Sintaxis

19. Los cuantificadores (I). Sus clases. Cuantificadores universales

19.3 Cuantificadores fuertes y débiles

19.3a La división que se introduce en A319.2a) ha sido una de las más estudiadas en los últimos tiempos. En esta clasificación se distinguen los cuantificadores llamados fuertes (también universales y a veces definidos) de los llamados débiles o indefinidos. Se ha señalado repetidas veces que los primeros no son apropiados como complementos del verbo terciopersonal haber, y también que comparten esta propiedad con los determinantes definidos: el artículo determinado, los demostrativos y los posesivos (§ 15.6c y ss.). Contrastan marcadamente, en efecto, secuencias como Habrá algún teléfono sobre el escritorio; Hay varios niños en el patio; No había nada de dinero en la caja, con las variantes anómalas *Había cada teléfono sobre el escritorio (pronunciado sin entonación suspensiva y sin anticadencia, § 42.15); *Hay ambos niños en el patio; *Había todos los animales en el arca de Noé (compárese *Había… con Estaban…). Así pues, son cuantificadores fuertes ambos, cada, todo y sendos; y son, en cambio, débiles algún, nada y varios, entre otros. En el § 15.6 se analiza la anomalía de oraciones como *Había el teléfono sobre el escritorio; *Hay esos niños en el patio; *Hay mi dinero en la caja, y se explican también las excepciones que se han encontrado a esa pauta. En cierto sentido, la irregularidad de *Hay ambos individuos puede remitirse a la de *Hay los dos individuos15.6c y ss.), y por tanto, a la de cualquier otro grupo nominal definido. Como se ve, los grupos nominales que forman los cuantificadores fuertes abarcan la totalidad de los elementos que componen algún conjunto, a pesar de que aparezcan a veces en singular, como en Cada libro estaba en su sitio.

19.3b Los numerales cardinales se consideran cuantificadores débiles (Había cuatro formas de hacerlo), frente a los grupos nominales definidos que los contienen (*Hay las cuatro formas de hacerlo). El artículo indeterminado o indefinido un(o)/un(a)/ unos/unas se asimila en parte a los cuantificadores indefinidos, como se explica en el § 15.2; y, en concreto, a los cuantificadores débiles (Hay una forma de solucionarlo). En el § 19.7d se hace notar que la asociación establecida entre grupos nominales definidos (las películas de vaqueros) y los introducidos por el cuantificador todos (todas las películas de vaqueros) está inducida por el significado del artículo determinado, más que vinculada léxicamente a él. De hecho, la inferencia que se obtiene en estos casos («los + sustantivo» «todos los + sustantivo») se puede cancelar fácilmente, como en Le encantaban las películas de vaqueros, aunque no todas.

19.3c Los cuantificadores débiles, no universales o indefinidos se diferencian de los fuertes en que indican que la predicación que introducen no se aplica más que a una parte de algún conjunto, como en muchos escalones, algunos de los libros, o incluso de una sola entidad, como en Algo de esta ciudad permanecerá en mí para siempre. Aun así, se ha observado que esta interpretación es solo una de las posibles, ya que expresiones como algunos niños y algunos de los niños no son necesariamente equivalentes. En los § 20.1a y ss. se desarrolla esta idea. La información cuantificativa que aportan estos cuantificadores es precisa en el caso de los numerales cardinales (Veinte soldados fueron dados de baja), pero es vaga otras veces (Varios soldados fueron dados de baja), o bien puede incluir cierta estimación relativa a alguna norma variable en función del contexto o la situación (Muchos soldados fueron dados de baja).

19.3d Los cuantificadores fuertes ambos, cada y todo tienen en común con los determinantes la propiedad de constituir grupos nominales definidos. Como se ha indicado, los grupos sintácticos que forman expresan nociones que se aplican a la totalidad de las entidades identificadas por el sustantivo que restringe al cuantificador. Si se comparan las oraciones Cada uno de estos empleados es soltero y Muchos de estos empleados son solteros, se podrá comprobar fácilmente que la segunda es compatible con la afirmación contraria: Muchos de estos empleados son casados, mientras que la primera no lo sería con su correspondiente opuesta: Cada uno de estos empleados es casado. De manera análoga, no se percibe contradicción si se dice Muchos de estos empleados son solteros, pero algunos son casados, pero se incurriría en contradicción si se dijera Cada uno de estos empleados es soltero, pero algunos son casados. La falta de contradicción en los ejemplos anteriores se deduce del hecho de que esas expresiones no identifican un conjunto único de individuos, por lo que pueden predicarse de ellos propiedades incompatibles. Se obtiene el mismo efecto con los numerales cardinales (Veinte diputados votaron a favor y veinte votaron en contra, donde se entiende ‘… otros veinte’) y con otros cuantificadores no universales, ya que el individuo o el conjunto que verifica el enunciado pueden variar de una proposición a otra en el mismo discurso.

