11.ª Entrega (octubre de 2021)
Versión del 29/10/2021
Equipo Real Academia Española
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hiperazotemia s. (1918-)
hiperazotemia, hiper-azotemia
Etim. Calco del francés hyperazotémie, voz atestiguada en esta lengua al menos desde 1903 como 'exceso de sustancias nitrogenadas en la sangre', en "Les dilutions du sang", de M. Loeper, artículo publicado en el Journal de physiologie et de pathologie générale de enero de ese año (p. 88: "En effet le trouble qui est à l'origine de ces deux variétés, est un trouble général d'où résulte une hyperazotémie que j'ai constatée chez mon malade et une hyperglycémie qui es bien connue chez les diabétiques"); y esta, a su vez, de azotémie e hyper-.

Se documenta por primera vez, con la acepción 'exceso de sustancias nitrogenadas en la sangre', en 1918, en la tesis de A. T. Molina L. titulada Importancia de la investigación sistemática del funcionamiento renal en clínica y sus principales métodos de investigación, texto en el que la voz se atestigua la voz con la forma gráfica hiperazotemia, aunque también se ha atestiguado esporádicamente la variante gráfica con guion hiper-azotemia. Este sustantivo no cuenta con testimonios lexicográficos.

  1. ac. etim.
    s. f. Med. Vet. Exceso de sustancias nitrogenadas en la sangre.
    docs. (1918-2015) 64 ejemplos:
    • 1918 Molina L., A. T. Investigación funcionamiento renal p. 140 Gu (BD)
      G. Paisseau ha observado que una enferma de nefritis intersticial, en la cual después de nueve días de ingestión cotidiana de 20 gramos de urea la tasa de ésta en sangre llegó a ser de 4 gramos, 41 centígramos por litro, sin ocasionar en ella otra cosa que malestar y vómitos; inversamente ha visto a una brightica cuyo suero sólo encerraba 1 gramo, 71 centígramos de urea, ser atacada de uremia dispneica. Así, considera que la hiperazotemia no puede ser considerada como la causa de la uremia; que únicamente debe verse en ella el índice de la retención de otros cuerpos más tóxicos.
    • 2015 Coppo, J. A. Análisis clínicos en perros y gatos Ar (BD)
      Para los casos de insuficiencia renal aguda, prestigiosos autores recomiendan efectuar diálisis peritoneal 6 veces por día por medio hasta la remisión de la hiperazotemia.
    • 1918 Molina L., A. T. Investigación funcionamiento renal p. 140 Gu (BD)
      G. Paisseau ha observado que una enferma de nefritis intersticial, en la cual después de nueve días de ingestión cotidiana de 20 gramos de urea la tasa de ésta en sangre llegó a ser de 4 gramos, 41 centígramos por litro, sin ocasionar en ella otra cosa que malestar y vómitos; inversamente ha visto a una brightica cuyo suero sólo encerraba 1 gramo, 71 centígramos de urea, ser atacada de uremia dispneica. Así, considera que la hiperazotemia no puede ser considerada como la causa de la uremia; que únicamente debe verse en ella el índice de la retención de otros cuerpos más tóxicos.
    • 1929 Maza, T. "Urología en 1928, Dossot" (Reseña) [01-08-1929] Revista Ibero-Americana de Ciencias Médicas (Madrid) Esp (HD)
      Un nuevo diurético, el Neptal, estudado por Chabanier, Lebert y Lumiere a base de mercurio, el cual no produce ninguna alteración en el metabolismo de los proteídos, provocando una diuresis enorme unida a una hiper-azotemia a veces grande con una baja de la concentración máxima de urea en orina, debiendo ser sólo empleado este medio en los casos de anurias simplemente reflejas.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Aun hay que añadir dos consideraciones terminológicas: la primera, que, aun aceptándola, debe decirse, en patología, hiperazotemia y no azotemia, pues la azotemia es un fenómeno normal; es impropio, pues, el reservar el término de hiperazotemia, como hacen muchos, a los casos con cifras altísimas.
    • 1974 Alva Correa, Juan (ed.) "Artralgias" [01-04-1974] Medicina (Buenos Aires) Ar (HD)
      Sin embargo, pienso que la paciente no presentó necrosis tubular aguda y que la hiperazotemia se debió a la intensa vasoconstricción renal característica de los pacientes con enfermedad hepática grave.
