Diccionario histórico de la lengua española

Guardafuegos, son dos pedazos de tabla, como de a braza, ó poco mas, clavadas dos castañuelas en sus remates por vnas de sus caras, y en cada castañuela se amarra vn cabo para mantenerlas. Sirven quando se dá fuego al costado, para resguardo, y que no prenda el fuego mas arriba de lo que es necessario.

Las Amuras sirven, para llevar los Puños de sus Velas á Proa, y en las Rastreras, y Alas, á los Penoles de sus Botalones, que se llama amurar las Velas. Las de Trinquete vienen desde los Puños de las Escoras, y passando por los Motones del Tajamar, ó Pescantes, fenecen en la cubierta de el Castillo. Las de Mayor, passando por los Galapagos, ó Castañuelas, que estan en los costados, á Popa de las Mesas de Guarnicion de Trinquete, van á fenecer en el Castillo.

Un repuesto considerable de estopines, con sus carrizos y lanzafuegos de cien minutos, segundos de duración, guardamecha, también de hoja de lata, con su correa al símil del de granaderos; botafuegos con su regatón, y castañuelas, capaz de abrazar los lanzafuegos así como la mecha [...].

GUARDA-FUEGOS, en la Marina, son dos pedazos de tabla como de una braza, ó poco mas, clavadas dos castañuelas en sus remates, por una de sus caras, y en cada castañuela se amarra un cabo para mantenerlas; sirven de resguardo cuando se da fuego al costado, y que no prenda algo más arriba de lo que se necesita.

CASTAÑUELA. s. m. A. N. y Man. Especie de asa de madera ó de hierro que se clava en costados, amuradas, cubiertas ó donde conviene para amarrar cabos.

El gancho del cuadernal del aparejo de la gata (a) (figura 365, lám. 68) se engancha en el arganeo del ancla: el aparejo de la gata (b), el cual pasa alternativamente por las cajeras de la serviola (c) y las del cuadernal (a) y cuya tira se prolonga por todo el pasamano hasta popa, iza el ancla hasta las serviolas: un cabo de boza que se llama el caponcuyo chicote está hecho firme con vuelta de ballestrinque y un boton al rededor de las serviolas, ó bien, pasa dicho chicote por una groera en la serviola y luego se le hace una piña doble (véase fig. 25), pasa por el arganeo del ancla y por una castañuela de hierro ó madera (d) [...].

CASTAÑUELA. s. m. A. N. y Man. Especie de asa, manigueta, oreja ó escarpia de madera ó de hierro que se clava en costados, amuradas, cubiertas ó donde conviene para sostener ó amarrar cabos y aun para otros objetos.

CASTAÑUELA. Especie de asa de madera o de hierro que se eleva en los costados, amuradas, cubiertas o donde conviene para amarrar los cabos.

En medio de los prebendados iban los seises de la iglesia, vestidos de pastores y pastoras, que alegraban la plaza con las castañuelas y voces, que iban cantando y bailando.

Vi de lejos que había baile y, pardiez, no me pude contener, que, sin apearme de la carreta, puse en razón mis castañuelas y en el aire repiqué mis castañetas de repica punto, a lo deligo, y di dos vueltas a buen son.

Toca y tañe las castañuelas, / repícalas bien, / y bayla a la gaytilla con Andrés.

— "Fácil, replicó Aminadab, con interrogación; pero afirmativamente, como la canción le tiene, no me lo parece a mí" — "Apostemos, dijo Llorente, que le gloso a satisfacción de todos." — "Yo te daré, le respondió Lucela, estas castañuelas que, como ves, son de ébano, y los cordones de seda y oro, si los glosares."

ROSAURA:¿Qué es el baile?SILVANA:El corro.ROSAURA:Ve luego y traile.(Dele unas castañuelas.) SILVANA:Mire con aquestas puestas... / Nos ajuntamos los dos / y nos hace el son Benito.

JUANABuena pascua te dé Dios; / Que amor con amor se cura.LORENZA Si se cura y se procura, / Salud tendremos los dos. / Préstame unas castañuelas, / Desposada, así te goces; / Que entre relinchos y voces / Se conozcan. MENCÍAPrestarélas / Luego que a casa lleguemos.

Cessó la música y dixo un portero a la Justicia cómo venían a entretenerla ciertos labradores. Salieron cuatro bailando con castañuelas y bueltas aldeanas de mucho regozijo.

Baylad en la fiesta, zagales, / pues la gaita os haçe el son; / que yo os mando unas castañuelas, / guarnecidas con su cordón.

VillanoAquí, puesto de rodillas, / por mi Rey os reconozco; / y dándoos eternas gracias / humildemente os adoro.Razón Músicos de Jesuchristo, / cantadme vn alegre tono, / y veréis que en su seruicio / oy mis castañuelas rompo.

/ Anilla, por otra parte, / Con desgarro socarron, / Encajándose el sombrero, / A su lacayo se levanta, / Y repicando a traicion / Por atras las castañuelas, / Bailan juntos dos á dos.

/ El sacristán Pabro Embrudo, / que es un sacristán sin hiel, / hizo habrar las castañuelas / al son del sol fa mi re.

Bailad en el corro, mozuelas, / pues os hace la gaita el son, / que yo os mando unas castañuelas / guarnecidas con su cordón.

Mandó doña Gertrudis a Marcela, criada suya, trajera las castañuelas, diciéndole:

— Baila con cuidado, que he celebrado tus gracias, no me saques mentirosa.

Plaza, plaza, plaza; / despejen el Portal, / que el pandero y sonajas / se oyen ya sonar, / tras, tras, tras, / y ya la castañuela / se empieza a repicar, / chas, chas, chas. /

Pidieron a Marica los alegrara con las castañuelas, danzando la Españoleta, que tan valida andaba en aquellos días.

[...] estaba yo anudando en los pulgares unas castañuelas con bastante disimulo, debajo de mi roto manteo; y sin hablarle palabra, lo empecé a bailar [...].

Yo bien sé que luego que veas este, has de decir que no vale nada; porque como le faltan los cascabelillos de las Brujas, y las castañuelas de la Gitanas, te ha de sonar a cántaro roto, lo que antes te parecían dulzaynas y violines.

[...] es de saber que éste es uno de los cortejos de que se pagan más todas las mozas de Campos, donde ya es observación muy antigua que las más de las bodas se fraguan el Jueves Santo, el día de la Cruz de Mayo y las tardes que hay baile; habiendo algunas tan devotas y tan compungidas que se pagan más de la pelotilla y del ramal que de la castañuela.

«¡Dale á las castañuelas, / vaya de bailoteo, / y sea el regocijo / sainete del festejo, / siendo el festivo impulso del afecto / del perdón y el aplauso medianeros!»

Pues vamos allá, Josillo, / y anima las castañuelas.

(Vanse y descubriéndose la plaza, á la derecha estará la puerta de la taberna: á un lado el Santero , con la tablilla (que figure y no sea) de la demanda y un vaso de vino; al otro el Regidor , con la guitarra, y delante los dos Majos , bailando con el Tuno y el Sacristán . A la derecha la botica, y delante una mesa en que juegan á la malilla el Rico, el Boticario, el Médico y Maestro de la Escuela , y en medio está el corro de labradores, bailando con el son de panderos, sonajas, castañuelas, etc.) Coro de Labradores .«Voces, instrumentos / festivos aplaudan», etc.

