lepra

Diccionario histórico de la lengua española (2013- )

lepra s., adj. (1200-)
lepra, lebra
Etim. Voz tomada del latín lepra 'enfermedad inflamatoria de la piel' y esta, a su vez, del griego lépra (DECH, s. v.).

Se documenta por primera vez, en la acepción 'enfermedad infecciosa crónica, caracterizada por la aparición de tubérculos, manchas, úlceras y cierta pérdida de sensibilidad', en la Fazienda de Ultramar (c1200), y se atestigua profusamente desde entonces, compitiendo con gafedad, gafeza y gafez hasta que se impuso a partir del siglo XVI; en el siglo XIX decrece su vigor. En la etapa medieval, esta voz parece emplearse, en realidad, para designar a cualquier tipo de enfermedad que afecta a la piel y corroe la carne. La variante popular lebra se atestigua en la Traducción de De secreto secretorum (1376-1396) de J. Fernández de Heredia, texto en que también se documenta el adjetivo lebroso, a. La voz lepra se acompaña de algunos complementos o modificadores a partir del siglo XVIII: lepra de los hebreos (desde 1772) o lepromatosa (desde 1948) designa la 'lepra causada por la bacteria Mycobacterium lepromatosis, y caracterizada por la presencia de lepromas'; y lepra tuberculosa (1798) o tuberculoide (1948) se refiere a 'un tipo de lepra poco contagiosa y caracterizada por la presencia de granulomas tuberculoides'. Tras la actuación de la metáfora, se registra ya en el siglo XV (c1400), en la Biblia Escorial I-j- Pentateuco, para referirse a la ‘proliferación de manchas en paredes, tejidos o pieles de animales provocada por un hongo o por un exceso de humedad’; en distintos textos bíblicos se percibe que ese fenómeno se asociaba con el contagio de la lepra, por lo que las paredes o los tejidos se consideraban agentes propagadores de la infección. Un proceso metafórico justifica, asimismo, la acepción de ‘cosa nociva o perjudicial’ (que también se atestigua en otros nombres de enfermedades, como cáncer o sarna), con que se documenta en el Libro de las confesiones de M. Pérez, fechado antes de 1500; si bien al principio es más frecuente en textos religiosos o eclesiásticos, en el siglo XIX su frecuencia aumenta para referirse a problemas sociales o políticos. La acepción de 'enfermedad parasitaria que afecta principalmente a los cerdos, causada por la larva de la Taenia solium', se registra en 1626, en Libro de los secretos de agricultura, casa de campo y pastoril. Traducido de la lengua catalana de M. Agustín. Como ‘cosa o sustancia que impurifica los metales', acepción propia de la alquimia, ofrece únicamente dos testimonios: en el Diccionario de Terreros y Pando (1787) y en la traducción de C. Martínez Caballero del Tratado de medicina práctica moderna, de R. Thomas (1824). En el siglo XIX se atestiguan dos acepciones propias de la botánica: ‘enfermedad de la vid causada por el hongo parásito oídio, que se manifiesta mediante la aparición de manchas blanquecinas y polvorientas en las hojas o en los brotes’, documentada en 1853, en un artículo de El Genio de la Libertad (Palma de Mallorca), en tanto que como ‘enfermedad de ciertos árboles frutales, como los melocotoneros o almendros, causada por el hongo parásito Taphrina deformans’ se registra en 1893, en Insectos y criptógamas que invaden los cultivos en España, de C. Ascárate y Fernández. Finalmente, su uso como adjetivo, '[persona] despreciable por su avaricia', se documenta una sola vez, en la novela El gran momento de Mary Tribune, de J. García Hortelano (1972).

En los repertorios lexicográficos se consignan otras acepciones, como ‘cierto pez con manchas parecidas a la lepra y sarna’ (1787, Diccionario Castellano de Terreros y Pando); ‘planta rastrera parásita de los cereales, de hojas redondas, muy tupida y flor blanca’ (1951, Vocabulario Andaluz de Alcalá Venceslada); 'cantidad muy pequeña de algo' (propia de la República Dominicana, de acuerdo con el Diccionario de Dominicanismos, de Deive, de 1977); ‘costra que se forma en la piel por falta de limpieza’ (1996, Diccionario diferencial delEspañol de Canarias, de Corrales Zumbado et alii) y 'vehículo viejo y destartalado' (limitada a Bolivia, según el Diccionario deAmericanismos, 2010).

Lepra blanca se ha empleado ocasionalmente para aludir a varias enfermedades: en la Traducción y glosas de la Biblia de Alba de Guadalfajara (c1422-1433) se registra como 'enfermedad de la piel caracterizada por manchas blancas rodeadas por una areola rojiza'; en 1662, en el Apologético en favor de don Luis de Góngora de J. de Espinosa Medrano, como 'enfermedad epidémica que hizo grandes estragos desde el siglo X al XVI, caracterizada por la aparición de una gangrena precedida y acompañada de ardor abrasador'; y en 1996 y 1997, en artículos de prensa (Los Tiempos), como 'enfermedad infecciosa causada por un protozoo del género Leishmania, transmitida por la picadura de ciertos géneros de mosquitos y caracterizada por la aparición de úlceras de la piel o por inflamación del hígado y del bazo'. Se atestiguan esporádicamente lepra escorbútica y lepra lombárdica como denominación de la pelagra o 'enfermedad caracterizada por lesiones de la piel, alteraciones mentales y problemas gastrointestinales y, en particular, la causada por falta de vitamina B3 o de algún aminoácido en la alimentación'. Lepra negra se documenta, para referirse a la elefantiasis ('enfermedad causada por un parásito propio de las regiones cálidas, que produce un crecimiento enorme de algunas partes del cuerpo, especialmente las extremidades inferiores y los órganos genitales'), desde 1628, en la Historia de la antigua y continuada nobleza de Jaén de B. Jiménez Patón, y se ha limitado a textos con carácter especializado o historiográfico.

