Diccionario histórico de la lengua española

La asnal socorre contra la gota y da buena tez al cuero de las mujeres que se bañan con ella, como dice Plinio, y por eso Popea, mujer del emperador Nero, llevaba quinientas asnas paridas adonde quiera que iba; y es provechosa a los niños dándoles cualque sorbo della antes de comer, o, a falta désta, de la de cabras, y el suero de la vacuna es provechoso a los asmáticos con mestuerzo.

Calienta a los caminantes, i assí suelen algunos curiosos, no sólo en nuestra tierra; pero en las Indias en Francia, Italia, i otras muchas partes llevar su adereço de encender: i donde les da gusto de tomarlo, sacando su encendedero le pegan fuego i le toman. Con lo qual van con calor, como si fuessen bien vestidos, o con recaudo de vino, que algunos suelen tener por remedio. Calienta a los caminantes.

Purga los riñones, i los limpia de toda viscosidad.

No se dan Vomitorios a los Eticos a los que escupen sangre, a los Melancolicos, a los muy Gruesos, a los de Pecho estrecho, a los muy Consumidos, a las Paridas, a las Preñadas y a las que estan con Mestruo.

Aquel que está sentado, porque no puede estar de otro modo, camina medio mundo en un instante y aun dizen que le trae en pie, y con aquel báculo le lleva al retortero: que se hazen mucho de sentir en él quando los viejos le mandan. Aquel otro asmático y balbuciente dize más en una palabra que otros con ciento.

El maníes yerba que fructifica en la raiz, echa sus flores cárdenas que, rara vez, llegan á dar semilla, porque guarda todo su vigor para la raiz, donde da su fruto, que es á manera de avellanas de dos en dos, dentro de una vaina mayor y mucho mas gruesa que la del garbanzo. Suelen comerse de ordinario tostadas en horno, y es manjar muy sano y sabroso, y hecho almendras con azúcar, tomado por cena, es saludable para los asmáticos.

El Sulfures la resina ó grasura mas pesada de la tierra, es cuerpo metálico que con facilidad lo consume el fuego: su llama es hedionda y cerulea. Tiene varias virtudes, y los Médicos lorecetan á los tísicos, asmáticos y calenturientos pestilentes.

De las culebras, en fin, se pudieran sacar muchas otras medicinas; de su gordura, unto, carne, y hiel para curar tísicos, éticos y asmáticos etc.

(Sale Don Pedro , con un montón de esquelas.)

Por la misma razon de ser el ayre ligero es propicio para los Asmáticos, que contrahen la enfermedad en otra mas densa. Conocen allá ésta por el nombre de Ahogos, y es bastante comun: por esto los que la padecen en el País baxo procuran irse al alto, en donde, aunque no sanen del todo, viven sin molestia.

Llegaron por fin al convento. En la puerta había dos o tres mendigas viejas, que pidieron limosna, y a Maximiliano le faltó tiempo para dársela. Le amargaba extraordinariamente la boca, y su voz ahilada salía de la garganta con interrupciones y síncopas como la de un asmático. Su turbación le obligaba a refugiarse en los temas vulgares... «¡Vaya que son pesados estos pobres!... Parece que hay misa, porque se oye la campanilla de alzar... Es bonita la casa, y alegre, sí señor, alegre.»

— Repito que eso no se pregunta...

— ¡Cómo!

— Diga usted, doctor: ¿qué hace usted cuando asiste a un enfermo que respira difícilmente, que tiene disnea; a un asmático, por ejemplo?

— Pues todo aquello que facilite la respiración.

Cañamèlgemía, dominado por el carnal instinto. Era su única diversión, su constante pensamiento en medio de la dolorosa inmovilidad del reúma. Por la noche se ahogaba al tenderse en el lecho: tenía que esperar el amanecer sentado en un sillón de cuerda junto á la ventana, con doloroso resuello de asmático.

Cuando escudillaba la pluma en los barriles de cobre de su escribanía, quejumbraba su sillón; y al removerse para la búsqueda de algún documento, retronaba todo el catafalco. Lo habitaba veinticinco años, en una soledad arqueológica, y un día le pusieron un amanuense. Comenzó a mirarle poco a poco la cicatriz de la mejilla; poco a poco porque veía las cosas a sorbos de asmático.