Ambrosio .Yo no he estudiado allá mucho / latín; pero en toda España / no habrá quien juegue mejor / el florete ni la espada.Ramón . A tocar las castañuelas / y á bailar, salga el que salga, / tampoco temo á ninguno.

Dentro coro . / «¡Vaya de bulla, vaya, / vaya de jira y fiesta, / pues llegaron los días / en que el lugar se alegra! / ¡Dale al pandero, / ande la gresca / y el lugar alboroten / las castañuelas!»

Joaquina . ¡Ah!, si su padre viviera, / bien sabría, que á bailar / y tocar las castañuelas / no habría quien se pusiere / delante de él.

Ponce / ¡Pues qué! ¿Tú sabes bailar / sin guitarra y castañuelas?

Ella.A bailar hasta caerme muerta.Los dos. / (Cantan y bailan.) / "Suenan las castañuelas / de mi Marica / más que no las campanas / que hay en Sevilla." Ella.¡Eh, respinga, Miguel!, etc.

Los dos.Oro y más oro. / Aire y más aire. / Quien tenga pulgas / que se las rasque.Italiana. / ¿Tienes ahí castañuelas? Manolo.¿Te pide el cuerpo jolgorio?Italiana.Algo, Roque.

[...] sólo diré que el humo de los cigarros, los gritos y palmadas del tío Gregorio, la bulla de todas las voces, el ruido de las castañuelas, lo destemplado de la guitarra, el chillido de las gitanas, la quimera entre los gitanos sobre cuál había de tocar el polo para que lo bailase Preciosilla, el ladrido de los perros y el desentono de los que cantaban no me dejaron pegar los ojos en toda la noche.

(El teatro se muda en casa pobre, que figura la tienda de carpintería, adornada caprichosamente con algunos tarjetones y cortinas apabellonadas, bastante charro; dos o tres oficiales de carpintero poniendo velas a las cornucopias; habrá una araña de palo colgada ya con luces, Domingo, mozo de esquina, traerá como el último viaje de taburetes y sillas, que Doña Javiera y su Criada arreglarán, ínterin cantan dentro las boleras, que después han de servir para bailar, con la guitarra, bandurria, un violín bueno y castañuelas, etc.)

Jactábase de descendiente de Heraclito por linea recta y de varon en varon, y defendía, que los Llorentes eran ramas de este mismo tronco, sin advertir, que la casta de los Heraclitos se acabó desde que se inventaron las castañuelas, muriendo el último de esta familia el primer dia, que se oyó en Roma la gayta, y el tamboril.

D. ª ClaraEs delicado instrumento / y de mucha expresión.D. ª Pepita / Basta / que a mí me guste. Cabal. / Toca, si quieres. Aguarda, / sacaré mis castañuelas.

(Las saca y se las pone.)

Es bien notorio que la Castañuela es un instrumento tan vocinglero y charlador, que por su naturaleza y esencia serviria mas bien á turbar y confundir la armonia de la música ó del bayle, que á ser la regla por donde hayan de regirse sus compases y movimientos.

Martes, 22.– Nubes; calor; conclusión del Prólogopara la comedia El regocijo, con vestido alegre, con una sonaja en una mano y una castañuela en la otra; es un romance de ciento veinte versos. Paréceme que bien dicho sería de buen efecto; es difícil que se halle quien le dé valor; probaremos.

[...] para formar dichas sartas queman los huesos por un extremo y sacandolos las almendrillas los taladran por el otro extremo, dexandolos en forma de una imperfecta campanilla, y, despues de ensartados y agitados unos contra otros, meten un ruido semejante al de unas castañuelas ó cascabeles.

Es páxaro muy flaco y de poco peso. La cabeza, pico y fisonomía, de Golondrina. Canta volando, y se reduce su voz al sonido de una castañuela muy pequeña y menudeada; pero tambien grita al modo de la Golondrina doméstica [...].

[...] el zumbido de los instrumentos rústicos, zambombas y panderos, chicharras y tambores, rabeles y castañuelas; el monosílabo canto de los pavos y las escalas de las gallinas, que atados y confundidos en manojos, cabeza abajo, pendían de los fuertes hombros de gallegos y asturianos [...].

Para el pueblo bajo, el día más alegre del año redúcese su diversión a calzarse las castañuelas (digo calzarse porque en ciertas gentes las manos parecen pies), y agitarse violentamente en medio de la calle, en corro, al desapacible son de la agria voz y del desigual pandero.

Estas tales con aventadores de esparto dirigían sus expresivos saludos a una y otra fila de concurrentes; mascaban higos o mondaban naranjas, y arrojaban las cáscaras a las narices del más inmediato; bailaban y se pinchaban con alfileres, o repicaban las castañuelas y cantaban el ¡ay, ay, ay!

Castañuelas son, esto es, diminutivo de castañas, los sonoros instrumentos de la crotalogía; de ese arte sublime, cuyos luminosos principios se encierran en esta sábia y significativa máxima: ó no tocar las castañuelas, ó saberlas tocar.

La risa comenzaba, crecía, cundía, se hizo general; y entre el violín, y las castañuelas, y tal bullir y saltar, y tanto arrope y jadeo [...].

Un dia algunos de éstos estaban sentados en la cama que había sido de la Reina madre, con castañuelas en la mano, y delante de ellos una mujerzuela de mala vida [...].

— Dice bien padre, esclamó una rolliza muchacha que hasta entonces habia repicado las castañuelas con mas garbo que ninguna de sus compañeras; y la insinuacion del buen labriego y de la caritativa zagala, fué oida por todos con respeto, y obedecida como si fuese un severo mandato.

[...] ruido de cantares, de castañuelas, de risas, de voces, de silbidos y de guitarras; y golpes en las mesas, y palmadas, y estallidos de jarros que se rompen; y mil y mil rumores extraños y discordes que forman una alegre algarabía imposible de describir.

[...] los sábados, después que la campana de la iglesia dejaba oír el toque de ánimas, unas sonando panderos, otras añafiles o castañuelas, y todas a caballo sobre sus escobas [...].

De espaldas contra un grupo de robles, haciendo serpentear la cola, erizando el dorso, los ojos llameantes y la dentadura descubierta, el tigre lanzaba bufidos roncos, y al sacudir la enorme cabeza, las orejas hacían un ruido semejante al de las castañuelas de madera.

Mas ¿qué confuso trofeo / Tu trono lúgubre cerca / De gaitas y chirimías, / De dengues y castañuelas? / Allí de una que era ayer / Sacerdotisa de Vesta / La túnica yace ajada / Y el casto velo por tierra. /

[...] a fin de que en presencia del que había de ser juez de la causa ejecutasen el baile objeto de la censura arzobispal. Bailaron los seisestañendo las castañuelas de marfil y entonando sus armoniosos coros [...].

También creía ver el sombrero tricornio meneándose a un lado y a otro, como si el botijo que lo sustentaba tuviera sesos llenos de inteligencia y buen humor; creía ver las botas espoleando al reclinatorio, y las conchas golpeándose unas a otras como si a manera de castañuelas estuvieran amarradas a los dedos de una mano andaluza.

■ Don Pedro Maria no era hombre á quien le faltaran dos pares de castañuelas, de manera, que bien pronto recibió una diputación en demanda de este adminículo.

— Les daré las castañuelas ó los palillos, como los llaman ustedes los elegantes, dijo D. Pedro María, y aún podría darles también el tratado de Crotalogía que aun conservo.

A propósito de bulla, vamos a ver cuáles la causa de la que se oye en la calle inmediata. Tamboril, castañuelas, panderetas, cantares y baile alrededor de una hoguera.

