11.ª Entrega (octubre de 2021)
Versión del 29/10/2021
Equipo Real Academia Española
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fimatógeno, a adj. (1880-1919)
fimatógeno
Etim. Voz tomada del francés phymatogène, atestiguada en esta lengua al menos desde 1871, en el segundo tomo de la obra Traité de pathologie interne de S. Jaccoud (Paris, Adrian Delahaye, p. 82: "Chez les individus affectés de la diathèse, l'infection phymatogène par les vieux foyers est constante; mais elle ne l'est point chez les autres; si la constitution est robuste, si l'activité du processus nutritif est entière, l'absorption qui a lieu dans le foyer est stérile, elle est impuissante à créer l'état de dyscrasie formatrice"); y esta, a su vez, de phymato- y -gène.

Se documenta por primera vez, con la acepción 'que produce fimia', en 1880, en la segunda parte de la contribución científica de F. Simón titulada "De la tisis pulmonal. Lesiones que la provocan. II" y publicada en El Genio Médico-Quirúrgico (Madrid). Como muestran los testimonios recopilados, se localiza en textos del ámbito médico en los que compite con su sinónimo fimógeno.

  1. ac. etim.
    adj. Med. Que produce fimia. ⇨ Enfermedad infectocontagiosa de los humanos y...
    Sinónimo: fimógeno, a
    docs. (1880-1919) 18 ejemplos:
    • 1880 Simón, F. "Tisis pulmonal" [07-07-1880] El Genio Médico-Quirúrgico (Madrid) Esp (HD)
      Parto, como se ve, de la existencia de dos lesiones distintas que provocan la tisis, los productos caseosos y los tubérculos. Resultan los primeros de la viciosa evolución de un proceso inflamatorio ó irritativo, si la frase es permitida, ó de su resolución imperfecta, son curables y no hereditarios. Son los segundos, expresión de la diátesis fimatógena, acompañan ordinariamente á los productos caseosos, aparecen en individuos jóvenes por lo general y en su desarrollo se necesita el concurso de la predisposición y de la herencia, condiciones aquélla esencial y ésta accesoria.
    • 1919 Calleja, C. "Método inmunizante antinecrósico" [20-10-1919] El Siglo Médico (Madrid) Esp (HD)
      Por consiguiente, el tratamiento patogénico de las tuberculosis y de los artritismos no debe consistir en atacar la reacción fimatógena ni la fíbrógena, sino en modificar las necrosis celulares o meronecrosis; precursoras de dichas reacciones por medio de efectos terapéuticos que por inmunización sustitutiva mejoran el proceso meronecrobiótico.
    • 1880 Simón, F. "Tisis pulmonal" [07-07-1880] El Genio Médico-Quirúrgico (Madrid) Esp (HD)
      Parto, como se ve, de la existencia de dos lesiones distintas que provocan la tisis, los productos caseosos y los tubérculos. Resultan los primeros de la viciosa evolución de un proceso inflamatorio ó irritativo, si la frase es permitida, ó de su resolución imperfecta, son curables y no hereditarios. Son los segundos, expresión de la diátesis fimatógena, acompañan ordinariamente á los productos caseosos, aparecen en individuos jóvenes por lo general y en su desarrollo se necesita el concurso de la predisposición y de la herencia, condiciones aquélla esencial y ésta accesoria.
    • 1886 Ezquerra Baig, R. Infecciosidad tuberculosis p. 105 Esp (BD)
      El virus tuberculoso está por todas partes diseminado. La expectoración de los tísicos —abundantísima en ocasiones— el pus de los abscesos fríos, la secreción de algunas ozenas, las cámaras diarréicas y las orinas de algunos tuberculosos, todos estos productos de excrecion están saturados de gérmenes fimatógenos resisten bajo la forma de esporos, los cambios de temperatura, la desecacion y aun la putrefaccion.
    • 1891 Navarro Ortiz, E. "Inyecciones Guayacol Yodoformado" [01-07-1891] La Medicina Científica (Ciudad de México) Esp (HD)
      El nombre de Koch era tan respetable en la Ciencia, sus trabajos para el descubrimiento del bacilo fimatógeno, tan serios y positivos, que todo el mundo, lo mismo médicos que profanos, esperaron con ansiedad el instante en que aquel comunicara sus observaciones y mostrara á la multitud su nuevo y seguro tratamiento para la curación de la tisis pulmonar.
