4.ª Entrega (julio de 2016)
Versión del 31/01/2018
Equipo Real Academia Española
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dulcemel s. (1496-)
dulcemel, dulçemel, duçemel
Etim. Voz de etimología incierta (cf. dulcémele; véase también DECH, s. v. dulce). Cf., no obstante, dulcimer. En su edición del Libro de buen amor, Corominas explica esta voz como "variante alterada [de dulcema] por una etimología popular" (Madrid, Gredos, 1967: 464).

Se documenta por primera vez en el Cancionero de J. del Encina (1481-1496). Su uso es muy poco frecuente y queda prácticamente circunscrito a escasos ejemplos de los siglos XV y XVI. A partir de entonces, se menciona esporádicamente en textos de carácter histórico o en obras especializadas, como la de Ramón Andrés, que explica su decadencia como resultado del auge de un instrumento similar, el clavicordio.

Notas filológicas

En el inventario de bienes que Gaspar Grizio realizó sobre las posesiones que Isabel la Católica conservaba en el Alcázar de Segovia (1503), que tiene por título Libro de las cosas que estan en el tesoro de los alcaçares de la çibdad de Segovia (conservado en el Archivo General de Simancas, Patronato Real, Leg. 36), en la sección dedicada a "Laúdes e cosas de música", se mencional el duçemel. Sin embargo, algunos estudios que analizan este inventario recogen distintas lecturas (que no corresponden a la del original): así, en la Organografía musical antigua española de F. Pedrell (1901) puede leerse dulcemel; H. Anglés recoge ducemel en su obra La música en la Corte de los Reyes Católicos; y, finalmente, J. Ferrandis, en Inventarios reales (Juan II a Juana la Loca) (1943) lee duçeniel.

Por otra parte, si bien en la p. 157 de la edición incluida en los corpus de La corónica de Adramón se ofrece la lectura dulçemelas ("por la cruxia las unas con dulçaynas, otras con harpas, otras con laúdes, otras con hórganos, otras con dulçemelas y otras con salteryos, otras tantas con lybros de canto; quando cantavan, çesavan los istrumentos; quando el canto çesava tañyan los istrumentos "), la consulta del folio 35r del manuscrito conservado en la Biblioteca Nacional de Francia con la signatura Esp. 191, nos lleva a pensar que se ha de leer dulçemeles.

  1. s. m. Instrumento musical antiguo de tecla y cuerda percutida.
    Sinónimos: dulcémele; dulcemelos
    docs. (1496-2001) 6 ejemplos:
    • 1481-1496 Encina, J. Arte poesía [1996] Cancionero Esp (CDH )
      Fue la música muy alta / y los músicos sin cuento; / de ningún buen instrumento / huvo en estas fiestas falta: / sacabuches, chirimías, / órganos y monacordios, / módulos y melodías, / baldosas y cinfonías, / dulcémeles, clavicordios. / / /
    • 2001 Andrés, R. Dicc Instrumentos musicales p. 171 Esp (BD)
      El instrumento, que gozó de cierto predicamento en los países del centro de Europa e Inglaterra, fue conocido también en España -casi siempre como dulcemel-, donde es citado por Juan del Enzina (1468-1529) en el Triunfo del Amor (1496) [...]. Asimismo, en el inventario de Isabel la Católica realizado en 1503 se relaciona «un dulcemel para tañer metido en una caxa de madera». Su implantación nunca quedó consolidada debido al influjo de un instrumento similar, aunque más evolucionado: el clavicordio.
    • 1481-1496 Encina, J. Arte poesía [1996] Cancionero Esp (CDH )
      Fue la música muy alta / y los músicos sin cuento; / de ningún buen instrumento / huvo en estas fiestas falta: / sacabuches, chirimías, / órganos y monacordios, / módulos y melodías, / baldosas y cinfonías, / dulcémeles, clavicordios. / / /
    • 1503 Grizio, G. Libro cosas alcáçares Segovia [1943] fol. 157r (44r) Datos HArte español, III (Inventarios Reales) Esp (BD)
      Un duçemel para tañer metido en una caxa de madera. Una harpa de madera barnizada de amarillo el vientre e lo otro fecho de maçoneria muy labrado con una ymagenes de bulto metidas en unos encasamentos e las clauijas son de hueso blanco e con unas armas de castillos e leones.
    • 1520-1535 Anónimo Crón Adramón [1992] 198 Esp (CDH )
      Los otros seys: el uno sacó una harpa, el otro un laúd, otro unas flautas, otro una dulçayna, otro una sordyna, otro un dulçemel; enpeçaron a tañer, tan conçertado y por arte que todos estavan maravyllados.
    • 1542 Muñón, S. Tercera Celestina [1918] p. 74 Esp (BD)
      Sacabuches, chirimías, atambores, trompetas, rabeles, flautas, dulcemeles, guitarras, vihuelas, arpas, laúdes, clarines, dulzainas, añafiles, órganos, monacordios, clavecímbanos, clavicordios y salterios y todos los instrumentos de música: con vuestra suave, apacible y sonora armonía y canora melodía, resoná por el aire mi verdadera mentira, mi virtuoso vicio, mi endemoniada sanctidad que tuve para aquella señora.
    • 1924-1957 Mndz Pidal, R. Poesía juglaresca [1991] 82 Esp (CDH )
      La dulçema, probablemente la misma que en tiempo de la Reina Católica se llamaba dulcemel, también de cuerdas punteadas.
    • 2001 Andrés, R. Dicc Instrumentos musicales p. 171 Esp (BD)
      El instrumento, que gozó de cierto predicamento en los países del centro de Europa e Inglaterra, fue conocido también en España -casi siempre como dulcemel-, donde es citado por Juan del Enzina (1468-1529) en el Triunfo del Amor (1496) [...]. Asimismo, en el inventario de Isabel la Católica realizado en 1503 se relaciona «un dulcemel para tañer metido en una caxa de madera». Su implantación nunca quedó consolidada debido al influjo de un instrumento similar, aunque más evolucionado: el clavicordio.

Diccionario histórico de la lengua española
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