Por Junio era y la calor sentíase un dia en que muchas gentes en el bodegon estaban engullendo y encomendaban pitanza, si la hecha no gustábales: sonaba el son de timpliquios y postizas que castañuelas en Castilla intitulan [...].

Mi paisano, amigo y mecenas, el señor príncipe de la Paz, debe su elevación a su gran mérito, a su sabiduría y tacto político, y no a supuestas habilidades en la guitarra y las castañuelas, como dice el estólido vulgo.

Primero: Por las bellas y complicadas mudanzasque se hacen durante la copla:

Segundo: Porque se baila, acompañándose con castañuelas, cosa rara en aquella región [...].

En los salones de la Pelumbres (calle de la Torrecilla del Leal, tienda de hierro viejo) era todo animación, todo alegría, no sólo por ser la dueña de la casa una de las mujeres más malignamente graciosas, más divertidas y de mejor mano para tocar las castañuelas que han existido a principios del siglo, sino porque allí concurrían personajes célebres en varias artes y oficios [...].

Celebremos con cánticos la caída de las murallas de Jericó, al son de los bélicos cuernos y de las retumbantes castañuelas'.

Las mujeres valientes no se asustan del ruido de la pólvora, antes al contrario deben encontrar en él tanto agrado como en el son de las castañuelas y bandurrias.

El jaleo español vive en el cielito: los dedos sirven de castañuelas: todos los movimientos del compadrito revelan el majo; el movimiento de los hombros, los ademanes, la colocación del sombrero, hasta la manera de escupir por entre los dientes todo es aún andaluz genuino.

Sólo llegaban, aunque confusos y vagos, el resonar de las castañuelas y el son de la guitarra, y un leve murmullo, causado todo por los criados de Pepita, que tenían su jaleo probe en la casa de campo.

— ¿Qué es eso de encerrar? —gritó Molichard en tono campechano y tocando las castañuelas con los dedos—.

Unos corrieron a curiosear en los carros que venían detrás y otros se metieron en la venta, donde sonaban seguidillas, castañuelas y desaforados gritos y chillidos.

[...] unas manchegas melancólicas unas veces y otras impregnadas de desesperada alegría, repiqueteadas con el duro y seco són de los palillos, como llaman á las castañuelas los compatriotas de D. Quijote.

En efecto, sonaba ruido de guitarras, castañuelas, canto, palmadas, voces de aleo, piropos y aplausos.

El ruido que el Enchiridionhizo fué grande, mayor que lo que Erasmo hubiera querido. En la carta con que dió las gracias al traductor manifestábase temeroso de la envidia; pero como las castañuelas deben tocarse bien o no tocarse (testtudines edendas esse aut non edendas), indicaba su deseo de que hablasen también en castellano otros libros suyos de moral y devoción [...].

[...] que todo ello se reduciría a un regocijado espectáculo, o como si dijéramos, a un pronunciamiento andaluz a la manera de entonces, de amable desorden con acompañamiento de guitarras y castañuelas.

[...] ya arrastrando luenga cola de seda y tremolando la clásica mantilla de casco, bandera negra de las españolas contra toda la extranjería; aquí tañendo las castañuelas, y bailando, verbigracia, el Vito [...].

Pensaban nuestros vecinos que las hijas de Dom Valera * eran unas gitanas alegres, armadas de castañuelas, dispuestas a bailar seguidillas y jaleo, y se encontraron con unas monjas contemporáneas de Santa Teresa y Fray Luis de Granada [...].

Casi al mismo tiempo, otro ruido que subía del portal vino a dominar el ya formidable del aguacero; una algarabía, un chascarrás * desapacible, unas voces cantando destempladamente con acompañamiento de panderos y castañuelas.

Setos de madreselva y zarzamora orlaban el camino, y de trecho en trecho se erguía el tronco de un negrillo, robusto y achaparrado, de enorme cabezota, como un as de bastos, con algunos retoños en la calvicie, varillas débiles que la brisa sacudía, haciendo resonar como castañuelas las hojas solitarias de sus extremos.

De tan plañideras estrofas se alzaba á veces irónica risa, lo mismo que el repique alegre de las castañuelas suele destacarse entre los sones gemidores de la gaita.

Pipá bailó con la Retreta, mujer de malísimos vicios, que al final del primer baile de castañuelas cogió al pillete entre sus fornidos brazos, le llenó la cara de besos y le prodigó las expresiones más incitantes del cínico repertorio de sus venales amores.

Y don Santiago se reía como unas castañuelas, porque era así.

Y digo más, señor de Ruiz; si usted está de enhorabuena, no lo está de menor el País, que debe ponerse a tocar las castañuelas al saber que tiene quien le estudie eso... ¿verdad?

[...] y estos negros, después, en la procesión, fueron danzando al acorde compás de castañuelas y dulzainas.

Lo primero que le repliqué fue compararlo a los franceses, que creen que sólo servimos para bailar el bolero y repicar las castañuelas; y añadí que la gente bien educada era igual, idéntica, en todos los países del mundo.

Ya debes figurarte que no estaré para ponerme a tocar las castañuelas. Tú sabes bien lo que me sucede. Tengo una hermana que es mi desesperación, mi vergüenza; tengo un padre que me abochorna siempre que viene a Madrid.

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Una de ellas era la de un magistrado andaluz, que tenía dos hijas como dos acuarelas de pandereta; el padre era unas castañuelas de la sala de lo civil, y sus retoños, sin madre, se pasaban la vida, inocentes en el fondo, jaleandola alegría de su papá.

Algunos traían pantalon blanco y camiseta roja; otros, los mas, se habían puesto sus ropas más sanas del revés, y pintada de negro la cara ó cubierta con una nariz postiza ó una careta, un antifáz, etc.; y casi todos traían, á falta de otros instrumentos, dos costillitas secas metidas entre los dedos á guisa de castañuelas ó tejoletas.

Prorrumpía en bárbaras risas, después de disparatar así, casi olvidado de los términos elegantes que aprendido había; tocaba las castañuelas con los dedos o se tiraba de los pelos, añadiendo alguna nueva patochada, o mofándose inconscientemente del lenguaje fino [...].

Y aunque no mediaba el día ya el baile estaba armado; y al aire libre, y sin más abrigo que la sombra de los árboles, hombres y mujeres bailaban unos frente á otros en dos largas hileras, sin tocarse, y triscando, como allí se dice, los dedos para imitar el ruido de las castañuelas.

[...] pero como yo no creo que el señor Taylor sea bailarín de oficio, hallo raro que califique a España de país de la castañeta,por más que en España las castañetas o castañuelas se toquen desde muy antiguo [...].

DOLLY.–Ya lo había conocido. Estamos temblando.

NELL.–Toca, toca las castañuelas.

D. PÍO.–(Decidido a tomar la lección.)Orden, juicio. A ver: decidme algo de Temístocles.

Diré algo ahora del segundo huésped, clérigo enjuto y amable, que entraba siempre en el comedor tarareando, y a veces tocando las castañuelas con los dedos, lo que no quiere decir que fuera un sacerdote casquivano, de estos que no saben llevar con decoro el sagrado hábito que visten.

– Figuran en esta sección los címbalos ( cymbalum) ó platillos, el sistro ( sistrum), el triángulo modificación del sistro, la campanilla ( tintinnabulum), la sonaja ( crepitaculum), los cascabeles, los crótalos ( crotalum) especie de castañuelas con mango, la matraca ( crepitaculum ligneum), la carraca, etc.