    • 1892 Planter, A. "Tuberculosis pulmonar ejército" [15-10-1892] Revista de Sanidad Militar (Madrid) Esp (HD)
      Ahora dígasenos si en estas circunstancias es difícil, si el hábito no se establece, no caiga nuestro recluta en la más sombría tristeza, luego la nostalgia y después en el marasmo físico, moral, acentuado, que es el camino más seguro para llegar á la tisis. Los cuarteles son asimismo causa, ó pueden serlo, de predisposición á las afecciones fimatógenas. Aunque también sobre esto hemos de insistir, creemos deber ahora dejar consignado que siendo en su casi totalidad viejos edificios edificados con fines diametralmente opuestos al que ahora tienen, no reúnen ninguna condición higiénica, á pesar de los esfuerzos grandes y laudables de los jefes que mandan los cuerpos acuartelados en aquéllos.
    • 1894 Monmeneu Lpz Reynoso, J. Enfermedades infecciosas Madrid p. 188 Esp (BD)
      […] la higiene es el todo, y de poco servirá colocar al tuberculoso ó al tuberculizable en las mayores elevaciones, bajo un clima apropiado y lejos de quienes puedan contagiarlo, si está rodeado de condiciones antihigiénicas, ejecuta un trabajo excesivo ó insano, se alimenta mal y hace vida licenciosa; porque siendo la tuberculosis la enfermedad de los organismos débiles, cuanto contribuya á deprimir las fuerzas naturales, es puerta que se abre al microbio fimatógeno, y camino que conduce al desarrollo de la tisis.
    • 1900 Bustos Miguel, J. Etiología tisis pulmonar p. 56 Esp (BD)
      A pesar de ello, á pesar de lo mucho que se ha trabajado en confirmación de esta doctrina por los que la fundaron y del resultado de las observaciones posteriores, queda mucho aún por hacer, faltando dilucidar tantos puntos oscuros como hay en la teoría, aclarar si es ó no el bacilo de Koch el único agente fímatógeno, descubrir el modo de reaccionar que tiene en los diversos tejidos y órganos y conocer la patogenia del mal, partiendo del supuesto de tal causa.
    • 1906 Oliver Aznar, E. Estado actual lucha antituberculosa p. 16 Esp (BD)
      Pocos años ha se admitía, sin distingos, que la penetración de los bacilos fimatógenos en el organismo, iba seguida fatalmente de la aparición de la tuberculosis, y ya hoy tal concepto reclama una corrección, á medida que se observan los hechos bien comprobados de microbismo latente.
    • 1915 Anónimo "Actas Sesiones Literarias 27 marzo 1915" [01-01-1915] p. 444 Anales de la Real Academia de Medicina (Madrid) Esp (HD)
      No hemos podido hallar en los análisis el bacilo de Koch, y falta, por lo tanto, este carácter para poder calificar el proceso reactivo de este enfermo como fimatógeno. Pero no doy á esto más importancia que la que puede tener en el pronóstico, ó sea para conocer el grado de progreso ó avance que haya tomado la enfermedad; porque, en mi opinión, calificar a un proceso como este, es decir, sin inoculación traumática, de tuberculoso, no es hacer un diagnóstico íntegro, puesto que falta el conocimiento de las causas y el de lesiones primordiales.
    • 1917 Anónimo "Actas sesiones literarias 14 abril 1917" [30-06-1917] Anales de la Real Academia de Medicina (Madrid) Esp (HD)
      Si se reconoce como verdaderos los hechos fundamentales expuestos por Ferrán, no puede admitirse que el contagio sea la causa primordial de todas las tuberculosis. No quiere esto decir que no se admita la existencia de virus tuberculógeno, es decir, de un producto tuberculoso capaz de determinar una infección fimatógena.
    • 1919 Calleja, C. "Método inmunizante antinecrósico" [20-10-1919] El Siglo Médico (Madrid) Esp (HD)
      Por consiguiente, el tratamiento patogénico de las tuberculosis y de los artritismos no debe consistir en atacar la reacción fimatógena ni la fíbrógena, sino en modificar las necrosis celulares o meronecrosis; precursoras de dichas reacciones por medio de efectos terapéuticos que por inmunización sustitutiva mejoran el proceso meronecrobiótico.
    • 1880 Simón, F. "Tisis pulmonal" [07-07-1880] El Genio Médico-Quirúrgico (Madrid) Esp (HD)
      Parto, como se ve, de la existencia de dos lesiones distintas que provocan la tisis, los productos caseosos y los tubérculos. Resultan los primeros de la viciosa evolución de un proceso inflamatorio ó irritativo, si la frase es permitida, ó de su resolución imperfecta, son curables y no hereditarios. Son los segundos, expresión de la diátesis fimatógena, acompañan ordinariamente á los productos caseosos, aparecen en individuos jóvenes por lo general y en su desarrollo se necesita el concurso de la predisposición y de la herencia, condiciones aquélla esencial y ésta accesoria.