    • 1999 Ortiz Glz, A. / Glz Parra, E. / Rodeles Pozo, M. R. "Agua y electrolitos" p. 145 Tratado de nutrición Esp (BD)
      El exceso de aporte, casi siempre yatrógeno, no tiene gran repercusión clínica cuando la función renal es normal; sin embargo, con riñón insuficiente, el déficit de eliminación puede conducir a edema de pulmón, hiperpotasemia e hiperazotemia, debidas a la adminstración sin cautela de los respectivos elementos.
    • 2007 Bouda, J. / Doubek, J. / Quiroz Rocha, G. "Patología aparato urinario" p. 104 Patología clínica veterinaria Mx (BD)
      Hiperazotemia. Es el aumento de urea y creatinina en el suero [...].
    • 2015 Coppo, J. A. Análisis clínicos en perros y gatos Ar (BD)
      Para los casos de insuficiencia renal aguda, prestigiosos autores recomiendan efectuar diálisis peritoneal 6 veces por día por medio hasta la remisión de la hiperazotemia.
    • 1918 Molina L., A. T. Investigación funcionamiento renal p. 140 Gu (BD)
      G. Paisseau ha observado que una enferma de nefritis intersticial, en la cual después de nueve días de ingestión cotidiana de 20 gramos de urea la tasa de ésta en sangre llegó a ser de 4 gramos, 41 centígramos por litro, sin ocasionar en ella otra cosa que malestar y vómitos; inversamente ha visto a una brightica cuyo suero sólo encerraba 1 gramo, 71 centígramos de urea, ser atacada de uremia dispneica. Así, considera que la hiperazotemia no puede ser considerada como la causa de la uremia; que únicamente debe verse en ella el índice de la retención de otros cuerpos más tóxicos.
    • 1929 Maza, T. "Urología en 1928, Dossot" (Reseña) [01-08-1929] Revista Ibero-Americana de Ciencias Médicas (Madrid) Esp (HD)
      Un nuevo diurético, el Neptal, estudado por Chabanier, Lebert y Lumiere a base de mercurio, el cual no produce ninguna alteración en el metabolismo de los proteídos, provocando una diuresis enorme unida a una hiper-azotemia a veces grande con una baja de la concentración máxima de urea en orina, debiendo ser sólo empleado este medio en los casos de anurias simplemente reflejas.
    • 1934 Suárez Puga, L. / Caballero Villaldea, S. Estudio fisicoquímico sangre p. 490 Esp (BD)
      Se ha admitido que una azotemia que pasa de un gramo por mil y que no pueda atribuirse a un sobreproducción de urea o a un trastorno ciruclatorio, se debe a una retención por lesión renal; pero hemos de agregar que estudios modernos de diversos autores, DEUNSTEDT y BLUMPF, y fundamentalmente los posteriores a BLUM, que se dedicaron al estudio clorofórmico en los azotémicos, se demostró que algunos presentaban una disminución de sal en la sangre, conociéndose con el nombre de fenómeno de BLUM la hiperazotemia originada a falta de cloruro de sodio, que sería un acto compensador del organismo para sostener la concentración molecular sanguínea alterada por la falta de sal.
    • 1919-1936 Marañón, G. Climaterio [1990] Esp (CDH )
      2.ª El segundo grupo de casos está formado por mujeres que presentan alteraciones precoces del aparato vascular, con probable esclerosis renal, aunque sin alteración de la orina, hiperazotemia, etc.
    • 1919-1936 Marañón, G. Climaterio [1990] Esp (CDH )
      Pero, sin duda, supone siempre una lesión del oído interno, ya ostensible, ya atenuada y oculta; por lo menos existe una susceptibilidad anormal de este órgano para sensibilizarse por las causas tóxicas que, en efecto, comprobamos habitualmente en el vértigo: hiperglucemia, hiperuricemia, hiperazotemia, trastornos endocrinos coincidentes casi siempre con un metabolismo bajo, hipercolemia, sífilis, etc.; todas estas causas deberán ser revisadas y tratadas, sin cometer la ligereza de localizar la explicación y la terapéutica a la menopausia.