/ Y de la plaza del lugar venían / sones de tamboril y castañuelas, / notas de gaita que al hablar de amores / infundían tristeza.

Y mientras que reuniéndose va alegre popolachería entre gritos y exclamaciones, dichos y hechos picantes en entrecortado vocerío, panderetas, castañuelas y canciones de barrio, en el camino y á la entrada de plaza más grande que las de España [...].

/ ¡Sones de tamboril, toques sentidos / de la gaita dulcísima caídos, / alegre repicar de castañuelas!... / ¡Qué bien debéis sonar en los oídos / de todas las mozuelas! / Tocó a su fin la alegre romería; / y tomando caminos y senderos, / se dispersó con loca algarabía / la feliz multitud de los romeros.

/ Tamboril y gaita / ya no la recrean, / ni de amor alegre / la sangre le llenan / los repiques duros / de las castañuelas, / lenguas de muchachos / que no tienen lengua / para hablar de amores / a las muchachuelas.

Ya puede decirse que se ha desterrado la cruel costumbre de celebrar el fallecimiento de los niños bajo el influjo de la idea de que eran ángeles que iban al cielo, teniendo la madre que devorar su dolor entre las notas de la guitarra y el chasquido de las castañuelas.

La entrada de la cotorra en su habitación de alambres fué saludada por los vecinos, por los amigos y aun por los amigos de los vecinos de doña Paz, con vítores y hurras, y hasta con himnos, que las criadas acompañaban, haciendo sonar latas, castañuelas y almireces.

Cansado de este trajín, permanecía largo rato sentadito en su sillón cantando antífonas, mientras con sus dedos reumáticos intentaba tocar castañuelas.

— ¡Y qué bien maneja las castañuelas! — A todos, aquí presentes, / Les damos la despedía / deseando que disfruten / gozando en la romería.

Mientras sudaban los novios con el despiadado abrigo de la capa y el manto, las mozas, al son de castañuelas y panderos, rompieron á cantar [...].

Entonces volvió a destapar el frasco, y salieron de él diez jóvenes esclavas blancas, con castañuelas en las manos, que se pusieron a bailar en el desván.

Trinos y gallos, castañuelas y zapateado

■ / Ya tus ojos entraron al combate / como dos uvas de un goloso uvate; / bajo tus castañuelas se rinden los destinos, / y se cuelgan de ti los sueños masculinos, / cual de la cuerda endeble de un lira, los trinos.

Y antes de acostarse pidió ella una tripa de toro, un puchero de miel, unos trapos y unas castañuelas.

De querer representar el volumen, como de querer tocar las castañuelas, vale más, según el aforismo famoso, hacerlo bien que mal.

VOCES LEJANAS.— (Después de sonar nuevamente las castañuelas.)¡Olé! ¡Viva!

Casas blancas, amarillas, azules y rojas. Enfrente al Mediterráneo, maestro en cuyas barbas espumosas se bañaban los pies de los navegantes intrépidos, en otra hora de otro siglo. Viejo maestro, tus aguas son de un azul tan amoroso que no quisiera dejar de verte nunca. Tu brisa perfuma de duda, de temor de infortunio —aroma que empuja a lo desconocido— dos trapitos blancos que en los aleros de las casas seca el sol. Yo sé tu leyenda, vieja ciudad abuela y la he de contar cuando sea viejo. Tus callejuelas, donde apenas cabe un carrico tirado por un niño triste, separan tus muros como las tablitas de las castañuelas.

/ Más vale que tu carcaj / recoja su ávida flecha / que no dejarla volar / de la romería en la selva / y ayer cuando te añudaban / sus dientes las castañuelas / vi una lágrima rodar / por una concha de perlas / y piñones de marfil / que mordían rojas cerezas / y otros ojos que los tuyos, / que por los suyos se quejan.

Amparo / Mientras / que mi hermana lee y relee / novelas y más novelas, / o borda en el cañamazo / rosas, pájaros y letras, / yo canto y bailo el jaleo / de Jerez, con castañuelas: / el vito, el ole, el sorongo, / y ojalá siempre tuviera / ganas de cantar, señora.

/ La Virgen y San José * / perdieron sus castañuelas, / y buscan a los gitanos / para ver si las encuentran.

En el Crotalocrinus, así llamado por que se ha comparado su forma a la de unas castañuelas, las ramificaciones de los brazos quedan unidas por expansiones laterales, arrolladas entre sí, al modo de las hojuelas de las yemas.

Y el que toca los platos, el tambor, las castañuelas, el triángulo (triángulo sin ojo de Dios), los cajones de las mesas de de noche y las tazas de las mesas de de día, se desdobla en sombras para alcanzar a todo.

— En una jaquita jerezana; tú a la grupa.

— Yo quiero tocar las castañuelas.

— Las tocarás.

La Alcaldesa, para aprovechar la música, abre sus salones, desde las dos, y no sólo para tocar las castañuelas sino para bailar, al par que sus hijas, porque aquellos sus sesenta años, tan descansados, con tanto dinero y despreocupación tanta, son más para jolgorios que para rezos.

Caracas, la del clima delicioso, la de los recuerdos suaves, la ciudad familiar, la dudad íntima y lejana, resultaba ser aquella ciudad chata... una especie de ciudad andaluza, de una Andalucía soñolienta, sin, mantón de Manila ni castañuelas, sin guitarras ni coplas [...].

Llegó a tal apogeo el refinamiento, o mejor dicho, la disolución, que las majas españolas, tañidoras de castañuelas y los cantos y bailes de la Bética, lo mismo que los de los alejandrinos, constituían el solaz de los romanos elegantes.

Dejémosles sus glorias ciertas; que yo me allano buenamente a escribir mi novela sobre Granada sin colgar a la pluma borlas y lazos, de esos que se ponen de adorno a las clásicas castañuelas.

■ A lo largo del camino, oculta en los encinares, sonaba la castañuela de la urraca.

Es una voz que no sé definir: una articulación tan clara, unas inflexiones tan apropiadas al asunto de que trata: es una voz que parece de palo, de palo de castañuela, siempre grata, siempre eficaz. Pulquérrima en su persona, no gasta afeites de ninguna especie.

La cocina regional, ya sea vasca, valenciana, gallega, andaluza o asturiana; la típica extranjera, con sus aromas de exotismo y, a lo menos para nosotros, con sus extravagancias, bien sea alemana, francesa, italiana o portuguesa; la netamente española, con el barro de sus platos y jarros y sus ligeros cubiertos de palo, que hacen pensar en la madera de las castañuelas, con su suculencia fuerte y sabrosa y con su rico olor característico "a bien aderezado", harían la locura de todos aquellos a los que hizo célebres su delicado diente y su privilegiado desarrollo del sentido del gusto.

El aire en el olivar, / de los ramajes se cuelga, / para que alegres, las ramas, / repiquen sus castañuelas / adornadas con madroños / de aceitunas verdinegras... /

Las gentes leonesas —equilibradas, graves, silenciosas— celebran sus fiestas y diversiones con juegos de bolos, y sus bailes, con castañuelas, tambor y pito y panderos, por lo general grandes y sin metálicas rodajas, de broncos sones.

Es vino de jarana, baile, castañuelas, guitarras. Es vino de algazara, de rumbo y generosidad. Su polo opuesto en Europa sería el whisky: que se bebe en silencio, sin paladeo, ni derroche.

