15.ª Entrega (diciembre de 2023)
Versión del 31/12/2023
Equipo Real Academia Española
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dacha s. (1889-)
dacha, datcha
Etim. Voz tomada del ruso dacha 'concesión (de tierra)' (véase OED, s. v. dacha).

Se documenta por primera vez, con la variante datcha y la acepción 'En Rusia, casa situada en el campo, generalmente de madera, que se utiliza para descansar el fin de semana o en verano', en 1889, en la traducción de La guerra y la paz, de L. Tolstói. Poco después,  en 1896, se atestigua la forma dacha, en el tomo decimoctavo del Diccionario enciclopédico hispano-americano de literatura, ciencias y artes [...], de Pagés, bajo la entrada correspondiente a San Petersburgo, y se consigna por vez primera en el DLE (2014). 

  1. s. f. En Rusia, casa situada en el campo, generalmente de madera, que se utiliza para descansar el fin de semana o en verano.
    docs. (1889-2022) 23 ejemplos:
    • 1889 Anónimo Trad Guerra Tolstoi [18-12-1889] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
      Algunos días despues, durante una de aquellas brillantes fiestas que daba Elena en su «datcha» de Kammnnoi-Ostrow, la presentaron un simpático jesuita, Mr. de Jobert, cuyos negros y brillantes ojos formaban estraño contraste con sus cabellos blancos como la nieve.
    • 2022 Ruiz de la Prada, Á. / Narváez, P. Mi historia Esp (CORPES)
      Se compraron la famosa dacha, donde él tiraba a la piscina los libros que no le gustaban. Ella tenía poco arte para llevar la casa. No sabía dirigir al servicio y él era complicadísimo para comer. Le he visto en Zalacaín pedir un tomate con un poquito de sal, en el mejor restaurante de Madrid.
    • 1889 Anónimo Trad Guerra Tolstoi [18-12-1889] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
      Algunos días despues, durante una de aquellas brillantes fiestas que daba Elena en su «datcha» de Kammnnoi-Ostrow, la presentaron un simpático jesuita, Mr. de Jobert, cuyos negros y brillantes ojos formaban estraño contraste con sus cabellos blancos como la nieve.
    • 1896 Pagés, A. (dir.) DiccEnciclopHispanoamericano, XVIII p. 535 Esp (BD)
      A consecuencia del primer incendio ocurrido en 1736 el gobierno dispuso que en adelante todos los edificios se construyesen aislados, y de esta época datan las primeras dachas, esas casas de campo tan características de la capital de Rusia, habitables sólo en verano.
    • 1906 Anónimo "Atentado" [10-09-1906] La Ilustración Artística (Barcelona) Esp (HD)
      Stolypine se había instalado, con objeto de pasar en ella el verano, en una villa de la isla de los Boticarios, en el pequeño Neva, en el centro de un magnífico paseo frecuentado y habitado por la aristocracia de San Petersburgo; esa vivienda, propiedad del Estado, y residencia del ministro del Interior durante los meses de estío, era una simple dacha, ó casa de madera, con tres cuerpos de edificio, de planta baja y un piso.
    • 1970 León, M. T. Memoria melancolía [1982] Esp (CDH )
      Vámonos a la dacha. Nos sentábamos junto a Ehremburg frente a Luba. Abrían las mejores botellas para Rafael. La mesa era espléndida. Sois los de España, nunca será bastante. Reíamos, recordando.
    • 1977 Semprún, J. Federico Sánchez [1995] Esp (CDH )
      Fue en el verano de 1962, o sea, trece años. Los mismos que él tenía —Lorenzo, se entiende— precisamente, en 1962, cuando vio a Carrillo en aquella "datcha" de los alrededores de Moscú. ¿Había cambiado Carrillo? Desde luego. Trece años no pasan en balde, ni siquiera sobre los Grandes Pragmáticos, Grandes Timoneles y Grandes Tiburones, aspirantes a la inmortalidad.
    • 1986 Gironella, J. M. Hombres lloran [1987] Esp (CDH )
      Las trincheras de los españoles, las dachas, las isbas, estaban más lejos de lo que hubieran deseado. Podían disparar a mansalva, como si sobrasen las municiones, pero sin ninguna garantía de hacer diana. Al día siguiente de llegar conocieron a un tal Luis Mendoza Peña, que era el encargado de la misión de infiltrarse entre la tropa enemiga e intentar rescatar al hijo de Stalin. En el fondo, Soldevila y Puigvert respiraron con alivio. Ellos sabían algo de ruso pero nada de alemán.
