género

Relacionados: categoría gramatical, (género) masculino, (género) femenino, (género) neutro, masculino genérico, nombre común (en cuanto al género), nombre ambiguo (en cuanto al género), nombre epiceno, flexión, afijo flexivo, concordancia, marcado, no marcado

Referencias: NGLE § 2 | GDLE § 74.2 | DPD § género

Categoría gramatical de los nombres, los pronombres, los adjetivos y los determinantes que produce efectos en la concordancia y que en los nombres y en los pronombres puede reflejar gramaticalmente el sexo de los seres animados.

En muchas lenguas se distinguen tres, cuatro, cinco o más géneros (es decir, clases nominales con diversos efectos en la sintaxis). En función del género, los sustantivos del español se clasifican en masculinos y femeninos, mientras que la mayor parte de los determinantes y los pronombres pueden ser masculinos, femeninos y neutros. Así pues, en español no existen nombres neutros, a diferencia de otras muchas lenguas.

El género posee carácter inherente o intrínseco en los nombres y los pronombres, como ponen de manifiesto los diccionarios, y se adquiere en la concordancia (género por concordancia)en los determinantes, en los adjetivos y en los participios. Así, el género femenino del demostrativo estas y del adjetivo altas en Estas mesas son demasiado altas está inducido por el femenino del sustantivo mesa, que constituye una propiedad inherente suya, aun cuando no tenga consecuencia alguna en la realidad designada.

Los sustantivos pueden dividirse en dos grandes grupos en función de si presentan o no variación de género.

  1. En los nombres sin variación de género, el género masculino o femenino es una propiedad léxica predeterminada que no se asocia a ningún significado ni a ningún morfema. Los sustantivos de este tipo pueden designar seres inanimados (casa, coche, libro) o, en unos pocos casos, también animados (persona, gente, mosquito; v. nombre epiceno). Aunque se constatan ciertas tendencias generales, el género de estos sustantivos no está determinado por la terminación. Así, fuente y diente, con terminación idéntica, son femenino y masculino, respectivamente. Las terminaciones que presentan los sustantivos de este grupo no son afijos flexivos de género, sino marcas de palabra.
  2. Los sustantivos con variación de género designan seres vivos (león ~ leona). Las diferencias de género de estos sustantivos se asocian a diferencias de sexo: masculino ‘hombre’, ‘varón’ o ‘macho’ y femenino ‘mujer’ o ‘hembra’. En la mayor parte de los casos, estas variaciones son morfológicas. Los afijos flexivos que reflejan el género no dan lugar a palabras con entradas distintas en los diccionarios, sino a diferentes formas de un mismo paradigma flexivo, como en niño ~ niña. Excepcionalmente, las variaciones en la manifestación del género pueden ser léxicas (hombre ~ mujer; caballo ~ yegua), lo que se denomina heteronimia (v. en heterónimo). No se consideran propiamente sustantivos con variación de género los nombres inanimados en los que la alternancia -o/-a de la terminación da lugar a relaciones semánticas no sistemáticas, como la que existe entre el nombre de un árbol y el de su fruto (cerezo ~ cereza; manzano ~ manzana), o las asociadas al tamaño (huerto ~ huerta; mango ~ manga) o la forma (jarro ~ jarra; gorro ~ gorra) de lo que se designa. Se suele considerar que estas parejas no forman parte del mismo paradigma flexivo.

Los sustantivos del grupo b se subdividen en dos clases en función del modo en que manifiestan su género:

  • Sustantivos con afijos flexivos de género. En ellos, se suele asociar la terminación -o con el masculino y -a con el femenino (niño [masc.] ~ niña [fem.]). Aun así, son posibles otras realizaciones: Ø para el masculino y -a para el femenino (doctor ~ doctora); -e para el masculino y -a para el femenino (monje ~ monja; en algunos países, cliente ~ clienta), etc. También es posible que el femenino se forme con un sufijo tónico: -esa (alcalde ~ alcaldesa; conde ~ condesa), -isa (sacerdote ~ sacerdotisa), -ina (zar ~ zarina).
  • Nombres comunes (en cuanto al género). Presentan la misma forma para los dos géneros gramaticales. Se identifican como «m. y f.» en el DLE. El género de estos sustantivos solo puede observarse a través de la concordancia con determinantes y adjetivos: el estudiante aplicado [masc.] ~ la estudiante aplicada [fem.]; periodistas experimentados ~ periodistas experimentadas.