19.3e Los cuantificadores débiles o indefinidos se dividen en varias subclases. Se llaman existenciales los que expresan la existencia o inexistencia de la persona o cosa de la que se habla, muy a menudo en relación con otros elementos de su misma especie: algo, alguien, alguno, nada, nadie, ninguno. Estos cuantificadores se analizan en el § 20.3. Se suelen agrupar también entre los cuantificadores débiles los numerales cardinales (dos, veinte, ciento cuarenta y seis), que expresan cómputos establecidos en función de la serie de los números naturales. Repárese en que el término indefinido, que se suele usar como equivalente de débil, no implica aquí que los grupos designados por los numerales cardinales (diez, catorce, trescientos, § 21.2) sean imprecisos, lo que sería absurdo. Cuando se usa este término aplicado a los numerales, se sugiere que sus propiedades gramaticales son similares a las de esos otros cuantificadores débiles. Son, pues, cuantificadores débiles o indefinidos los que no proporcionan por sí mismos indicaciones que permitan localizar el referente del grupo nominal, mientras que los fuertes o definidos lo identifican directamente. Nótese que, en la oración Cada niño traía dos cuadernos, el grupo nominal dos cuadernos (expresión cuantificativa débil) coincide con algunos cuadernos en que puede aplicarse a ciertos cuadernos en particular, pero también a múltiples conjuntos de dos cuadernos, sean los que fueren. Esta diferencia interpretativa, que no se obtiene con los cuantificadores fuertes, tiene muchas consecuencias gramaticales. Se analizan las fundamentales en el capítulo siguiente.

19.3f También son cuantificadores débiles o indefinidos los llamados evaluativos (bastante, demasiado, mucho, poco, unos cuantos, un poco, un tanto, etc.). Estos cuantificadores introducen alguna medida superior a la unidad e inferior a la totalidad, pero imprecisa entre esos límites, además de establecida en función de alguna norma (§ 20.5). El cuantificador interrogativo cuánto y el relativo cuanto se asimilan indirectamente a este grupo, aunque los rasgos interrogativos del primero exigen que se use para solicitar una evaluación o una medición, en lugar de para realizarla.

19.3g Se consideran asimismo indefinidos, en el sentido restringido que se ha atribuido a este término en los apartados precedentes, los cuantificadores comparativos (más libros, menos tiempo, tantas ocasiones), que establecen mediciones o estimaciones en función de las que corresponden a otros individuos o a otros procesos (§ 45.1c). Existe una relación estrecha entre los cuantificadores que introducen comparaciones de igualdad (Aquí hay tanta arena como allí), los que tienen valor demostrativo (Aquí hay diez toneladas de arena, pero no queríamos tanta, § 17.10), los que se usan en las construcciones consecutivas (Hay tanta arena que parece el desierto, § 45.14b y ss.) y los que expresan ponderación (¡Hay tanta arena…!, § 45.14o). Todos ellos se asimilan a los indefinidos, a pesar de que las respectivas estructuras sintácticas imponen notables diferencias en su interpretación semántica, como se explica en los lugares a los que se remite.

19.3h Como se hizo notar en el § 19.3a, los cuantificadores fuertes han sido llamados también definidos, por analogía con el grupo al que se oponen, es decir, el de los débiles o indefinidos. No obstante, tiende a pensarse hoy que no son definidos en sentido estricto. En efecto, los cuantificadores indefinidos que se construyen con complementos partitivos se asimilan a los fuertes. Contrasta, pues, la naturalidad de Hay algunos niños en el parque con la irregularidad de *Hay algunos de los niños en el parque. Estas secuencias son solo posibles en las condiciones restrictivas a las que se alude en los § 15.6c, e, l. Tales hechos, que han recibido gran atención en los estudios de semántica, indican para algunos autores que los complementos partitivos fuerzan la interpretación específica de estas expresiones, lo que las inhabilita para aparecer en contextos existenciales. Otros gramáticos entienden, por el contrario, que los complementos partitivos no eligen necesariamente la interpretación específica, en cuanto el uso de esas secuencias es compatible con el desconocimiento de los referentes a los que se alude (no son, en efecto, contradictorias expresiones como algunos de ellos, aunque no sé bien quiénes). El hecho de que el cuantificador cualquiera20.4a y ss.), que encabeza siempre grupos nominales inespecíficos, sea compatible con el complemento partitivo (cualquiera de los niños), hace pensar asimismo que la razón por la que los grupos nominales con complemento partitivo no pueden aparecer en la construcción existencial no es la especificidad de esos grupos. En cualquier caso, parece ser cierto que el rechazo de las construcciones partitivas mencionadas en los contextos existenciales se debe en alguna medida a que la naturaleza definida de sus complementos tiene efectos que se transmiten o se contagian a toda la construcción.

