canguro

Se documenta por primera vez, con la acepción 'mamífero marsupial herbívoro de la familia de los macropódidos, originario de Oceanía, de hasta 3 metros de longitud, con la cabeza pequeña y dos grandes incisivos centrales en ambas mandíbulas, las extremidades anteriores cortas y las posteriores fuertes y poderosas, al igual que la cola, que les sirve para mantener el equilibrio cuando se encuentran en posición vertical; se desplaza dando saltos y tiene hábitos nocturnos', en 1845, con la variante kanguro, en un artículo publicado en El Clamor Público (Madrid), donde se informa de los nuevos animales que ha adquirido la casa de fieras de París; en esta breve noticia ya se alude a la peculiaridad de los rasgos y los hábitos de este animal, hecho reseñable, puesto que sirve para explicar las características que se consideran llamativas y que van a motivar la mayoría de las acepciones que surgirán a lo largo de la historia de la palabra. Así, en testimonios un poco posteriores, se centrará la atención en características como la descompensación entre sus patas delanteras y traseras (lo que le lleva a desplazarse dando saltos), o el tamaño de su cola, que le ayuda a mantenerse en equilibrio cuando se encuentra en posición vertical. Poco después, los textos subrayan la peculiaridad de la bolsa marsupial y la apariencia que otorga a la hembra, especialmente cuando su cría está en su interior. La primera documentación lexicográfica se localiza en el Diccionario nacional o Gran Diccionario clásico de la lengua española (1846) de Domínguez, que ya recoge el préstamo plenamente adaptado canguro. Pocos años más tarde, comienzan a registrarse ejemplos referidos a distintas subespecies del género Macropus, como el canguro rojo, el gigante o gris oriental, el canguro fuliginoso o gris occidental o el canguro de Bennett. Las similares características que presentan los animales pertenecientes al género Dendrolagus explican la existencia de la acepción 'mamífero marsupial herbívoro de la familia de los macropódidos originario de Oceanía, de hasta un metro de longitud, con la cabeza pequeña y las orejas cortas, el cuerpo alargado con pelaje denso, las extremidades anteriores más cortas que las posteriores, las uñas curvas y desarrolladas y la cola larga', atestiguada por primera vez en 1931, en un artículo publicado en la revista Algo (Barcelona). No se localizan muchos testimonios hasta décadas más tarde, cuando empiezan a conocerse las distintas subespecies, desconocidas por la ciencia hasta fechas recientes por la inaccesibilidad de sus hábitats. Así, con distintos modificadores o complementos, se documentan, ya en el siglo XXI, el canguro arborícola doria o canguro arborícola de Doria, el arborícola dorado, arborícola de manto dorado o manto dorado, el canguro arborícola de Lumholtz o de Lumholtz, el canguro arborícola de Bennett, el canguro arborícola de Huon, el canguro arborícola gris, el arborícola de Wondiwoi, Wondiwoi o del árbol Wondiwoi y el canguro arborícola de Goodfellow. 

Por sinécdoque, la voz pasa asimismo a designar distintas partes del mamífero marsupial herbívoro de la familia de los macropódidos, de utilidad para el ser humano. En la acepción 'carne de canguro' se documenta por vez primera en 1879, en un artículo publicado en El Siglo Futuro (Madrid). Como 'piel de canguro' se registra por primera vez en 1900, en La Correspondencia Militar (Madrid). Como se ha apuntado anteriormente, las peculiaridades de este animal, vinculadas a su exotismo, ha provocado que se conciban por el imaginario colectivo como un símbolo de Australia. Este hecho explica la acepción 'persona originaria de Australia', documentada por vez primera en 1938, en un artículo de La Hora (Valencia).

Como 'persona que trabaja cuidando niños en sus casas, frecuentemente de manera esporádica' se documenta en 1976 en un artículo de sucesos publicado en ¡Hola! (Barcelona), y un año más tarde, se registra en un artículo del diario ABC (Sevilla), donde figura en aposición a estudianta. Como adjetivo y con el valor '[cuidado, método] que consiste en el contacto piel con piel de un niño prematuro y uno de sus progenitores para favorecer su desarrollo' se documenta en 2015 en Hoybebes.com (Las Palmas de Gran CanariaPor último, en Argentina esta voz se documenta desde 2017, con el valor de 'persona que roba en el transporte público arrebatando los objetos desde el exterior, a través de la ventana, mediante un salto, en el momento en que este se pone en marcha', en un artículo publicado en el diario La Nación (Buenos Aires).

