Sintaxis

39 Los adjuntos. El complemento circunstancial

39.3 Clases sintácticas de adjuntos

39.3a Los complementos adjuntos, y en particular los complementos circunstanciales internos al grupo verbal, corresponden a las siguientes categorías sintácticas:

1. Adverbios o grupos adverbiales

2. Grupos preposicionales

3. Grupos nominales

4. Oraciones subordinadas adverbiales y grupos conjuntivos

En los apartados que siguen se analizará por separado cada uno de estos grupos. Es frecuente en la tradición gramatical hispánica asociar estrechamente las categorías con las funciones. Los complementos circunstanciales se consideran a menudo complementos adverbiales porque esta función es característica de muchos adverbios. Esta identificación de categoría y función resulta minoritaria en la actualidad, puesto que, como se ha comprobado, los adverbios pueden ser elementos argumentales (por tanto, no circunstanciales), además de predicativos. A la vez, otros elementos no adverbiales pueden ejercer esas funciones sintácticas, como los grupos preposicionales, los nominales o las oraciones subordinadas.

39.3b En el primero de los grupos introducidos en el apartado precedente se mencionaron los adverbios y los grupos adverbiales. Se ha explicado que la función de complemento circunstancial corresponde tradicionalmente a los adjuntos del grupo verbal. En realidad, suele reservarse a un subgrupo de ellos: los que tienen sustitutos interrogativos o exclamativos (como cuándo o por qué), relativos (como donde) o demostrativos (como entonces), cuyo papel deíctico se analiza en los § 17.7-9. A este grupo restringido pertenecen los adverbios de lugar (Me sentaré aquí: § 17.8 y 30.5), los de modo o manera (Me sonrió gentilmente: § 30.9), los de cantidad o grado (Te esfuerzas poco: § 30.4) y los de tiempo, que en los § 30.6 y 30.7 se subdividen en referenciales (Llegarán inmediatamente), de duración (largamente deseado) y de frecuencia (Le escribía diariamente).

39.3c Son también adjuntos los adverbios de aspecto (¿Vive aquí todavía?: § 30.8), los de duda (Quizá lo sabía: § 30.11i y ss.) o los de foco (Esto es solo para ti: § 40.5). Estos adverbios no tienen correlatos interrogativos, relativos o demostrativos y se excluyen de la función de complemento circunstancial, aun cuando sean modificadores adjuntos. No existen en español adverbios correspondientes a las nociones de ‘compañía’, ‘concesión’, ‘condición’ o ‘causa’, pero ciertas locuciones adverbiales pueden expresar algunos de esos conceptos: con todo denota ‘concesión’; en tal caso expresa ‘condición’, y por qué se considera habitualmente una locución adverbial interrogativa (§ 22.16n y ss.). Recuérdese que expresan consecuencia el adverbio consiguientemente o la locución adverbial por tanto, entre otras expresiones que se mencionan en el § 30.12. Sin embargo, como se explicó en el § 39.2v, estos conectores discursivos no son propiamente elementos adjuntos.

39.3d En la mayor parte de los ejemplos mencionados en las secciones precedentes se presentaron adjuntos que modifican a grupos verbales. No todos los adverbios que funcionan como adjuntos inciden sobre los diversos grupos sintácticos, pero se admite un gran número de combinaciones en condiciones restrictivas. Así, los adverbios de modo o manera pueden modificar a los adjetivos, como en […] en tono suavemente irónico (Cercas, Velocidad). Los adjuntos adverbiales llamados de punto de vista se admiten en esta misma pauta (como en químicamente puro, económicamente rentable, políticamente correcto), que se estudia en los § 30.9p, q. Los adverbios de aspecto inciden con frecuencia sobre grupos no verbales, sobre todo si son predicativos, como en Ya en su domicilio, se sintió un poco mejor, o en el texto siguiente: El propietario del salón de billar lo vio entrar al atardecer, todavía con las manos en los bolsillos (García Márquez, Hora). Los adverbios de tiempo pueden modificar, a su vez, a ciertos grupos adverbiales, como en […] la sanidad y salubridad del casco urbano, hoy lejos de las cotas consideradas normales (País [Esp.] 10/3/1979). Influye en este proceso el hecho de que el adverbio sea demostrativo, ya que este tipo de adverbios posee mayor facilidad que otros para anteponerse a muy diversos grupos sintácticos:

[…] reconoció el titular de Boca sin esconder su optimismo sobre la concreción del acuerdo para que Maradona vuelva a vestir la ahora camiseta tricolor (Nueva Provincia 6/4/1997); Una mujer negra fue expulsada de una tribu del delta del Níger por el allí imperdonable pecado de parir gemelos (Ortiz, Música).

