierno' se documenta por vez primera en las Poesías (1379-a1425) de Alfonso de Villasandino, incluidas en el Cancionero de Baena, cancionero en que también se registra con este valor en otra composición de R. Páez de Ribera. Esta identificación parece subyacer en otros textos literarios, aunque no de manera tan clara, si bien ya Covarrubias deja constancia de la existencia de este uso en el artículo que consagra al vocablo en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611, s. v. abestrvz); nótese que, en la Comedia llamada Eufemia de Lope de Rueda, se menciona al "de las patas de avestruz", perífrasis que también remite, en última instancia, al diablo. Como 'persona que come mucho' se documenta por vez primera en la obra Lira poética (a1678), de V. Sánchez. La comparación entre este animal y la persona que come mucho se repite con cierta frecuencia en la tradición literaria (con ejemplos que insisten en la resistencia del estómago del avestruz) y está presente en una obra como Siglo pitagórico (1644) de Enríquez Gómez, pero los ejemplos donde se cristaliza con claridad esta acepción son menos frecuentes. Como 'persona que tiene poca inteligencia o poco entendimiento' se registra por primera vez en el Extracto de los Pronósticos del gran Piscator de Salamanca, desde el año de 1725 hasta el de 1744 (1725-1744), de D. Torres Villarroel.  Como 'persona o entidad reacia a encarar los problemas' se documenta en 1897, en un artículo (traducción de otro) publicado en La España Moderna (Madrid) y, en 1898, se registra en La política argentina respecto de Chile (1895-1898), de E. Quesada; en ambos casos figura en un complemento con la preposición de del sustantivo política.

Helecho avestruz (véase helecho), con la acepción de 'planta caducifolia con frondas individuales, parecidas, por su forma, a las plumas de avestruz', se documenta en la traducción de M. Á. González Lara de la obra Plantas acuáticas, de Stefan Buczack (1996).

Vid. también avestruz (DH 1933-1936).

  1. >ave+estruz
    s. m. Ave no voladora de la familia de los estrutiónidos de hasta 2,5 metros de altura, originaria de África, de plumaje negro en los machos y gris o pardo en las hembras, cabeza pequeña, cuello y patas muy largos, grandes, muslos desprovistos de plumas y con dos dedos en cada pie. Nombre científico: Struthio camelus.
    1. s. En ocasiones, en un complemento con de del sustantivo grasa.
  2. Acepción en desuso
  3. 1⟶metáfora
    s. m. Lit. En la tradición judeocristiana, ángel que se rebeló contra Dios, que representa el mal y habita el infierno.
  4. 1⟶metáfora
    s. m. Ave no voladora de la familia de los réidos de hasta 1,5 metros de altura, endémica de Sudamérica, de plumaje marrón grisáceo, cabeza pequeña y pico fuerte, cuello largo, alas grandes, patas largas con muslos provistos de plumas y con tres dedos en cada pie; habita principalmente en llanuras. Nombre científico: Rhea americana.
    1. s. Frecuentemente, con los modificadores americano o bastardo de América o los complementos de América, de la América meridional, de tres dedos, de la Guayana, de Magallanes o de Occidente.
  5. Acepción en desuso
  6. 1⟶metáfora
    s. m. desp. Persona que come mucho.
  7. 1⟶metáfora
    s. m. coloq. Persona que tiene poca inteligencia o poco entendimiento.
  8. Acepción en desuso
  9. 3⟶sinécdoque
    s. m. Carne de avestruz. ⇨ Ave no voladora de la familia ...
  10. 3⟶metáfora
    s. m. Ave no voladora de la familia de los réidos de hasta 1,4 metros de altura, endémica de Sudamérica, de plumaje abundante gris parduzco con motas blancas, cabeza pequeña, cuello largo, alas grandes y patas largas con tres dedos en cada pie; habita en zonas altas. Nombre científico: Rhea pennata. Con los modificadores cordillerano, overo, patagónico, petiso o petizo, o el complemento de Magallanes.
  11. Acepción en desuso
  12. 1⟶sinécdoque
    s. m. Grasa de avestruz.
  13. 1⟶sinécdoque
    s. m. Pluma de avestruz.
  14. Acepción en desuso
  15. 1⟶sinécdoque
    s. m. Huevo de avestruz.
  16. 1⟶metáfora
    s. m. Ave no voladora de la familia de los dromaíidos de hasta 2 metros de altura, endémica de Australia, de plumaje de color marrón oscuro, cuello grueso y de piel azulada con plumas, pico negro, alas pequeñas y con tres dedos en cada pie. Nombre científico: Dromaius novaehollandiae. Con el modificador australiano o el complemento de Australia.
  17. 1⟶metáfora
    s. m. Persona o entidad reacia a encarar los problemas.
    1. s. Frecuentemente, con un complemento con de de los sustantivos actitud, argumento, doctrina, efecto, estratagema, estrategia, excusa, gesto, política, postura, síndrome, sistema, solución, subterfugio, táctica y técnica.
  18. 3⟶sinécdoque
    s. m. Piel de avestruz. ⇨ Ave no voladora de la familia ...
  19. 1⟶sinécdoque
    s. m. Carne de avestruz. ⇨ Ave no voladora de la familia ...
  20. 1⟶sinécdoque
    s. m. Piel de avestruz. ⇨ Ave no voladora de la familia ...
helecho avestruz
  • s. m. Planta caducifolia con frondas individuales parecidas, por su forma, a las plumas de avestruz. Nombre científico: Matteuccia struthiopteris .

Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936)

También en esta página: DHLE (2013- )

Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española 2021
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Con el apoyo de Inditex

Sobre el TDHLE

Rueda de palabras

cerrar

Buscador general de la RAE