5.ª Entrega (enero de 2018)
Versión del 31/01/2018
Equipo Real Academia Española
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portaguitarra s. (1621-1930)
portaguitarra
Etim. Compuesto de portar y guitarra.

Esta voz, que acuña Lope de Vega en La inocente Laura (1621), apenas se registra posteriormente en "El último prólogo" de Rubén Darío (1913) y en un artículo de A. Lasplaces sobre J. Herrera y Reissig (1930): en los dos testimonios localizados en el siglo XX parece emplearse con cierto valor despectivo.

  1. >portar+guitarra
    s. m. desp. Persona que lleva la guitarra.
    docs. (1621-1930) 3 ejemplos:
    • a1621 Vega Carpio, L. Laura [1930] p. 366 Obras dramáticas, XII Esp (BD)
      Es portaguitarra mío, / es funda de mi instrumento, / es oficial de contento, / y que os le dará confío.
    • 1913 Rubén Darío Prólogo [1950] 323 Cuentos Ni (CDH )
      Hay quienes, en el camino reflexionan y siguen el rumbo que les conviene... Son los menos... ¿A cuántos ha hecho usted perjuicios con sus irreflexivos aplausos, tanto en España como en América? Usted se imagina que cualquier barbilampiño entre dos veces que le lleva un manuscrito para el consabido prólogo, o presentación, o alabanza en el periódico, está ungido y señalado por el padre Apolo; que puede llegar a ser un genio, un portento; y porque una vez le resultó con Lugones, cree usted que todos son Lugones? A unos les encuentra usted gracia, a otros fuerza, a todos pasión de arte, vocación para el sacerdocio de las musas... ¡Qué inocente es usted! A menos que no sea un anatolista, un irónico, un perverso, que desea ver cómo se rompe la crisma poética tanto portaguitarra o portaacordeón! Perdóneme usted que sea tan claro, que llame como dice el vulgar proloquio, al pan pan y al vino vino... Y luego insisto en lo que acabo de decir.
    • 1930 Lasplaces, A. "Herrera y Reissig" [01-04-1930] La Cruz del Sur (Montevideo) Ur (HD)
      Algunos portaguitarras puebleros se daban cita alrededor de un fogón de mampostería y creyendo que hacían arte autóctono ensayaban desde la ciudad décimas y milongas que hacían desesperados esfuerzos por acomodarse a las exigencias de la clientela rural, hasta la que sólo podrían llegar las estrofas cándidas del Martín Fierro o los ritmos humildes y sinceros del Viejo Poncho, que ejercía su magisterio sin pretensiones escondido entre los rubios y tupidos maizales del Tala.

Diccionario histórico de la lengua española
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