Véanse también sobre esta pauta los § 13.8j y ss.

39.3e Los grupos preposicionales (2 en el § 39.3a) son los que dan lugar a un mayor número de adjuntos. Ello se debe, fundamentalmente, a dos razones: la primera es el hecho de que los grupos preposicionales se construyen mediante esquemas sintácticos, mientras que los adverbios aparecen en los diccionarios (o bien se construyen con pautas morfológicas productivas, al igual que otras piezas léxicas que no figuran en ellos). La segunda razón es el hecho de que las preposiciones del español expresan mayor número de nociones semánticas que las que manifiestan las clases de adverbios. Esos significados se analizan en los § 29.6-8 y en el capítulo 36. Se construyen con grupos preposicionales los adjuntos que expresan compañía o colaboración (Cantaba en los bares con una orquestina), instrumento (Subieron los muebles con una grúa), manera (Compiten con mucho coraje), tiempo (Se conocen desde la infancia), medio (Se escribían por la Internet) y algunos más que se estudiarán en las secciones siguientes. Conviene resaltar que una misma preposición puede asociarse con varios significados, como sucede con la preposición con en los ejemplos presentados.

39.3f Un rasgo característico de los adjuntos preposicionales formados con la pauta «preposición + grupo nominal» es el hecho de que admiten, en contextos diferentes, tres tipos de sustitutos:

1. Adverbio

2. «Preposición + adverbio»

3. «Preposición + pronombre»

Así, en sentado en la silla se obtiene la opción 1 (> sentado allí) y también la 3 (> sentado en ella), pero no la 2. Se exceptúa la lengua popular de ciertas zonas del español americano (especialmente de las áreas antillana y andina), en la que se registran las combinaciones en aquí, en allí, que no se recomiendan: Y pateándome, arrastrándome, me llevaron a otra celda. Y en allí me tiraron (Viezzer, Hablar). Véase, sobre esta construcción, el § 17.8l.

39.3g Los adjuntos locativos parecen presentar cierta resistencia a admitir simultáneamente 1 y 3. Nótese que la ambigüedad del ejemplo propuesto en el § 39.2a, Iba pensando en el tren, tiende a desaparecer en las oraciones Iba pensando en él o ¿En qué iba pensando?, en las que solo se obtiene la interpretación argumental. Lógicamente, también desaparece en la oración ¿Dónde iba pensando?, en la que solo se obtiene la de complemento circunstancial.

39.3h La alternancia entre las opciones 2 y 3 del § 39.3f es característica de las preposiciones que admiten término adverbial (§ 29.1j, k), como en El agua que sale de esa fuente (> de allí, pero también de ella) o en El panorama que se divisa desde la cumbre (> desde allí, en alternancia con desde ella). Influye en la elección del adverbio el que el término de la preposición esté formado por un sustantivo categorizado como nombre de lugar:

El tren procede de Buenos Aires (> de allí, no de ella); La ceniza procede de una erupción volcánica (> de eso o de ella, no de allí); Procedemos de la tierra (> de ella, no de allí) y a ella volveremos.

También se da esta alternancia entre las opciones 2 y 3 con los grupos nominales temporales, como en Raramente habla ya de aquellos años (> de entonces o de ellos). La alternancia entre 1 y 3 se obtiene en Lo habían adornado con unas guirnaldas (> así o con ellas; o bien ¿{Cómo ~ Con qué} lo habían adornado?). Este último tipo de contraste está en función de las alternancias que se dan entre clases semánticas de complemento (‘manera’ e ‘instrumento’ en el último ejemplo). Se estudiarán en los § 39.5-8.