En las paredes había un cromo, grande y en cuatro colores, sobre la cama, representando un Cristo en el martirio; una pandereta con un dibujo en colores de la Giralda de Sevilla, con su madroñera encarnada y amarilla; dos pares de castañuelas a ambos lados, y una pintura del Circo Romano [...].

Sanjuanera2.ªEl árgoma es la que hace mejor fuego: da roja la llama y repica como unas castañuelas al arder.

Sanjuanera3.ªYo prefiero el brezo *con sus campanillas moradas; arde más tranquilo y huele a siesta de verano.

En la calle se cita y trapichea con las mujerzuelas, las bailarinas, las viudas, las esposas de los vecinos. Callejera es también su descripción de un grupo de tipos juglarescos en una especie de Carnaval:

Preparad el atambor y agarrad de prisa el adufe. / ¡Olé, olé! Que las castañuelas no se olviden.

Las que arrastran seda y las que visten percal, las que habitan palacios y las que se apiñan en buhardillas, las que tocan el piano y las que agitan castañuelas, las que pintan paisajes y acuarelas y las que manejan bieldos y azadones [...].

Pero esas castañuelas, como los crótalos de todas las latitudes, ya que se tocan es de agradecer que se toquen bien.

Había arrancado cuatro corazones de palo a cuatro Corazones de Jesús y los tocaba como castañuelas.

No busque usted aquí las refitolerías ni el ruido de castañuelas de las ferias de la otra Andalucía.

Es el pueblo que más contraste hace con un entierro, pero en el que se ve que la vida continúa plena, holgada, exúbera, con los mejores cuadros vivos de bodegones, todo el mundo con el alma oronda y esperanzada, la alegre casa de campo convertida en ciudad y la ciudad convertida en casa de campo, oyéndose el cacarear de los pollastres que cada uno tiene en su cocina y el son de castañuelas de los mejillones y las almejas.

Desde una ventana del carromato la funámbula rubia y triste de las mallas rotas miraba a la luna blanca mientras aprendía a tocar unas castañuelas, cuyo repique llenaba el campo de ecos que imitaban el galopar de caballos.

(Por una misma puerta aparecen el oceanógrafo Benedetto Chapiarelli y el químico Jakob Von Messer, dos cadáveres que todavía hablan, empapados de sudor, con las quijadas como castañuelas.) [...].

Cuando volvíamos a la ciudad, en el tranvía abarrotado y ruidoso, las conchas en los bolsillos de Ilsa sonaban como castañuelas.

El madrileño, con su fino instinto, se da cuenta de ello, y es notable advertir cómo en poco tiempo han vuelto a aparecer en multitud de tiendas todos esos objetos de españolada que son los trabajos de Eibar o Toledo, las mantillas de madroños, las castañuelas y panderetas [...].

Ahora, para que juzguen ustedes nuestro trabajo, el señor Procopio Pocaspulgas va a bailar para ustedes acompañándose debidamente con sus castañuelas que trajo de España.

Aromadas de la fuente perenne de la gracia, vestidas de estameña, calzadas con alpargatas que absorbían el agua estancada en las veredas, esportilla al brazo, eran las graciosas fuentes penitentes de la vida sevillana, llena de miserias, llena de miserias a pesar de la luz, del ambiente de las gotas de cera, del palacio blanco y verde de la Feria, del perfume de azahares y limoneros y de la música de la castañuela, del lánguido río y de la esbelta Giralda.

De las 16 miniaturas del Cancioneiroúnicamente cuatro dibujan al juglar solo o acompañado de otro juglar o de un muchacho cantor; las doce restantes, al lado del juglar que toca, ponen la cantadora. Esta, las más veces, toca unas castañuelas en forma de tejoletas planas, canta y baila con los brazos en alto, mientras el juglar la acompaña con el sonido del salterio o de la guitarra; en tres miniaturas la cantadora toca el pandero, de pie o sentada, y el juglar tañe la vihuela de arco o la guitarra.

Con dos sacudidas que sonaron a castañuela en un guante, le quebró la columna vertebral, arrojándolo contra un tronco. Perro se detuvo de súbito, dejando una pata en suspenso. Unos ladridos, muy lejanos, descendían de la montaña.

Les registraron incluso la dentadura y los carabineros se miraron entre sí al advertir que lo único que los dos periodistas se llevaban de España era una colección de insignias de solapa —Bolen las coleccionaba— y dos pares de castañuelas.

[...] escribió sus mejores cantos, aquellos romances en los cuales se adivina a través de un tul bordado de ópalos el alma de claveles de Granada, el corazón de castañuelas de Sevilla.

— ¿Sabes bailar?

— ¡Claro!

— ¿Por qué claro?

— Es que en el trato, si una no baila...

— No vuelvas a mentar tu profesión, y olvídala: he decretado que no eres puta. ¿Qué necesitas para bailar?

— Música y unos palillos.

Leporello se encargó de buscar guitarrista y castañuelas.

Luego, una muchacha que había vivido en Filipinas cantó con escasa fortuna una jota aragonesa y otra se disfrazó con un vestido andaluz y se empeñó en tocar las castañuelas.

/ A las niñas castañuelas, / para que bailen ligeras, / y a los niños latigazos, / para que bailen despacio.

[...] la hembra hispánica lo persigue con sus vaginales suspiros el pánico / se adueña del animal sus ojos traslucen un terror opaco / las castañuelas la guitarra los olés los gipíos caen sobre él se ensañan / cruelmente [...]. /

Trayendo jóvenes de Alejandría, para dedicarlos a claqueros, dividiendo la manera de aplaudir en combo, tejas y castañuelas.

/ Avivai las castañuelas, / niñas del baile, primero; / avivai las castañuelas / que yo avivaré el pandero.

También había, como decorado para la orquesta aborigen, una tienda al aire libre que vendía frutos del árbol del turismo: castañuelas, abanicos pintarrajeados, las marugas de madera, palos musicales, collares de conchas de moluscos, objetos de tarro, sombreros de paja dura y amarilla y cosas así.

■

En una ocasión quiso rebelarse: aguardó a una puta, que venía cimbreándose y repicando sobre el pavimento las castañuelas de sus zapatos [...].

La imagen abrió y cerró la mano derecha con ruido de castañuelas en los dedos que por primera vez movía tomando los corpúsculos alumbrados por el sol [...].

Comerciantes, madrileños, guardias, estatuas, glorietas, jardines, árboles, turistas, fotógrafos propios y extraños, flores, puestos de flores, estancos, abanicos, mantillas, castañuelas.

Una catarata de palmas, berridos, taconeos, castañuelas y lamentos gitanos llena "Reventones".

Luego bailó las sevillanas, repiqueteando en sus castañuelas de ébano, haciendo revolar la falda en el giro que marcaba la punta del pie.

Consuelito(Al mutis, a Lorenzo .)En esta casa no le diga usted a nadie eso de las campanas de Orleans... Porque lo que es si se enteran... (Gesto de robo.)Como no toque usted las castañuelas... /

A pie y en diversos establecimientos, compré un juego de construcciones, un perro de pelo amarillo y hocico azul de la altura de Mónica, una muñeca, un vestido de tirantes, un uniforme de enfermera, unas castañuelas y un estuche de acuarelas.

[...] los extranjeros no se solían fijar en aquellos minués y contradanzas cuyo aprendizaje tanto tiempo y trabajo les costaba a las damiselas adineradas, sino en otros bailes bien distintos, que en vez de violines tenían guitarras, bandurrias y castañuelas por acompañamiento, los fandangos, boleros y seguidillas de los sainetes de don Ramón de la Cruz [...].

