pestoso

Se documenta por primera vez, con la acepción 'perteneciente o relativo a la peste', en 1899, en un artículo de El Día (Madrid). Con el valor de 'persona que tiene peste', se registra en 1899 en un artículo de El Globo (Madrid), en tanto que el adjetivo (referido tanto a personas como a animales) se registra en 1900, en un artículo de El Correo Militar (Madrid). Ocasionalmente se atestigua como sustantivo con el valor de 'persona que tiene una peste (|enfermedad que ataca a un gran número de personas o de animales en un mismo lugar y durante un mismo período de tiempo)', como muestra un artículo de 1916 de África Española (Madrid). Posteriormente, se documenta en 1918, en un artículo del ABC (Madrid) como sinónimo de apestoso, con la acepción de 'que causa hastío, aversión o repugnancia', usado generalmente como insulto. En 1931 se atestigua con el valor de '[cerdo] que tiene peste', en un artículo publicado en los Anales de la Real Academia de Medicina (Madrid). Con el significado de 'desagradable en extremo' (y modificando al sustantivo olor) se registra en 1932, en un artículo de El Progreso Agrícola y Pecuario (Madrid). La acepción 'que desprende un olor desagradable en extremo', se localiza en 1937, en un artículo publicado en Caras y Caretas (Buenos Aires)

Los repertorios lexicográficos consignan otras acepciones: 'varioloso', para Chile, según el Diccionario general de americanismos de Santamaría (1942), y, limitada a Venezuela, 'que tiene una gripe fuerte', acepción recogida ya en el Diccionario de venezolanismos de Tejera (1993), repertorio en que también figura la acepción 'que sufre alguna enfermedad epidémica grave'.

Hierba pestosa (véase hierba) se registra en 1998, en la Guía de las plantas del campus universitario de Espinardo de F. Alcaraz Ariza, como denominación de la Bituminaria bituminosa.

Este sustantivo se consigna en el Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía (1963) de M. Alvar como denominación del yezgo.