Sintaxis

39 Los adjuntos. El complemento circunstancial

39.2 Caracterización y delimitación de los adjuntos. Los adjuntos frente a otras unidades sintácticas

39.2a La distinción entre argumentos y adjuntos se basa, como se ha recordado, en el hecho de que los primeros son complementos seleccionados léxicamente por un predicado, mientras que los segundos se consideran modificadores optativos que agregan particularidades de los individuos o de las situaciones. La oración Iba pensando en el tren tiene dos sentidos porque el segmento en el tren puede interpretarse como adjunto —en concreto, como complemento circunstancial del verbo pensar—, o bien como argumento suyo, más exactamente como complemento de régimen preposicional de ese mismo predicado. En consecuencia, en el primer caso se informa acerca del lugar en el que alguien realiza la acción de pensar, mientras que en el segundo se proporciona el asunto sobre el que se piensa. Si el grupo preposicional estuviera antepuesto, se desharía la ambigüedad, como se explica en el § 39.3g. En esta sección se mostrará que la oposición entre argumentos y adjuntos tiene consecuencias notables en la gramática. También se comprobará que se vuelve escurridiza cuando se aplica a ciertos casos conflictivos y que los criterios delimitativos que suelen aplicarse a esos contextos no proporcionan en todas las construcciones resultados enteramente satisfactorios.

39.2b La distinción esbozada entre argumentos y adjuntos es compatible con el hecho de que los segundos estén también restringidos semánticamente, lo que implica que no se añaden libremente a cualquier predicado. En efecto, los adjuntos están restringidos muy a menudo por condiciones aspectuales, en concreto en función de pautas relativas al aspecto léxico o modo de acción23.3) de los predicados. Así, el adverbio lentamente no se combina con cualquier verbo, sino solo con los que designan acciones o procesos, se realicen estos con movimiento (caminar) o sin él (pensar). En el § 23.3h se explica que los grupos preposicionales introducidos por durante (como durante dos días) solo modifican a los verbos que designan estados o actividades, por tanto, procesos no delimitados. En el § 30.8b se explica que las locuciones adverbiales de un tirón o de un jalón inciden de modo exclusivo sobre verbos que expresan efectuaciones o realizaciones (§ 23.3e), es decir, acciones o procesos que poseen término. Los adjuntos introducidos por la preposición entre están, asimismo, fuertemente restringidos. Estos grupos preposicionales introducen las personas o cosas que participan de manera conjunta en alguna acción que posea límite natural. Se dice, pues, Entre los tres operarios subieron la mesa o Manuel y Eva escribieron el informe entre los dos, con verbos de realización o efectuación. Es esperable que la lengua rechace variantes como *Julio y Beatriz dieron un paseo entre los dos, ya que en esta oración no se expresa ninguna acción que conduzca a un término como resultado de alguna actuación conjunta. También se rechazan en esta pauta los predicados simétricos (§ 31.6c), como en *Entre tú y yo nos encontramos en el cine, lo que no impide que estos grupos preposicionales encabezados por entre sean adjuntos. Pueden verse los § 12.2s y ss., 29.8d y ss. y 33.2h y ss. sobre otros aspectos de los adjuntos introducidos por la preposición entre.

39.2c Las condiciones semánticas a las que están sujetos los adjuntos se extienden a casi todos los grupos en los que se suelen clasificar. Así, los complementos circunstanciales de instrumento son raros con los verbos de estado: {Aprende ~ *Sabe} matemáticas con un excelente manual. En el § 46.7b se muestra que los grupos preposicionales que expresan finalidad no modifican a los verbos que denotan procesos no agentivos, ya que el concepto mismo de ‘finalidad’ requiere de la intervención de un ser dotado de voluntad o de intención. Los adjuntos pueden estar también limitados contextualmente por restricciones semánticas de naturaleza más propiamente léxica. Así, el adverbio sustancialmente se usa (sobre todo, aunque no solo) con verbos que denotan cambios de estado o las acciones que los desencadenan (abaratar, aumentar, cambiar, incrementar, etc.), y también con ciertos predicados que expresan efecto o influencia sobre algo o alguien (afectar, condicionar, etc.). Se hallan de igual forma restringidos por condiciones léxicas específicas los adverbios contundentemente, infinitamente, rimbombantemente o soberanamente, entre otros muchos, lo que no impide, como antes, que se consideren adjuntos. Véase también, sobre este punto, el § 30.9.