Asturias no es un país de naranjos, pero a la orilla del mar, por la parte de Oriente, crecen algunos que dan una fruta bastante aceptable, sobre todo si se la come con azúcar. El día de la Candelaria llegan a Oviedo por la carretera de Gijón muchos carros cargados de ella y se establece en esta carretera un lucido paseo. No tiene más que un inconveniente y es que el camino por aquella parte ofrece una fuerte pendiente, lo cual le hace imposible para los asmáticos.

El coronel se ocupó del gallo a pesar de que el jueves habría preferido permanecer en la hamaca. No escampó en varios días. En el curso de la semana reventó la flora de sus vísceras. Pasó varias noches en vela, atormentado por los silbidos pulmonares de la asmática.

Evidentemente un anciano, un asmático, un fatigado, no tendrá un perfecto control de su respiración. Conviene en esos casos abandonar parcialmente la respiración diafragmática, para sustituirla con la torácica, y aún con la clavicular, que al proporcionar menos aire, harán premiosa la elocución, ensordeciendo además el timbre de la voz. Pausas más o menos frecuentes y largas en la locución, llenadas con inspiraciones perceptibles, tal vez ruidosas en la laringe, ayudarán a subrayar el efecto.

La rastra, con su carga de hombres, partió rumbo a occidente, hacia La Habana. Adentro el aire comenzó a faltar. Con desesperación buscaban los pequeños intersticios por donde entraba un poco, pero no el suficiente para todos. Cuco Cervantes iba en aquel grupo. Asmático crónico, había sido rechazado al principio para formar parte de la brigada invasora, pero su decisión de luchar por la libertad de su patria hizo que lo aceptaran.

En el fondo de todos nosotros sólo hay un montón de escombros: tarde o temprano se ven y tarde o temprano esas ruinas nos delatan, nos humillan... ¿Para qué ocultarlas entonces? ¿Para que luego sea más terrible la humillación? No, hija mía, no..., no debes impedir que me vaya... También yo estoy harta de esta soledad. ¡Quiero irme con los muertos!

Hablaba como una asmática: frases entrecortadas que estallaban contra los muros del patio, generando ecos y más ecos.

Me da la impresión de que es una espía de la araña. Deben ser cómplices. Preparan el gran golpe en contra mía. Pone sus alas en mi nariz entre dos remolachas rojas, que ahora parecen dos montañas escarchadas de polvo amarillo. Frunzo la nariz y no se mueve. Es capaz de tener el cinismo de poner huevos en mi propia cara. Necesito que se largue. Empiezo a respirar como si fuera un asmático, a grandes esfuerzos, a grandes bocanadas.

Otros que deben consultar al médico antes de visitar saunas o salas de vapor son las personas con diabetes, problemas vasculares, hipertensión, obesidad, disfunción renal, hipo o hipertiroidismo, mujeres embarazadas y quienes estén en tratamiento médico. También los asmáticos y aquellos que tengan una piel extremadamente seca.

Una nueva locura nos llega desde el otro lado del Atlántico: la "gimnasia acostada". Ideal para las perezosas que se agotan con el mínimo de los esfuerzos. En sus orígenes, este método fue elaborado para dar tono muscular a los asmáticos y los cardíacos que no soportan el esfuerzo o la fatiga.

No hay que olvidar que la epilepsia no es una enfermedad, sino el resultado patológico de las diátesis antes mencionadas, que es lo que hay que tratarrealmente y no la epilepsia como tal. Lo que se ha dicho para el epiléptico, es verdad también para el artrítico, el asmático, el hipertenso, etc. Las enfermedades crónicas son de desarrollo lento y gradual, a veces, hasta imperceptible.

Escena número uno: una muchacha voraz se abraza a mis rodillas. Oigo su respiración de asmática, un pequeño fuelle que enciende mi piel. La cuerda que une mi cuerpo a la Vía Láctea se tensa y se pone a vibrar.

Le ardía en la cara, otra fiebre. Parecía un prisionero, un ahogado. Tenía los ojos hundidos y acuosos, los párpados amarillentos, supurantes los labios, el cuello tumefacto. Hasta la garganta Le subía un ramaje de venas negras. Nudos de ganglios inflados, animales blandos, Se le podrían entre los huesos y el pellejo. Si tosía, sentía algo abrírsele por dentro. Si escupía, era un agua sanguinolenta lo que quedaba en el pañuelo. Respiraba apenas, sonaba como un asmático chupando aire.

