Diccionario histórico de la lengua española

Esta voz, de documentación exclusivamente lexicográfica, se consigna, con la acepción 'se aplica a la persona torpe y poco desenvuelta', en 1993, en el Diccionario de las hablas leonesas (León, Salamanca, Zamora) de Miguélez.

Se documenta por primera vez, en la acepción 'juguete consistente en un cuerpo cónico de pequeño tamaño, generalmente de madera, y con una punta metálica, al que se enrolla un cordel para lanzarlo y hacerlo girar sobre sí mismo', entre 1345-1350, en la T raducción del Regimiento de príncipes, de Egidio Romano, realizada por J. García de Castrojeriz.  Dentro de esta acepción general de trompo, se atestiguan algunas subacepciones: así, 'con música en aposición o con los complementos de música o con música , para referirse a un trompo  hueco con una abertura lateral por donde penetra el aire al girar, sale por unos pequeños discos agujereados situados en su parte superior y produce un silbido', se documenta en 1891 en el relato "Sin cocinera", de C. Gil, publicado en La Lucha (Gerona) .  'Con el modificador coyote  o el complemento de coyote, para referirse a un trompo con orificios por donde penetra y sale el aire al girar y produce un sonido parecido al aullido' se recoge en 1897, en la segunda edición de Hondureñismos de Membreño y se atestigua en Los ojos de los enterrados  (1952-1959) de M. Á. Asturias. En ocasiones, se alude a un trompo sedita o un trompo sereno, que parece referirse más bien a la manera en que baila el trompo —de manera suave, sin dar saltos—  que a un tipo específico de trompo o con alguna característica especial. Al respecto, puede verse también (infra) la forma compleja "trompo sea", que consigna Patín Maceo en Dominicanismos (1947) con este valor.  En este mismo sentido, trompo cuca o trompo cucarro designan a un 'trompo que gira de manera irregular o dando saltos', atestiguado en la columna humorística "¿Cuál es su tinca?", aparecida en La Chachimba (Antofagasta)  en 1930; véase al respecto la forma compleja trompo tarate. De la misma manera, trompo con el modificador servidor no designa a ningún tipo de trompo concreto, sino al 'trompo que recibe los golpes del trompo ganador cuando su dueño pierde la partida' consignado en el Glosario del bajo español en Venezuela (c1929) de Alvarado y atestiguado en 2005, en Entre gigantes de piedra, de L. Loreto. Del mismo modo ocurre con el modificador chichero, para referirse al 'trompo que está destinado a recibir los golpes de otros trompos durante el juego', voz documentada en 1994, en el artículo "los juegos tradicionales ecuatorianos" de D. Arévalo de Valencia, publicado en Artesanías de América (Cuenca), y es uso propio de Ecuador.  Asimismo, se hallan menciones ocasionales a "trompo del tiempo": alusiones indirectas a la historia gráfica o cómic Brick Bradford, creada en 1935 por de William Ritt y Clarence Gray, y traducida al español como El trompo del tiempo. Por otra parte, como 'juego  consistente en lanzar y hacer bailar el trompo ' se documenta en 1553, en el Libro de ejercicio corporal y de sus provechos de C. Méndez. Cabe indicar al respecto, que la laxitud de los testimonios de esta acepción no permite constatar alusiones a modalidades de juego concretas, y, en el mismo sentido, resulta difícil discernir los casos en que trompo alude a un juego o al juguete . Con la acepción 'juguete consistente en un cuerpo cónico de pequeño tamaño, generalmente de madera, sin punta metálica, que se impulsa con una zurriaga o látigo para hacerlo girar sobre sí mismo ' se documenta en 1588, en La conversión de la Magdalena de P. Malón de Chaide.  Como 'juguete consistente en un aro metálico que se hace rodar por el suelo en posición vertical con la ayuda de una varilla y que suele llevar pequeñas anillas o cascabeles para que suene al moverse' se atestigua en 1626, en Días geniales o lúdricos de R. Caro. Como 'persona de escasa instrucción o de poca habilidad y disposición' se documenta en el romancero de L. de Góngora escrito entre 1598 y 1627. Según la lectura del pasaje gongorino, puede deducirse que "incluso los trompos (torpes o ignorantes) se gradúan (en letras)". Cf., no obstante, Alemany Selfa Vocabulario de las obras de Góngora, donde a la luz de este mismo pasaje define trompo como "Peonza en la acep. de persona chiquita y bulliciosa". Por otro lado, este valor de trompo se usa en particular para referirse al 'torero que tiene poca habilidad, agilidad o destreza' y así se atestigua en Las águilas (1911) de J. López Pinillos.  