  1. ac. etim.
    s. f. Enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae , y caracterizada por lesiones y úlceras en la piel y las mucosas, cierta pérdida de sensibilidad y debilidad muscular.
      Acepción en desuso
    1. s. En ocasiones, con el modificador leonina.
    1. s. f. Con los modificadores bonita o lepromatosa o con el complemento de los hebreos, para referirse a la lepra causada por la bacteria Mycobacterium lepromatosis, y caracterizada por la presencia de lepromas.
    2. s. f. Con los modificadores tuberculoide o tuberculosa, para referirse a una lepra poco contagiosa y caracterizada por la presencia de granulomas tuberculoides.
  2. 1⟶metáfora
    s. f. Proliferación de manchas en paredes, tejidos o pieles de animales provocada por un hongo o por un exceso de humedad.
  3. 1⟶metáfora
    s. f. Cosa nociva o perjudicial.
  4. 1⟶metáfora
    s. f. Vet. Enfermedad parasitaria que afecta principalmente a los cerdos, causada por la larva de la Taenia solium y caracterizada por la aparición de pequeños puntos blancos en los músculos del animal.
  5. Acepción en desuso
  6. 1⟶metáfora
    s. f. Alquim. Cosa o sustancia que impurifica los metales.
  7. Acepción en desuso
  8. 1⟶metáfora
    s. f. Bot. Enfermedad de algunas plantas, y en particular de la vid, causada por el hongo parásito oídio, que se manifiesta mediante la aparición de manchas blanquecinas y polvorientas en las hojas o en los brotes, y que puede provocar la muerte de la planta al deshidratarla.
  9. s. f. Bot. Enfermedad de ciertos árboles frutales, como los melocotoneros o almendros, causada por el hongo parásito Taphrina deformans , que se manifiesta mediante la aparición de abultamientos rizados en los brotes o en las hojas, que adoptan un color rojizo, y que provoca una baja producción del fruto y puede llegar a matar la planta al deshidratarla.
  10. adj. desp. [Persona] Despreciable por su avaricia.
  11. Acepción lexicográfica
  12. s. f. "Cierto pez con manchas parecidas á la lepra y sarna; pero de excelente gusto y aperitivo" (Terreros Pando, DiccCastVocesCienciasArtes-1787).
  13. Acepción lexicográfica
  14. s. f. Esp: Merid (And) "Planta rastrera parásita de los cereales, de hojas redondas, muy tupida y flor blanca" (Alcalá Venceslada, VocAndaluz-1951).
  15. Acepción lexicográfica
  16. s. f. RD "Cantidad muy pequeña de algo" (ASALE, DiccAmericanismos-2010).
  17. Acepción lexicográfica
  18. s. f. Esp: Merid (Can) "Costra que se forma en la piel por falta de limpieza" (Corrales Zumbado / Corbella Díaz / Álvz Mtz, DiccDiferencial Canarias-1996).
  19. Acepción lexicográfica
  20. s. f. Bo desp. "Vehículo viejo y destartalado" (ASALE, DiccAmericanismos-2010).
lepra blanca
  1. s. f. Med. Enfermedad de la piel caracterizada por manchas blancas rodeadas por una areola rojiza.
  2. Acepción en desuso
  3. s. f. Enfermedad epidémica que hizo grandes estragos desde el siglo X al XVI, caracterizada por la aparición de una gangrena precedida y acompañada de ardor abrasador.
  4. s. f. Enfermedad infecciosa causada por un protozoo del género Leishmania, transmitida por la picadura de ciertos géneros de mosquitos y caracterizada por la aparición de úlceras de la piel o por inflamación del hígado y del bazo.
lepra escorbútica
    Acepción en desuso
  1. s. f. Med. Enfermedad caracterizada por lesiones de la piel, alteraciones mentales y problemas gastrointestinales y, en particular, la causada por falta de vitamina B3 o de algún aminoácido en la alimentación.
lepra lombárdica
  1. s. f. Med. Enfermedad caracterizada por lesiones de la piel, alteraciones mentales y problemas gastrointestinales y, en particular, la causada por falta de vitamina B3 o de algún aminoácido en la alimentación.
lepra negra
    Acepción en desuso
  1. s. f. Med. Enfermedad causada por un parásito o bacterias propias de las regiones cálidas, que produce un crecimiento enorme de algunas partes del cuerpo, especialmente de las extremidades inferiores y los órganos genitales, a causa de la obstrucción de los vasos linfáticos, la hipertrofia de la piel o diversas malformaciones óseas.

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