Y al cabo de mucho rato, volvió; quizá dos horas o tres, porque ya quebraban los albores. La asmática ponía a punto su cara torva para decirme: «Es una pendona», mientras se persignaba con rapidez para ahuyentar a los malos espíritus y los malos pensamientos, que debían crecerle aceleradamente.

— ¿Qué tal el vuelo?

— Fantástico. Sólo me han tocado un asmático, dos sordos, tres alcohólicos, cinco ligones y diecisiete japoneses.

El asma bronquial puede considerarse como el paradigma de las enfermedades alérgicas, dada la repercusión y la gravedad que en ocasiones lleva consigo. Se calcula que en España existen dos millones de asmáticos, y que la mitad de ellos son niños.

El Gobierno empezaría cobrando a los que más respiran. Los asmáticos, los enfisematosos y los bronquíticos crónicos, como no les funciona bien el mecanismo pulmonar, tienden a consumir aire compulsivamente, y, claro, todos esos tendrían que pagar un equis.

Enfermedades respiratorias. La mayoría de los asmáticos padecen ataques mientras duermen. Esto provoca despertares con fatiga respiratoria, disnea (dificultad para respirar), tos, sudoración y taquicardia. Si a esto se añade que suelen utilizar medicamentos, las teofilinas, que empeoran su problema de sueño, es fácil entender que éste sea de mala calidad.

Recientemente, y al margen del ejemplo de deportistas de alto nivel como Tom Dolan, se ha demostrado que la actividad física regular es una parte importante en el tratamiento integral del asma y proporciona un importante beneficio físico y psíquico al paciente. A un asmático no se le debe prohibir la práctica de deportes. Con fármacos inhalatorios, antiinflamatorios y un buen seguimiento médico, incluso pueden competir al más alto nivel.

La gente, primero sorprendida y luego queriendo huir, se resbala en la pasta verde y blancuzca que pronto lo cubre todo. Es una Navidad precipitada llena de nieve de pájaro donde los asmáticos se mueren. Luego siguen los alérgicos y finalmente seguirán los demás que caerán fulminados por cualquier pequeña infección.

Todas estas cosas cortadas e infundidas en la cantidad de agua, que baste a cubrirlas por dos días, dado un herbor se dexará enfriar, i colado con dos libras de alfenique hecho xarabe. Del qual he dado dos onças cada mañana con una dragma de polvos de Diadragaganto. Con este xarabe se pueden curar bubas; quanto más asmáticos.

[...] porque entendian estos barbaros, que tal dia como este viajavan estas Diosas de los Cielos á la tierra, y con géneros de enfermedades inauditos, y exquisitos herian á quantos topavan fuera de sus casas: era entre ellos tan introducida la ciencia de esta supersticion, que pocos salian de sus casas este dia sin temer que voluerian ó tullidos, ó leprosos, ó asmaticos, perlaticos, ó sarnosos, ó paraliticos, ó con otra desdicha de enfermedad á sus casas, y despues de auer prevalecido esta supersticion entre ellos, estos juezes por buen gouierno hazian se hiziesse esta fiesta para aplacar la furia de estos Dioses, y obligarles no hiziessen tanto mal á la gente.

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyó toser dentro del cuarto...

¡No cabía duda! ¡No había tabla de salvación en aquel naufragio!

Hombre más inaguantable no ha existido en el mundo. Siempre con su gorro turco o Fez, la negra pipa en la boca, pletórico, harto y un poco asmático, parecía la imagen del sensualismo y de la brutalidad.

Felizmente, el berrinche no fue de los más ruidosos; el heredero de San Eloy salió renqueando por aquellas salas, y a poco se le oyó imitando el asmático aullar de un perro enfermo que en los bajos de la casa había. Cruz, que volvió con jaqueca de la segunda sesión con los señores sabios, dispuso que la niñera se llevara al bebé a un aposento lejano para que no molestase con sus desacordes chillidos, y entró a ver a su hermana.

