cítara

Diccionario histórico de la lengua española (2013- )

También en esta página: Inéd. 1933-1936
cítara s. (1230-)
cítara, cíthara, cíthera, cythara, zítara, çítara, çíthara
Etim. Voz tomada del latín cithara y esta, a su vez, del griego kithára (DECH, s. v. cítara).

La voz cítara es un nombre genérico que da cabida a distintos cordófonos o a fases evolutivas de un mismo instrumento; como afirma R. Andrés en su Diccionario de instrumentos musicales (2001), "la amplitud con que fue empleada esta voz llevó a numerosas confusiones dada la generalización de su uso" (p. 114). Por ese motivo, no resulta sencillo adscribir cada testimonio a una acepción. Este carácter extensivo de la voz propicia la aparición de vocablos emparentados con ella etimológicamente, pero que restringen su significado con respecto a este: es el caso de cedra, cítola o sitar. La palabra se documenta por primera vez, en la acepción de 'instrumento musical de cuerda pulsada, consistente en una caja de resonancia de madera encima de la que se extienden las cuerdas, que se tocan con los dedos', en la Vida de San Millán de la Cogolla (c1230), de Berceo. El hecho de que este autor utilizara unos años después la voz cedra en El duelo de la Virgen (p1236-1246) induce a pensar que se trata del mismo instrumento y que el uso de una voz u otra parece responder más a exigencias métricas que a una diferencia formal entre la cítara y la cedra. Aunque es difícil establecer su fisonomía (véase cedra), poseería en la Edad Media una apariencia más acorde a la tradición musical bíblica que a la grecolatina, muy cercana al salterio. De hecho, ambos términos aparecen frecuentemente insertos en un mismo sintagma en los textos bíblicos, quizás como manera de introducir una variatio estilística, lo que retomarán autores posteriores, casi como una construcción fosilizada. No obstante, el interés hacia este instrumento va decayendo progresivamente hasta finales del siglo XIX, momento en que vuelve a recuperarse debido a la influencia que adquiere en ese momento la música eslava. Es justamente en esta centuria cuando una versión simplificada de este instrumento vive su etapa de mayor esplendor (véase citarina). La acepción de 'instrumento musical de cuerda, parecido a la lira, con la caja de resonancia de madera', acepción etimológica donde se retoma la tradición clásica (con toda la carga connotativa que ello implica), se documenta por primera vez en la traducción y glosa de la Eneida (1427-1428), de Villena. Desde entonces, su uso puede rastrearse de manera constante a lo largo del tiempo, y aparece frecuentemente ligado a la mitología clásica como atributo del dios Apolo, de las musas, o como instrumento caracterizador de personajes literarios que personifican la elocuencia poética. A partir de aquí es explicable el uso del sentido figurado de que se tiñen muchas de las referencias, en virtud del cual la voz se convierte en sinónimo de numen y pasa a designar un 'estilo poético propio de un autor, de un movimiento literario o de una época determinada', uso que se consolida a partir del siglo XVIII (así se registra por vez primera en 1779, en la Paráfrasis de Horacio de V. García de la Huerta). La acepción 'arte o técnica de tocar la cítara' se documenta por vez primera en 1848, en la sección "Crónica de la capital" del periódico El Clamor Público (Madrid) y vuelve a registrarse en otros textos periodísticos del siglo XIX. Como 'instrumento musical de cuerda pulsada, construido generalmente con un único bloque de madera, con caja de fondo plano y entalladuras laterales, un mástil con trastes, de tres a cinco órdenes de cuerdas simples o dobles, punteadas normalmente con plectro, y un clavijero rematado habitualmente con la figura de un animal' parece documentarse por primera vez en 1566, en El Patrañuelo, de J. de Timoneda; figura en distintos testimonios de los siglos XVI y XVII, en lugar de la cítola, voz que había entrado en decadencia en el siglo anterior, tal como pone de manifiesto R. Andrés, cuando afirma que "este instrumento fue habitualmente conocido en España desde el siglo XVI como cítara, y en menor medida como cítola, que era, a principios del siglo XVIII, como indica el Diccionario de autoridades, «voz anticuada» y «es lo mismo que cithara»" (R. Andrés, p. 118). De hecho, a partir del siglo XVIII solo se consigna en repertorios lexicográficos Con el valor de 'pieza de madera que cuelga de la piedra del molino que, cuando gira, la mueve y hace que golpee la tolva, provocando así que se desprenda la molienda hasta que se para el molino y cesa el golpeteo' se registra únicamente en dos obras de Lope de Vega, lo que da cuenta de que es un caso muy infrecuente, puesto que siempre se usa el término cítola para designar a esta parte del molino. Como 'instrumento musical de cuerda, propio de la India, parecido al laúd, pero con un mástil más largo en el que se disponen las clavijas' se documenta de manera esporádica en fechas recientes (la primera documentación se encuentra en la obra Viejo de González León en 1995), en testimonios procedentes de Hispanoamérica, en concreto Venezuela y Cuba, aunque es mucho más frecuente su sinónimo sitar.

Por último, con el valor de 'jobo de la India', la voz se consigna en repertorios centrados en el español de Puerto Rico (como en la tercera edición del Vocabulario puertorriqueño, 1965, de Rosario).

  1. ac. etim.
    s. f. Instrumento musical de cuerda pulsada, consistente en una caja de resonancia de madera encima de la que se extienden las cuerdas, que se tocan con los dedos.
  2. s. f. Instrumento musical parecido a la lira, con la caja de resonancia de madera.
      Acepción en desuso
    1. s. f. En particular, para referirse a cualquier instrumento musical de cuerda, en concreto la lira.
        Acepción en desuso
      1. s. En ocasiones, con el complemento de Orfeo.
  3. s. f. Instrumento musical de cuerda pulsada, construido generalmente con un único bloque de madera, con caja de fondo plano y entalladuras laterales, un mástil con trastes, de tres a cinco órdenes de cuerdas simples o dobles, punteadas normalmente con plectro, y un clavijero rematado habitualmente con la figura de un animal.
  4. Acepción en desuso
  5. s. f. Pieza de madera que cuelga de la piedra del molino que, cuando gira, la mueve y hace que golpee la tolva, provocando así que se desprenda la molienda hasta que se para el molino y cesa el golpeteo.
  6. 2⟶metonimia
    s. f. Estilo poético propio de un autor, de un movimiento literario o de una época determinada.
  7. 1⟶metonimia
    s. f. Arte o técnica de tocar la cítara.
  8. s. f. Cu Ve Instrumento musical de cuerda pulsada, propio de la India y Pakistán, parecido al laúd, pero con un mástil más largo en el que se disponen las clavijas.
  9. Acepción lexicográfica
  10. s. f. "Jobo de la India (en algunos pueblos)" (Rosario, VocPuertorriqueño-1965).

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