    • 1882 Serrano Fatigati, A. Tisis pulmonar p. 80 Esp (BD)
      […] pero sí debemos decirles y aconsejarles que no abandonen nunca en tal ocasión la medicación revulsiva, llamada á evitar la permanencia del proceso irritativo que puede convertirse en fimatógeno, usando como medio revulsivo de preferencia los pequeños de puntos de suturación alternada obtenidos por el fuego y la pasta de Viena.
    • 1884 Fairén Andrés, H. Trat patologia virulenta p. 141 Esp (BD)
      ¿Puede compararse la fiebre eruptiva de que nos hablan los veterinarios de Rieumes con la morriña de la especie ovina? ¿Existirá en el caballo un proceso virulento que, una vez trasmitido al hombre puede dar por resultado la producción del virus vacuno ó de otro semejante á él por sus cualidades? esta vacilación é incertidumbre el tiempo únicamente será quien podrá despejar la duda que hoy tenemos. Pero en contra posición á la identidad virulenta del virus vacuno y fimatógeno se han citado experimentos que contradicen la trasmisión de la enfermedad de los caballos, á la vaca y al hombre.
    • 1885 Corchado, M. R. Microbio tisis p. 14 PR (BD)
      En efecto, el 24 de Marzo de 1882, fecha memorable de entonces para siempre en los fastos de la historia médica daba cuenta este ilustre autor al mundo sabio de su portentoso ó incomparable descubrimiento: la existencia del microbio fimatógeno era un hecho.
    • 1886 Ezquerra Baig, R. Infecciosidad tuberculosis p. 105 Esp (BD)
      El virus tuberculoso está por todas partes diseminado. La expectoración de los tísicos —abundantísima en ocasiones— el pus de los abscesos fríos, la secreción de algunas ozenas, las cámaras diarréicas y las orinas de algunos tuberculosos, todos estos productos de excrecion están saturados de gérmenes fimatógenos resisten bajo la forma de esporos, los cambios de temperatura, la desecacion y aun la putrefaccion.
    • 1889 Zerolo, T. Climatoterapia tuberculosis [1889] p. 27 Esp (BD)
      Aquí ya no se trata de que exista ó no el bacillus de Koch en todas las tuberculosis, ni siquiera de su evolución; se trata de algo más grave; nada menos que de negar que sea tal agente fimatógeno, sosteniendo á la vez que esta gerarquía patógena corresponde al micrósporon fúrfur que no falta en ninguna granulación tuberculosa y abunda en los esputos de los tísicos.
    • 1891 Navarro Ortiz, E. "Inyecciones Guayacol Yodoformado" [01-07-1891] La Medicina Científica (Ciudad de México) Esp (HD)
      El nombre de Koch era tan respetable en la Ciencia, sus trabajos para el descubrimiento del bacilo fimatógeno, tan serios y positivos, que todo el mundo, lo mismo médicos que profanos, esperaron con ansiedad el instante en que aquel comunicara sus observaciones y mostrara á la multitud su nuevo y seguro tratamiento para la curación de la tisis pulmonar.
    • 1892 Planter, A. "Tuberculosis pulmonar ejército" [15-10-1892] Revista de Sanidad Militar (Madrid) Esp (HD)
      Ahora dígasenos si en estas circunstancias es difícil, si el hábito no se establece, no caiga nuestro recluta en la más sombría tristeza, luego la nostalgia y después en el marasmo físico, moral, acentuado, que es el camino más seguro para llegar á la tisis. Los cuarteles son asimismo causa, ó pueden serlo, de predisposición á las afecciones fimatógenas. Aunque también sobre esto hemos de insistir, creemos deber ahora dejar consignado que siendo en su casi totalidad viejos edificios edificados con fines diametralmente opuestos al que ahora tienen, no reúnen ninguna condición higiénica, á pesar de los esfuerzos grandes y laudables de los jefes que mandan los cuerpos acuartelados en aquéllos.
    • 1893 Hnz Silva, J. Urberuaga de Ubilla: Estudio aguas p. 105 Esp (BD)
      Porque es preciso tener presente que en la tisis crónica, de marcha lenta, los ejércitos bacilares acometen también con lentitud y con calma, y los varios brotes congestivos y fluxionarios que se suceden en la evolución granulosa, son los que acusan oportunamente la presencia del elemento fimatógeno.
    • 1894 Monmeneu Lpz Reynoso, J. Enfermedades infecciosas Madrid p. 188 Esp (BD)
      […] la higiene es el todo, y de poco servirá colocar al tuberculoso ó al tuberculizable en las mayores elevaciones, bajo un clima apropiado y lejos de quienes puedan contagiarlo, si está rodeado de condiciones antihigiénicas, ejecuta un trabajo excesivo ó insano, se alimenta mal y hace vida licenciosa; porque siendo la tuberculosis la enfermedad de los organismos débiles, cuanto contribuya á deprimir las fuerzas naturales, es puerta que se abre al microbio fimatógeno, y camino que conduce al desarrollo de la tisis.