39.3i Las alternancias entre adverbios y grupos preposicionales son más generales. Son muy numerosas las que se dan entre «con + sustantivo» y los adverbios en -mente, como en con fuerza ~ fuertemente, con paciencia ~ pacientemente, o con dureza ~ duramente. Casi todos los adverbios demostrativos admiten, por otra parte, paráfrasis con grupos preposicionales, como en aquí ~ en este lugar, con los que se coordinan sin dificultad: Hoy es inexplicable que aquí o en cualquier otra parte del litoral español continúe planteándose la sobreexplotación (Voz Asturias 21/8/2004). El hecho de que algunos adverbios demostrativos se coordinen, en cambio, con grupos nominales, como en […] si el laudo para el conflicto se publica hoy o el lunes (País [Esp.] 1/3/1980), se debe a otros factores distintos, que se analizarán en los apartados siguientes.

39.3j El grupo 3 del § 39.3a es el más restrictivo de los que allí se introducen, ya que está condicionado por un mayor número de particularidades léxicas. Así, la supresión de la preposición en no resulta posible en lo que sucedió en aquella época o en aquel momento, pero se admite con naturalidad en lo que sucedió (en) aquel año o … (en) aquel día. No existen en español grupos nominales que puedan usarse como adjuntos de manera (cf. ingl. He wrote it that way, literalmente ‘Lo escribió esa forma’), ya que requieren siempre una preposición. Entre los grupos nominales adjuntos que se permiten en español destacan los que en el § 45.2f se llaman diferenciales. Estos grupos nominales son cuantitativos y forman parte de expresiones comparativas, como en dos años menos, mil pesos más barato, diez veces mayor, tres horas después. Aun así, ha de advertirse que, en cuanto que estos modificadores están requeridos por un cuantificador comparativo, no son exactamente elementos optativos. También son grupos nominales adjuntos los que inciden sobre grupos preposicionales que expresan dirección, como en La finca está unos diez kilómetros hacia el sur. Se analizan en los § 29.3ñ y ss.

39.3k Se forman asimismo grupos nominales adjuntos con sustantivos temporales. Los definidos se construyen sobre todo con nombres que designan días de la semana, así como con los sustantivos víspera y antevíspera, como en estos ejemplos:

El lunes amanecía en Le Moule; el martes trabajaba en Le Gozier, donde había algún convicto de holgazanería; el miércoles daba razón de seis monárquicos, ocultos en la antigua parroquia de Sainte-Anne (Carpentier, Siglo); Las vísperas, los lunes y los viernes, en que por lo general no se juega, redacta los textos, y los miércoles saca la foto (Arrabal, Torre); Así pues, yo me vine del rancho el martes y llegué aquí como a las dos de la tarde (Arreola, Feria); […] el pelma que la había sacado a bailar la víspera por la noche, en el baile del Liceo (Casares, Dios).

En los § 14.8c y ss. se explica que solo con ciertos sustantivos puede el artículo determinado identificar unívocamente una expresión temporal. Así, el sustantivo víspera se construye con complemento preposicional (la víspera del jueves), pero este puede omitirse para designar el día precedente a cierto día introducido en el contexto, como en Lo esperaban la víspera.

39.3l También se interpretan en función del contexto expresiones como el lunes o el sábado en los entornos deícticos y anafóricos, así como en los distributivos. El sábado significa ‘el sábado próximo’ en El tiempo cambiará el sábado, pero ‘el sábado pasado’ en Lo supe el sábado14.8c y ss.). En los contextos distributivos, el sábado significa ‘cada sábado’, como en El sábado solía dar un paseo alrededor del estanque, en alternancia con el plural (los sábados). En los contextos genéricos (§ 15.8), la oración formada con el sábado puede admitir paráfrasis aproximadas con el cuantificador cualquier, como en {El sábado ~ Cualquier sábado} es un buen día para llamarlo.