    • 1988 Prensa El País, 02/06/1988 [1988] Esp (CDH )
      La dacha o casa de campo, que es parte imprescindible de la primavera y el verano rusos, no podía faltar en la visita de Ronald y Nancy Reagan a Moscú. Por eso los Gorbachov les invitaron ayer a una cena privada en una dacha, que para la inmensa mayoría de sus conciudadanos es tan misteriosa como la personalidad y el modo de vida de los dirigentes soviéticos. Gorbachov, como los otros miembros del Politburó, tiene el privilegio de descansar en una dacha que, según medios soviéticos, se encuentra en Zhukovka, en la misma zona que las de sus colegas, al suroeste de la ciudad, y está discretamente protegida de la mirada de los curiosos por un frondoso bosque.
    • 2007 Escoto, J. Génesis Santa Cariba Ho (CORPES)
      El día en que nació el heredero de la Corona, Potre se marchó a vivir fuera de Lytown. Ocupó una dacha de cedro flanqueada con eucaliptos y sauces a orilla del crique del río Cangrejal, donde el canto de las ranas acompasaba el reflujo y donde se dedicó a perfeccionar su talento para fabricar talismanes de amor.
    • 2009 Dezcallar, R. Seda negra Esp (CORPES)
      Algo más allá el vehículo se desvió de la carretera, entró en un bosque y se detuvo frente a una modesta casa de madera, una típica dacha de fin de semana, con su pequeño huerto de hortalizas y su cobertizo construido en el jardín para albergar el retrete, en realidad un agujero abierto en el suelo con una tabla encima para sentarse.
    • 2018 Vásquez Gómez, C. Rusia amor El Mundo Co (CORPES)
      Las familias típicas rusas disfrutan de sus casas de campo que llaman "dacha", que no son propiamente de recreo. Son casas muy cómodas, pero ellos descansan sembrando y recogiendo los productos de la huerta que mantienen frescos. Las abuelas recogen los frutos para hacer conservas que guardan por mucho tiempo en los armarios.
    • 1889 Anónimo Trad Guerra Tolstoi [18-12-1889] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
      Algunos días despues, durante una de aquellas brillantes fiestas que daba Elena en su «datcha» de Kammnnoi-Ostrow, la presentaron un simpático jesuita, Mr. de Jobert, cuyos negros y brillantes ojos formaban estraño contraste con sus cabellos blancos como la nieve.
    • 1896 Pagés, A. (dir.) DiccEnciclopHispanoamericano, XVIII p. 535 Esp (BD)
      A consecuencia del primer incendio ocurrido en 1736 el gobierno dispuso que en adelante todos los edificios se construyesen aislados, y de esta época datan las primeras dachas, esas casas de campo tan características de la capital de Rusia, habitables sólo en verano.
    • 1906 Anónimo "Atentado" [10-09-1906] La Ilustración Artística (Barcelona) Esp (HD)
      Stolypine se había instalado, con objeto de pasar en ella el verano, en una villa de la isla de los Boticarios, en el pequeño Neva, en el centro de un magnífico paseo frecuentado y habitado por la aristocracia de San Petersburgo; esa vivienda, propiedad del Estado, y residencia del ministro del Interior durante los meses de estío, era una simple dacha, ó casa de madera, con tres cuerpos de edificio, de planta baja y un piso.
    • 1970 León, M. T. Memoria melancolía [1982] Esp (CDH )
      Vámonos a la dacha. Nos sentábamos junto a Ehremburg frente a Luba. Abrían las mejores botellas para Rafael. La mesa era espléndida. Sois los de España, nunca será bastante. Reíamos, recordando.
    • a1973 Neruda, P. Confieso [1993] Chile (CDH )
      Muchas veces visité a mi ya buen amigo en su departamento de la calle Gorki, constelado por los cuadros y litografías de Picasso, o en su dacha cerca de Moscú. Ehrenburg siente pasión por las plantas y está casi siempre en su jardín extrayendo malezas y conclusiones de cuanto crece a su alrededor.
    • 1977 Semprún, J. Federico Sánchez [1995] Esp (CDH )
      Fue en el verano de 1962, o sea, trece años. Los mismos que él tenía —Lorenzo, se entiende— precisamente, en 1962, cuando vio a Carrillo en aquella "datcha" de los alrededores de Moscú. ¿Había cambiado Carrillo? Desde luego. Trece años no pasan en balde, ni siquiera sobre los Grandes Pragmáticos, Grandes Timoneles y Grandes Tiburones, aspirantes a la inmortalidad.