Con la acepción 'juguete consistente en un cuerpo prismático, generalmente con letras o signos escritos en las caras, con una punta sobre la que gira y un pivote en su parte superior que sirve para impulsar su movimiento con los dedos' se atestigua en 1836, en Ensayo de un diccionario aragonés-castellano de Peralta, en la variante trompichón.  Con el valor de 'máquina consistente en un tablero o plancha horizontal con un eje vertical rotatorio en el centro provisto de una fresa o una cuchilla que sirve para perfilar las molduras de madera', en 1894, se atestigua en la Traducción del Diccionario enciclopédico de ciencias, literatura y artes de Desplats y Grégoire . Tras un proceso de metaforización, se documenta como 'persona muy activa e inquieta' en 1898, en Los trabajos del infatigable creador Pío Cid de Á. Ganivet. Como '[persona] que tiene poca habilidad, agilidad o destreza' se atestigua en 1899, en La espuma de S. Delgado. Con la acepción 'molusco gasterópodo marino, con la concha cónica, aguda, enrollada en espiras, base convexa y abertura cuadrangular, el pie corto y tentáculos cónicos en la cabeza' se atestigua en 1838, en la Traducción de Nuevos elementos de Historia Natural M. Salacroux [...] Tomo III, realizada por J. Rodrigo; se consigna en el DRAE desde 1899. Con la acepción 'árbol de la familia de las teáceas de hasta 9 metros de altura,  con el tronco glabro, la copa redonda y las ramas ascendentes, las hojas simples, ovaladas, de color verde oscuro en el haz y verde claro en el envés, y agrupadas al final de las ramas, las flores grandes de color blanco y estambres amarillos, y el fruto ovoide de color amarillo anaranjado ' se atestigua en 1884, en el artículo "Ternstroemia meridionalis", de W. Sandino, publicado en Anales de Instrucción Pública (Bogotá) .  Como 'bóveda, generalmente cónica, que sobresale de la intersección de dos muros y que permite la transición entre dos estructuras de sección geométrica diferente' se atestigua documentada en 1900, en el artículo "El Bizantinismo en la arquitectura cristiana española" de V. Lampérez Romea, publicado en Arquitectura y Construcción (Barcelona) ; esta forma resulta poco frecuente, frente a su sinónimo trompa , con el que coaparece en algunas secciones de este mismo artículo, y sin que parezca tratarse de algún tipo de errata; con esta forma trompo no se han podido hallarse otros testimonios. Como 'giro brusco que hace un vehículo al girar sobre su eje vertical, generalmente al derrapar las ruedas traseras', se documenta 1938, en el artículo "Haga turismo en automóvil" firmado por P. Fiore en la revista Caras y Caretas (Buenos Aires). Con la acepción 'estaca de madera de medida variable, generalmente gruesa y corta, que se clava en el suelo para marcar las estaciones de nivelación en las operaciones topográficas' se consigna en 1948, en el Diccionario del habla nicaragüense de Valle, y está documentado con relativa frecuencia en estudios y textos relativos a la topografía; según los datos que se desprenden de los testimonios espigados, el uso es especialmente frecuente en español de México.  Como 'arandela metálica que evita el roce entre dos piezas de un aparato o máquina' solo se ha atestiguado en 1958, en "Apuntes lexicográficos sobre la industria del ladrillo en Bogotá", artículo de L. R. Simbaqueba publicado en Thesaurus: Boletín del Instituto Caro y Cuervo (Bogotá) . Con la acepción 'máquina que mezcla cemento y grava o arena con agua para hacer hormigón' se documenta en 1965, en la nota "Convocatoria para remate en primera almoneda", publicada en el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León (Monterrey). Se registra como 'persona que baila bien o lo hace incansablemente' en 1978, en el Diccionario de cubanismos más usuales de Sánchez-Boudy y se documenta en 2006, en Travesuras de la niña mala , de M. Vargas Llosa. Como 'billete de mil pesetas' se recoge en 1980, en el Diccionario de argot español y lenguaje popular de León y está documentado en 1984, en La otra orilla de la droga de J. L. Tomás García. Con la acepción 'vuelta que da un vehículo sobre su eje horizontal volviendo a quedar, generalmente, sobre sus ruedas' se atestigua en 1991, en Americanismos léxicos en la narrativa argentina de Fajardo Aguirre, y se atestigua 2010, en El hijo del futbolista, de C. Vega.  En la acepción 'taco d e   forma  cónica  que  sirve de base al eje del torno de alfarero' está atestiguado en 1997, en Cacharrería popular. La alfarería de basto en España de N. Seseña.  