Diccionario histórico de la lengua española

Se documenta, en la acepción 'mamífero hembra de la familia de los bóvidos, de hasta 1,5 metros de altura y 2,5 metros de longitud y de hasta 800 kilos de peso, cuerpo robusto, pelo corto y cabeza gruesa con dos cuernos; se aprovecha su leche, carne, piel, excrementos y cuernos y sirve de ayuda en el trabajo agrícola', ya desde los orígenes del español en documentación latinorromance, y en el Poema de Mio Cid (c1140), y se consigna por vez primera en el Vocabulario español-latino (1495) de Nebrija. Tras un proceso de sinécdoque, se registra como 'carne de vaca' en el Libro de la caza (1337-1348), de Juan Manuel. Se consigna por vez primera, con este valor, en el Diccionario nuevo de las lenguas española y francesa (1705), de Sobrino. Por otra parte, como 'mamífero de la familia de los tapíridos originario de Sudamérica de hasta 2,5 metros de longitud, cuerpo grueso de color pardo, patas cortas y cabeza pequeña con una trompa en el labio superior; vive de forma solitaria y territorial', se atestigua en 1554, en La primera parte de la Historia natural de las Indias, de F. López de Gómara, y se consigna por vez primera en el Diccionario general de americanismos (1942), de Santamaría. Tras un proceso de sinécdoque, se registra como 'piel curtida de la vaca' en 1582, en El Pastor de Fílida, de L. Gálvez de Montalvo, y se consigna por vez primera en el Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes (1788), de Terreros y Pando. En México, Colombia, área rioplatense y de carácter de germanía, como, 'mujer que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero' se documenta por primera vez en 1609, en Romances de germanía de varios avtores con su Bocabulario al cabo por la orden del a, b, c, para declaración de sus términos y lengua. Compuesto por Iuan Hidalgo. Se consigna por vez primera en el Diccionario del lenguaje campesino rioplatense (1968), de Guarnieri. Como 'composición musical popular', se consigna por vez primera en el Tesoro de la lengua castellana o española (1611), de Covarrubias y se documenta por primera vez en 1622, en el Sueño de la muerte, de F. Quevedo y Villegas. Es en el Tesoro de Covarrubias donde se explica: "dixose assi por empeçar el villancico con estas palabras. Guardame las vacas carillejo por tu fe, &c.". Como 'persona que tiene mucha carne o grasa. Frecuentemente, para referirse a una mujer', acepción adscrita a Colombia, Chile, Cuba y Argentina, se consigna por vez primera en Chilenismos (1945), de Yrarrázabal Larráin y se documenta por primera vez en 1962, en la obra El fondo del vaso, de F. Ayala. Como 'embarcación de pesca de arrastre', acepción adscrita a la subárea andaluza y a la canaria, se consigna por vez primera en el Vocabulario Andaluz (1951), de Alcalá Venceslada y se documenta por primera vez en 1975, en Años de penitencia, de C. Barral; en el área centroamericana y mexicana, área Antillana, Caribe continental, área andina, área chilena, área rioplatense, como 'cantidad de dinero que reúne un grupo de personas para compartir un gasto', se consigna por vez primera en el Lexicón de colombianismos (1964), de Alario di Filippo y se documenta por primera vez en 2008, en Matrimonio colectivo de 71 parejas fue última obra de gobierno de alcaldesa de Albania (La Guajira), de P. Benjumea Brito; y, como 'persona que tiene poca inteligencia o poco entendimiento', en Guatemala, Honduras, Costa Rica y Chile, se consigna por primera vez en 1971, en el Diccionario de la expresión popular guatemalteca, de Armas, y se documenta en 1978, en la obra Te acordás, hermano de J. Gutiérrez Mangel.