    • 1982 Prensa ABC, 17/04/1982 [1982] Esp (CDH )
      No hace mucho pudo hablar con el ama de llaves que se hacía cargo de la «dacha» donde Stalin se encontraba sus últimos días. Y así supo que, una tarde, esa mujer le entró un té a la habitación y encontró a Stalin desvanecido en el suelo. Llamó al jefe de la seguridad (había 200 guardias permanentemente de servicio) y éste no se atrevió a avisar a un médico, vecino de la casa, por temor al Gobierno. Y llamó al Gobierno. El Kremlin se movilizó lentamente. Acudieron los miembros del Soviet Supremo a la «dacha».
    • 1986 Gironella, J. M. Hombres lloran [1987] Esp (CDH )
      Las trincheras de los españoles, las dachas, las isbas, estaban más lejos de lo que hubieran deseado. Podían disparar a mansalva, como si sobrasen las municiones, pero sin ninguna garantía de hacer diana. Al día siguiente de llegar conocieron a un tal Luis Mendoza Peña, que era el encargado de la misión de infiltrarse entre la tropa enemiga e intentar rescatar al hijo de Stalin. En el fondo, Soldevila y Puigvert respiraron con alivio. Ellos sabían algo de ruso pero nada de alemán.
    • 1988 Prensa El País, 02/06/1988 [1988] Esp (CDH )
      La dacha o casa de campo, que es parte imprescindible de la primavera y el verano rusos, no podía faltar en la visita de Ronald y Nancy Reagan a Moscú. Por eso los Gorbachov les invitaron ayer a una cena privada en una dacha, que para la inmensa mayoría de sus conciudadanos es tan misteriosa como la personalidad y el modo de vida de los dirigentes soviéticos. Gorbachov, como los otros miembros del Politburó, tiene el privilegio de descansar en una dacha que, según medios soviéticos, se encuentra en Zhukovka, en la misma zona que las de sus colegas, al suroeste de la ciudad, y está discretamente protegida de la mirada de los curiosos por un frondoso bosque.
    • 1988 Prensa El País, 02/06/1988 [1988] Esp (CDH )
      Sobre la dacha de Gorbachov han circulado en Moscú diversos rumores. Se dice que es de ladrillo, que está construida con materiales finlandeses y que ha sido concluida hace poco tiempo con grandes gastos presupuestarios.
    • 1988 Prensa El País, 02/06/1988 [1988] Esp (CDH )
      En las tardes de verano, unos autobuses especiales se llevan a los empleados del comité central hacia sus dachas, vecinas a un bien abastecido supermercado y provistas de un servicio de buffet centralizado. La dacha no es, sin embargo, una exclusividad de los políticos. Los alrededores de Moscú están plagados de colonias de dachas de todo tipo. Las hay con solera y alma, como la de Boris Pasternak, situada en el pueblo de Peredelkino, donde tienen sus dachas los miembros de la Unión de Escritores. Las hay también modestas y proletarias, construidas con materiales reunidos a base de años de inmensas fatigas. Hay dachas heredadas y las hay alquiladas por temporadas a precios desmesurados, con el fin de que los niños respiren el aire puro en compañía de la babushka, o abuela, mientras los padres viajan todos los días en elektrichka (tren de cercanías) para seguir trabajando en Moscú.
    • 1989 Gutiérrez, J. L. / Miguel, A. Ambición César [1989] 311 Esp (CDH )
      Acaso lo intuía cuando, mucho antes, realizó aquellas ruidosas declaraciones en las que el dirigente socialista, para mostrar su desacuerdo con el sistema soviético, aseguró preferir el riesgo a morir de una cuchillada en el metro neoyorkino antes que vivir en una datcha moscovita. «Yo ya he dicho en el Partido que tenemos que revisar profundamente nuestras ideas del pasado acerca de los Estados Unidos. Este es indudablemente un gran país», comentaría González en aquel encuentro neoyorkino.
    • 1996 Prensa El Mundo, 20/06/1996 [1996] Esp (CDH )
      El Kremlin ha comprobado, preocupado, que un festivo no es el mejor día para llamar a las urnas a sus ciudadanos ya que éstos prefieren quedarse en las «dachas» (casas de campo) o, simplemente, descansar. Yeltsin sabe que un día laboral convertido en festivo puede servir a sus propósitos de lograr una participación masiva.
