leísmo

Ejemplos: La policía les detuvo in fraganti; Le consideran una persona aburrida; Les buscamos a ustedes; Yo le veo con frecuencia a ella; Te devuelvo el libro, porque ya le he leído; Les quiere como si fueran sus hijos.

Relacionados: pronombre átono, acusativo, dativo, complemento directo, complemento indirecto, laísmo, loísmo

Familia léxica: leísta.

Referencias: NGLE § 16.8-16.9 | GDLE § 21 | DPD § leísmo

Fenómeno sintáctico que consiste en la utilización de los pronombres de dativo le, les en función de complemento directo, en lugar del pronombre de acusativo (lo, los, la, las), como en Le vieron paseando por la calle. Los hablantes leístas utilizan le tanto en función de complemento indirecto (Le pedí un favor a Juan; Le puse cubierta al libro), uso estándar en la norma culta, como de complemento directo (Necesitamos a Juan, pero no le encontramos; Ese cuadro le compramos el año pasado). Entre los hablantes leístas, unos adoptan el leísmo de persona, y otros el de persona y cosa.

A diferencia del laísmo y del loísmo, fuertemente desprestigiados, las variantes del leísmo lo están en unas áreas lingüísticas, pero no en otras, y están sujetas, además, a más variables. Se suelen distinguir tres tipos de leísmo: leísmo de persona masculino, leísmo de persona femenino y leísmo de cosa. Este último está tan desprestigiado como el laísmo.

El leísmo de persona masculino consiste en el uso del pronombre le o les en función de complemento directo, en referencia a sustantivos o pronombres masculinos que designan personas: A Carlos le llamé anoche; Ayer estuve con los abuelos y les vi muy contentos. El leísmo de persona en singular (Cuando habló Luis, todos le escucharon con atención) se registra en España en autores de prestigio, y no se considera incorrecto. Es menos frecuente en la lengua culta su variante plural (A Juan y a Carlos hace tiempo que no les veo), pero es habitual en los dialectos del norte peninsular. En el español europeo, y en algunas variantes del americano, está extendido, incluso entre hablantes no leístas, el leísmo en concordancia con el tratamiento de usted, generalmente en expresiones de contexto formal (leísmo de cortesía), como en A usted, señor ministro, le conocen todos; Le atenderé gustosamente, señor Durán. El pronombre le/les de cortesía puede referir también a sustantivos o pronombres femeninos en el español americano: Le saludo atentamente, señora presidenta.

El leísmo de persona femenino consiste en el uso de le o les en función de complemento directo, en relación con sustantivos o pronombres femeninos referidos a persona: Inés se sentó donde nadie le veía. Este tipo de leísmo, de menor extensión que el masculino, está marcadamente rechazado por la norma culta.

El leísmo de cosa consiste en el uso de los pronombres le o les en función de complemento directo, en correspondencia con sustantivos contables referidos a cosas o a animales, como en Se nos perdió el perro y no le encontramos o en Los zapatos les guarda en ese armario. Este tipo de leísmo —también desprestigiado en la lengua culta— es menos frecuente que el de persona. Ello se debe a que se asocia a las entidades contables masculinas (como lo son las personas, los animales o las entidades delimitadas), y no con las no contables, que conservan el pronombre lo (El pan lo compro en el mercado; El queso no lo pruebo). En plural solo es habitual en los dialectos del norte peninsular.

Los hablantes leístas que siguen la norma estándar peninsular hacen distinción entre la referencia a personas y a cosas, de manera que emplean pronombres de dativo en función de complemento directo cuando la referencia es de persona, y pronombres de acusativo con idéntica función cuando la referencia es de cosa: A tu padre le vimos ayer, pero Tu libro no lo veo por aquí.

Información complementaria

El leísmo de persona masculino puede entenderse como una reinterpretación de la categoría de caso por la de género.

Aunque el leísmo se asocia habitualmente con el español europeo, se registra también en el americano, aunque generalmente restringido a ciertas áreas (México, Chile, zona amazónica de Perú, parte del área rioplatense, etc.) y a menudo limitado a determinadas clases de verbos, especialmente los de percepción (ver, oír…) y comunicación (avisar, enseñar…). En ciertos casos, se acude a veces a la indistinción de género de les para neutralizar antecedentes coordinados de uno y otro género: A estos alumnos y a estas alumnas no les hemos incluido en esa lista. En muchos otros casos —e incluso en algunos de estos—, el leísmo de persona tiende a interpretarse como afectado en la lengua culta americana.

Alternan en las distintas variedades del español el empleo de las formas le/les y lo/los en construcciones impersonales con se (A él se le ~ lo contrató como jardinero; Nunca se les ~ los vio juntos). En estos casos, la forma se {le/les} es la construcción originaria que aparece desde los Siglos de Oro, y se da en las zonas hispanohablantes distinguidoras (sin leísmo). Se exceptúa únicamente el español del Río de la Plata, donde se {lo/la} puede considerarse una innovación. En menor medida, el empleo de la forma se {le/les} se registra también con complementos femeninos (A las dos hermanas se les veía contrariadas). En el español europeo no es infrecuente el leísmo de cosa en las construcciones impersonales con se: En cuanto a ese vestido, se le ve un poco pasado de moda. En este caso, lo innovador es la extensión del empleo de la forma le a entidades no personales en las construcciones impersonales.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA: «Glosario de términos gramaticales», [versión 1.0 en línea]. <https://www.rae.es/gtg/leísmo> [2024-05-15].

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