Como 'vehículo de transporte colectivo que hace un recorrido corto desde una terminal hacia alguna población' se consigna en 1998, en  Diccionario cubano de habla popular y vulgar de Paz Pérez, y se atestigua en numerosos artículos de la prensa de Cuba en las primeras décadas del siglo XXI. En la acepción 'bloque de carne en forma de trompo hecho de capas de filete de cerdo y tiras de tocino superpuestas, marinadas con piña, colorantes y diversas especias, que se ensartan en un palo, y que se asa en un horno vertical' se documenta, con el complemento de carne al pastor , en 2000, en la novela de W. Rodríguez, La línea perfecta del horizonte .  Como 'máquina, generalmente eléctrica, que acciona una barra de hierro o de otro material duro en forma puntiaguda o en espiral que sirve para hacer agujeros' se atestigua en 2004, en el capítulo "Características y aplicaciones de las distintas herramientas de mano y demás herramientas y utensilios" de temario Peón Laborante. Personal Laboral de la Xunta de Galicia. Grupo V , de J. M. González Rabanal et alii . 

Por otro lado, en diversos repertorios lexicográficos se consignan otras acepciones. Como 'pierna' se consigna en torno al año 1400 en uno de los Glosarios latino-españoles editados por A. Castro, concretamente en el denominado glosario de Palacio. Como 'epíteto que se da al buque de mala construccion ó de malos cortes y propiedades; que por consiguiente es pesado, roncero &c' se consigna en el Diccionario marítimo  (1831) de O'Scanlan. Como 'la pieza de acero ú bronce en forma de tal que tiene cada maza del trapiche en el pié del guijo para descansar y girar sobre los dados' se recoge en la primera edición del  Diccionario provincial de voces cubanas  (1836) de Pichardo; en la segunda edición de este mismo repertorio (1849) figura también definido como 'rezumbador'. Como 'planta semejante a la neguilla, que se cría entre el trigo' se consigna por primera vez en el DRAE de 1925, con marca de voz de Albacete (España); se recoge posteriormente en otros diccionarios, como el Diccionario manchego (1974) de Serna o El habla de Cuenca (1981) de Calero López de Ayala. Con el valor de 'instrumento de madera o de metal, de forma cónica, que se usa para abocardar cañerías' se consigna en Chilenismos: apuntes lexicográficos (1928) de Medina. Con la definición 'llámase así el aparato que usan los lañadores para hacer agujeros en la loza' lo recoge Alcalá Venceslada en el Vocabulario andaluz (1933). Con la acepción 'variedad de chile de fruto pequeño en forma de trompo' se recoge en el anónimo  Vocabulario agrícola nacional (1935). Como 'trozo de madera dura que se entierra en el suelo. Lleva en el centro un pequeño hueco donde gira una hoja de puerta rústica' se consigna en el Diccionario de provincialismos de Salta (1941) de Silva Uzcátegui. Con la acepción 'árbol liso de la familia de las caparidáceas, de 6 a 9 m de altura, con las hojas caedizas, largamente pecioladas; de flores verdosas o moradas con cuatro pétalos, y fruto con forma de baya subglobosa, estipitada; su corteza tiene olor desagradable; zapotillo amarillo', se consigna en el Diccionario general de americanismos (1942) de Santamaría y es recogido en otros diccionarios como Diccionario del español de México (2010) de Lara. En la acepción 'garbanzo' se recoge en la edición de 1951 del Vocabulario andaluz de Alcalá Venceslada, también se recoge en el Diccionario extremeño (1980) de Viudas Camarasa y en el Diccionario aragonés (1992) de Andolz.  La acepción 'hocico del cerdo' la anota Alvar en el Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía II (1963).  Con el significado de 'pieza del telar grande' figura en el  Diccionario de huanuqueñismos (1 967) de Pulgar Vidal. Como 'hombre bajo y grueso' se consigna en el Léxico del cuerpo humano en Colombia (1969) de Flórez, así como en el  Atlas lingüístico y etnográfico de Aragón, Navarra y La Rioja III-IV  (1980), dirigido por Alvar. Como 'boca' también lo recoge Flórez en el  Léxico del cuerpo humano en Colombia ( 1969).  Con el valor 'borracho' figura en el Atlas lingüístico y etnográfico de Aragón, Navarra y La Rioja III-IV (1980), dirigido por Alvar.  La acepción 'cometa' se consigna en Habla y folklore de Ponce (1965) de Figueroa Berríos, según consta en el Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico. Por otro lado, e n el Diccionario de argot (1987) de Oliver se consignan las acepciones 'albañil ', 'moneda de cinco pesetas' y  'trabajador, obrero' . La acepción 'técnica de la lucha canaria cuyos movimientos imitan el baile del trompo' se consigna en el  Diccionario diferencial del español de Canarias ( 1996) de Corrales y Corbella.