    • 1941 Cea, L. DiccExpHematológicas ES (BD)
      Hiperazotemia [...] Aumento de los productos azoados (urea, ácido úrico) en la sangre. Es sinónimo de Hiperazohemia.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Se discute si la arteriosclerosis difusa es capaz de producir una caquexia; los casos indudables, con autopsia, que he visto, eran portadores de esclerosis renal con hiperazotemia (véase pág. 502).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Se observa en las anemias sintomáticas (posthemorrágica, neoplásica); en la clorosis y anemias hipocrómicas; en la hiperazotemia; en las nefrosis; en casos de tuberculosis pulmonar.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      4. En las nefritis crónicas, no son raras, y a veces dominan la sintomatología, las dispepsias, ya del tipo hiperclorhídrico o ulceroso (principalmente en las glomérulonefritis con hiperazotemia e hipercloruremia), ya del tipo de dolores paroxísticos que pueden recordar a la crisis tabética (en las formas escleróticas, con gran hipertensión (v. pág. 1002).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Está, sin duda, muy ligada a la hiperazotemia, al síndrome de la uremia crónica.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )

      XCII. Oxido de carbono.– Los síntomasde esta frecuentísima intoxicación, muchas veces inadvertida, son nerviosos y circulatorios: cefalea, palpitaciones, intensas pulsaciones arteriales, vértigo, centelleo y rápidamente coma (v. pág. 618), con hipertermia y quizá convulsiones; color rojizo de la piel con policitemia; a veces, glucosuria e hiperazotemia (v. pág. 511).

    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Es típico de estos estados una intensa hiperazotemia.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      La hipocloruremia (v. pág. 524), la hiperazotemia (véase pág. 511) y la elevación de la reserva alcalina, permiten diferenciar el síndrome de otros estados en que se presentan también vómitos incoercibles, como los vómitos acidósicos de los niños, los vómitos peritoníticos, etc. Hay que contar, no obstante, con la posibilidad de que las alcalosis por estenosis pilórica, como dan lugar a inanición, pueden, por esta vía, inducir al organismo a la acidosis.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Pueden acompañarse de hipocloremia e hiperazotemia con alcalosis.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      La arteriosclerosis avanzada produce una caquexia esclerósica considerable, sobre todo cuando, como es frecuente, se acompaña de insuficiencia renal e hiperazotemia crónica.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Intensa deshidratación (v. pág. 530), hiperazotemia (v. pág. 512) y acidosis (véase pág. 496).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Aun hay que añadir dos consideraciones terminológicas: la primera, que, aun aceptándola, debe decirse, en patología, hiperazotemia y no azotemia, pues la azotemia es un fenómeno normal; es impropio, pues, el reservar el término de hiperazotemia, como hacen muchos, a los casos con cifras altísimas.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Aun hay que añadir dos consideraciones terminológicas: la primera, que, aun aceptándola, debe decirse, en patología, hiperazotemia y no azotemia, pues la azotemia es un fenómeno normal; es impropio, pues, el reservar el término de hiperazotemia, como hacen muchos, a los casos con cifras altísimas.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      A) Hiperazotemias discretas (entre 0,60 y 0,70) pueden ser completamente normales en sujetos sometidos a un régimen muy albuminoideo, o muy pobre en líquidos.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Basta modificar unos días el régimen defectuoso o injerir más cantidad de agua, para ver desaparecer estas ligeras hiperazotemias.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      es decir, que fuertes hipertensiones pueden coincidir con hiperazotemias discretas, y que la uremia final puede sobrevenir con cifras de hiperazotemia moderada; en tanto que otros enfermos exhiben cifras azótemicas altísimas sin el menor síntoma urémico.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Tampoco hay una oposición, como aun se lee en algunos sitios, entre retención azotémica y retención clorurémica: el esquema de Widal de los dos grupos de nefritis (uremígenas, con retención ureica, e hidropígenas, edematosas, con retención clorurada), que tan útil fué para el conocimiento de la moderna fisiopatología renal, debe entenderse hoy como una pauta orientadora, llena, en la práctica, de excepciones; la hiperazotemia coincide, en efecto, muchas veces, con retención clorurada y edemas.