odeofón

Se documenta por primera vez, con la acepción de 'instrumento inventado en Londres por Vanderburg, de Viena, que consiste en una modificacion bien ideada del clavi-cilindro de Chladin, y producen el sonido unos pedacitos de metal puestos en vibracion por medio de un teclado ó de un cilindro', en 1852, en el Diccionario de música de Fargas y Soler y posteriormente se consigna en los principales diccionarios musicales de la segunda mitad del siglo XIX: Melcior, 1859, Parada y Barreto, 1868, y Pedrell, en 1894. Por otra parte, no hemos podido localizar testimonios léxicos de esta voz en español, debido probablemente a que, como se reconoce ya desde finales del siglo XIX, su éxito fue efímero, por lo que en nuestra lengua no pasó más allá de la noticia que ofrecieron los diccionarios ("L'odéophone n'eut qu'un succès passager, et, peu d'années après sa création, il n'en était pour ainsi dire plus question, malgré les qualités très-réelles qui le distinguaient et le mérite de son inventeu", Grand dictionnaire universel du XIXe siècle, 1874, tomo XI, p. 1235).