De todas estas consideraciones se deduce que, atendiendo a su interpretación semántica, es posible distinguir dos tipos de género:

  1. género informativo (o interpretable),
  2. género no informativo (o no interpretable).

Corresponde al grupo a el género de la mayor parte de los sustantivos que designan seres sexuados, como chica, amigo o gata. Sin embargo, no existe correspondencia entre género y sexo en los nombres epicenos. Así, en algunas variedades del español puede aplicarse a una niña expresiones como un bebé precioso. En estas variedades bebé es un nombre epiceno. En cambio, en otras es preciso decir una bebé (o una beba) preciosa. En estos casos, el sustantivo bebé tiene género interpretable (sea o no flexivo). En los nombres epicenos, el género es, por tanto, no informativo (grupo b). También lo es en los sustantivos que no designan seres sexuados (mesa, árbol, música, iniciativa), así como en los numerosos casos en los que el género se adquiere por concordancia (la, esta, contenta, misma, etc.).

Poseen género no interpretable los adjetivos, que manifiestan su género a través de la terminación (una casa amplia, un libro amplio), salvo los llamados adjetivos de una terminación (una casa grande, un libro grande; v. adjetivo), en los que la concordancia de género no posee manifestación visible. Aunque carezcan de afijo flexivo de género, es habitual considerar que los adjetivos poseen el mismo género que el sustantivo al que acompañan. Lo mismo es válido para los determinantes, que, aunque suelen incluir formas específicas para el género en sus paradigmas (este, esta, estos, estas), en algunos casos permanecen invariables: bastantes [masc.] alumnos [masc.] ~ bastantes [fem.] alumnas [fem.]; cada [masc.] día [masc.] ~ cada [fem.] noche [fem.].

Información complementaria

Unos pocos sustantivos que designan seres no animados presentan alternancia de género (sin morfema flexivo), pero esta no va asociada a cambios de significado. Es el caso de los nombres ambiguos (en cuanto al género) como mar (el mar ~ la mar) o azúcar (azúcar moreno ~ azúcar morena). Estos sustantivos se identifican con la marca «m. o f.» en el DLE.

El género de los nombres inanimados suele ser arbitrario. Aun así, se sabe que son muy escasos los sustantivos femeninos terminados en -o (mano, moto, soprano, libido, etc.) y los masculinos terminados en -a (tema, problema, planeta, mapa, etc.). En cuanto a los derivados, son femeninos los terminados en -ción, -dumbre, -ez, etc., y masculinos los acabados en -miento, -aje o -al. Es también posible apuntar algunas tendencias objetivas que relacionan el género del nombre con su clase semántica. En concreto, se ha observado la tendencia de ciertos nombres a adoptar el género de su hiperónimo, es decir, del término de significado más general que lo abarca (el hiperónimo de rosa es flor; el de automóvil es vehículo, etc.). Así, los nombres que designan los días de la semana, los meses del año o los años son masculinos, al igual que los sustantivos día, mes, año: Este {lunes ~ mayo ~ 2015} ha sido muy caluroso. Sin embargo, existen numerosas excepciones. El hiperónimo de mesa [fem.] es mueble [masc.]. Los nombres que designan metales son masculinos, pero plata es femenino; los que designan notas musicales son masculinos, pero nota es femenino. En cuanto a los nombres de lenguas (el ruso, el italiano, el español, el japonés), siguen la pauta si se supone que reproducen el género del sustantivo idioma, pero la contradicen si se entiende que su hiperónimo es el sustantivo lengua.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA: «Glosario de términos gramaticales», [versión 1.0 en línea]. <https://www.rae.es/gtg/género> [2024-05-10].

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