gnomónico

Del latín gnōmōnicus, a, um y este a su vez del griego gn ōmonikós (OLD, s. v.).

Se documenta por primera vez, en la acepción de ‘perteneciente o relativo a la gnomónica', en la Traducción de la Arquitectura de Marco Vitrubio Polión (1582) de M. de Urrea. El uso de esta voz se circunscribe a bibliografía científica, sobre todo de matemáticas y astronomía, y también se atestigua en prensa especializada. Ya se recoge en la primera edición del Diccionario de Autoridades de la Academia en 1734. Como 'persona que se dedica al estudio de la gnomónica' se registra en 1584, en la Institución de la Academia Real Matemática de J. Herrera. Más de un siglo después, se documenta con la acepción de 'perteneciente o relativo al gnomon', como muestra el Compendio mathemático (1712) de T. V. Tosca, en combinación con polo. Finalmente, la metonimia explica la acepción de 'perteneciente o relativo al paso del tiempo', recogida en un artículo de El Agricultor Español (Madrid) de 1850.