En diversos repertorios lexicográficos se consignan varias acepciones: 'mujer cadañera' (1611, Tesoro de la lengua castellana o española, de Covarrubias); 'dinero que juegan en común dos o más personas' (1739, Diccionario de la lengua castellana); 'manatí, vaca marina' (1803, DRAE); 'canoa grande de Tongatabu, en el archipiélago de Tonga, que usa batanga simple, tiene de 40 a 70 pies de eslora, lleva una plataforma en su centro y se emplea en los viajes más largos' (1864, Diccionario marítimo español, de Lorenzo, Murga y Ferreiro); y 'ciervo volante, insecto coleóptero' (1903, Vocabulario de palabras usadas en Álava y no incluidas en el Diccionario de la Real Academia Española (décimotercia edición) o que lo están en otras acepciones o como anticuadas, de Baráibar y Zumárraga). Además, las siguientes acepciones: adscrita a Cuba, 'cierto pez' (1921, Vocabulario cubano, de Suárez); en el ámbito de marina, 'depósito o aljibe de agua dulce para la bebida de la marinería' (1921, Diccionario marítimo español, de Guardia); en El Salvador, de carácter vulgar, 'banda de ladrones' (1925, Diccionario de americanismos, de Malaret); en México, Nicaragua, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Ecuador, Perú y Argentina, 'contrato de negocio con beneficios prorrateados' (1925, Diccionario de americanismos, de Malaret); en Colombia, Venezuela, 'árbol de fruto parecido a la avellana' (1925, Diccionario de americanismos, de Malaret); 'alguna vez se ha dado este nombre al bisonte, en la literatura zoológica americana. Así le llamó Herrera al descubrirlo' (1942, Diccionario general de americanismos, de Santamaría); en Guatemala, 'ataque colectivo a una sola persona' (1942, Semántica guatemalense o Diccionario de guatemaltequismos, de Sandoval); en Guatemala, 'unión, reunión, sociedad, compañía' (1942, Semántica guatemalense o Diccionario de guatemaltequismos, de Sandoval); en Ecuador, 'pulpa del coco' (1946, Diccionario de americanismos, de Malaret); y, en Colombia, 'medida de capacidad para arroz, formada con un saco de piel de vaca' (1951, Correcciones al Diccionario de americanismos y al Lexicón de fauna y flora, de Malaret). También se registran, en obras lexicográficas, las siguientes: adscrita a la subárea canaria, 'serrano, pez teleósteo perciforme, de cuerpo oblongo y cabeza en forma de cuña, con opérculos armados por tres espinas' (1959, 'Vocabulario', en Estudio sobre el habla de Cartagena y su comarca, de García Cotorruelo); en Colombia, 'mentiras, exageraciones' (1962, Colombianismos y otras voces de uso general (3.ª ed.), de Tobón Betancourt); en Guatemala, Honduras, Colombia, Chile y Costa Rica, de carácter despectivo y coloquial, 'persona torpe, inepta' (1964, Lexicón de colombianismos, de Alario di Filippo); en la subárea andaluza, 'cabrilla' (1965, Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía, IV, de Alvar); en la subárea canaria, 'merillo, pez teleósteo, parecido al mero, aunque mucho más pequeño, muy voraz, y de color pardo o gris' (1965, Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía, IV, de Alvar); en el área rioplatense, 'mujer holgazana y desaseada. Mala madre' (1967, El habla del boliche. Diccionario del lenguaje popular rioplatense, de Guarnieri); en Costa Rica, 'especie de cepo: trozo muy pesado de madera, al que se encadenaban los reos' (1971, El habla popular en la literatura costarricense, de Arroyo Soto); en Ecuador, de carácter vulgar, 'mujer pasiva o inerte, en la relación sexual' (1979, Léxico sexual ecuatoriano y latinoamericano, de Rodríguez Castelo); 'se llama así a los nubarrones blancos y negros que se sitúan sobre la Sierra de Béjar, y presagian tiempo frío' (1979, El habla de Béjar. Léxico, de Marcos Casquero); en el área oriental, 'mariquita', 'novilla de dos años, eral', 'novilla de un año' (1980, Atlas lingüístico y etnográfico de Aragón, Navarra y La Rioja, III-IV, de Alvar); y 'nombre que dan al yesquero, hongo que nace en los encinares' (1981, El habla de Cuenca y su serranía, de Calero López de Ayala). Por otro lado, se registran además: en Colombia, 'armazón en forma de vacuno para diversión en fiestas populares' (1986, Glosario lexicográfico del atlas lingüístico-etnográfico de Colombia (ALEC), de Montes Giraldo et al.); en México y Bolivia, 'cantidad de dinero acumulada en un juego de azar, procedente de premios no adjudicados, que se agrega a los fondos de un sorteo posterior' (1986, Diccionario básico del español de México, de Lara); en Chile, 'billete de banco de veinte pesos' (1987, Diccionario ejemplificado de chilenismos y de otros usos diferenciales del español de Chile, IV, de Morales Pettorino et al.); en la subárea canaria, 'raó, pez teleósteo perciforme, de cuerpo muy comprimido; los machos son de color verdoso, mientras que las hembras son marrones o rosas. Es exclusivo de los fondos arenosos, cubiertos o no por praderas de plantas marinas, en los cuales se entierra totalmente cuando se alarma' (1996, Diccionario diferencial del español de Canarias, de Corrales Zumbado et al.); en Cuba, de carácter coloquial, 'apuntaciones fraudulentas de tamaño mayor que el chivo, que algunos estudiantes llevan para el examen' y 'escuela' (1998, Diccionario cubano de habla popular y vulgar, de Paz Pérez); y en Cuba y Nicaragua, 'mujer de senos grandes' (2001, Diccionario ilustrado de voces eróticas cubanas, de García y Alonso); en El Salvador, 'grupo o pandilla casual de personas que actúan en contra de otra' (2002, Puro guanaco. Diccionario de salvadoreñismos, de Casalbé); en El Salvador, 'cúpula de mando del Gobierno' (2003, Diccionario de salvadoreñismos, de Romero); y, en Chile, de carácter despectivo y de coloquial, 'referido a persona, ruin, desgraciada' (2006, Jergas de habla hispana, de Fitch). Por otra lado, en el Diccionario de americanismos (2010), de la ASALE se consignan las siguientes acepciones: adscritas a Nicaragua, 'confabulación de varias personas para dañar a alguien' y 'grupo de personas que tienen un fin común'; a México, 'pan en forma de quesadilla relleno de carne de cerdo guisada'; a Colombia, de carácter coloquial, 'persona sin aptitudes para jugar al futbol'; y, a Costa Rica, 'referido a persona, poco habilidosa, especialmente para la práctica de un deporte'.

Por otra parte, vaca se integra en diferentes unidades pluriverbales. Así, de vaca muerta con la acepción, adscrita a la República Dominicana, '[precio] bajo', se atestigua en 1996, en Dedom, 02/11/1996; echar(le) (la) vaca con la acepción, en México, 'faltar [un estudiante] a clase sin causa justificada' se atestigua en 2011, en la obra Funerales de hombres raros, de W. Bruciaga, y, en Honduras, Nicaragua, Ecuador, 'atacar varias personas a una sola' se consigna por primera vez en el Diccionario de americanismos (1946), de Malaret; en México, '[expresión] con la cual expresan los muchachos veracruzanos la acción de empujarse mutuamente, sentados en una banca, hasta sacar a los de los extremos', en el Diccionario de mejicanismos (1959), de Santamaría; y, en Honduras, 'ayudar varias personas a alguien' se consigna por primera vez en Te conozco, mosco. Diccionario del pensamiento popular hondureño (2006), de Saravia; en vaca con la acepción, en Guatemala Y República Dominicana, 'en conformidad o en colaboración' se atestigua en 1879, en La vuelta de Martín Fierro, de J. Hernández; y en Guatemala y Honduras, como 'en grupo, multitudinariamente' se consigna por primera vez en el Diccionario de americanismos (2010), de la ASALE. Por otro lado, hacer(se) (una, o la) vaca la vaca con la acepción 'reunir dinero entre dos o más personas para realizar una compra' se atestigua en 1890, en "Cronicón del Corpus Christi", de F. Rendón; en Perú, 'faltar [un estudiante] a clase sin causa justificada' se atestigua en 1914, en "Traducción de La salud pública y las escuelas públicas, de J. A. MacKnight", publicada en La Escuela Moderna (Lima); en México, 'asociarse dos o más personas de forma puntual o pasajera' se registra en 1942, en el Diccionario general de americanismos de Santamaría; de carácter jergal, 'broma que consiste en sujetar a una persona y ensuciar