39.2d Menos frecuente es que las condiciones requeridas por los adverbios sean sintácticas, como en el caso de mutuamente, que exige un predicado con sujetos plurales o coordinados (§ 16.5t), o como indistintamente, que suele construirse en presencia de una coordinación, casi siempre disyuntiva: Subíamos por la misma escalera a nuestras dos puertas, que nunca se cerraron. Los niños entraban indistintamente a una u otra (Serrano, M., Vida). Véase también, sobre este adverbio, el § 31.9k. Todos estos condicionamientos y otros parecidos ponen de manifiesto que está demasiado simplificada la interpretación de los complementos circunstanciales como modificadores no restringidos que se añaden libremente a los predicados verbales para precisar algún aspecto de su significado. En los § 13.1m y ss.y 13.2-4, se analizan condicionamientos similares que afectan a los adjetivos.

39.2e Es frecuente en la tradición asociar ciertos segmentos sintácticos con determinadas funciones. En los § 1.12g y 30.2n se explica que las opciones que la sintaxis proporciona suelen ser algo más abiertas. Se obtienen así contrastes como estos:

como argumentoscomo adjuntos
grupos preposicionales contar con alguien para un trabajo contar con los dedos
adverbios o grupos adverbiales portarse razonablemente bien escribir razonablemente bien
sustantivos o grupos nominales descartar los lunes descansar los lunes

De igual manera, como ya se indicó en el § 1.12g, expresiones como en Roma se consideran argumentos locativos en Reside en Roma, pero adjuntos locativos en Trabaja en Roma. Tienen argumentos locativos los verbos desembocar o poner; argumentos de manera, los verbos desenvolverse o portarse, y argumentos cuantitativos, los verbos costar, durar o medir. Se abordan todas estas cuestiones en los capítulos 30 y 36.

39.2f Las consideraciones introducidas en el apartado anterior no implican, sin embargo, que la oposición «argumento-adjunto» esté libre de problemas. En el § 36.1 se señalaron algunos de ellos. Allí se explica que son muchos los casos en los que determinados grupos preposicionales inciden sobre un número restringido de predicados que encajan en ciertos grupos semánticos, lo que dificulta, en alguna medida, la distinción entre esas dos unidades. Así, por ejemplo, los grupos preposicionales formados mediante la pauta «por + sustantivo o grupo nominal» (por tamaño, por edad, por antigüedad, por jerarquía, por rango, por nota, por número, por apellidos, por orden alfabético) expresan el criterio mediante el que se agrupan personas o cosas. Modifican a los verbos agrupar, alinear, clasificar, colocar, disponer, distinguir, enumerar, jerarquizar, ordenar, organizar, poner y algunos más. Aunque estas restricciones léxicas son, en principio, características de los complementos de régimen, y por tanto de los argumentos, los complementos mencionados se suelen considerar adjuntos. Como se acaba de mostrar, muchos adverbios están asimismo restringidos léxicamente mediante criterios similares, sin dejar de funcionar por ello como complementos circunstanciales. En general, si la mayor parte de los adjuntos verbales son predicados de los eventos, es esperable que restrinjan léxicamente las entidades de las que pueden predicarse, como sucede con los adjetivos y con otros modificadores restrictivos. Aun así, es oportuno hacer notar que los numerosos problemas que plantea la selección léxica como criterio delimitativo han llevado a algunos gramáticos en los últimos años a dar más peso a los criterios sintácticos que a los léxicos en la tarea de distinguir los argumentos de los adjuntos. En los apartados que siguen, se examinarán algunas de las pautas que se han propuesto como pruebas o como indicios para caracterizar sintácticamente los complementos adjuntos.