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      La cifra de hiperazotemia da una buena orientación sobre el pronóstico de la nefritis crónica (no por la urea misma, que no es tóxica, sino porque es indicio de la intensidad de la lesión).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      No debe esta pauta seguirse, ni mucho menos, al pie de la letra, pues hay algunos casos con hiperazotemias superiores a 2 g. con larga supervivencia, aun en enfermos descuidados.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      2. En las glomérulonefritis agudas, como las que aparecen en las enfermedades infecciosas o en las intoxicaciones, y en el riñón cardíaco, puede haber (30 por 100 de los casos) hiperazotemias altas, pero sin valor pronóstico, pues desaparecen, quizá definitivamente, con el tratamiento.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      3. Un interés especial tiene la hiperazotemia de los prostáticos graves, ya que en gran parte el pronóstico de la lesión y del tratamiento quirúrgico se fundan en el grado de azotemia.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      4. En la insuficiencia suprarrenal, hay hiperazotemia, ligera; no raramente la hemos visto faltar, aun en casos graves.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      1. Hay hiperazotemias altas, pero sin síntomas renales, en algunos procesos nerviosos; singularmente en las hemorragias meníngeas, debida a la reabsorción de la hemorragia y a la oliguria (v. pág. 675); en algunas intoxicaciones, como las del gas del alumbrado (v. pág. 427), etc. No implican un pronóstico grave, pero son interesantes de recordar porque, como estos estados pueden producir semicoma o coma, el hallazgo de la hiperazotemia conduce, a veces, al falso diagnóstico de uremia.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      No implican un pronóstico grave, pero son interesantes de recordar porque, como estos estados pueden producir semicoma o coma, el hallazgo de la hiperazotemia conduce, a veces, al falso diagnóstico de uremia.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      El grupo más importante de las hiperazotemias debidas a causas por completo ajenas al estado renal es el debido a la hipocloremia, en los estados en que el organismo pierde una gran cantidad de cloruro sódico, principalmente por abundantes vómitos (Haden, MacCallum).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      En estas condiciones, en el organismo privado de una gran cantidad de iones ácidos se produce, por una parte, una intensa alcalosis (v. pág. 498), y, por otra, una brusca autolisis de las albúminas de los tejidos, con gran producción de urea, que, incapaz de evadirse por el riñón, se concentra en la sangre hasta cifras de 3, de 4, de 5 por 1.000; esta explicación, muy discutida, vuelve otra vez a ser valorada; pero no pueden desecharse otros factores que contribuyan a la hiperazotemia: hiperconcentración del plasma, hiperproducción de urea por el hígado, lesiones renales iniciales.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      El individuo no experimenta síntomas de uremia; pero, a consecuencia de los intensos vómitos, puede ocurrir un estado de postración, semicomatoso y, a veces, calambres y parestesias; y como no es raro que la orina, oligúrica, presente alguna cantidad de albúmina y cilindros, todo esto, unido al hallazgo de la hiperazotemia, puede hacer pensar en una lesión renal (seudouremia por hipocloruremia); error fatal si se instituye el tratamiento clásico de la presunta uremia: reducción de albúmina y de sal; cuando, por el contrario, el tratamiento salvador es el cloruro sódico (suero fisiológico).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      4. En casos de hepatitis aguda, puede haber hiperazotemia, atribuída generalmente a una nefritis adjunta (síndrome hepatorrenal), se ha demostrado que, por lo menos en un grupo de casos, se debe también a hipocloruremia; se acompaña de alcalosis (Varela y Rubiño) (v. pág. 498).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      En este accidente, cuando es extenso, hay hiperazotemia, con hipocloremia, desde luego, no renal; generalmente, sin alcalosis.