Ella se trae una lista de regalitos que para qué. Mantillas, castañuelas, botas de vino, gaitas, un mantón así y otro asao, y él... Bueno, él me confió que con unas cuantas espadas toledanas [...].

[...] las serpientes de cascabel ( Crotalus), de América, cuyo nombre proviene del ruido como de crótalos o castañuelas que realizan con los anillos córneos del extremo de la cola, y la vívora [...].

Con amargura, cavila en el armario destinado a ese objeto, lleno de camisas inllevables, medias muy cortas o excesivamente largas, lapiceras de punta demasiado fina o en extremo gruesa, cortapapeles con un mango de conchillas que en colores dice "recuerdo de Necochea", un juego de castañuelas que no puede recordar cómo se vio obligado a comprar [...].

[...] los clichés habituales de exportación abundaban: las castañuelas, los toros, la zarzuela, en fin, la españolada tradicional del peor gusto.

¡Ay, qué tiradero, ay qué tiradero! (Salen, barriendo los papelitos y detrás de ellos sale La Muerte-Bruja, azuzándolos. Entra Colombina con unas castañuelas.)

«La cultura es el fruto magnífico de la libertad»! (comienza a tocar las castañuelas.)

Yo le aconsejé que redondeara las cosas, regalándole también una peineta sevillana y unas castañuelas y que le cantara un fandango, pero la tía Julia lo apoyó con entusiasmo [...].

Mi temperamento es el de un solista de arpa y no me he puesto unas castañuelas en las manos en toda la vida.

[...] a las puertas del centralismo sólo llega el ruido de una estúpida versión de charanga y castañuelas.

Palmadas de los que están en escena y surge la música española, con castañuelas. El baile termina en plena euforia.

[...] daba el chotis de su organillo y el repique de las castañuelas corriendo el taconear nervioso de la seguidilla", como opinó un autor [...].

Te he visto vender castañuelas y abanicos en la plaza Larga.

Este instrumento», añade, «no tiene nada que envidiar a las castañuelas.

[...] primero tenemos que sacudirnos de nuestra tópica imagen de castañuela y pandereta, de naranjos y olivos, de peineta y mantón de manila [...].

En toda la época navideña se cantaban —y todavía se cantan a veces— los viejos villancicos españoles, que conservan incluso la forma castiza del "vos" que en el habla de México ha desaparecido, así como palabras que se refieren a tradiciones y vocabularios españoles que no corresponden a los mexicanos, como son "las eras", el "cayado", las "panderetas y castañuelas".

Sobre la mesa se colocarán instrumentos musicales de percusión como los toc-toc, claves, chinchines, triángulo, cajita china, sonajeros, pandera, panderetas, castañuelas, maracas, raspador, etc. [...].

Cloqueaba al caminar, con un tintineo de castañuelas, no tenía dientes y sólo podía comer papilla de bebé, además de ciego se había quedado sordo, pero nunca le falló el reconocimiento de las cosas y la memoria del pasado y de lo inmediato.

. El aire vibra aún, corazón sagrado con sangre de copos de nieve y castañuelas de madera, de antenas lentejuelas, de polvo dorado [...].

El infernal Giovanni Fornaio no existía aún, y ocupaba su lugar ventajosamente un simpático torerito andaluz, Currito Linares, quien nos divertía de noche en el puente, tocando las castañuelas, sin imaginar que ahí mismo, tres mil años atrás, yo había escuchado las de madera y oro, que hacía repicar la esclava de la Reina de Egipto.

Y hasta se acompañaban en el estribillo con el son de unas castañuelas que no llevaban antes.

MAIRENA.—¿Así que no ha sido San Blas? Se han saltado las lindes del otro pueblo y han ido a que les hagan el milagro fuera. ¡No tienen vergüenza!

ZEBEDEO.—Eso no ha sido milagro y vosotros sois unos malos peines. Las castañuelas las han arrancado de un árbol, ¡ignorantes! En el término de Civilones se cultiva el castañuelo.

Comerciantes, madrileños, guardias, estatuas, glorietas, jardines, árboles, turistas, fotógrafos, flores, puestos de flores, estancos, abanicos, mantillas, castañuelas.

Él se pone la vida por montera, tanto se le da lo que digan; siempre con ganas de jarana, templado como unas castañuelas, a cualquier hora su voz como un trueno retumbando de jotas y rancheras por toda la fragua.

El ciego empezó una canción con un requinto de cierto aire andaluz, acompañado por castañuelas y todo.

[...] pasó a ser, desde el instante en que España recibía más de lo que creaba, un continuo choque de esos dos extremos inconciliables, pero indispensables el uno al otro, como las valvas de una castañuela, opuestas e inseparables para producir el sonido característico.

Rudolf, entrecortadamente, dice unas palabras en alemán. Entre ellas "Graff Spee". Rosita sigue haciendo sonar las castañuelas. Al comprobar que su padre no la oyó, se asoma al interior.

Lleva en su mano siniestra una gran castañuela, que hace sonar para advertir de su presencia.

■ Peonía baja corriendo la pendiente inclinada de gravilla suelta, toda ella desperdiciado anuncio de blue-jeans seductores, mientras suenan a mínima castañuela los grandes aros blancos de sus pendientes a la moda.

Compartía su cuarto con un hombre más joven, también alto, también delgado, con aspecto de andaluz profesional —que tal vez lo fuera pues estaba aprendiendo baile flamenco y se pasaba las horas taconeando rítmico y haciendo sonar castañuelas.

[...] el solar Zulueta 408 era relativamente callado, sobre todo temprano en la tarde, y el solo sonido que rompía la quietud de la poca gente que quedaba en el edificio, con los hombres ausentes, irrumpiendo en alguna siesta ocasional era el zapateado continuo y el repique de las castañuelas [...].

Por la noche encendían antorchas. Tañían guitarras, panderos y castañuelas.

Ya sólo faltaba el niño de Jaén, el gitanillo que asombraba a todo el mundo porque era un «cantaor» nato, un «bailaor» y porque tocaba las castañuelas como si fuera un «tocaor» profesional.

[...] ya no conseguía como antes mantener separadas las dos facetas de su personalidad: tan pronto hablaba con el comedimiento viril del fondista que había sido como sacaba del bolsillo unas castañuelas y se arrancaba por peteneras.

Resuenan maravillosos los cánticos envueltos en el trémolo de los violines, el rasgueo de las guitarras y mandolinas, el chocar de las castañuelas...

Recuerdo claramente un vestido blanco con muchos círculos rojos, zapatos de tacón alto que yo ya empezaba a taconear, y el ritmo de las castañuelas... esto me lleva a recordar ritmo de tambores, sonido de trompetas y esa espantosa explosión en que murieron mi madre y mis abuelos.

Virginia sentía pánico por la muerte pero todo su ser la buscaba y por eso la muerte la rondaba ruñiéndole las tripas, tocando sus castañuelas a media noche para que no durmiera, alterando su corazón en un tamboreo sin ritmo.

"Pasan del látigo a las castañuelas sin ningún tipo de contradicción", critica Bruno una hora más tarde al pasar por Cross de Hortaleza y ver el cartel: "Manolo en Marujita Díaz y Sevas en Juana Reina".

Cuando mi hija se prepara para unos cursos de baile español y se oyen los zapateos y las castañuelas en su cuarto.

