serpiginismo

Se documenta por primera vez, con la acepción 'enfermedad de la piel caracterizada por la aparición de úlceras que cicatrizan por uno de sus extremos y se extienden por el otro', en 1871, en el tomo I de  Dermatología general y clínica iconográfica de enfermedades de la piel o dermatosis  de J. E. Olavide, en un contexto en el que se alude a los síntomas que esta afección presenta y en el que se relaciona con el término  fagedenismo . Como pone de manifiesto el Dr. Azúa en su discurso de recepción publicado en 1923 por la Real Academia Nacional de Medicina (Madrid), se desconoce la etiología de este mal: "esta escasez de casos de tipo serpiginoso demuestra las excepcionales condiciones que deben ser la causa del serpiginismo, condiciones que son todavía desconocidas" que, por otro lado, tal y como se certifica en un buen número de los testimonios consignados, se suele relacionar con las enfermedades venéreas; de ahí que, en ocasiones, este tecnicismo médico suela ir acompañado por el modificador  venéreo . Este inusual vocablo se atestigua, preferentemente con la variante  serpiginismo  (salvo un testimonio esporádico en el que se representa con la variante  serpijinismo ), en un pequeño conjunto de tratados médicos y artículos especializados en dermatología publicados en España entre finales del siglo XIX y mediados del XX.