En distintos repertorios lexicográficos se consignan otras acepciones. En el Diccionario enciclopédico (1855) de la editorial Gaspar y Roig se define como 'género de mamíferos del órden de los marsupiales notables por la desmesurada lonjitud y robustez de su cola y de sus estremidades posteriores. Como 'gerbo' figura, en 1901, en el Nuevo diccionario enciclopédico de Toro y Gómez. J. Claudio de la Torre, en su Diccionario de la jerga del estudiante universitario puertorriqueño (1989), consigna la acepción 'persona que cambia mucho de apartamientos'.

Canguro rata se registra por primera vez, en la acepción 'mamífero marsupial de la familia de los potoroidos, endémico de Australia', en 1851, en el tomo VI de Enciclopedia moderna: Diccionario universal de literatura, ciencias, artes, agricultura, industria y comercio.

Rata canguro (véase rata), como 'mamífero marsupial de la familia de los potoroidos, endémico de Australia', se documenta por vez primera en 1979, en la Enciclopedia Salvat de la Fauna, de F. Rodríguez de la Fuente; como 'mamífero roedor de la familia de los heterómidos endémico de Norteamérica, de hasta 20 centímetros de longitud, sin contar la cola, del mismo tamaño o ligeramente más larga, con el pelaje generalmente claro, las extremidades anteriores cortas y las posteriores largas; se alimenta de plantas e insectos que almacena en madrigueras' se atestigua en 1903, en un artículo de Á. Cabrera Latorre publicado en Alrededor del Mundo (Madrid).

Vid. también canguro (DH 1933-1936). 

Se documenta por primera vez, como sustantivo masculino inherente a partir de la denominación del marsupial canguro, a, la acepción 'embarcación o aeronave que puede albergar otras en su interior, para su reparación u otros fines', en 1903, en un artículo de J. Alas titulado "Estrategia y táctica" publicado en Vida Marítima (Madrid), significado circunscrito solo a España. Como 'vehículo policial que se emplea para el transporte de detenidos' se atestigua por vez primera en 1973, en la obra Recuento de L. Goytisolo. En Ecuador se registra como 'tractor que posee las ruedas delanteras más pequeñas que las traseras', en 2001, en el primer tomo del Inventario de humedales del Ecuador, de E. Briones et alii. En el ámbito textil se destaca el parecido del marsupio del canguro con el bolsillo central (véase bolsillo canguro) que caracteriza a determinadas prendas de vestir o a piezas exentas que se superponen a la ropa. Así, como 'prenda de vestir de abrigo, generalmente corta, confeccionada con tela impermeable y con un bolsillo en la parte central', se documenta por primera vez en el Diccionario de la montaña (1963), de A. Faus. Como 'prenda de vestir de abrigo de aspecto deportivo que cubre el cuerpo hasta la cadera, de tejido grueso, frecuentemente algodón, con escote generalmente redondo y un bolsillo en la parte central' se registra en 1977, en un anuncio publicitario del diario ABC (Madrid). Como 'servicio que presta la persona que trabaja cuidando niños en sus casas', se atestigua en 1989, en el artículo titulado "EI Opus utiliza sus escuelas para captar menores, según la madre de una alumna", de F. Valls, publicado en El País (Madrid). Se consigna por vez primera en Diccionario de voces de uso actual (1994), de Alvar Ezquerra. Como 'bolso pequeño que se ata a la cintura con una correa' se documenta por vez primera en 2001, en el DRAE. Por la capacidad del canguro de llevar a la cría en la bolsa surgen otro conjunto de acepciones. Como 'mochila diseñada para llevar a un niño pequeño en contacto con la parte superior del cuerpo de la persona que lo porta' se consigna por primera vez en el DRAE de 2001. Con la acepción 'trabajo consistente en cuidar niños en sus casas, frecuentemente de manera esporádica' se documenta por vez primera en la traducción, realizada por I. Murillo, de Ya tienes 50 años: y ahora qué... (2002), de Ch. R. Schwab. Por la curiosa forma de desplazarse este animal, mediante saltos, ha surgido en Colombia la acepción 'fraude electoral consistente en falsear los datos del escrutinio de las elecciones, de manera que se mantiene el número total de votos computados, pero se alteran las cifras de cada partido para favorecer a uno de ellos', documentado por vez primera en 2011, en El Universal (Cartagena) (véase también salto de canguro).