Luis Ramallo, portavoz adjunto de Alianza Popular, recomendó ayer al Gobierno en el pleno del Congreso que aprenda a tocar las castañuelas, ya que ello saldría más barato a los ciudadanos que la compra de pianos [...].

Hasta más tarde, que llegarían los arreglos de saxo y de clavecín, de castañuelas, de etc. Pero Gabinete fueron en un principio sólo la guitarra, el bajo, la batería, cuatro acordes y una voz.

El baile es ejecutado, con movimientos ágiles, por una sola pareja, que se acompaña con castañuelas.

El Coro y la Orquesta Nacionales de España, dirigidos por Cristóbal Halffter y acompañados al baile y las castañuelas por Lucero Tena [...].

Lucero Tena, la diosa de las castañuelas, sorprendió a sus incondicionales añadiendo varios zapateados a su actuación.

— Como las bailarinas cuando tocan las castañuelas, así le castañeteaban los dientes cuando me embistió.

En cuanto a los danzarines, mantienen los brazos más o menos como los que danzan tocando castañuelas.

Vamos a mostrarles algo muy nuevo para ellos, castañuelas, vestidos como los que vamos a llevar, que los ha diseñado Francis Montesinos.

Es un temblor total el que el viejo reprime, aunque se le escape un castañetear de dientes que suenan realmente a castañuela y se le enturbien los ojos turbios y el fino bigote se le convierta en un ángulo blanquiamarillo mal teñido de juventud.

¡Ah, si usted hubiese visto la cara que puso Jasmin cuando ayer por la mañana me vio entrar en su habitación, cerrar con llave la puerta, y acercarme lenta y sonriente, haciendo repiquetear las tijeras en mi mano como unas castañuelas!

■ — Si te llegas a chivar, te corto las castañuelas.

Es una explosión de mocitas en flor, de risas inquietas y nerviosas, de cantes por sevillanas, de coplas que vienen y van por esquinas y plazuelas, de sones de guitarras y repiquetear de castañuelas, de fuegos de la cohetería que surcan los aires...

Está sentado en su mesa caótica de papeles, castañuelas y Vírgenes.

«No quiero ser feliz, no quiero ser feliz», dijo a la gitana de castañuelas y una ráfaga movió de pronto, y por respuesta, los sonajeros y los cascabeles de la cuna.

Sus manos duras y resecas sonaron como castañuelas de hueso.

Cuando Enric Mercadal, como su madre le trajo al mundo, las imitaba, dirigía una sonrisa al vídeo—sostenido por un trípode en ese momento—, hacía ademán de tocar las castañuelas con sus dedos y gritaba: "¡Zapateao!"

"No era droga. Yo siempre he estado en contra. Pretendía hacer una especie de representación y tanto ellas como yo simulábamos esnifar, pero era bicarbonato", sostuvo.

La estadounidense Carola Goya, estrella de la danza española, coreógrafa y pionera en la introducción de las castañuelas como instrumento solista en piezas clásicas, falleció en Nueva York a los 88 años de edad.

Continúan las castañuelas y el smoking.

Todo sucedía más o menos como en la ópera de Tim Rice y Lloyd Webber, aunque sin castañuelas.

"Soy artista" ofrece una divertida caracterización de dos folklóricas, Filo García y Carmen Fernández, una con mantón y la otra con castañuelas, inmodestamente convencidas ambas de su "arte y poderío".

Pero, aparte de todos estos regalos, a los novios les están llegando cientos de obsequios humorísticamente disparatados: un par de castañuelas, un liguero blanco de novia, una pareja de borricas con pedigrí literario [...].

[...] tu tía Leopoldina que ansiaba ser la Petroccelli repicando sus castañuelas, las parejas que se empujaban unas a otras en lo estrecho de las estancias hasta que en sus giros y rondas se tomaban la mediacalle [...].

Suenan las castañuelas en ambos, en nuestros oídos.

[...] las grietas, los parquets que saltaban como castañuelas, los alicatados que reventaban, las casas a las que se accedía bajando escaleras, las servidumbres invisibles, las medianerías que jamás habían visitado un plano y habían aparecido por arte de birlibirloque.

[...] CRÍA CUERVOS fue un gran éxito de crítica y de público en todos los países donde se exhibió, consolidando de manera definitiva el carácter rupturista del nuevo cine español, arrojando al baúl de los recuerdos a aquellas antiguas imágenes de castañuelas y mantillas a que nos tenían acostumbrados Carmen Sevilla [...].

Entre los españoles, las castañuelas, los tacones, la voz —o una simple cuerda de guitarra— componen una sinfonía perfecta.

[...] entre gaitas, castañuelas, guitarras, brindis y ondear de banderas nacionales, se produjo la más simpática fiesta callejera que cabe imaginar.

— En realidad es un homenaje al matrimonio Comissiona, con quienes conviví en Vancouver cuando Sergiu Comissiona estrenó allí mi "Fantasía para castañuelas y orquesta".

De pronto siente frío, sus dedos están yertos y sus dientes rechinan como castañuelas—. O que el hecho de que yo le dejé que me golpeara quiere decir que así es como las mujeres muestran el suyo.

También la confección de los trajes, mantones y mantillas, cuya demanda se acrecienta en la Feria de Abril, es una labor artesanal de indudable mérito, complementada con la elaboración de castañuelas.

Más o menos coincidiendo con el histórico momento en que quedó inaugurado el Teatro Real hasta que la muerte nos separe, con un repertorio que revaloriza la castañuela y el madroño en moño [...].

Es curioso observar que instrumentos de percusión como el redoblante y tambor militar, pandereta y castañuela, no llegaron a funcionar en conjuntos populares urbanos y hacerse tan indispensables como las maracas, claves, congas, etc.

La Quela, aún bailaba y tocaba ora las castañuelas, ora la guitarra, sin mostrar el más mínimo signo de cansancio.

Un cliente interrumpe para preguntar si hay castañuelas (no hay) en tanto que otro pregunta por los fósforos y los compra.

[...] en las manos cada uno de los diablos lleva un bastón o "vara de autoridad" y una castañuela que utilizan para abrirse paso durante la ejecución de la "Tonada de mudanza".

Los integrantes utilizan diferentes instrumentos, carraca, guitarra, quijada de burro, zambumbia, triángulo, raspador, pandereta, castañuelas y otros utilizan un acordeón y guitarras.

Es un sobrenombre cariñoso. Casi todos los internos tienen uno. La mujer pequeñita, que recién pasó por aquí, la de las castañuelas, ¿Sabe cómo le pusieron?... Lola Flores ¡Se cree española!

Viendo a tales soldaditos no advertimos que echaba amarras otra embarcación. De ella bajaron con esmero unas finísimas canastas propias para llevar princesas cautivas y todo fue exhibir su contenido de relumbres, brillos, destellos y oropeles, que los peces se extasiaban encandilados y salían a picar. Luego fueron extrayendo flautas y churumbeles, cornos y tambores, pífanos, cornetas, laúdes, liras y timbales, redoblantes, bajos, saxofones, violines, cítaras, pianolas de manubrio, cuadrivios de peltre, violas, címbalos, clavicordios, trombones, clarines, arpas, contrabajos, sambucas, mandurrias, güiros, tibias, gaitas, guitarras, mandolinas, salterios, zampoñas y maracas, sordinas, acordeones, caracoles, sacabuches, helicones, siringas, pitos, ocarinas, dulzainas, fuelles, tímpanos y marimbas que montaron en unos caballitos peludos como de azúcar, sistros, platillos, bombos, armónicas, crótalos, sonajas, castañuelas, berimbaos, matracas, zambombas y panderos. Alguien opinó, riendo, que su serenata sería incompleta faltando la caramba, nuestro instrumento típico, pero la vergüenza de estar siendo conquistados ni nos dejó reaccionar.