    • 1897 Fairén, H. Discurso leído en la sesión inaugural Real Academia Medicina y Cirugía Zaragoza p. 52 Esp (BD)
      Acontece con estas formas fimatógenas que en las tuberculosis iniciales consienten la confusión con las infecciones de curso agudo, un algo semejante á lo que con frecuencia sucede en algunos tuberculosos broncorrágicos, que tanto en los instantes premonitores de la sección vascular, como en los días que siguen al mólimen hemorrágico, las densidades focales, nimbos pasajeros que ocultan la topografía matemática del mal, crean zozobras ante la posible extensión de los nidos bacilares.
    • 1897 Muñoz Redondo, M. Profilaxis tuberculosis Zaragoza p. 22 Esp (BD)
      En cuanto á la inspección de las carnes, es completa y absolutamente ineficaz, ya que una investigación macroscópica en modo alguno garantiza los sagrados intereses de la salud pública y mucho menos en el asunto concreto de la tuberculosis, pues en la raza bovina compatible durante algún tiempo con un buen estado de nutrición y cuyas lesiones no pueden determinarse con exactitud si no se hace con la suficiente minuciosidad y competencia el examen micrográfico de las vísceras que como el pulmón, el hígado y el riñón, son más frecuentemente atacadas del proceso fimatógeno y si esta investigación no se completa con la de otros órganos cuando en los ya mencionados se revela la existencia del proceso tuberculoso.
    • 1899 Aragón, M. G. "Higiene pública. Inspección carnes" [15-02-1899] Gaceta Médica de México (Ciudad de México) Mx (HD)
      Mis compañeros de inspección y yo el más antiguo en ella, hemos sido muy severos á este respecto, cuando hemos visto casos de tuberculosis bien declarada en que los animales presentaban un aspecto de gordura notable, y cuando sabemos que aunque no existan los bacilos en los tubérculos crudos sí existe el parásito fimatógeno que puede ser considerado como causa de la enfermedad.
    • 1900 Bustos Miguel, J. Etiología tisis pulmonar p. 56 Esp (BD)
      A pesar de ello, á pesar de lo mucho que se ha trabajado en confirmación de esta doctrina por los que la fundaron y del resultado de las observaciones posteriores, queda mucho aún por hacer, faltando dilucidar tantos puntos oscuros como hay en la teoría, aclarar si es ó no el bacilo de Koch el único agente fímatógeno, descubrir el modo de reaccionar que tiene en los diversos tejidos y órganos y conocer la patogenia del mal, partiendo del supuesto de tal causa.
    • 1906 Oliver Aznar, E. Estado actual lucha antituberculosa p. 16 Esp (BD)
      Pocos años ha se admitía, sin distingos, que la penetración de los bacilos fimatógenos en el organismo, iba seguida fatalmente de la aparición de la tuberculosis, y ya hoy tal concepto reclama una corrección, á medida que se observan los hechos bien comprobados de microbismo latente.
    • 1915 Anónimo "Actas Sesiones Literarias 27 marzo 1915" [01-01-1915] p. 444 Anales de la Real Academia de Medicina (Madrid) Esp (HD)
      No hemos podido hallar en los análisis el bacilo de Koch, y falta, por lo tanto, este carácter para poder calificar el proceso reactivo de este enfermo como fimatógeno. Pero no doy á esto más importancia que la que puede tener en el pronóstico, ó sea para conocer el grado de progreso ó avance que haya tomado la enfermedad; porque, en mi opinión, calificar a un proceso como este, es decir, sin inoculación traumática, de tuberculoso, no es hacer un diagnóstico íntegro, puesto que falta el conocimiento de las causas y el de lesiones primordiales.
    • 1917 Anónimo "Actas sesiones literarias 14 abril 1917" [30-06-1917] Anales de la Real Academia de Medicina (Madrid) Esp (HD)
      Si se reconoce como verdaderos los hechos fundamentales expuestos por Ferrán, no puede admitirse que el contagio sea la causa primordial de todas las tuberculosis. No quiere esto decir que no se admita la existencia de virus tuberculógeno, es decir, de un producto tuberculoso capaz de determinar una infección fimatógena.
    • 1919 Calleja, C. "Método inmunizante antinecrósico" [20-10-1919] El Siglo Médico (Madrid) Esp (HD)
      Por consiguiente, el tratamiento patogénico de las tuberculosis y de los artritismos no debe consistir en atacar la reacción fimatógena ni la fíbrógena, sino en modificar las necrosis celulares o meronecrosis; precursoras de dichas reacciones por medio de efectos terapéuticos que por inmunización sustitutiva mejoran el proceso meronecrobiótico.

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