En distintos repertorios lexicográficos se consignan otras acepciones. Con la acepción 'tipo de velocípedo de dos ruedas diseñados en 1884 por Hillman, Herbert y Cooper' se registra en Las lenguas especiales. El léxico del ciclismo (1981) de B. Rodríguez Díaz. De Chile son las acepciones 'juguete consistente en una vara con manubrio, pedal y pie provisto de resorte que se usa para andar a saltos' y 'cóctel de vodka, vermut seco y hielo triturado al que se agregan cáscaras de limón una vez batido', ambas consignadas en el Diccionario ejemplificado de chilenismos y otros usos diferenciales del español de Chile (1984). Como 'alpargata de suela de caucho y capellada de cuero' se consigna en el Glosario lexicográfico del atlas lingüístico etnográfico de Colombia (1986). 

Bolsillo canguro (véase bolsillo), como 'pieza de tela con forma de bolsa que se cose en las prendas de vestir y que sirve para guardar pequeños objetos o como adorno' se documenta por primera vez en CM no récord (2011) de J. Álvarez. Cheque canguro (véase cheque), en la acepción 'cheque bancario que es rechazado por el banco por carecer de fondos', se consigna por primera vez en 1978, en el Diccionario de cubanismos de Sánchez Boudy. Flor canguro (véase flor), como 'arbusto de hasta un metro de la familia de las hemodoráceas, originario de Australia, con hojas alargadas y flores tubulares de vivos colores que se emplean en cosmética' se atestigua por primera vez en 2017, en Europa Press (Madrid). Maleta canguro (véase maleta), como 'bolso pequeño que se sujeta a la cintura con una correa' se documenta en 2001 en un artículo de El Espectador (Bogotá). Pata de canguro (véase pata) se registra por vez primera en 2009, en Claves para la Flora ornamental de la provincia de Valencia, de D. Guillot, G. Mateo Sanz y J. A. Rosselló Picornell.

Robo canguro (véase robo), como 'método de sustracción consistente en arrebatar algunos objetos desde las ventanillas o desde el exterior de un medio de transporte aprovechando el momento en que este se pone en marcha' se documenta por vez primera en 2018, en un artículo publicado en Infobae (Buenos Aires). Salto de canguro (véase salto), con el valor 'fraude electoral consistente en falsear los datos del escrutinio de las elecciones, de manera que se mantiene el número total de votos computados, pero se alteran las cifras de cada partido para favorecer a uno de ellos', se atestigua en 2014, en El Heraldo (Bogotá); como 'elevación con impulso realizada desde el suelo con las piernas muy juntas y el cuerpo ligeramente flexionado' se documenta en 1980, en La noche navegable, de J. Villoro. Tribunal canguro (véase tribunal), con la acepción 'conjunto de personas que administran justicia sin estar legalmente autorizadas o que incumplen algunos de los principios de la legislación vigente', se documenta por primera vez en 1975 en El Eco de Canarias (Las Palmas de Gran Canaria).

Vid. también canguro (DH 1933-1936).

Se documenta por primera vez, en la acepción 'transbordador que comunica distintas ciudades españolas entre sí o con otras ciudades europeas', en 1969, en un anuncio publicado en La Vanguardia (Barcelona); previamente, ya desde el 10 de febrero de 1968, se publican otros anuncios en que se publicitan los dos viajes semanales que realiza, entre Barcelona y Génova, "el modernísimo buque transbordador Canguro Bianco" y se encarece la rapidez del trayecto del siguiente modo: "20 horas. ¡Un salto de canguro!". En las siguientes décadas es recurrente la aparición del vocablo en anuncios de prensa. Con la extinción de este tipo de transbordador disminuirá la documentación que hace referencia a él, que se verá reducida a estudios que analizan su historia.