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      En todas las infecciones agudas hay hiperazotemia, que puede ser elevada, transitoria.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Se trata de una hiperazotemia en relación con la destrucción tisular y con la habitual oliguria durante la infección.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      7. El mismo significado tiene la hiperazotemia transitoria de algunos operados.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      En casos en que la cifra de hiperazotemia es moderada y no permite conclusiones precisas sobre el estado renal, se ha propuesto el estudio de la constante úreosecretoria (Ambard), hoy muy discutida, pero que en algunos casos permite una orientación.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Una mención especial merece, por su importancia terapéutica, la hipocloremia en las oclusiones intestinales altas, con gran hiperazotemia (v. pág. 334).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Sin hiperazotemia, a veces con acidosis.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Estas nefritis con hipocloremia son interesantes porque se prestan a confusión con las hiperazotemias no nefríticas, consecutivas a la hipocloremia, en las enfermedades digestivas antes enumeradas, sobre todo en las oclusiones intestinales altas, en las que estos datos podrían hacer pensar en una nefritis concomitante.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Los datos más interesantes para este diagnóstico diferencial son: en la hiperazotemia por hipocloremia, la orina es hiperdensa, contiene gran cantidad de productos nitrogenados (mientras que, en la hiperazotemia nefrítica, la orina es hipodensa y pobre en elementos nitrogenados); en la hiperazotemia por hipocloremia, el equilibrio ácidobásico tiende a la alcalosis (mientras que, en la hiperazotemia nefrítica, tiende a la acidosis); en la hiperazotemia por hipocloremia hay el antecedentes digestivo (en la hiperazotemia nefrítica, el antecedente es renal); en la hiperazotemia por hipocloremia, la inyección de suero salino hace descender rápidamente la hiperazotemia (en la hiperazotemia nefrítica, el suero salino la empeoraría).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      2. En la oclusión intestinal (v. pág. 334) se produce una deshidratación aguda, con alcalosis por la pérdida de los vómitos (o, sin vómitos, por el estancamiento de grandes cantidades de líquido por encima del obstáculo), con típico cuadro hemático, sobre todo concentración de hematíes y de hemoglobina, cloropenia e hiperazotemia (v. pág. 511).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] 554 Esp (CDH )
      La hiperindoxilemia se observa sobre todo en las nefropatías crónicas; por encima de 10 mg. el pronóstico es grave, sobre todo si tiende a persistir y a aumentar la cifra de indoxilo, aun cuando la hiperazotemia no sea excesiva.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] 554 Esp (CDH )
      En las nefritis agudas, la indoxilemia suele ser normal o ligeramente elevada, aun cuando haya intensa hiperazotemia; si la indoxilemia tiende a aumentar, es de presumir una tendencia a la cronicidad de la nefritis, aun cuando mejoren los síntomas clínicos, como algunas veces hemos observado.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      O) Hiperazotemia: véase pág. 510.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      En éste, predominan los síntomas de contracción muscular, sobre todo de la nuca, dando al enfermo la apariencia de un meningítico infeccioso, apariencia que acentúa la presencia de fiebre (v. pág. 988) y el signo de Kernig muy positivo; hay aumento de los reflejos tendinosos, Babinski bilateral inconstante; a veces, desigualdad pupilar y estrabismo, pulso lento, poliuria, albuminuria y, no raramente, hiperazotemia (v. pág. 511), que puede hacer pensar en una uremia (no se olvide que la hemorragia meníngea puede sobrevenir en enfermos renales).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] 619 Esp (CDH )
      En la sangre, es frecuente la hiperazotemia y aumento del nitrógeno residual (v. pág. 509), indoxilemia (v. pág. 553) e hiperuricemia (v. pág. 587).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )

      A) Nefritis. Uremia.– Es clásica la significación de la cefalea, ya gravativa, ya jaquecoide, en los nefríticos crónicos, como signo precursor de la uremia; puede ser muy precoz, precediendo a los otros síntomas y a la gran hiperazotemia.