Casi a gatas, y ayudado por el cochero, logró llegar hasta el primer piso en que vivía, deteniéndose, cadavérico y asmático, a cada cuatro escalones. Alicia no había regresado. De modo que no supo lo de la salida. Plutarco le aguardaba en la alcoba.

Nuestro padre había perdido su mermada fortuna en intentar otra acequia. Los niveladores de entonces, que nivelaban casi a palmos con sus instrumentos de corto alcance, la habían enderezado, por abreviarla, hacia unos peñascales que sin duda creyeron fáciles de romper con la pólvora de su tiempo y tallar con sus hachas de hierro. ¡Pobre pólvora asmática, pobres picos que se desdentaban a los primeros mordiscos! Se acabó el dinero. Ahora, ni con dinamita y perforadoras, ¿habrá dinero que baste?

El cochero para, y se rasca las crenchas, bajo la gorra. Otro auto. Luego otro, tan desvencijado como el coche, y cuyo motor va tosiendo, como asmático que no puede más.

El partido debía reservar sus hombres para la hora, que Blum anunciaba próxima, en que conquistada la mayoría parlamentaria, asumiese íntegramente el poder. El vaticinio de este augur escéptico, comentador agudo de Sthendal, sirena asmática del reformismo, no se ha cumplido aún.

— ¿Cómo está usted ahí?

— Muy incómodo, señor Valdivia.

La influencia del climaterio sobre el fenómeno asmático es, como la de los demás trastornos endocrinos que hemos citado, eminentemente paradójica. Unas veces, un asma inveterado desaparece al sobrevenir el climaterio: casos de Widal, Abrami y De Gennes, y uno nuestro. Pero es mucho más frecuente que una mujer no asmática empiece a serlo al llegar los días críticos: Curshmann, Fishberg, Carrasco Cadenas, Jiménez Díaz, etc.

Al más leve contacto de sus labios me escalofriaba. Sus besos helados producíanme el efecto que sentimos al contacto de un sapo. Sin embargo, me mantuve allí, rígida, con la mala intención de atormentarlo. Aquel pobre hombre no era capaz de nada. Se puso a sollozar como un chiquillo. Aún recuerdo que sus bronquios emitían ese ruido característico de los perros asmáticos.

En el Hotel Ritz, antiguo feudo del doctor Rosselló, el doctor Vega demostró pertenecer al SIFNE, mientras los anarquistas heridos de gravedad, imposibilitados en sus camas, veían con espanto entrar a los sanitarios «nacionales». En el Hospital Pasteur, el viejo Sigfrido, más asmático que nunca, se disfrazó de falangista y recorría los pasillos gritando: «¡Arriba España!»

Cemí es un habanero del centro de la ciudad, que tiene el suficiente ocio para darle muchas vueltas a cualquier cosa, por insignificante que pueda ser. Es asmático, su incorporación anormal del lo aire lo mantiene siempre tenso, como en sobreaviso, tiende a colocarlo todo en la escala de Jacob, entre cielo y tierra como los semidioses.

En ese momento le agradó recordarla en la embriaguez de los bailes bajo las enramadas. En uno de ellos la había encontrado, punto rojo y fijo cerca de la luz asmática de una Petromax, cuerpo duro del primer contacto, olor salvaje de pelo lloviendo sobre el suelo sediento de sus deseos.

Para esto Gabriel parecía zombi, registraba muy lento y traía una cara... Abría ya la boca para contradecirnos, tenía ya la boca abierta y miraba al techo, me miraba a mí, veía al Monje y la cerraba. Abría la boca y la cerraba, como un pescado asmático.

Recuerdo algunos casos de esa forma de trabajo que pudiéramos llamar un tratamiento recurrente. Una vez llegó a aquellos rincones playeros, un joven pintor cubista y asmático. Estaba siempre sobresaltado, como quien ha perdido las consejas del tiempo, cómo se mide y cómo se nos escapa y qué es lo que nos deja en su huida invisible.

TOÑO¡Mira, macaco asmático, no soporto más esa mueca desconfiada en tu cara de babuino! Hoy estaré disminuido, más que nada por tener que... mimetizarme con el enano que me da techo, pero en mis días, yo era alguien en los negocios! ¡Chilla de envidia si quieres, pero es un hecho que yoorganicé la Feria Ganadera del Sur del 48! ¡Recibí al Presidente Aguirre! ¡Corté con él, la cinta inaugural!