39.2g Uno de los rasgos sintácticos prototípicos de los adjuntos es el hecho de que su omisión no suele alterar la gramaticalidad de la oración (Llegará hoy > Llegará), mientras que la omisión de los argumentos puede dejarla incompleta o impedir su comprensión (*Luis residía). Aun así, los adjuntos no pueden suprimirse cuando algún elemento del discurso hace referencia a ellos, como en Llegará hoy, pero también podría llegar mañana, o como en estos otros ejemplos en los que se contrastan complementos adjuntos:

Comencé un estudio sobre la psicología en la obra de San Juan de la Cruz, que no terminé entonces y no terminaré nunca (Laín Entralgo, Descargo); JR había entrado al aparcamiento con su propio coche, pero saldría en pocos minutos en un vehículo policial con aspecto de turismo normal (Ekaizer, Vendetta); Si fuera Francia o Inglaterra, y Suiza ni te cuento, allí todos callaos, pero aquí, si te molestan, te aguantas (Sánchez-Ostiz, Infierno); Delgado y Montoya se resfriaron en Aragón pero estarán en condiciones cuando empiece la carrera en Valladolid (Mundo [Esp.] 25/4/1994).

39.2h Como sucede con ciertos elementos argumentales (§ 34.2), la omisión de un complemento circunstancial puede no afectar la gramaticalidad de la oración, pero sí alterar considerablemente las relaciones sintácticas que se dan en ella, muy especialmente las de ámbito: Solo lo probó una vez [=‘Lo probó solo una vez’] ~ Solo lo probó [=‘No hizo otra cosa’]. Los argumentos pueden también omitirse, aunque en condiciones más restrictivas, como en hablar (de un asunto), confiar (en alguien) o pensar (en algo), en especial cuando el contenido del argumento que se suprime se recupera a través del contenido léxico del predicado, según se señala en los § 1.12p, 34.4 y 36.1f. Nótese que resultaría extraño suprimir el segmento subrayado en La insurgencia obrera se ha desenvuelto de manera diversa y dispersa en los últimos años (Trejo, Movimiento). No obstante, cabría decir Me voy desenvolviendo con el sentido de ‘Me voy desenvolviendo bien’. El verbo portarse, mencionado en el § 39.2e, es especialmente frecuente en esta construcción (portarse como ‘portarse bien’), característica del registro conversacional del español europeo y el rioplatense, pero no tan frecuente en otras áreas: El animal se portó después de la dificultosa subida y acompañó al grupo río abajo sin asustarse (Faro Vigo 7/8/2007). También es normal omitir el complemento argumental de algunos verbos de medida (costar, pesar, durar, etc.), de forma que se sobrentiende alguna magnitud elevada, como en Esto te va a costar o Este paquete pesa. En ambos casos se entiende ‘mucho’. Sobre otras propiedades de estos verbos, véanse los § 22.16j y 34.2m.

39.2i El hecho de que los adjuntos sean, como se ha explicado, segmentos omisibles en casi todos los casos tiene varias consecuencias sintácticas. Así, en las interrogativas indirectas truncadas43.8g) insertas en apéndices adversativos o concesivos, se retoman adjuntos y argumentos introducidos en el discurso precedente. En efecto, el segmento subrayado en Quisiera ayudarla, pero no sé de qué forma (Reina, Reflejos) se interpreta como complemento circunstancial del elemento elidido ayudarla. En una variante de esta pauta, el grupo sintáctico interrogativo se construye en paralelo con un grupo indefinido presente en la oración principal, como en el texto siguiente: Me trajeron de algún sitio, pero no sé de dónde (Chamorro, E., Cruz). Esta segunda opción suele ser obligatoria con los argumentos, pero potestativa con los adjuntos. Así pues, no se omite el segmento subrayado en Dijo algo, pero no sé qué, pero puede omitirse en Lo negó por alguna razón, pero no sé por qué. Nótese que el pronombre interrogativo no podría ser cuál22.14a y ss.), ya que la supresión del adjunto conllevaría la del antecedente del pronombre: *Lo negó, pero no sé por cuál.

39.2j Es posible desgajar, de manera similar, el complemento que se desea identificar en construcciones adversativas o concesivas que no contienen interrogativas indirectas, como en Le agradece siempre cualquier ataque a la familia de mi madre, aunque sea a nosotros (Guido, Invitación), donde a nosotros se interpreta como complemento de ataque. No obstante, este criterio es poco restrictivo, ya que admite adjuntos y complementos de varias categorías. Así, el segmento subrayado en el texto que sigue es argumento del verbo llenar: Ahora su fuerza y su poder sobre nosotros estriba en que son tan primitivas que todo lo basan en llenar el estómago aunque sea de seres humanos (Vázquez-Figueroa, Caribes).