    • 1996 Quevedo, A. Genes [1996] Cuba (CDH )
      Con Gorbachov al frente de la Unión Soviética, el mundo aprendió dos palabras rusas que como «sputnik», «dacha» y «tovarich», se harían populares. Se habló de perestroika, para indicar el incipiente proceso de democratización, y glásnot, que quería decir transparencia informativa. El líder soviético había puesto en marcha una política de cambios. No se sabía hasta dónde iba a llegar. Ni siquiera si llegaría a alguna parte. Al menos había firmado con el presidente norteamericano Ronald Reagan un tratado que alejaba la catástrofe de una guerra nuclear.
    • 1999 Prensa El Norte de Castilla, 24/05/1999 [1999] Esp (CDH )
      Hasta el hecho de que el presidente ruso se retire a descansar a su dacha resulta revelador. Con Stepashin, Yeltsin recupera la confianza que nunca tuvo en Primakov y relanza su vínculo con Occidente, que para el enfermo de hierro ha sido siempre salvaguarda de estabilidad.
    • 1998-2002 Fresán, R. Velocidad Cosas [2002] Argentina (CDH )

      En la noche del 16 de julio de 1918, el zar Nicolás, su esposa Alexandra, sus hijas las gran duquesas Olga, Tatiana, María y Anastasia; su hijo el zarevich Alexei y cuatro de sus más fieles sirvientes fueron llevados y encerrados en los sótanos de la dacha, recientemente requisada al ingeniero Ipatiev y ahora conocida con el burocrático «Casa de Designación Especial», en la avenida de la Ascensión, en los bosques de Ekaterinburg, a poco menos de mil quinientos kilómetros de Moscú, donde fueron mantenidos por dos meses como prisioneros y finalmente asesinados por sus captores bolcheviques.

    • 2003 Aragonés, G. Carretera campo ruso Diario Moscú Esp (CORPES)
      Estas casas no son las típicas dachas de los rusos. Son pueblos. Lo que ocurre es que en Rusia se sigue construyendo con madera y sólo los más ricos del lugar utilizan la piedra; el ladrillo y los edificios de varias plantas están dedicados a las ciudades.
    • 2004 Ramírez, S. Mil una muertes Ni (CORPES)
      Según explicaba el folleto plegable que la muchacha nos entregó junto con los boletos, la finca Les Frênes, en la que existía un palacete del siglo XVIII, actualmente cerrado, fue adquirida por Turguéniev en el año de 1874 al precio de 158 000 francos, y al año siguiente mandó construir la dacha con intención de pasar aquí los veranos, cosa que hizo hasta su muerte, ocurrida en 1883 en el dormitorio que se ubica en la segunda planta. La dacha permaneció abandonada cerca de un siglo, hasta que fue reabierta en 1983 por la Association des Amis d’Ivan Tourguéniev, Pauline Viardot et María Malibrán.
    • 2007 Escoto, J. Génesis Santa Cariba Ho (CORPES)
      El día en que nació el heredero de la Corona, Potre se marchó a vivir fuera de Lytown. Ocupó una dacha de cedro flanqueada con eucaliptos y sauces a orilla del crique del río Cangrejal, donde el canto de las ranas acompasaba el reflujo y donde se dedicó a perfeccionar su talento para fabricar talismanes de amor.
    • 2009 Dezcallar, R. Seda negra Esp (CORPES)
      Algo más allá el vehículo se desvió de la carretera, entró en un bosque y se detuvo frente a una modesta casa de madera, una típica dacha de fin de semana, con su pequeño huerto de hortalizas y su cobertizo construido en el jardín para albergar el retrete, en realidad un agujero abierto en el suelo con una tabla encima para sentarse.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      dacha. [...] f. Casa de campo rusa.
    • 2018 Vásquez Gómez, C. Rusia amor El Mundo Co (CORPES)
      Las familias típicas rusas disfrutan de sus casas de campo que llaman "dacha", que no son propiamente de recreo. Son casas muy cómodas, pero ellos descansan sembrando y recogiendo los productos de la huerta que mantienen frescos. Las abuelas recogen los frutos para hacer conservas que guardan por mucho tiempo en los armarios.
    • 2022 Ruiz de la Prada, Á. / Narváez, P. Mi historia Esp (CORPES)
      Se compraron la famosa dacha, donde él tiraba a la piscina los libros que no le gustaban. Ella tenía poco arte para llevar la casa. No sabía dirigir al servicio y él era complicadísimo para comer. Le he visto en Zalacaín pedir un tomate con un poquito de sal, en el mejor restaurante de Madrid.

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