39.3m Otros sustantivos temporales requieren modificadores o complementos para ejercer la función identificadora que caracteriza los nombres de los días de la semana. No se dice, en efecto, *Puedes venir el día, pero sí … el día que prefieras. También se rechaza *Silvia llegará la mañana (cf., en cambio, fr. Sylvie arrivera le matin ‘Silvia llegará por la mañana’) o *El plazo termina marzo (tampoco *… el marzo). Son, en cambio, gramaticales Silvia llegará la mañana del sábado —también … {esa misma mañana ~ la próxima mañana ~ la primera mañana que tenga disponible}— o El plazo termina el próximo marzo (o … el mes de marzo). Como el artículo determinado no permite establecer por sí solo la referencia de estos sustantivos temporales, son esperables contrastes como lo que sucedió {*la ~ esa} noche, y también lo es que el artículo resulte natural si se agrega algún modificador, como en No le había contado a nadie lo sucedido la noche de la pesadilla (Ferré, Batalla). Contrastan de igual manera *Trabajó allí el mes y Trabajó allí el mes entero. Se explica más detalladamente el papel determinativo o cuantificativo de los modificadores del sustantivo en los § 14.4-8.

39.3n Como se ha visto, los grupos nominales formados con los sustantivos que designan partes del día no adquieren valor referencial por el solo uso del artículo determinado y, en consecuencia, no constituyen adjuntos temporales por sí mismos. Los formados con demostrativos están libres de esa restricción, tanto si se construyen con nombres de las partes del día como si se forman con nombres de los meses del año:

Ella había llegado allí aquella tarde preparada para lo peor desconfiando por completo de aquel hombre (Santos Febres, Pez); La película de la productora independiente […] se estrena este abril (País [Esp.] 3/4/2003).

En el § 12.7d se observa que los nombres de los meses del año comparten con los nombres propios la particularidad de usarse sin artículo cuando son argumentos, como en Me encanta abril o en Comienza octubre. No extienden, en cambio, esta propiedad a su uso como adjuntos. El ejemplo de El País que se acaba de citar contrasta marcadamente con *La película se estrena abril. En los § 17.2q y ss. se estudia la compatibilidad que se requiere entre el demostrativo y el tiempo verbal en los grupos nominales que son adjuntos temporales, como en Aquel día no me {acordaba ~ *acordaré} de nada, frente a Ese día no me {acordaba ~ acordaré} de nada.

39.3ñ Los grupos nominales indefinidos (y, en general, los cuantificativos) están libres de las restricciones mencionadas y se usan como complementos circunstanciales temporales, como el subrayado en Llegaba tarde demasiados días o en estos otros ejemplos:

Álvaro Flores murió un lunes de Pascua Florida (Gómez Ojea, Cantiga); Una tarde entró tan pálido que hasta doña Cata hizo un comentario (Benedetti, Montevideanos); Llegaron un día con sus familias porque deseaban volver a la tierra de sus antepasados (Henríquez Gratereaux, Empollar).

Se documentan ocasionalmente construcciones similares con nombres de meses, como en Escribir como si uno estuviera en una casa de campo un mes de agosto […] (Lindo, Tinto). También se forman adjuntos con los grupos nominales temporales en las construcciones distributivas:

Todas las ilusiones, incluso la más mínima, esa que nos hace levantarnos cada mañana […] (Aguilar Camín, Adriano); Valga mencionar el Festival de Habaneras que se celebra desde hace unos diez años en La Habana cada diciembre (Évora, T., Orígenes); Todos los domingos se reunían escasamente una media docena de fieles (Carrión, Milagro); Venía don José Viejo a mi casa todos los días (Ulibarrí, Tierra).

39.3o Con el sustantivo vez se forman grupos nominales adjuntos que aluden de manera inespecífica a la localización temporal de algo. Así, en Era lógico pensar que alguna vez debió sentir algo por ese hombre (Sábato, Túnel), alguna vez admite paráfrasis como ‘en alguna ocasión, en algún momento’. También se emplea una vez en el sentido de ‘en cierta ocasión’, por tanto sin denotar frecuencia: Recuerdo que una vez me dijo que lo apreciaba mucho (Shand, Sastre). Corresponde a este mismo uso de una vez, como expresión indefinida de localización temporal, la fórmula Había una vez… característica de los cuentos.