Dirigiéndose a Forest, el médico hizo una alusión a la increíble gandulería de «este jardinero que riega los geranios sentado en una silla». Era asmático y tosco, mantenía la boca siempre abierta como si fuese a gritar y había en sus claros ojos infantiles una alarma que a Forest le resultaba inquietante y familiar.

— ¿Y por qué en Torrelodones? —preguntó Zero, conduciendo sólo con la mano izquierda mientras empleaba la derecha para hurgar en su chaqueta buscando cigarrillos («lo siento, deben estar en el bolsillo de la gabardina, alcánzamelos, por favor»)—. Personalmente, odio la sierra. Es como para enfermos o viejos, ¿no? No entiendo que la gente quiera vivir permanentemente allí. Debe ser la neurosis esa del campo que le ha entrado ahora a los gilipollas. Los frenéticos pajaritos madrugadores y los asmáticos perros noctámbulos me fastidian mucho más que las bocinas...

La soledad de Andrea en las buhardillas, meramente cortada por las visitas de la dama, estimuló su locura. Se sucedieron los años, y le fue costando mayores sacrificios a la artrítica y asmática señora Morosini trepar la estrecha escalera.

— ¿No tiene novio? —preguntó Crespo.

— No puede ser que no tengas novio —prosiguió el Presidente, y de un esquinazo se aportó con Belencita y su padre a un rincón del patio, mientras Doña Jacinta, indignada, proseguía sola el besamanos.

DAMIÁN.—Como abadesa, diablesa (Ríe, cómplice y asmático)

ANSELMO.—(Retoma la lectura)«Loca de excitación, tan pronto sintió en la atormentada carne el presentimiento de aquel bulto que parecía bailotear bajo la sotana, la condesa de Montmorercy extravió sus ojos y arqueó el espinazo.

Perón se puso pálido. No miró a parte alguna. Asmático, alzado por el peso de una lengua muerta que resucitaba en él después de muchos años, exclamó:

— ¡Fuera! ¡Deje a mi madre en paz!

Y a veces cuesta respirar. Pero no me hago ilusiones, no, señor. La tierra se mueve debajo de mis pies. ¿Será un tren de las antípodas rugiendo como un dragón asmático a la salida de un túnel de sal?

Tratábamos de establecer contacto directo con los médicos de Petrohué pero éstos, vueltos a sus quehaceres y sin tiempo para perder, nunca se avenían a una entrevista formal, sin embargo ya los habíamos localizado más o menos bien y esa tarde nos dividimos: mientras Alberto les seguía los pasos yo me fui a ver una vieja asmática que era cliente de La Gioconda.

El día 23/1/90 concurrió al Hospital una familia integrada por dos adultos y una adolescente. Habían comido caballa enlatada y a los pocos minutos comenzó con rash cutáneo, eritemato-pápulas generalizadas, cefalea y palpitaciones. La madre, asmática previa, tenía disnea, eritema en cara y cefalea. El padre una hora más tarde, cefalea, eritema en cara y cuello y prurito.

Una niña, amén de sufrir el «cáncer»en la sangre, la leucemia, tiene problemas en los ojos y los tiene cubiertos por un minúsculo trapo rojo.

Un piso más arriba están los pacientes asmáticos. Una madre limpia en el suelo a su bebé y le extiende una crema por la espalda. En una cama, Hayat Drasem, de dos años, come una granada mientras posa coqueta para la cámara de fotos.

El paso siguiente es una radiografía de tórax que habla de los pulmones: si el paciente tiene tumores, si es asmático y además brinda información sobre el corazón y las cavidades de este.

Úrsula vuelve a negar

TETÉ.—¿Usted es asmática?

Niega de nuevo.

Bueno, repóngase, repóngase, que yo sé lo que es eso. ¡Si cada vez que llego aquí arriba! ¿Dónde dejé mi agenda? (Busca con la mirada.)Ah, mírala allí.