39.2k El recurso a las interrogativas indirectas truncadas tiene ventajas e inconvenientes, usado como prueba para distinguir los argumentos de los adjuntos. Entre las primeras, está el hecho de que este criterio asimila los complementos agentes a los circunstanciales: Se ha sentido atacada por la espalda, pero no sabe por quién (Jardiel, Exceso), lo que concuerda con otros criterios que conducen a la misma conclusión (§ 39.5k). Entre los inconvenientes, está el hecho de que asimila los adjuntos a los sujetos tácitos, lo que no resulta deseable en la mayor parte de los análisis: Reconoce, sí, que le ofrecieron la Presidencia del Gobierno (aunque no dice quién ), pero añade a continuación que la rechazó “de plano” (Herrero, Ocaso). Aun así, el contraste entre sujeto y complemento circunstancial se conserva, en cierto modo, en estas oraciones si se tiene en cuenta que los rasgos flexivos del verbo permiten recuperar la referencia del sujeto. El recurso de las interrogativas indirectas truncadas posee también el inconveniente de que presenta como adjuntos algunos argumentos omisibles, como en Yo era consciente de que me estaban hablando, pero no sabía de qué, donde se subraya un complemento argumental del verbo hablar. Esta construcción es característica del llamado uso absoluto del complemento directo (§ 34.4b), como en Se pasaba el día escribiendo, pero nadie sabía qué.

39.2l Las perífrasis condicionales o copulativas enfáticas condicionales40.12f) presentan puntos de contacto con las estructuras examinadas en los apartados anteriores. Estas perífrasis no se forman, sin embargo, con interrogativas indirectas, sino con el verbo ser y un indefinido, como en Si alguien lo sabe es Luis. Al igual que en las interrogativas indirectas con elipsis verbal, en estas construcciones pueden omitirse los grupos indefinidos cuando son adjuntos (Si en algún momento viene será en agosto > Si viene será en agosto), pero —como han observado algunos autores— no se eliden cuando son argumentos (Si quiere algo es que la dejen en paz). Este criterio para delimitar argumentos y adjuntos es algo más restrictivo que el de las interrogativas indirectas truncadas y el de las secuencias adversativas y concesivas, ya que no produce resultados anómalos en los sujetos: Si alguien lo sabe es Luis > *Si lo sabe es Luis. Discrimina asimismo correctamente los adjuntos del nombre, por oposición a los del verbo (*Si necesitas una camisa es oscura), pero presenta el inconveniente de que clasifica como adjuntos algunos argumentos omisibles. Así, el texto siguiente no dice si se habla de alguien o de algo, sino si se habla: Si se habla es de mujeres asesinadas, robadas, fugitivas, apaleadas (Arlt, Jorobadito).

39.2m En los estudios sobre la oposición «argumento-adjunto», se ha hecho notar a menudo que tras la proforma hacerlo, cuyo antecedente es un predicado verbal previamente introducido, se puede presentar cierta información que es compatible con los adjuntos del predicado que se menciona, pero no con sus argumentos. De este modo, el segmento subrayado en Cuando comía lo hacía en restaurantes baratos del Casco Antiguo (Bolaño, Llamadas) se interpreta como complemento circunstancial del verbo comer. He aquí otros ejemplos similares:

Pero el hombre que la miraba lo hacía con enorme tristeza (Carpentier, Siglo); Mairena no solía sentarse o lo hacía sobre la mesa (Savater, Valor); Cepsa lleva solo dos años vendiendo butano en Andalucía y ahora lo hace en Valencia, Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha (País [Esp.] 3/1/2001); La delegación que lo acompañó lo hizo en otra nave de la isla caribeña (Nuevo Herald 1/11/2000); Si queremos trasladarnos al pueblo lo hacemos a pie (García Terrés, Reloj).