39.3p El uso del sustantivo ocasión en estos grupos nominales (por tanto, sin la preposición en) es más frecuente en el español de México, Centroamérica, las Antillas y el área andina:

[…] el cual viendo cierta ocasión que llevaban un ladrón al suplicio, comenzó a reír a carcajada tendida (Fernández Lizardi, Periquillo); Y una ocasión en que estuvo a punto de forzarme por ese lado, no pudo (Espinosa, E., Jesús).

Pertenecen, en cambio, al español general los grupos nominales definidos formados por el sustantivo vez modificado por un adjetivo ordinal (la primera vez, la segunda vez, etc.): Siempre la miraba como si la viera la primera vez (Cabrera Infante, Habana). Constituyen grupos preposicionales las expresiones indefinidas formadas por el sustantivo vez y construidas sin artículo, como en Cuando lo vi {por primera vez ~ *primera vez). Aun así, en la lengua antigua se registra también esta pauta sin artículo ni preposición: Fui segunda vez admitido (Estebanillo).

39.3q Con el sustantivo vez se forman, asimismo, grupos nominales que denotan frecuencia: Y el del Saab tocaba dos veces la bocina y desaparecía (Sánchez-Ostiz, Infierno). El grupo nominal una vez puede constituir una expresión indefinida de localización temporal, como se vio en los apartados precedentes, pero también un grupo nominal con valor de frecuencia. De hecho, fuera de contexto pueden obtenerse las dos lecturas en Me escribió una vez (‘en cierta ocasión’, o bien ‘en una sola ocasión’). Con otros sustantivos similares, como ocasión, circunstancia, oportunidad, etc., la interpretación de frecuencia requiere, en cambio, la preposición: Me lo repitió {muchas veces ~ en muchas ocasiones}. Concurren la interpretación de localización temporal de una vez y la de frecuencia (una vez, dos veces, tres veces, etc.) en oraciones como Una vez, te llamé tres veces30.7g), donde la primera expresión posee ámbito mayor que la segunda. En esta oración se dice, por tanto, que en una ocasión indeterminada alguien hizo tres llamadas a otra persona. En general, cuando los complementos de localización temporal son compatibles con los de frecuencia, estos últimos suelen aparecer más próximos al verbo:

El éxito de la ópera del muchacho de 14 años fue tan grande, que la obra tuvo que ser presentada 20 veces entre diciembre y enero (Zanders, Historia); Miami solo anotó tres veces en 14 intentos en el cuarto período (Nuevo Herald 12/5/1997).

La locución conjuntiva una vez que… se estudia en el § 23.16k.

39.3r También se forman con el sustantivo vez grupos nominales distributivos complejos. Se trata de construcciones bimembres, como Isabel me lo hubiera repetido veinte veces por noche (Benedetti, Tregua). El primero de los dos segmentos subrayados denota el número de apariciones o realizaciones del suceso que se describe, mientras que el segundo expresa la medición temporal que corresponde a ese valor cuantitativo. Se obtiene el mismo esquema en estas secuencias:

Un par de veces al año me manda instrucciones o evacua mis consultas (García Pavón, Reinado); Esto ocurría una o dos veces por semana cuando hacía buen tiempo (Rivarola, Yvypóra).

Los grupos nominales formados con esta misma pauta con otras unidades de medida (tres litros por segundo, diez kilómetros al día, diez dólares por cabeza, cien kilos por metro cuadrado, etc.) se analizan en el § 19.9. Se suele interpretar una vez como locución adverbial cuando expresa perfectividad. En este uso, característico de las construcciones absolutas (Una vez hervido, se rehoga con un poco de aceite), una vez concurre con ya. Véase sobre este punto el § 38.12f.