    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      En otras ocasiones hay hipoglucemia (v. pág. 547); hiperuricemia (v. pág. 587), hiperazotemia (v. pág. 510).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      No guarda, sin embargo, relación constante con ninguno de los grandes síntomas de esta enfermedad: ni con la albuminuria, como hemos dicho ya, ni con la hipertensión, ni con la hiperazotemia, etc. En casi todos los casos de retinitis banal hay, y la coincidencia impresiona, hipercolesterinemia.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      C) En estados autotóxicos, principalmente en la nefritis crónica con hiperazotemia: en gran número de estos enfermos, cuando se auscultan sistemáticamente, se oyen ruidos de roce, sin ningún trastorno respiratorio funcional; y, en las autopsias, se comprueba la frecuencia de las pleuritis secas con alteraciones broncopulmonares mínimas (congestión, hipostasis) o sin lesión pulmonar alguna.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      El primer síntoma suele ser el edema (véase página 65); hay, aunque no siempre, hipertensión (22 por 100 de los casos); náuseas y vómitos, éstos intensísimos y muy precoces en los niños; oliguria y hematuria, cilindruria (cilindros granulosos y hemáticos); cefalea (v. pág. 641), somnolencia, confusión mental; en un 30 por 100 de los casos hay hiperazotemia discreta (véase pág. 509); las pruebas de la función renal son normales en el 50 por 100 de los casos (v. pág. 1046).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] 1003 Esp (CDH )
      En algunos casos hay febrícula o fiebre accesional, en las últimas fases; esta fiebre, con la anemia y el soplo cardíaco, puede plantear un diagnóstico diferencial difícil con la endocarditis lenta, en la que hay también alteraciones renales finales (v. pág. 979); la distinción se hará teniendo en cuenta la historia clínica; la presencia de esplenomegalia y embolias en la endocarditis lenta, la gran hiperazotemia y la retinitis en la glomérulonefritis.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] 1003 Esp (CDH )
      En la glomérulonefritis crónica es muy constante y alta la hiperazotemia; hay, también, hipercolesterinemia.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )

      2. En las lesiones de la vejiga y de la próstatahay también albuminuria, de importancia secundaria para el diagnóstico, pero no para el pronóstico: las albuminurias de los prostáticos, en efecto, acompañan pronto de hipertensión, hiperazotemia y los demás signos de la insuficiencia renal, a veces de evolución rápida.

    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Recordaremos de nuevo la mercurial, la áurica las balsámicas y las sulfamídicas (con gran hiperazotemia y acidosis); y añadiremos las de bidas al arsénico, al fósforo, sándalo, plomo, cantárida, éter y cloroformo, tetracloruro de carbono (en los obreros de extintores de incendios), etc. En algunos de estos casos en que la albuminuria puede ser debida o a la enfermedad o al medicamento con que se ha tratado la enfermedad, se plantea este problema de diagnóstico, de gran importancia terapéutica; por ejemplo, una albuminuria sifilítica puede curarse con mercurio, pero éste, en exceso, la puede producir también; una nefritis estreptocócica, como la escarlatinosa, puede curarse con las sulfamidas, pero éstas pueden producir la nefritis.
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )

      Según el grado de la afectación del parénquima renal, serán más o menos marcados los síntomas propiamente renales: orina hiperdensa, albuminúrica, cilindrúrica; y, en los casos avanzados, hipertensión edemas, hiperazotemias; uremia.

    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      I. Estudio de la hiperazotemia, nitrógeno residual y constante de Ambard (véase pág. 509).
    • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
      Este accidente puede empeorar si el médico, como ocurre a veces, al comprobar la hiperazotemia, establece un régimen hipoclorurado; mejora, en cambio, rápidamente por el tratamiento salino.
    • 1974 Alva Correa, Juan (ed.) "Artralgias" [01-04-1974] Medicina (Buenos Aires) Ar (HD)
      Sin embargo, pienso que la paciente no presentó necrosis tubular aguda y que la hiperazotemia se debió a la intensa vasoconstricción renal característica de los pacientes con enfermedad hepática grave.
    • 1999 Ortiz Glz, A. / Glz Parra, E. / Rodeles Pozo, M. R. "Agua y electrolitos" p. 145 Tratado de nutrición Esp (BD)
      El exceso de aporte, casi siempre yatrógeno, no tiene gran repercusión clínica cuando la función renal es normal; sin embargo, con riñón insuficiente, el déficit de eliminación puede conducir a edema de pulmón, hiperpotasemia e hiperazotemia, debidas a la adminstración sin cautela de los respectivos elementos.
    • 2007 Bouda, J. / Doubek, J. / Quiroz Rocha, G. "Patología aparato urinario" p. 104 Patología clínica veterinaria Mx (BD)
      Hiperazotemia. Es el aumento de urea y creatinina en el suero [...].
    • 2015 Coppo, J. A. Análisis clínicos en perros y gatos Ar (BD)
      Para los casos de insuficiencia renal aguda, prestigiosos autores recomiendan efectuar diálisis peritoneal 6 veces por día por medio hasta la remisión de la hiperazotemia.
    1. s. Con el modificador posthemorrágica, para referirse a la hiperazotemia causada por la deshidratación que resulta de la pérdida de sangre.
      docs. (1943) Ejemplo:
      • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
        2. Hay una hiperazotemia posthemorrágica, debida a la rápida degradación de las proteínas circulantes, provocada por la pérdida de sangre y deshidratación consiguiente.