Como el complemento indirecto de conceder es un argumento de ese verbo, resultaría forzado decir Concedieron un premio a los estudiantes de segundo curso, pero no lo hicieron a los de tercero. Se entiende que el criterio ha de aplicarse únicamente a los verbos de acción, puesto que los de estado no admiten la sustitución por hacer. Resultan, por tanto, anómalas oraciones como *Sabe esas cosas por casualidad, pero no lo hace porque las haya estudiado.

39.2n El criterio descrito en el apartado precedente constituye una guía útil, pero no una prueba infalible. No permite distinguir, en efecto, los complementos circunstanciales de los adjuntos predicativos. Así, el segmento que se marca en el texto siguiente es un complemento predicativo (§ 38.6-8) de los pocos que se casan, no un complemento circunstancial de se casan: Hoy los pocos que se casan lo hacen con casi 30 años (Mundo [Esp.] 9/12/1996). Cabe hacer notar, en este sentido, que la sustitución de una parte del predicado por la proforma hacerlo guarda relación con la que se produce en los grupos verbales copulativos por medio del pronombre lo, como en Justiniana, fingiendo ser su cómplice y no la mía —en verdad, la astuta lo es de ambos y sobre todo de sí misma— […] (Vargas Llosa, Elogio). Este hecho muestra que la sintaxis permite la segmentación «verbo + [adjetivo + grupo preposicional]», donde se encierra entre corchetes el grupo adjetival, pero también otra del tipo «[verbo + adjetivo] + grupo preposicional», de forma que el complemento del adjetivo pasa a ser un complemento de todo el grupo verbal copulativo. Se considerarán otros aspectos de la oposición entre complementos circunstanciales y atributos en los § 39.2t y ss.

39.2ñ En segundo lugar, la sustitución por la proforma hacerlo lleva a considerar circunstanciales un gran número de complementos restringidos que suelen tenerse por argumentales, aunque sea con reservas (§ 36.2f). Así, se consideran complementos argumentales los que expresan la procedencia de algo o la fuente de la que se obtiene, por ejemplo, los que se subrayan en servirse de las influencias, alimentarse de verduras, nacer de una situación, dimitir de un cargo, cobrar del erario o liberarse uno de sus miedos. Por tanto, si se interpretan como argumentos los segmentos subrayados, el criterio presentado parece fallar, puesto que la construcción con hacer es compatible con argumentos en los textos siguientes:

Pero en lugar de servirme de la palabra, lo hago de la imagen (Mundo [Esp.] 9/11/1996); Si la vida no se nutre de la muerte, la muerte lo hace de la vida (Restrepo, Ecología); La memoria cultural de los pueblos no solo se alimenta de los documentos escritos, también lo hace de la experiencia colectiva (Sepúlveda Carvajal, Encuentro); De ahí nace la desigualdad que es igualdad. No lo hace de unas tradiciones y costumbres que diferencien a la comunidad sometiendo al individuo (Clavero, Derecho); Comentaba del ayuno terapéutico curativo que no solo libera al ser humano de sus detritus físicos, sino que también lo hace de los psíquicos (Diario Navarra 7/1/2001); El azúcar proviene de los hidratos de carbono ingeridos, mientras que los lípidos lo hacen de las grasas adquiridas o de la grasa corporal almacenada (Albamonte, Aerobismo).

39.2o También es habitual analizar como argumentales los complementos introducidos por la preposición con cuando denotan relación en diversas formas, como en hablar con la gente, casarse con un hombre joven, relacionarse con los demás o comportarse bien con ella. Estos complementos están restringidos léxicamente y se diferencian de los complementos circunstanciales de manera y de compañía. Pueden ser, incluso, compatibles con ellos: Dice que se trabaja con los jóvenes con psicólogos y sociólogos, y que a los irrecuperables es posible que ‘alguien piadoso’ les dé una inyección (Mignone, Iglesia). Como sucedía en el apartado precedente, si estos complementos son argumentales, el criterio mencionado relativo a la proforma hacerlo no se corresponde adecuadamente con la existencia de secuencias como estas:

Comas explicó que dichas entidades se relacionan con Cultura cuando desarrollan actividades estrictamente culturales y que lo hacen con Bienestar Social cuando se trata de iniciativas que […] (Vanguardia [Esp.] 6/4/1995); Mientras una de las hijas de los reyes, Isabel, casaba con Manuel I de Portugal, Catalina lo hacía con el heredero inglés (Martín Rodríguez, Península); Ese fue siempre mi problema, no acertar. Aunque estés siempre atento, a ver cómo me comporto con este fulano, a ver cómo lo hago con esta mujer, atento a ver qué cosas digo… Nada, es muy difícil (ABC 3/6/1994).