sus genitales con barro o excrementos', en 1980, en el Diccionario de argot español y lenguaje popular de León; y, en Guatemala, Colombia, Cuba y área rioplatense, 'hacer compañía especialmente en los juegos de azar', en el Diccionario de americanismos (1946), de Malaret; ir en vaca con la acepción adscrita a Puerto Rico, Colombia y Argentina, 'ir en sociedad' se atestigua en Apuntes diversos(1883-1954), de E. Rodríguez Demorizi, si bien ya se consigna en el Diccionario de americanismos (1946) de Malaret. Por otro lado, la vaca de la boda (o de la fiesta), con la acepción 'persona encargada de divertir a los asistentes de una boda u otro evento o de pagar los gastos' se atestigua en 1601, en Manojuelo de romances, de G. Lobo Lasso de la Vega, y, de carácter coloquial, 'persona a quien todos acuden en sus urgencias' se consigna por primera vez en el Diccionario de la lengua castellana (1739); la vaca que más caga con la acepción, en Colombia, 'persona presuntuosa que aparenta más de lo que es o tiene' se atestigua en 1981, en El toque de Diana, de R. Moreno-Durán; tener la vaca atada, con la acepción, en Argentina y de carácter coloquial, 'disfrutar [una persona] de una situación ventajosa' se atestigua en 2008, en "Lecciones que deja un largo paro", de O. Pepe publicado en Clarín (Buenos Aires); vaca artificial, con la acepción, en el ámbito de caza, 'armazón de madera, forrada de tela y pintada a imitación de una vaca, que se emplea para que el cazador se camufle y dispare sin ser visto' se atestigua en 1843, en la obra La aviceptológia ó Manual completo de caza y pesca, de J. Tenorio; vaca de agua (o marina, o de mar) con la acepción 'mamífero de la familia de los triquéquidos, de hasta 4 metros de longitud y 1000 kilos de peso, cuerpo pisciforme con dos aletas delanteras y cabeza ancha que se une al tronco sin cuello; habita en las costas de Centroamérica y Sudamérica' se atestigua en 1739, en Informe a Su Majestad, de A. Zárate y, como 'mamífero de la familia de los triquéquidos, de hasta 3 metros de longitud y 500 kilos de peso, cuerpo pisciforme con dos aletas delanteras que no poseen uñas; habita en el río Amazonas' en la obra Historia de las misiones de la Compañía de Jesús en el Marañón español (c1786), de J. Chantre y Herrera, y como 'mamífero de la familia de los odobénidos de hasta 4 metros de longitud y 1700 kilos de peso, cuerpo pisciforme con dos aletas delanteras y cabeza ancha que se une al tronco sin cuello; tiene dos colmillos superiores de hasta 1 metro de longitud' se atestigua en 1834, en Traducción de las Lecciones elementales de la Historia natural de los animales, dadas por G. Cuvier en la Escuela del Panteon de Paris, de J. Garriga y Baucis; y, vaca frita, con la acepción adscrita al área estadounidense y a Cuba, 'plato elaborado con carne de res, generalmente de la zona de la falda, desmenuzada y frita' se atestigua en 1864, en el Nuevo manual del cocinero cubano y español, de J. Legran. Además, la unidad pluriverbal vaca lechera, con la acepción 'asunto o negocio rentable y que da mucho beneficio' se consigna por primera vez en el Diccionario de argentinismos (1911) de Segovia y se atestigua en 1996, en Vendetta, de E. Ekaizer; vaca negra, con la acepción adscrita a Nicaragua y a Colombia, 'postre compuesto de helado, generalmente de sabor vainilla, revuelto con refresco de cola' se atestigua en 2006, en "Emma, una mujer con ¡La Chispa de la Vida!", de L. Botero Berrío, publicado en El Colombiano (Medellín); vaca (o vaquita) de Dios (o de nuestro Señor, o del Señor) con la acepción 'insecto coleóptero de la familia de los coccinélidos, de cuerpo redondeado de color rojo, anaranjado o amarillo, con pequeñas manchas negras; se alimenta de pulgones, ácaros, larvas de moscas y otras plagas de la agricultura' se atestigua en 1903, en "La vida de los pulgones", en Alrededor del Mundo (Madrid); vaca (o vaquita, o vaquica) de san Antón (o de san Andrés, o de san Antonio, o de san Juan) con la acepción 'insecto coleóptero de la familia de los coccinélidos, de cuerpo