    2. s. f. Con el modificador extrarrenal, para referirse a la hiperazotemia cuya causa no está relacionada con una lesión del riñón.
      docs. (1943) 2 ejemplos:
      • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
        D) Hiperazotemias extrarrenales.– Se llaman así a las que aparecen por diversos mecanismos, independientemente de toda lesión renal.
      • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] 511 Esp (CDH )
        Clínicamente es útil, de todos modos, conservar el concepto de la hiperazotemia extrarrenal, cuyas principales formas clínicas son las siguientes:
    3. s. f. Med. Vet. Con los modificadores nefrítica o renal, para referirse a la hiperazotemia causada por una lesión del riñón.
      docs. (1943-2007) 3 ejemplos:
      • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
        C) Hiperazotemias renales.– Las hiperazotemias francas, por encima de 0,80, son un signo importante de lesión renal, siempre que coincida con otros síntomas, como hipertensión, cefalea, parestesias, orina albuminúrica y cilindrúrica, etcétera.
      • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
        Los datos más interesantes para este diagnóstico diferencial son: en la hiperazotemia por hipocloremia, la orina es hiperdensa, contiene gran cantidad de productos nitrogenados (mientras que, en la hiperazotemia nefrítica, la orina es hipodensa y pobre en elementos nitrogenados); en la hiperazotemia por hipocloremia, el equilibrio ácidobásico tiende a la alcalosis (mientras que, en la hiperazotemia nefrítica, tiende a la acidosis); en la hiperazotemia por hipocloremia hay el antecedentes digestivo (en la hiperazotemia nefrítica, el antecedente es renal); en la hiperazotemia por hipocloremia, la inyección de suero salino hace descender rápidamente la hiperazotemia (en la hiperazotemia nefrítica, el suero salino la empeoraría).
      • 2007 Nuñez Ochoa, Luis "Guía de presentación de casos clínicos" p. 237 Patología clínica veterinaria Mx (BD)
        El perfil bioquímico reflejaría una hiperazotemia renal (inceremento de urea y ceatinina con una densidad urinaria inferior o igual a 1.030) [...].
    4. s. f. Med. Con los complementos por cloropenia, por cloruropenia o por hipocloremia, para referirse a la hiperazotemia causada por la disminución anormal de cloruro sódico en la sangre.
      docs. (1943) 2 ejemplos:
      • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
        3. Hiperazotemia por cloruropenia (o cloropenia).– El grupo más importante de las hiperazotemias debidas a causas por completo ajenas al estado renal es el debido a la hipocloremia, en los estados en que el organismo pierde una gran cantidad de cloruro sódico, principalmente por abundantes vómitos (Haden, MacCallum).
      • 1943 Marañón, G. Manual diagnóstico etiológico [1943] Esp (CDH )
        La sospecha diagnóstica se confirmará por los análisis, que demuestran la disminución de los cloruros de la sangre y, generalmente, el aumento de los cloruros en la orina (hipercloruria), más un dato que acompaña, con frecuencia, no siempre, a la hipocloremia: el aumento de la azotemia (hiperazotemia por hipocloremia: véase pág. 511).
    5. s. Vet. Con el modificador prerrenal, para referirse a la hiperazotemia causada por la disminución del flujo de sangre que recibe el riñón.
      docs. (2007) Ejemplo:
      • 2007 Bouda, J. / Doubek, J. / Quiroz Rocha, G. "Patología aparato urinario" p. 106 Patología clínica veterinaria Mx (BD)
        HIPERAZOTEMIA PRERRENAL Deshidratación Hipoperfusión renal Proteína dietaria alta Gastroenterorragia Catabolismo
    6. s. f. Vet. Con el modificador posrenal, para referirse a la hiperazotemia causada por una obstrucción de los uréteres o de la uretra.
      docs. (2007) Ejemplo:
      • 2007 Bouda, J. / Doubek, J. / Quiroz Rocha, G. "Patología aparato urinario" p. 106 Patología clínica veterinaria Mx (BD)
        HIPERAZOTEMIA POSRENAL Obstrucción parcial o total de las vías urinarias Uroperitoneo

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