Se debe señalar, de todas formas, que, en opinión de algunos autores, los complementos preposicionales que son compatibles con paradigmas restringidos de verbos no se ajustan con nitidez a la distinción entre complementos de régimen y complementos circunstanciales. Véase sobre este punto el § 36.2e.

39.2p Por último, también se incluyen entre los complementos argumentales aquellos que expresan la materia o el asunto del que se trata o sobre el que versa algo, como en hablar de alguna cuestión o escribir sobre cierto tema. Sin embargo, tales complementos pueden concurrir con la proforma hacerlo:

Ponce disertó sobre Fenicia; ocho días después E. Mac Gregor lo hizo sobre Grecia y sus colonias (Osorio, Eco); ¿Y qué necesidad hay de escribir tesis académicas sobre el paripé? ¿Por qué no lo hace sobre el pintor Murillo o sobre el poeta Herrera? (Sender, Nancy); Más que hablar de paz, el discurso lo hace de la no-paz (Bonilla Vélez, Violencia); De todas maneras, todo el que escribe lo hace sobre lo que le pasó, haya sido en la vida real o dentro de su cabeza (Brecha 24/10/1997).

39.2q Los datos presentados en los apartados precedentes dan a entender que existe cierta contradicción —no enteramente resuelta en la actualidad— en el hecho de que la separabilidad de los adjuntos y su posible omisión, los dos aspectos que estas pruebas toman en consideración, sean nociones graduales, mientras que la distinción «argumento-adjunto» y, en general, la llamada selección léxica se presentan habitualmente como conceptos no sujetos a grados. En el § 36.1 se explica que casi todos los procesos gramaticales basados en la supresión de algún elemento están condicionados por factores léxicos, muy a menudo sutiles, y también contextuales. Así, los complementos encabezados por la preposición de36.8a-o) que inciden sobre los verbos emanar, proceder, brotar y salir expresan ‘origen’ y pueden considerarse argumentales. Aun siéndolo, los que modifican a los dos primeros verbos muy raramente pueden sobrentenderse, a diferencia de lo que sucede con los que inciden sobre los dos últimos. Como se ve, las pruebas sintácticas basadas en la supresión de complementos dependen de un factor inicial de naturaleza estrictamente léxica, lo que limita en alguna medida su eficacia como recursos probatorios o discriminadores en los contextos mencionados.

39.2r En los apartados anteriores se examinó la integración sintáctica de los argumentos en el predicado con pruebas que hacen referencia a la supresión de elementos. En el § 22.17 se explica que la vinculación de los adjuntos con el resto del predicado es más laxa que la que tiene lugar con los argumentos, lo que condiciona ciertos procesos sintácticos no relacionados con la supresión de segmentos. En efecto, los adjuntos rechazan la formación de oraciones interrogativas o relativas a partir de alguno de sus elementos constitutivos, mientras que los argumentos no están sujetos a esa restricción. Obedecen a esa diferencia contrastes como el restaurante del que {vivíamos ~ *trabajábamos} cerca. En efecto, el segmento subrayado en vivir cerca de un restaurante se considera un argumento locativo del verbo vivir, pero solo un adjunto en la oración correspondiente con el verbo trabajar. En la variante el restaurante cerca del cual trabajábamos, se antepone también el adverbio, por lo que la asimetría se deshace. Se estudian estos dos tipos de oraciones de relativo en el § 22.3.