Por otra parte, trompo se integra en diferentes unidades pluriverbales. Así, a trompo y talega se consigna el Diccionario nacional (1846) de Domínguez como variante de a trompa y talega (| sin reflexión, orden ni concierto; sin modo ni cosa que lo valga). B ailar un trompo en la uña, con la acepción 'ser muy listo', se atestigua en 1883, en Tradiciones peruanas, de R. Palma. Coger de trompo de ñiques, en la acepción 'fastidiar a alguien insistentemente ' se consigna en 1969, en El habla popular en la literatura costarricense de Arroyo Soto. En los diccionarios se consigna también la expresión como trompo, 'dícese de la persona incansable para el baile', consignada en Voces y costumbres de Catamarca (1961) de Villafuerte. Darle trompo, como 'pasear larga y repetidamente, sin rumbo fijo en un vehículo', figura en el Glosario de términos de transporte terrestre usados en Venezuela (1988) de Núñez.  Enredar el trompo , con la acepción de 'mantener una relación amorosa sin vínculo matrimonial' se atestigua en 1865, en Astucia. El jefe de los hermanos de la hoja o los charros contrabandistas de la rama , de L. G. Inclán.  Hecho un trompo, como '[persona] que está hinchada a causa de la ingestión excesiva de comida o de bebida', se documenta en 1626, en Cuento de cuentos de F. de Quevedo y Villegas, y, asimismo, p onerse uno como (o hecho) un trompo , con la acepción 'hartarse [alguien] de comer o beber' se atestigua en 1602, en El celoso , de D. A. Velásquez de Velasco. Medio trompo se consigna definido como 'quinientas pesetas' en el Diccionario de argot español y lenguaje popular (1980) de León. La expresión sacar la púa (o la pulla) al trompo , con el valor 'encontrar el origen o fundamento de un asunto', se atestigua en 1805, en "Contestación á la carta del señor J. M. R. sobre el privilegio de los cosecheros de vino de Granada", publicada en el Memorial Literario o Biblioteca Periódica de Ciencias, Literatura y Artes (Madrid) . Ser  [uno] el trompo pagador , como 'ser el chivo emisario, el blanco de todos los tiros', se consigna en 1934, en Papeletas lexicográficas de Robledo.  En el Suplemento al Diccionario nacional (1869) de Domínguez se consigna ser un trompo como 'ser naturalmente rudo, ser un leño' como expresión propia de América; asimismo, ser un trompo se consigna, como 'gustar mucho del baile', en El habla popular de la Provincia de Vallegrande (Departamento de Santa Cruz) de Sanabria Fernández.  Tener complejo de trompo se define como 'se dice de la persona que siempre anda para arriba y para abajo', en el Diccionario de cubanismos más usuales (1978) de Sánchez-Boudy. Tener (o traer) su trompo enrollado, como 'tener un propósito, un plan o un asunto secreto', se atestigua en 1919, en Tierra nuestra (Por el río Caura), de S. D. Maldonado.  Trompo chicharro , con la definición 'es de hoja de lata y no báila en el suelo, sino en el áire pendiente de un cordelito' se consigna en el  Diccionario provincial casi-razonado de voces cubanas (1849) de Pichardo.  Trompo chichero se consigna como 'juego de madera que baila sobre el suelo el momento que el jugador le imprime impulso con el brazo y un piolín. Conocido en el floklore universal. En El Ecuador, difiere del cushpe' en el Diccionario del folklore ecuatoriano (1964) de Carvalho Neto.  