Desde nuestro escondite, Sebastián de Morra —que, al igual que yo, lo observa todo, y muy gozoso por cierto— lleva el ritmo de las castañuelas con movimientos de cabeza.

El timbre de los sonidos producidos por un mismo material es parecido; por ejemplo, las castañuelas y la caja china tienen un timbre característico, a la madera [...].

Suenan los platillos, la quena se extiende con su dulce canto y las ch'ajchas, castañuelas de pezuñas, estallan en el aire con su rítmico sonido.

Ahora la música del restaurante era de Miles Davis, con su trompeta reposada y evocativa, un eco de castañuelas dentro de una nube de heroína.

[...] gitana flamenca taconeando intensa, despeinada, sudada, con el maquillaje de los ojos chorreado por las lágrimas de emoción que me salen al bailar / castañuelas, conchas de ostras que se abren y se cierran en la punta de mis brazos alzados frente a ti [...].

Las zanahorias se transforman en flautas, los puerros en violines, las berenjenas en algo parecido a las castañuelas, las fibras del ruibarbo en arpas y las calabazas y otros tubérculos en tambores y cajas de percusión.

Luciendo la tradicional bata blanca de cola, bailó unas Seguiriyas, acompañada de castañuelas y la guitarra de Antonia Jiménez.

Era inevitable que se le diera énfasis a peinetas, mantillas, y mantones de Manila; sombreros andaluces y atuendos de montar, trajes típicos, castañuelas y guitarras, monteras, chaquetillas y modificaciones de la taleguilla o calzón de torero.

Se les unieron otras majas y mozuelas, bailaoras ataviadas con peinetas, bulerías, abanicos, castañuelas y mantones.

Cerré los ojos y escuché un golpe seco, como el tronar de unas castañuelas, que se detuvo detrás del primer compás.

Levantaba los brazos como si agitara un pañuelo o tocara unas castañuelas, y P aprovechó la oportunidad para tirar nuevamente de él hacia arriba [...].

Todavía hacía fiestas en su casa en las que se vestía de flamenca, con castañuelas, invitaba a unos músicos gitanos y bailaba.

Al comienzo de la ceremonia, se consagra el espacio ritual mediante las danzas acrobáticas de los bailarines (aâda), acompañadas de un tipo de castañuelas de metal denominadas krakebs.

La grama (panicum dactylon) es perjudicial en las viñas. El laston, y la castañuela que es una especie de juncia (Cyperus) daña considerablemente a las viñas. Sus raices taladran las raices de las vides.

En los paseos florecen la gleditschia triacanthos (acacia de tres espinas), el aylanthus glandulosa (barniz del Japon), la pireunia diorica (beila sombra ó hombú, y sapote por abuso), y en los campos aparecen las flores de muchas plantas, tales como el umbilicus horizontalis (sombrerillos), el chamaerops humilis (palmito), la dactylis hispanica (dactilis de España), el piptatherum multiflorum (laston), el cyperus rotundus (castañuela), el thalictrum glancum (talietro), el solanum dulcamara (dulciamarga) [...].

El Cyperus longus L. (Juncia olorosa) y el C. rotundus L. (Juncia redonda, Castañuela, Chinceta), que abunda dentro y fuera de Europa, tienen tubérculos amargos y aromáticos, como otras especies, habiéndose usado antiguamente en concepto de estimulantes, estomacales y emenagogos, mientras que hoy apenas se emplea, á no ser en perfumeria [...].

Castañuela [...]. De un pié de altura, con raíz fibrosas y tubérculos ovoideos, negruzcos y amargos. -Es una de las yerbas comunes y mas difícil de estirpar de las huertas [...]. Infesta las de Madrid. Julio-Agosto.

Castañuela comun. Cyperus rotundus L. (Ciperáceas). Nut.

Natural de Africa boreal y Oriente, se cultiva en varios sitios de la Península, pero mucho en la region caliente del antiguo reino de Valencia, el Cyperus esculentus L., que fl. en verano y es vulg. conocido: cast., chufa, castañuela, juncia avellanada ó comestible [...].

■

Cyperus olivarisTarg. (Cyp. rotundusDC. nonL.)–

. Rizoma ramoso, con tubérculos ovoideos, aguzados en sus extremos, negruzcos y amargos; tallo de 2'-3', desnudo, con las hojas radicales de igual longitud; invólucro de 2-5 hojas patentes, mucho más largas que las espiguillas; éstas lineales, flojas, con las flores sentadas, agrupadas en 6-9 haces muy desigualmente pedunculados. Fl. verano. Juncia redonda, Castañuela, Chinceta. Casi toda España. Como los anteriores. /

En esta misma familia, y con un modo análogo de vida pudieran también citarse varias especies del género Luizula, así como en la de las Ciperáceas las diversas variedades de juncias, de las que pueden servir de ejemplo las denominadas larga ó de olor (Cyperus longus), la redonda ó castañuela (Cyperus olivaris), etc.

■ Aunque por la muestra que remite, refrente sólo á la parte subterránea, es difícil realizar la clasificación que pide, sin embargo, creemos que se trata de la planta correspondiente á la familia de las Ciperáceas, género Cyperus y especie Cyp. Olivaris ó Cyp. rotundus, conocida con los nombres de juncia redonda, castañuela y chinceta.

Cyperus rotundus, L. -Arenas húmedas litorales. -Castañuela, Chinceta, Juncia castellana real, Juncia redonda [...].

En unos casos, las flores son hermafroditas y forman espiguillas con numerosas flores. En Cyperus las flores se disponen dísticamente; C. rotundus, castañuela, frecuente en el sur de España, es una mala hierba muy difícil de erradicar; C. sculentus, chufa, de origen asiático, se cultiva en Levante para aprovechar sus tubérculos [...].

[...] los ansares nidificantes en Escandinavia y en las costas bálticas han recuperado efectivos poblacionales tras las pérdidas sufridas durante las dos pasadas invernadas, cuando los gansos se encontraron con unas marismas secas, esquilmadas de comida y con el limo endurecido como un ladrillo, de donde era imposible extraer las raíces de la castañuela.

[...] como no tienen fuerzas para volver al Báltico o a Escandinavia, prolongan su estancia en el Parque Nacional y se alimentan de semillas de castañuela y de otras plantas de marisma [...].

Castañuela: Cyperus olivaris (10).

Castañuela: Cyperus olivaris (10).

Castañuela: Cyperus rotundos L. (7).

Los chozos objetos de este estudio tienen como característica común el emplear como material vegetal más importante para cubrir sus techos a la "castañuela".

En las lagunas marismeñas se cría la castañuela, principal fuente de alimento de los millares de gansos que pasan aquí el invierno.

Los moriscos donde vive (también llamados casas de pasto y chozos de techumbre) están realizados con piedras del lugar, techados con castañuela y barroncillo [...].

La laguna criaba un junco triangular que se llamaba castañuela. Crecía en lo que había estado inundado durante todo el invierno.

El estudio sugiere, entre otras cosas, que la castañuela o juncia real (Cyperus rotundus), considerada hoy como una molesta mala hierba, fue una parte importante de la dieta prehistórica.