39.3s En el § 39.3j se observó que los adjuntos nominales cuantitativos aparecen en las construcciones comparativas. Estos modificadores suelen estar menos restringidos que los demás. Pueden expresar tiempo un rato, media hora o una eternidad, como en Yo a ti te esperaría una eternidad (Zúñiga, Asta). Repárese, no obstante, en que la expresión subrayada se asimila a una locución adverbial. También se consideran locuciones adverbiales cuantitativas las que se subrayan en estos ejemplos:

Lo he probado la mar de veces (Galdós, Fortunata); El equipo mejoró bastante en la complementaria después de que decayera una enormidad desde mediados de la primera fracción (ABC Color 8/12/1996); […] aunque no me guste un pelo ese latinajo de nueva planta (Época [Esp.] 15/9/1997); Habrías disfrutado un montón, Juanito (Grandes, Aires).

Se pueden incluir en este mismo grupo otras expresiones nominales que se mencionan en los § 20.2d y 48.7h y ss. En cambio, no pertenecen propiamente a él expresiones como un Perú en costar un Perú (o un Potosí), puesto que son argumentos en lugar de adjuntos.

39.3t En los grupos relativos (§ 22.3) pueden alternar pronombres y grupos preposicionales (que ~ en que) de forma similar a como lo hacen los adjuntos analizados en los apartados precedentes. Puede decirse, en efecto, Jesús llegó ese mismo día, y también Jesús llegó en ese mismo día. Es esperable, por consiguiente, que alternen el mismo día que llegó y el mismo día en que llegó. La variante sin preposición se documenta en estos ejemplos:

Virginia Woolf decidió proseguir su interrumpido diario el día que se imaginó leyéndose a sí misma en plena ancianidad (García Terrés, Reloj); No dijo ni una palabra durante el tiempo que permanecieron en aquel establecimiento (Marías, J., Travesía); No tan solo trabajó el año que llegó, sino el siguiente (Tapia Bolívar, Historia).

La variante con preposición, igualmente correcta, se documenta en los textos siguientes:

El día en que tú vienes a Cuévano es como el día en que un rayo de sol entra hasta el fondo de la mina (Ibargüengoitia, Ruinas); Su trabajo era meterse en la garita de la fábrica, que había sido garita de soldados durante el tiempo en que aquella había sido cárcel (Asenjo, Días); Este ha sido el año en que más problemas hemos confrontado para estructurar el equipo (Dedom 1/2/1997); La tarde en que hicimos el trato, al salir al jardincito, Ana, que hasta el momento había permanecido muy circunspecta, dejó caer la radio del coche (Floreal Hernández, Isla Vista); Conoció personalmente al padre Chirinos en casa de don Pablo Morales Santisteban, una noche en que un reducido grupo de vecinos se reunió para festejar el cumpleaños de la mujer del alcalde (Goldemberg, Nombre); O la noche terrible en que tú estabas / llorando en el teléfono (Vilariño, Poesía).

39.3u Los grupos nominales temporales están muy restringidos usados como adjuntos que inciden sobre sustantivos, a diferencia de los preposicionales. Si en La programación de esta semana fue desastrosa se omitiera la preposición de, la expresión esta semana dejaría de formar un segmento sintáctico con la programación. Los adjuntos nominales temporales pueden, no obstante, modificar a ciertos sustantivos que expresan sucesos (§ 12.11c y ss.), como en el incendio de los bosques mediterráneos el pasado año, en la elección del nuevo presidente el próximo mes de abril o en estos otros ejemplos:

Ha sido confirmado en la presidencia de Alianza Popular de la región de Murcia tras la celebración, el pasado fin de semana, en Molina de Segura, del VI Congreso del partido (ABC 29/1/1985); Convocará a los responsables de los grandes bancos españoles para una reunión el próximo día 21 de enero (Vanguardia [Esp.] 7/1/1994).

39.3v Se forman más frecuentemente estos grupos sintácticos con los sustantivos derivados de verbos inacusativos (§ 41.4) y de otros que se asimilan a ellos: aparición, muerte, caída, llegada, vuelta, regreso, venida, como en el regreso del torero a los ruedos esta próxima temporada. Se subrayan con trazo continuo los complementos adjuntos de este tipo en los ejemplos que siguen, y se marcan con trazo discontinuo los sustantivos sobre los que inciden:

Una facción guerrillera cuya aparición, el 28 de junio de 1996, cuando se cumplía el primer aniversario de los hechos, estuvo marcada por […] (País [Esp.] 30/6/1997); La mina fue explotada por los indígenas hasta la llegada de los españoles, en 1525 (Proceso [Méx.] 29/12/1996); Vamos a darle gracias a Dios por la venida del Papa el día siete de febrero (Prensa [Nic.] 3/2/1997).