Una estudiante de comunicaciones decide hacer su tesis sobre la violencia en el cine. Su asmático asesor se compromete a conseguirle material de apoyo y con ese fin entra a la videoteca de la universidad, donde descubre una bodega secreta que guarda cientos de videos no clasificados. Toma uno al azar y se dirige a una sala de proyección.

En el antiguo Palacio Presidencial, el Museo de la Revolución tiene la exhibición permanente acerca de la revolución cubana, y una exhibición especial estos días, dedicada al Che. En ambas, el argentino cubano, quijote asmático de la revolución pura, aparece entre paréntesis.

Efecto: Las concentraciones altas provocan broncoconstricción en personas asmáticas y sanas, edemas y fibrosis muscular. Aumenta la reactividad inespecífica en la vía aérea. Provoca irritación ocular y aumento de la secreción lacrimal.

Y Carlos amontonaba su vista en torno al cuerpito gentil y querido que se alejaba como a disgusto, o concentraba sus ojos en las pupilas penetrables y mansas como ventanas abiertas para una cita de amor.

Pero llegaban los vagones del expreso zamarreados a descompás. Callaba el asmático jadear de la máquina.

Salió la vieja con su trotecillo asmático, y no tardó en reaparecer con el manto. La Marquesa Carolina se lo puso temblándole las manos. Maquinalmente se miró al espejo y se tocó los rizos:

— ¡Qué pálida estoy! Esto me acelera la vida. Vamos, Feliche.

Después, nada visible del paisaje: sólo luces, como las de una costa tranquila, y ruidos; a la derecha, dos grandes focos sobre mástiles altos, iluminando las vías de la Estación del Norte, y enfrente, como puntitos breves, las luces del barrio de la carretera de Extremadura. Pitidos secos de locomotoras, y el jadear asmático de la central térmica del Paseo de los Melancólicos.

Desde el punto de vista médico, el polen más importantes es el de cubierta lisa y no viscosa, muy ligero, que va por los aires, del cual las plantas respectivas producen grandes cantidades. Su importancia, en este caso, estriba en ciertas manifestaciones morbosas de personas singularmente sensibles al polen de diversas especies de plantas. Son manifestaciones alérgicas, que pueden ser muy diversas; pero entre las más frecuentes se cuentan los fenómenos asmáticos.

El cuadro clínicodel síndrome maligno del carcinoide, perfectamente descrito por Islery Hedingery también por Thorson, estriba en: accesos de acaloramiento en la piel con cierta cianosis; trastornos intestinales, expresados ante todo por diarreas, todo ello paroxístico; ataques asmáticos, trastornos psíquicos, y síntomas cardiales con edema y ascitis como consecuencia del fracaso del corazón derecho.

El padre de Manolete, a quien algunos conocían por Sagañón, murió en Córdoba el 4 de marzo de 1923. Su hijo Manolo sólo contaba cinco años. Manolete, padre, padecía de la vista. Incluso toreó una vez en Córdoba con gafas.

— Fue algo de tipo asmático lo que terminó con su vida. Sí, algo de eso era.

Doña Angustias Sánchez ha perdido sus dos maridos. Doña Angustias ha sido esposa y madre de torero. Madre de torero muerto en plaza.

Antes hemos dicho: la emoción va acompañada de síntomas viscerales y vegetativos en los que se halla la raíz de la dinámica psicosomática. En éstos se expresa la emoción y el conflicto que la determina. Invirtamos ahora la perspectiva. Un trastorno, una crisis asmática o un ulcus es psicosomática porque va envuelta en una situación psíquica.

Lepprince había recobrado por entonces su posición normal y agarró el volante, con lo cual, tirando yo de un lado y él de otro, el auto empezó a correr en zig-zag, persiguiendo al chauffeurcomo si tuviera inteligencia propia, y en una de sus piruetas chafó mi canotier. Luego, sin que mediara intervención alguna, dio un ronquido asmático y se paró.

Un par de años antes, en mi exilio porteño, en mi apartamento de solo en Las Heras y Pueyrredón, pasé por un trance bastante parecido. Durante un día entero estuve semi inconsciente, presa del llamado mal asmático.

— ¡A muerte! ¡A muerte! Pistola. ¡Mañana en la dehesa de los Caballos! ¡Viva don Felipe! ¡Abajo la impostura! ¡Mueran los traidores! —y perdió su asmático aliento.