Diccionario histórico de la lengua española

4.ª Entrega (julio de 2016)
Versión del 31/01/2018
Equipo Real Academia Española
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antipulmonar adj. (1877-)

antipulmonar, anti-pulmonar

Etim. Derivado de pulmón, con anti- y -a(r).

Este adjetivo, raro, se documenta por vez primera en 1877, en un anuncio publicado en La Correspondencia de España (Madrid) en que se publicitan unos cigarrillos balsámicos como si fuesen un "sahumerio antipulmonar" y, como modificador de píldoras, se localiza también en 2008; en el siglo XIX (en 1888 y 1889) se registra como modificador de sustantivos que designan tejidos (franela, lana) en la publicidad de unos grandes almacenes de Madrid.

adj. Que combate o previene las enfermedades del pulmón.
docs. (1877-2008) 4 ejemplos:
- 1877 Anónimo "Fábrica especial" (Anuncio) [23-12-1877] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
  Cigarrillos balsámicos (sahumerio antipulmonar). Se quema uno, se aromatiza y desinfecciona la casa, y dilata las vías respiratorias, como si se viviera en un monte: precio 6 rs. Paquete de 25. Es necesario en las habitaciones de todo enfermo, especialmente de los del pecho.
- 1888 Anónimo "Fin Temporada" [18-03-1888] La Iberia (Madrid) Esp (HD)
  Se realizan 2 pares de guantes finísimos para señoras por 6 rs.; tres camisetas finísimas, hilo Escocia, para caballeros, por 20rs.; matinés elegantes á 20 y 30rs.; 3 camisetas franela anti-pulmonar por 54 rs. […]
- 1982 Anónimo “Venta extraordinaria” (Anuncio) [15-09-1982] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
  Medias y calcetines de lana anti-pulmonar, 3 pares, 25 reales.
- 2008 Anónimo (SMTDEV) "La Guatemala de ayer (I)" [07-11-2008] La Hora (Ciudad de Guatemala) Gu (HD)
  El doctor Narciso Sardá y mi abuelo nacieron en la misma región de España, un lugar junto al mar en donde se pescan las sardinas y se fríen en tomate con aceite de olivas. Su lugar de destino fue San Antonio Suchitepéquez muy a principios del siglo XX en donde el doctor procreó una familia numerosa con una belleza del pueblo. Con mi abuelo eran grandes amigos y los reunía todos los días el aperitivo con tertulia y una jugada de ajedrez. Referente a Don Narciso nadie sabía de dónde le venía el título de doctor, cosa que sin duda merecía por todo el bien que hizo con su diagnóstico certero y su farmacopea personal preparando sus propias recetas llamándolas con el nombre cercano de la dolencia supuesta a sanar, así se hicieron famosas sus píldoras llamadas antipalúdicas y antipulmonares que vendía o regalaba según el caso y la necesidad.