pulmonado

Se documenta por primera vez, con la acepción de '[arácnido o molusco gasterópodo] que tiene pulmones', en 1829, en el segundo tomo de la traducción que de la Farmacopea Universal de A. J. L. Jourdan hicieron J. Aceñero y J. G. Avilés; desde entonces su presencia en los textos se limita a publicaciones especializadas sobre zoología. Con el valor, ciertamente raro, de '[vertebrado superior] que tiene pulmones' (│órgano del aparato respiratorio de los vertebrados superiores, esponjoso, blando y flexible, que se sitúa en la cavidad torácica y en el que se produce la oxigenación de la sangre) se registra por vez primera en 1950, en el Diccionario manual de la Real Academia Española.