redondeado de color rojo, anaranjado o amarillo, con pequeñas manchas negras; se alimenta de pulgones, ácaros, larvas de moscas y otras plagas de la agricultura' se atestigua en 1615, en La Mosquea, Poética inventiva en octava rima, de J. Villaviciosa y, como se puede observar en estas dos últimas formas complejas es frecuente el uso del diminutivo; vaca parida, con la acepción, en Guatemala y Colombia, 'asunto o negocio que una persona explota y del cual se lucra' se atestigua en 1928, en La marquesa de Yolombó, de T. Carrasquilla; vaca sagrada, con la acepción de carácter coloquial 'persona de gran autoridad o prestigio en un ámbito determinado y considerada a salvo de la crítica o el juicio públicos' se atestigua en 1920, en "La ficha de bronce", de C. Pereyra, publicado en España (Madrid); y, en el ámbito de ciclismo, 'corredores de gran clase a cuyo servicio se hallan los demás miembros del equipo' se consigna por primera vez en Las lenguas especiales. El léxico del ciclismo (1981), de Rodríguez Díez; vacas flacas, con la acepción de carácter coloquial, 'época de escasez' se atestigua en 1870, en "Parte política. Madrid 30 de Octubre de 1870", publicado en La Época (Madrid); y, vacas gordas, con la acepción de carácter coloquial 'época de abundancia' se atestigua en 1878, en "Los teatros líricos. Nada tenemos que decir en esta semana del primero de los teatros líricos de España", que apareció en Crónica de la Música (Madrid); y, vaca verde, con la acepción 'combinado de licor de menta con leche', se atestigua en 2021, en "Del sol y sombra al lumumba: reivindicación de la coctelería de pueblo", de D. Remartínez, reportaje publicado en El País (Madrid), si bien se consigna con anterioridad en el Diccionario de argot español y lenguaje popular (1980) de León.

Otras unidades pluriverbales se registran en repertorios lexicográficos: caer en vaca, en Honduras, con la acepción 'atacar varios al mismo tiempo a una persona' (2010, Diccionario de americanismos, de la ASALE); cambiar la vaca por la chiva, en Cuba, como 'hacer mal negocio' (1921, Vocabulario cubano, de Suárez); como las vacas, en Costa Rica, de carácter coloquial, como 'sin entender nada' (1996, Nuevo diccionario de costarriqueñismos, de Quesada Pacheco); creerse la vaca que más caga, en Colombia, de carácter coloquial, como 'considerarse alguien el más importante o el único en algo' (2010, Diccionario de americanismos, de la ASALE); de a vaca, en Ecuador, de carácter coloquial, como 'fácilmente, sin mucho esfuerzo' (2006, Diccionario de regionalismos de la lengua española, de Grosschmid); echar (las) vacas, de carácter coloquial, como 'cargar las cabras' (1739, Diccionario de la lengua castellana); estar como vaca en guamil, en Honduras, de carácter rural, como 'sentirse alguien muy contento, feliz' (2010, Diccionario de americanismos, de la ASALE); estar (o ser, o parecer) como una vaca (o una vaca preñada), como 'ser muy gruesa y basta' (1987, Diccionario de argot. 2.ª ed. aumentada, de Oliver); montar en la vaca, en Colombia, como 'comprometer a alguien en una tarea de difícil ejecución o superior a su capacidad' (1962, Colombianismos y otras voces de uso general (3.ª ed.), de Tobón Betancourt); no ser uno vaca gorda, en Nicaragua, como 'no estar a salvo de una represalia' (1948, Diccionario del habla nicaragüense, de Valle); picar una vaca, en Cuba, como 'trabajar mucho' (1978, Diccionario de cubanismos más usuales (Cómo habla el cubano), de Sánchez-Boudy); quedarse como vaca mirando pasar el tren, en Argentina, como 'quedarse mirando algo o a alguien fijamente, ensimismado o muy sorprendido' (1993, Nuevo diccionario de americanismos. Tomo II: Nuevo diccionario de argentinismos, de Haensch et al.); ser una vaca tusera, en Nicaragua, como 'ser persona que se va entreteniendo en su camino, metiéndose en cualquier parte, sin importarle nada, sin preocuparse de nada' (1961, Refranero zoológico popular, de Peña Hernández); y tirarse la vaca, en Perú, como 'dejar de asistir a las clases' (2010, Diccionario de americanismos, de la ASALE). Para