El contexto deja claro que el día siete de febrero no modifica a vamos a darle gracias en el último ejemplo de esta serie, sino al sustantivo venida.

39.3w La alternancia entre los grupos preposicionales y los nominales tiene consecuencias semánticas en los contextos analizados. Si se dijera … la venida del Papa del siete de febrero, se restringiría la denotación de la venida del Papa, con lo que indirectamente se opondría esa visita particular a otras posibles, acaecidas o no. La naturaleza eventiva de este sustantivo queda aquí inactiva, de modo que no desempeña ningún papel en el grupo nominal (como sucede en su casa de la playa). En cambio, en … la venida del Papa el siete de febrero, es la naturaleza eventiva del sustantivo venida la que legitima la aparición del adjunto nominal subrayado. El complemento del nombre precisa igualmente la denotación de venida, pero en este segundo caso no se opone un determinado evento a otros posibles. El grupo nominal el siete de febrero no tiene, por tanto, carácter restrictivo, como tampoco lo tiene en El Papa vino el siete de febrero. Así pues, la interpretación restrictiva de los complementos introducidos por la preposición de en estos contextos implica la existencia de posibles eventos análogos atribuibles al mismo individuo. A ello se debe que la alternancia que se obtiene en La visita del señor Presidente {del ~ el} mes de marzo desaparezca al sustituir visita por muerte. La preposición de se rechazaría porque la sintaxis forzaría la lectura en la que se atribuyen varias muertes a una sola persona.

39.3x La interpretación eventiva de los sustantivos que admiten grupos nominales como adjuntos temporales requiere generalmente la presencia de su argumento. No resultaría, pues, natural suprimir el segmento subrayado en La explosión de un artefacto el domingo fue aparatosa, pero no tuvo consecuencias. A ello se añade el hecho de que la segmentación sintáctica de estos grupos nominales con sustantivo eventivo es diferente de la que corresponde a los demás sustantivos: [la venida del Papa] [el día siete de febrero], donde el adjunto temporal modifica a un grupo nominal que contiene el artículo determinado, contrasta con la [[venida del Papa] [del siete de febrero]], donde el adjunto temporal se asimila a otros modificadores.

39.3y El grupo 4 del § 39.3a corresponde a las subordinadas adverbiales y a los grupos conjuntivos con interpretación oracional, sean de verbo en forma personal o en forma no personal. Como se explica en los § 1.13p y ss., así como el capítulo 31, el concepto de ‘subordinada adverbial’ se usa aquí en sentido amplio, puesto que en el más estricto presenta numerosas dificultades. Así, las construcciones absolutas, las prótasis condicionales y concesivas y otros grupos sintácticos similares suelen considerarse adjuntos oracionales. Se subrayan varios de estos tipos en los ejemplos siguientes:

Una vez concluida la oración, vuelto el silencio entre los asistentes, pide el juez principal que se lean en alta voz los últimos cargos que quedaron pendientes (Fernández Santos, Extramuros); Que el señor Morton le quiere ver a usted a eso de las siete, le había dicho nada más llegar (Montero, Amado); Yo sentí mi cabeza girar como cuando en la taberna del Turco el vapor del vino derramado sobre la mesa embotaba mis sentidos (Pérez-Reverte, Limpieza); Al anochecer, mientras ella se quedaba barloventeando en las sombras de la plaza, Aureliano pasaba por el corredor como un extraño, saludando apenas a Amaranta Úrsula y a Gastón (García Márquez, Cien años).

Los adjuntos formados por adverbios relativos se estudian en los § 22.7-11; los constituidos por ciertas oraciones de infinitivo («nada más + infinitivo»; «al + infinitivo») se tratan en el § 26.13.

 

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