39.2s La diferencia introducida en el apartado precedente se comprueba también en las oraciones subordinadas. El segmento marcado entre corchetes en Beatriz pensaba [que Luis llamaría hoy] es un argumento, concretamente una subordinada sustantiva de complemento directo. A partir del segmento subrayado en ella, es posible formar la oración copulativa enfática o de relieve Es Luis quien pensaba Beatriz que llamaría hoy, que contiene una oración de relativo. Si el segmento marcado entre corchetes fuera un adjunto, la formación de la copulativa enfática se tornaría sumamente forzada, si no imposible. Así, en Beatriz firmaría [si Luis accediera a sus condiciones], se marca entre corchetes una prótasis condicional, por tanto un adjunto. A partir del elemento que se subraya, sería inviable crear la secuencia *Es Luis quien Beatriz firmaría si accediera a sus condiciones. La anomalía de esta oración se debe —según se piensa generalmente— a que los adjuntos, a diferencia de los argumentos, introducen una suerte de ruptura en el interior del grupo verbal, mientras que la formación de las construcciones mencionadas exige que ese proceso no se produzca. Se proporcionan más detalles sobre la accesibilidad de estos segmentos en el § 22.17.

39.2t En el § 37.3 se explica que pueden ser atributos los complementos preposicionales y también los adverbios. El complemento circunstancial subrayado en Reparó el coche con un amigo expresa compañía o colaboración, pero el segmento que se marca en Te vi con un amigo alude a cierta situación física en la que se encuentra la persona vista. Constituye, por tanto, un atributo que se predica de ella (complemento predicativo del objeto directo). Se retoma esta diferencia más adelante. Los complementos predicativos del objeto directo que inciden sobre verbos de percepción o de juicio se caracterizan por admitir un gran número de variantes sintácticas, como en La veía {sana ~ sin preocupaciones ~ bien ~ corriendo por las calles}. Unas veces hacen referencia a situaciones prospectivas y otras a estados de cosas presentes. En uno y otro caso el modificador predicativo especifica el estado en que se halla un individuo, en lugar de una forma de llevar a cabo cierta acción. Contrastan de manera similar La vi desde mi casa con unos prismáticos (complemento circunstancial de instrumento, en la interpretación más natural) y La vi con un bolso nuevo (complemento predicativo del objeto directo). Son asimismo atributos los segmentos subrayados en estos pares:

Solía servir la ensalada {con unas gotas de limón ~ con una cuchara pequeña}; Se presentó a la fiesta {con un vestido de raso ~ con mucha antelación}; Venía a trabajar {con fiebre ~ con su hijo pequeño}; Se bebió el coñac {en un vaso ~ en un sillón}.

Las dos interpretaciones que se perciben en El niño había dibujado un barco en la alfombra, donde la alfombra puede designar el espacio que hace el papel de lienzo, o bien el lugar en el que alguien se sienta para dibujar, se analizan en los § 37.3f, g.

39.2u A pesar de que las funciones sintácticas de adjunto y atributo son diferentes, se reconoce tradicionalmente que existen a veces límites difusos entre ellas. En los § 30.9i y ss. se explica que la cercanía que se percibe en pares como La saludó {cortés ~ cortésmente} se debe a que los adverbios derivados de adjetivos que expresan comportamientos se consideran orientados hacia el sujeto, propiedad que los acerca a los atributos. De manera análoga, en la oración Venía a trabajar con gran entusiasmo, modifica al predicado un grupo preposicional que expresa cierta forma de venir a trabajar, lo que lo caracteriza como complemento circunstancial de manera, pero también cierto estado del que viene, lo que lo asimila a los complementos predicativos. Algunos gramáticos han aducido que esta indeterminación entre complementos circunstanciales y predicativos se da en muchos más casos (por ejemplo, en Terminó el trabajo {sola ~ sin ayuda} o en El mineral se transportaba {embalado ~ en camiones}), hasta el punto de que en ellos se anula parcialmente la distinción. En los § 31.4t, u se observa que los atributos se coordinan a veces con los complementos circunstanciales, como en enviar una carta certificada y por avión.

39.2v Finalmente, los adjuntos se diferencian de los conectores discursivos en que estos últimos elementos no están integrados en el predicado ni modifican externamente a la oración en la mayor parte de los casos, sino que vinculan los contenidos proposicionales con otros que aporta el discurso precedente. Véanse, sobre este punto, los § 30.12 y 30.13.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
complemento de medida argumental, complemento locativo argumental, verbo de medida

 

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