terminar: vaca abierta, como 'vaca fecunda.' (1884, DRAE); vaca añil, en Cuba, como 'pez marino de pequeño tamaño, de cuerpo alto y algo comprimido en los lados. Es de color azul intenso con fajas verticales azul Prusia' (2000, Diccionario del español de Cuba. Español de Cuba - Español de España, de Cárdenas Molina et al.); vaca buey, en Cuba, como 'acayú bastardo (planta)' (1925, Diccionario de americanismos, de Malaret); vaca carpintera, como 'la que tiene los cuernos excesivamente desarrollados, por lo que suele ser elegida para su lidia en las fiestas de los pueblos' (1974, Cómo habla La Mancha. Diccionario manchego, de Serna); vaca colorada, como 'arrebol' (1965, Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía, IV); vaca desollada (o esollada, o desollá, o sollada, o soyá) en el área meridional, como 'arrebol, color rojo de las nubes iluminadas por los rayos del sol' (1951, Vocabulario Andaluz, de Alcalá Venceslada); vaca cuitral, como 'vaca vieja' (1788, Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes, de Terreros y Pando); vaca de anta, en Perú, como 'tapir' (1942, Diccionario general de americanismos, de Santamaría); vaca de mar, en la subárea canaria, como 'molusco marino, de zonas rocosas superficiales, que se alimenta de algas verdes y rojas' (1996, Diccionario diferencial del español de Canarias, de Corrales Zumbado et al.); vaca desahijada, en Venezuela y de carácter rural, como 'vaca a la que se le seca la leche por una nueva preñez' (1968, Estudio medico-social de una comunidad, de Novoa Montero); vaca echada, en Guatemala y de carácter despectivo, como 'persona inútil' (2010, Diccionario de americanismos, de la ASALE); ser una vaca echada, en México y Costa Rica, como 'ser muy torpe, ignorante' (1959, Diccionario de mejicanismos, de Santamaría); ser la vaca que más caga, en Colombia, de carácter despectivo, de carácter coloquial y vulgar, como 'ser alguien presuntuoso y aparentar más de lo que es o tiene' (1993, Nuevo diccionario de americanismos. Tomo I: Nuevo diccionario de colombianismos, de Haensch y Werner); y vaca huertera, en Ecuador, como 'mujer andariega y chismosa' (1946, Diccionario de americanismos, de Malaret). Se consigna vaca mañosa, en Venezuela, de carácter coloquial, como 'persona que tiene mucho dinero', en el ámbito de ganadería, como 'vaca que esconde la leche cuando la ordeñan' y 'vaca que no ha sido domada' (1994, Diccionario del habla actual de Venezuela. Venezolanismos, voces indígenas, nuevas acepciones, de Núñez y Pérez). Por otra parte, vaca muchacho, en Perú, como 'ave más chica que una gallina; de plumaje negro y que persigue a las vacas' (1904, "La región peruana de los bosques" de G. Stiglich, publicado en Coleccion de leyes, decretos y resoluciones i otros documentos oficiales referentes al departamento de Loreto. Tomo XV); vaca muerta, en República Dominicana, como 'sujeto fácil de manejar' (1946, Diccionario de americanismos, de Malaret), en República Dominicana, de carácter coloquial, como 'objeto que tiene un precio muy inferior al normal' (2010, Diccionario de americanismos, de la ASALE); vaca patas arriba, en El Salvador, como 'persona muy tonta' (2010, Diccionario de americanismos, de la ASALE); vaca pijotera, en Cuba, como 'la que da leche de cuando en cuando' y como 'se aplica a la persona que hace algo a cuenta gotas' (1999, Diccionario mayor de cubanismos, de Sánchez-Boudy); vaca que no da leche, en Guatemala y México, como 'se dice del egoísta, del miserable, del que no le da carrera a un ciego' (1942, Semántica guatemalense o Diccionario de guatemaltequismos, de Sandoval); vaca tembladera, como 'torpedo' (1936, DRAE); vaca vizcaína, como 'serrana' (1989, Léxico de los marineros peninsulares [...] Tomo IV, de Alvar); y, finalmente, volverse la vaca toro, en Argentina y de carácter coloquial, como 'comportarse de manera rebelde o desafiante una persona que se había mostrado dócil y sumisa' (1911, Diccionario de argentinismos, neologismos y barbarismos con un apéndice sobre voces extranjeras interesantes, de Segovia).