19.3i Algunas palabras interrogativas son propiamente cuantificadores (cuántos, cuánto), pero otras lo son solo indirectamente. Como se explica en el § 22.13, la relación entre qué y casa en la expresión qué casa es análoga a la que existe entre un cuantificador y su restrictor (alguna casa), en el sentido de que el primero fuerza una elección en función del dominio que expresa el segundo. Desde este punto de vista, quién se parece a alguien en que ambos pueden analizarse como cuantificadores cuyo restrictor está especificado léxicamente para personas. De igual forma, qué se parece a algo, que lo está para cosas. Aun así, consideran algunos autores que la extensión de estas palabras interrogativas al paradigma de los cuantificadores está forzada desde el punto de vista semántico, en cuanto que identificar individuos (¿Quién llamó?) es muy diferente de computar, evaluar o determinar su número. En la gramática contemporánea es habitual referirse a qué, quién, cuál y otras palabras interrogativas como cuasicuantificadores. Se quiere expresar con ello que dan lugar a fórmulas similares a la que se introdujo en los § 19.1c-e para otros cuantificadores, aun cuando no comparten ciertos aspectos de su significado.

19.3j Se asimilan parcialmente a los cuantificadores una serie de adjetivos que hacen sus veces en algunas oraciones. Así, el adjetivo total se acerca a los cuantificadores universales en ciertos contextos, en los que alterna con el adjetivo todo/toda, como en con {total ~ toda} nitidez, pero no en otras posiciones sintácticas: se dice, por ejemplo, La nitidez es total, no La nitidez es toda. El adjetivo nulo se asimila en parte a los cuantificadores existenciales en algunos de sus usos, aunque también con notables diferencias en su sintaxis: No tiene ningún interés ~ El interés que tiene es nulo. Mayor similitud sintáctica con cualquiera, ningún y otros indefinidos muestran expresiones como el mayor, el menor y otras similares con sus variantes flexivas, como en No tiene {el menor ~ ningún} interés o si le haces {cualquier ~ la menor} advertencia. La expresión el más mínimo, también con sus variantes flexivas, forma parte de este mismo paradigma. Estas construcciones se analizan en el § 20.4q.

19.3k Es mayor el número de adjetivos que se asimilan en alguna medida a los cuantificadores evaluativos. Cabe citar entre ellos abundante, escaso, numeroso, nutrido, reiterado, repetido, suficiente, sumo, variado, entre otros similares, aunque —como antes— solo en algunos de sus usos. Nótese que el adjetivo vario forma parte de los cuantificadores evaluativos cuando se usa en plural (varias ocasiones), pero lo hace solo parcialmente cuando se emplea en singular. En estos contextos, en los que equivale a diverso, tiene escaso uso fuera de ciertas expresiones lexicalizadas o semilexicalizadas de extensión desigual: de varia especie, de varia índole, de varia procedencia, etc. (§ 13.9). Es un cuantificador universal el adverbio siempre, salvo en el uso característico del español de México y las áreas centroamericana, caribeña (sobre todo continental) y andina, donde se emplea también con el sentido de ‘definitivamente, sin duda alguna’, como en Siempre no salgo mañana de viaje; Siempre ¿llegó o no llegó?; Siempre no se murió el viejito.

19.3l Paralelamente a como se considera a siempre un cuantificador universal cuando significa ‘en todo tiempo, en todas las ocasiones’, se suelen asimilar a los cuantificadores débiles o indefinidos otros adverbios de frecuencia (§ 30.7), como continuamente, esporádicamente, reiteradamente, repetidamente, así como ciertas locuciones que cabe situar en esa misma clase (a menudo, a veces, de vez en cuando, en ciertas circunstancias, en ocasiones, hasta la saciedad, una y otra vez, etc.). Algunos autores asimilan también a los cuantificadores adverbios como completamente, íntegramente o totalmente, pero el hecho de que su significado esté determinado por rasgos aspectuales (se dice, por ejemplo, completamente vacío, no *completamente alto) relativiza en alguna medida esta vinculación. Se examinan estas cuestiones en el § 30.8. Sobre la naturaleza parcialmente cuantificativa de otros adverbios, como abundantemente, extraordinariamente, sumamente, tremendamente, entre otros, véanse los § 30.4 y 30.14.

 

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