Trompo de abrir , definido como 'en cestería, instrumento con el que se divide longitudinalmente el mimbre para hacer varas', se registra en el Diccionario diferencial del español de Canarias (1996) de Corrales Zumbado. La expresión trompo de excusa , con la acepción 'pretexto que se aduce para eximirse de una tarea', se atestigua en 1554 en el Libro de la oración y meditación de F. L. de Granada; y como 'persona a la que se culpa de algo para disculpar a otra' se documenta en 2007, en el artículo anónimo "Chiquito cuarteto", publicado en Crónicas de Lanzarote (Lanzarote) . El trompo de ñeque (o de ñiques) , como 'persona que es objeto de golpes o de burlas', se atestigua en 1896, en Sin cocinera, de Magón (Manuel González Zeledón);  como 'persona a la que se culpabiliza de algo que no ha hecho' y como 'trompo que recibe los golpes del trompo del ganador', en el Diccionario de americanismos (2010) de ASALE. Trompo de poner , con la acepción 'persona a la que se culpa de algo para disculpar a otra', se registra en 1981, en  Toque de Diana de R. H. Moreno-Durán . El trompo de Veracruz se define como 'una clase de Trompo ordinario, sin cabeza, todo cilíndrico, igual hasta el extremo hasta donde se redondea como mano de mortero, pronunciando mui poco la punta, por la cual baila á latigazos repetidos' en el Diccionario provincial casi-razonado de voces cubanas (1849) de Pichardo. Trompo enrollado (o embollado, o embullado) , con el valor 'discurso que se afecta improvisar, teniéndole preparado', se consigna en Americanismos en el lenguaje dominicano (1942) de Patín Maceo, y, asimismo, se consigna también con el valor de 'asunto secreto, reservado o disimulado' en el Diccionario de venezolanismos (1993) de Tejera. La expresión trompo giroscópico , con la acepción 'aparato consistente en un cuerpo rotatorio sobre un eje fijo y rodeado por una serie de aros concéntricos en ángulo recto, cuyo movimiento permite mantener estable el eje de rotación del cuerpo giratorio', se atestigua en 1894, en la Traducción del Diccionario enciclopédico de ciencias, literatura y artes, por Desplats y Grégoire,  y se atestigua en 1910, en el artículo "El giróscopo", publicado en Actualidades (Madrid). Trompo latiguero  figura como 'el que se hace bailar con un látigo' en el Vocabulario Andaluz (1951) de Alcalá Venceslada. Trompo pagador se atestigua como 'persona a la que se culpa de algo para disculpar a otra' en 1925, en Los sueños de Luciano Pulgar de M. F. Suárez; y como 'trompo que destinan a sufrir los herronazos que le den sus contendores cuando su dueño pierde una partida en los juegos de trompos' se consigna en Apuntaciones idiomáticas y correcciones de lenguaje (1943) de Restrepo .  Trompo pajita es el 'trompo liviano que al bailar sobre la mano casi no lo siente', según se define en Voces y costumbres de Catamarca (1961) de Villafuerte. Trompo puchador se consigna como 'persona a la que se hace pagar las culpas de otros o de todos' en Apuntaciones idiomáticas y correcciones de lenguaje (1943) de Restrepo.  El trompo sea 'se aplica al trompo que cuando baila no da saltos' según Dominicanismos (1947) de Patín Maceo. Trompo servidor , con la acepción de 'persona de la que alguien se sirve constantemente para realizar tareas' se atestigua en 1895, en Don Secundino en París , de F. Tosta García y como 'persona que paga el pato en todo mal negocio o que en todo sale responsable ' se consigna en Glosarios del bajo español en Venezuela (c1929) de Alvarado . Trompo tarate se consigna como 'trompo que tiene torcido el eje de hierro sobre el que gira' en el Diccionario de americanismos (2010) de ASALE.

Notas filológicas

En la novela caballeresca Polindo, texto fechado en 1526, se documenta una rara lectura de la voz trompo para referirse al instrumento musical de viento metal, a la trompa o la trompeta. En ningún otro texto se ha documentado esta forma con este valor, y, por otra parte, cabe indicar que se trata de una ocurrencia única en este texto. Si bien se trata de una lectura correcta, pues así se encuentra en el original impreso, no puede descartarse que se deba a un desliz o a una errata de imprenta.